Felix fue hacia el baño, pegó la oreja a la puerta, al no escuchar nada, golpeó dos veces.

—Ya... ya salgo— habló HyunJin, su voz sonaba como si estuviera congestionado, aunque era sólo por el llanto.

Felix mordió su labio con fuerza, sintiéndose mal en su interior.

Recordó como lo había ayudado semanas atrás, y quería hacer lo mismo por él, hacerlo sentir tranquilo como había hecho con él.

—¿HyunJin?— habló.

El mayor tardó un momento en entender su nombre en el aniñado acento del chico, además que hablaba bajo, y con la puerta entre medio apenas había escuchado.

HyunJin abrió, notando la mirada preocupada del chico, y como abrió un poco más sus ojitos al notar sus ojos aún brillantes y las mejillas enrojecidas por llorar.

—Lixie, lo siento, ¿querías pasar?

El chico negó, sentía un nudo en la garganta, así que aclaró su voz, mientras lo señalaba.

—¿Bien?

HyunJin sintió ternura por la preocupación del chico.

Rió un poco, aunque sonó bastante forzado.

Revolvió los cabellos del chico, para luego rodear sus hombros, tengo hacia la escalera para volver a la sala.

—No voy a mentirte, Lixie, no me siento bien, pero estamos acá para celebrarte, olvídate de esto, así que no te sientas mal por mí y piensa en sentirte bien por ti.

Felix sintió que el mayor estaba rechazando su ayuda, pero decidió no decir nada, y le hizo caso.

Durante la cena, el señor Lee había traído cervezas, y los únicos que se negaron fueron JiSung y Felix.

Al final, cuando se fueron, Felix y Chan fueron hasta el cuarto que compartían, acurrucándose junto al otro en la cama que también compartían, el sueño no tardó en ganarles.