Los días habían pasado, convirtiéndolo en semanas, y llegando a ser meses, meses en los cuales Félix había logrado considerar a Bang Chan como su mejor amigo.

Chris no era tan terrible como parecía ser.

Aunque Félix era tan dulce como lucía, tenía cierto dejo pesimista.

Chris se preocupaba siempre por él, lo cuidaba mejor se lo que podría darse cuenta y era muy detallista con Félix, notaba cada vez que el chico estaba pensando algo malo por sólo su expresión, y se encargaba de subirle el ánimo y comprarle algún día en para que se sintiera mejor.

Chris ya sabía en gusto de Félix por las cosas de fresa, o en segundo lugar, de chocolate.

Por su parte, Félix sabía que Chan no era de gusto dulce, que prefería cualquier bebida con café antes de cualquier caramelo.

Podían pasar todo el día escuchando música en la cafetería, compartiendo un audífono de los auriculares que Chan se había comprado para compartir con Félix, dejando los cascos en su casa.

Caminaban juntos por los pasillos, y cada empujón que Félix recibía, Chris se encargaba de devolverlo.

Félix estaba más que feliz con eso.

Pasaban todo el día escolar juntos, y aunque no eran de hablar mucho por mensajes, solían hablar durante el fin de semana donde no se veían, aunque Chris había dicho que prefería hablar con él en persona, porque era "lindo verlo".

Por su parte, Félix seguía feliz por estar junto a Chris, aunque comenzaba a dudar de sus sentimientos y de si eran sólo de amistad.