—¿Sigues sin hablar con Chan?

Felix sólo lo miró unos segundos, esperando que JiSung se diera cuenta de lo que acababa de decir, al no obtener respuesta, tomó la lapicera para escribir.

“No puedo hablar”.

JiSung suspiró, rodando los ojos.

—Ya sabes a lo que me refiero.

Felix se encogió de hombros, luego negó, respondiendo a la pregunta del mayor con la mentira.

—Lixieee— JiSung habló en tono cansado.

El mudo sólo lo miró.

—Deja de ser tan tonto.

Felix lo señaló.

—No tienes que ser como yo— murmuró.

Felix suspiró. Escribió rápidamente en su cuaderno.

“Ayer lo encontré en casa”.

JiSung alzó las cejas.

—¿Y? ¿Pasó algo?

“Estaba aprendiendo lenguaje de señas con mi mamá”.

JiSung frunció el ceño, confundido.

“Huí, me fuí a mi cuarto. No me siguió”.

JiSung lo miró con algo de pena.

“Luego mamá subió para decirme que él quería verme. Que me esperaría a las cuatro en la sala de teatro para hablar”.

JiSung se apresuró a mirar la hora en su celular.

—Felix, eso va a ser dentro de media hora.

El mudo se encogió de hombros.

—¿Irás?

Felix sólo mantuvo una expresión pensante.

—No, irás, sin excusas— JiSung se acercó con su silla hacia él—. Te arrastraré si es necesario. Te amarro los pies y te engancho a mi silla.

La ocurrencia del mayor hizo reír a Felix.