—Se acerca tu cumpleaños, Channie— la señora Lee colocó el plato con galletas sobre la mesa, y tanto Felix como Chris se apresuraron en tomar una.

El castaño se encogió de hombros.

—¿Harás algo especial?

—Es sólo otro cumpleaños.

—Cumples dieciocho, es un número especial, ya serías prácticamente un adulto.

—No quiero envejecer— Chris hizo un puchero, haciendo reír a la mamá de Felix.

—Te falta para envejecer, pero ya creciste bastante— la señora sonrió con nostalgia, recordando el muchacho con ojos preocupados que conoció aquel día en una escuela horrible.

“Estás viejo, pero sigues siendo lindo”. Felix le mostró el cuaderno, haciéndolo reír.

Felix se sorprendió un poco cuando Chris tomó el bolígrafo de su mano y escribió debajo de él.

“Tu eres más lindo ♡︎”.

Felix se ruborizó, escondiendo su rostro detrás de sus manitos, haciendo reír a Chan de ternura.