𖦹 Cuarenta y cuatro 𖦹
En el cumpleaños de Chris, incluso la mayoría de sus familiares de Australia habían aparecido en su casa, donde apretaron sus mejillas y dejaron besos marcados con pintalabios por todo su rostro.
La sala y el comedor de su casa comenzó a llenarse más y más de gente, de regalos y bandejas de comida que su madre, junto a la señora Lee, se encargaban de preparar en la cocina y ofrecer a todos.
Chris notó a Felix incómodo con cada persona que entraba, más gente nueva y que no conocía, y vió como su novio se encogía un poco más conforme toda la presencia y las voces que sonaba más fuerte para que se pudiera escuchar.
MinHo y JiSung se quedaron todo el tiempo junto al chico mudo, Chris no podía pasar mucho rato con él por ir a pasar tiempo con su familia, que no veía hacía tiempo y habían viajado desde tan lejos por él.
Al momento en que las luces se apagaron, los invitados comenzaron a aplaudir y a cantar el feliz cumpleaños para Chris, Felix sólo podía cerrar los ojos con fuerza y tratar de controlar sus temblores.
No entendía bien que le pasaba, pero toda esa gente lo abrumaba, no le gustaban las multitudes, y tampoco que le robaran tanto tiempo con Chan.
El mudo no escuchó nada cuando JiSung preguntó si estaba bien, y tampoco cuando MinHo anunció que iría a buscar a Chris, sólo sintió cuando éste se inclinó hacia él, mirándolo con preocupación, y Felix sólo pudo abrazarse su cuello como un koala.
Chris decidió ir hacia afuera, invitó a MinHo y a JiSung para ir con ellos, pero avanzar con la silla de ruedas entre las personas, era complicado y prefirieron quedarse.
Así que terminaron ellos dos, con Chris sentado sobre el césped del patio y Felix sentado sobre sus piernas, quien no dejaba de abrazarlo, escondiendo su rostro en su cuello.
—¿Te da ansiedad tanta gente?— preguntó Chris, Felix asintió.
El cumpleañero dejó caricias en su espalda y besó su cabeza, hasta que el mudo se sintió mejor y se apartó un poco para mirarlo, y sonreír ligeramente.
Por su cuenta, Felix se acercó a Chan para dejar un lento y cariñoso beso en sus labios, haciendo ruborizar a ambos, al separarse, Chris sólo pudo sonreír.
Felix novio sus manitas, en signos que Chris le había pedido a la señora Lee que le enseñara, sabiendo que su novio los haría en algún momento.
“Feliz cumpleaños”.
Chris tardó un momento en responder, alzando su mano con inseguridad.
“Gracias”. Dijo, con el gesto lento por la duda.
Felix sonrió y asintió, haciendo entender que lo había hecho bien.
Continuaron en silencio un largo rato, Felix no tenía su cuaderno, y Chris, por más que estaba aprendiendo las señas, no sabía las suficientes para establecer una conversación.
Así que sólo se encargaron de disfrutar el silencio, y del otro, sin darse cuenta de la mirada de la madre de Chris desde la cocina.
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