Por la noche, con Felix durmiendo a su lado, Chris no podía hacer más que permanecer mirando el techo, sintiéndose terriblemente mal.

Por más que se decía que no debía ponerse así, que no era su culpa que le guste Felix, y que no podía evitar sentirse atraído a los hombres, una parte de él quería cambiar, volver a su casa y que todo sea como antes.

Así que había armado una discusión consigo mismo, una parte que no podía aceptarse y otra que quería ser como es.

¿Tan difícil podría ser aceptarse a sí mismo?

Sintió a Felix removerse a su lado, murmurando sonidos que no le encontró sentido, pero que lo hicieron reír.

¿No podía aceptarse a sí mismo, al menos por Felix?

Al pensar en él, incluso la parte que decía estar mal, esa parte que quería ser “alguien normal”, callaba, perdiendo todos sus argumento.

Ni siquiera él podía contra todo lo que amaba a Felix.

Dejó un beso sobre la nariz del dormido chico, y rió un poco cuando vió fruncirla.

Se concentró en mirarlo dormir, eso lo llenaba de paz, lo alejaba de sus pensamientos, y lo único que lo pudo llevar hacia el sueño.