𖦹 Diecisiete 𖦹
Si Felix normal era adorable, Felix con fiebre lo era mil veces más.
A Chan le parecía un poco mal encontrarlo tierno, sabiendo que al chico se le partía la cabeza de dolor.
Pero verlo con un ligero mohín todo el día, con los ojos cansados y una costumbre de inflar las mejillas por el dolor lo hacían parecer como un bebé, en lugar de un tierno adolescente de dieciséis años.
Felix había cambiado por su libertad, pero, para suerte de Chris, no eran grandes diferencias.
Seguía siendo un poco más bajo, aunque más alto de lo que era, su cuerpo se había estulizado, ya no parecía el chico esponjoso, incluso para el gusto de Chan, Felix estaba muy delgado.
El mayor se encargaba de darle sus medicamentos, y se quedaba a su lado hasta que tragara la pastilla, aunque al chico solía costarle varios tragos pasarla.
Chris lo felicitaba con una sonrisa, y solía acostarlo para ponerle un trapo de agua fría en la frente, que logran bajarle el dolor un rato, donde podía conversar con un amigo perfectamente.
“Mamá dice que iré a mi médico la semana que viene. A Incheon”.
—¿Te da miedo ir al médico?— preguntó Chan, sin saber muy bien a qué venía esa información.
“Me quedaré allá unos días. Com mis tíos”.
—Oh.
“Quiero que vengas conmigo”.
Chris miró las palabras sin decir nada, las leyó unas cuantas veces más.
Felix bajó su cuaderno al ver que Chan no contestaba.
—Felix, yo... no sé bien qué decirte tengo que preguntarles a mis padres primero, y ¿tus tíos dejarían entrar a un completo desconocido?
Felix asintió varias veces, comenzó a escribir en el cuaderno y Chan esperó a que él terminara.
“Mamá no tiene problemas en que vayas con nosotros. Ella va a cuidarte”.
—Tu mamá es mi mamá también, Felix, eso lo sé— Chris río un poco—. Pero una cosa es que me quedé en tu casa y otra cosa es viajar con ellos, y quedarme en cada ajena con ellos.
“Por favor, acepta”.
Chris se quedó en silencio, vió los ojitos de Felix asomarse tras las hojas, suplicando.
—Está bien, Felix, acepto— se rindió, con una sonrisa.
Felix soltó el cuaderno para aplaudir, sonriendo, haciendo que el mayor riera con ternura.
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