—¿Sabes que JiSung puede moverse en el agua?— dijo MinHo.

—¿Como un pez?— preguntó Chris.

El pelinegro lo miró con el ceño fruncido, Chan rió.

—Bien, bien, continúa.

—El fin de semana lo acompañé a una sesión de agua-terapia. Tienen una piscina, pequeña, pero profunda, está hecha para personas como JiSung.

»El agua te llega hasta el cuello, pero puedes moverte perfectamente, y ayuda a la columna, que es problema que tiene Sunggie.

Chris asintió, vió la sonrisa de MinHo y supo que lo había disfrutado mucho más que sólo acompañarlo en su terapia.

—¿Qué hicieron?— preguntó, a lo que MinHo alzó la vista, y tardó segundos en caer.

—¡No! No, no, no— negó, con sus mejillas enrojecidas—. Nosotros no... hicimos eso.

Chris asintió, con una leve sonrisa.

—¿Y tú y Felix qué?

—Habla dormido— dijo el castaño con una sonrisa, para confusión de Min—. Creo que nunca te explicamos su mudez... En resumen, Felix no puede hablar o hacer ningún sonido de forma consciente, pero sí lo hace cuando está dormido, sin querer.

MinHo pensó un momento, para luego asentir.

—Es raro, pero Lixie siempre fue especial.

Chris asintió.

—Y... ¿Eso?

Se miraron en silencio un momento, luego Chris negó.

—Tampoco— dijo, bajo—. Igual, pensar en eso se siente raro. Conozco a Felix hace años, y una parte de mí lo sigue viendo como el adorable niño que tengo que proteger... y por más que sea su novio y todo, lo quiero de una forma más amorosa, que sexual.

MinHo asintió.

—Con JiSung me pasa algo parecido— concordó—. Somos amigos desde niños, y por el tema de su columna y todo eso... es complicado.

Chan asintió.

—En ese sentido, JiSunggie es especial.

MinHo sonrió ampliamente.

—Claro que lo es.