Tentación
La joven amazona invocó un cristal que comenzó a emitir una luz tenue en el sombrío y vasto lugar, revelando la magnitud del espacio que se extendía más allá de lo que sus ojos podían abarcar.
—Recuerdo este lugar con claridad —dijo Nisha, su voz cargada de nostalgia. —Es el sitio donde llegó la expedición.
—Se parece mucho al lugar donde desperté —comentó N 13, la sorpresa en sus ojos reflejando el resplandor del cristal.
De repente, una chispa de electricidad se encendió, devolviendo una luminiscencia fugaz al lugar. Ambas se pusieron en guardia, la tensión palpable en el aire.
—¿Encendiste la planta de poder? —preguntó N 13, su tono cargado de preocupación.
—No, no tuve tiempo —respondió Nisha, el miedo evidente en su voz. —La criatura nos atacó antes de que pudiera hacerlo.
—Esto no me gusta nada —murmuró N 13, su mirada oscura y decidida—. Pero es mejor que empecemos a investigar y salir de aquí rápidamente. No nos queda mucho tiempo.
—De acuerdo —aceptó Nisha, su corazón latiendo con fuerza.
La mutante se sintió atraída por algo en una de las cápsulas, y al despejar la capa de polvo que la cubría, descubrió el cuerpo momificado de una Mutant Queen. Su rostro se contorsionó en una mezcla de ira y tristeza mientras apoyaba su frente contra el cristal de la cápsula.
—Lamento que hayas tenido que acabar así, hermana mía —susurró N 13, sus palabras impregnadas de una profunda pena.
—¿Ocurre algo? —inquirió Nisha, acercándose a ella.
—Ven a ver esto —pidió N 13, su voz temblando con emoción reprimida.
Nisha se aproximó y contempló el cadáver de la Mutant Queen con una expresión de indignación. El cuerpo sin vida yacer en un estado deplorable.
—No es justo que ustedes sufran de esta manera. El mundo las ve solo como una amenaza, pero ellos no ven lo que yo veo —dijo Nisha, la rabia y la compasión mezclándose en su tono.
—Nisha...
—A pesar de todo lo ocurrido con Shirke, sé que las Mutant Queens son como cualquier ser humano. No son meras armas, y tú, N 13, me has mostrado el lado más humano de tu especie. Buscas conocer quién eres, cuál es tu propósito, y esta vez no estarás sola.
—Gracias por tener fe en mí, Nisha —respondió N 13, su voz cargada de gratitud—. Pero recuerda que al salvarme, tuviste que sacrificar a mucha gente.
—Lo sé —admitió Nisha—. Pero Urk habría hecho lo mismo. Él y yo hablamos sobre cómo la única forma de acabar con Shirke era que otra Mutant Queen nos ayudara.
El plan surgió durante las lecciones del General Gladius, cuando nos habló de la historia de tu especie. A lo largo de este decadente mundo, se han avistado muchas como tú. Desconocemos cuántas son en realidad. Viven en las sombras, apareciendo solo para cazar y hacerse más fuertes. Son cazarrecompensas de gran utilidad, aunque no todas poseen un poder desmesurado y cada una tiene su propio estilo de combate.
Gladius ha visto muchas Mutant Queens en sus viajes y he aprendido mucho sobre ellas gracias a sus diarios y estas ruinas.
Mientras la joven amazona exploraba, notó que había un monitor encendido en la sala y se acercó a él. N 13 la siguió, curiosa.
—¿Qué ocurre, Nisha? —preguntó N 13.
Nisha se inclinó sobre el monitor y se dio cuenta de que había carpetas en la computadora.
—Esta tecnología es de la antigua humanidad —comentó Nisha, sus ojos brillando con conocimiento—. Sé cómo manejarla. Los días en la biblioteca rindieron sus frutos. Ahora es hora de poner en práctica lo que aprendí.
Comenzó a manipular la pantalla con destreza, y N 13 observó con asombro su agilidad. Al abrir los archivos, encontró documentos que captaron su atención.
—Transferencia de sujetos de prueba, inicio del procedimiento de coma inducido a los sujetos que han sobrevivido al proyecto "Penitencia" —leyó Nisha en voz alta.
—Hmm, parece que no todas lograron sobrevivir —comentó N 13, su rostro empapado en tristeza—. Qué horrible...
Ambas observaron fotos en las que médicos encerraban a las chicas en las cápsulas, incluyendo a una niña de apenas cinco años.
Nisha abrió otro archivo titulado "Experimentos" y comenzó a reproducir un video que mostraba a una chica siendo operada sin anestesia, sus ojos extirpados. La grotesca escena llenó a ambas de horror.
—Doctor: Por ahora, el poder regenerativo de la chica es admirable. A pesar del dolor inmenso, su cuerpo regenera, aunque más lentamente en comparación con otros sujetos.
Quizá esto se debe a que no se ha adaptado bien al... creado a partir de...
De repente, la grabación se atascó, la computadora se reinició, y el archivo se perdió en el menú de archivos.
—Parece que ese archivo está dañado... —murmuró Nisha, frustrada—. Y parecía contener una conversación clave.
—Sigue buscando —ordenó N 13—. Debe haber algo que nos ayude.
La búsqueda se volvió desesperada, y cuando Nisha estaba a punto de rendirse, encontró un archivo que captó su interés.
—"La creación de la secta de la Santa Petrificada" —leyó Nisha en voz alta.
—Léelo, por favor, Nisha —pidió N 13.
Nisha comenzó a leer:
—"Tras el evento ocurrido en Jerusalén, al que hemos denominado el descenso de los nuevos dioses, el mundo cambió para siempre. Misteriosas criaturas aterrorizaban al mundo alrededor de hace 15 años, ambas poseían un poder que escapaba a nuestra comprensión.
Al analizar los cuerpos del Gigante Grotesco y de La Petrificada, descubrimos que sus genes contenían una energía única capaz de generar lo que llamamos magia.
Parece que estos dos sujetos que cayeron del cielo provienen de un mundo muy similar al nuestro, pero donde ocurren eventos que parecen sacados de cuentos de hadas. Al final, la historia del multiverso resultó ser cierta. Las partículas emitidas por estos cuerpos son similares a las partículas encontradas en los restos de nuestro universo tras el Big Bang, pero son más antiguas, como de una existencia que tal vez fue borrada."
Fin del Reporte del científico Amadeus Goldberg. Año 2072.
Robo del cuerpo y una extraña enfermedad. Reporte del Año 2073.
Una década ha transcurrido desde aquel sombrío 27 de mayo de 2070, un día que ha dejado una cicatriz imborrable en la memoria colectiva. La adoración a la Petrificada ha alcanzado proporciones grotescas, como si la deidad desterrada se hubiera convertido en el nuevo ídolo de una humanidad desesperada. La organización Deusse se ha dividido en dos facciones: una empeñada en erradicar a los Impura Sanguis, y otra atrapada en un fanatismo religioso alimentado por nuestro infame líder.
El culto a la Iglesia de la Santa Petrificada ha ganado un control absoluto, su influencia desbordando las fronteras del fanatismo, reemplazando a antiguas religiones con una rapidez aterradora. Las guerras civiles han estallado en diversas partes del mundo, y la sombra de la Iglesia se cierne sobre todo, arrastrando a la humanidad hacia una oscuridad aún más profunda.
Antes de sucumbir a la locura del culto, Dumas era un científico respetado, como nosotros, pero su obsesión con la Petrificada lo llevó a robar su cuerpo. Afortunadamente, logramos ocultar el cadáver del Gigante Grotesco, permitiéndonos continuar nuestras investigaciones. Sin embargo, las cosas han empeorado drásticamente.
Una enfermedad inusitada ha comenzado a propagarse, sembrando el pánico con sus síntomas horribles: delirios, agresividad animal y una transformación en bestias con piel biomecánica y deformaciones grotescas que parecen pertenecer a un plano desconocido. La realidad supera cualquier ficción de horror alienígena, y estamos en una carrera desesperada para contener la propagación.
El proyecto Mutant Queen se ha puesto en marcha en un intento desesperado de enfrentar tanto al culto como a estas aberraciones que hemos denominado Impura Sanguis. La sangre de estas criaturas es altamente contagiosa, y nuestra capacidad de contener la enfermedad es limitada. Aunque hemos aprendido algo de magia a partir de las memorias de los seres que cruzaron el umbral del cielo, nuestro poder es insuficiente.
Hemos descubierto que las mujeres resisten mejor el procedimiento de convergencia. Incluso si todo sale mal, hemos comenzado a inducir comas de más de cien mil años en algunos sujetos, una medida desesperada para preservar el conocimiento en un mundo que se desmorona. Sin embargo, dudo que puedan soportar tanto tiempo en un sueño profundo comparado con las Mutant Queens de primera generación.
Rumores apuntan a la creación de una segunda generación debido a los defectos de la primera. Si la situación sigue empeorando, nuestra especie podría estar al borde de la extinción. Seguiremos investigando para detener a estos seres infernales, esperando que la humanidad del futuro no cometa los mismos errores que nosotros. Que la nueva humanidad renacida prevalezca.
Fin del reporte.
N 13: —Esto no pinta nada bien, Nisha.
Nisha: —Parece que hubo una época de grandes conflictos. Pero lo que realmente me inquieta es el asunto de su Santidad.
N 13: —¿Estás segura de que leíste todo correctamente?
Nisha: —No me equivoqué en nada. ¿Cómo es posible que Dumas haya vivido tanto tiempo?
N 13: —Es probable que haya sometido su cuerpo a un coma prolongado.
Nisha: —Actualmente estoy revisando la lista de humanos puestos en coma y he descubierto que algunos despertaron prematuramente.
La mitad de la humanidad ha estado sumida en un sueño durante siglos; ahora comprendo por qué algunos vestigios de su era han sobrevivido, aunque aún faltan muchos archivos. Especular sobre lo que ocurrió durante esos años es arriesgado, pero es evidente que la Iglesia oculta la verdad completa.
N 13: —Lo que más me atormenta es si estaré preparada para enfrentar la verdad sobre lo que ocurrió conmigo.
Nisha: —No solo tú, N 13, sino todas las chicas que fueron parte del proyecto.
La rubia observó con tristeza la momia en la cápsula y suspiró profundamente.
N 13: —Volvamos, Nisha. Es hora de ir tras la reliquia que tanto deseas.
Nisha: —De acuerdo.
Emergieron de las ruinas de lo que alguna vez fue una vibrante ciudad, solo para encontrarse con los caballeros de la Iglesia. Armados con pistolas de diseño steampunk y espadas, su presencia era tan amenazante como el aire que respiraban.
Caballero: —¡Alto allí, malditas herejes! ¡En nombre de la Iglesia de la Santa Petrificada, serán condenadas al castigo eterno!
Nisha: —¡Mierda, justo lo que nos faltaba!
N 13: —¡No tenemos tiempo para estas tonterías! ¡Nisha, ve a un lugar seguro, yo me encargo de estos cabrones!
Nisha: —De acuerdo.
Caballero 2: —¡No irás a ninguna parte!
El caballero disparó a Nisha, pero N 13 desvió el proyectil eléctrico con su garra. Su mirada, cargada de furia, penetró a los quince caballeros que temblaban ante su presencia.
El caballero que intentó atacar a Nisha, temblando de miedo, apuntó a la mutante. Antes de que pudiera disparar, N 13 atravesó su pecho con su garra, rompiendo la armadura de plata y dorado. Sostuvo el corazón del caballero y lo aplastó, una lluvia de sangre bañando su cuerpo, intensificando su poder mágico.
Caballera: —¡Ataquen!
La batalla estalló. Los caballeros dispararon frenéticamente, pero N 13 conjuró una barrera mágica impenetrable, repeliendo a sus atacantes con una onda expansiva. Con agilidad felina, descendió entre ellos, sus garras desgarrando y cortando a los enemigos con brutalidad.
La caballera que había ordenado el ataque intentó atacarla por la espalda, pero N 13, con reflejos sobrehumanos, la golpeó con tal fuerza que destrozó su cráneo y casco, sus dientes, sangre y ojos esparciéndose en un grotesco espectáculo. El cuerpo cayó pesadamente al suelo mientras los caballeros restantes atacaban en masa.
A pesar de los apuñalamientos y heridas, N 13 no se rindió. Su furia la llevó a matar salvajemente a todos sus oponentes, arrancando tripas, decapitando y partiéndolos por la mitad. El campo de batalla se tiñó de sangre y cuerpos. Solo sobrevivieron cuatro caballeros, temblando de miedo ante la rubia.
Caballero: —¡¿Qué hacemos, maldita sea?!
Caballera 2: —¡No lo sé!
N 13: —¡Van a morir, malditos hijos de perra! ¡Voy a disfrutar matándolos lentamente!
Mientras N 13 se disponía a eliminar a los últimos caballeros, un tridente descendió del cielo, creando una explosión de magia eléctrica que la repelió.
N 13: —¡Mierda!
Caballera 2: —¡Ese tridente es...!
Caenis: —¡Por fin nos vemos las caras, N 13!
Nisha: —¡¿Esa voz es de?!
Del cielo descendió una majestuosa caballero de armadura dorada y un casco amenazante, resaltando una belleza sobrenatural con sus partes expuestas. El brillo del sol hacía que su armadura dorada resplandeciera, y N 13 sintió un poder monstruoso emanar de ella.
Caballeros: —¡Santa Signora Caenis!
Nisha: —Oh no, esto no pinta nada bien.
V: —Esa chica... No tiene un poder común. Debes tener cuidado.
N 13: —Es la primera vez que te escucho hablar de forma seria. Eso no es buena señal.
Caenis: —Su Santidad Dumas está muy decepcionado de ustedes, tantos años de entrenamiento para que no puedan contra dos herejes.
Caballero 3: —¡Lo sentimos mucho, su señoría!
Caenis: —Ustedes saben muy bien que no tolero los errores, y menos a su Santidad.
El dúo observó cómo la guerrera dorada tomó su lanza y, usando magia eléctrica, hizo explotar a sus subordinados, sus cuerpos y armaduras cayendo en pedazos a su alrededor.
Nisha: —Qué cruel...
N 13: —¿Cómo es que nos encontraron?
Caenis: —Todo fue gracias a nuestros feligreses y a mi casco que contiene un rastreador. Este momento está analizando a fondo tu ser. Se nota que has devorado a muchos, entre ellos a Gretel y a Brunilda, pero tu poder aún no está completamente despierto. Eso me da una ventaja.
Nisha: —¡Tenemos que irnos, N 13! ¡No tendrás ninguna oportunidad contra ella!
Caenis: —Malditas blasfemas, han causado mucho daño, pero tú, N 13, has cruzado el límite al matar al Conde de Arcadia y a Brunilda. ¡Tu castigo será la muerte!
La caballero atacó de forma sorpresiva a N 13. Ella apenas pudo eludir el ataque, pero sintió una de las puntas del tridente cortando su costado.
N 13: —¿Cómo es posible que me haya cortado?
Caenis: —¡No podrán escapar a su castigo!
En ese instante, Nisha disparó una flecha explosiva. Esto enfureció a Caenis, quien le lanzó una esfera de magia Umbris que, al impactar, creó una gran explosión. Nisha logró evadir el ataque.
Esta acción enfureció a N 13, quien comenzó a atacar con furia, pero Caenis, usando su tridente, repelió todos sus ataques y contraatacó con una velocidad abrumadora. La rubia se cubrió, pero sus esfuerzos resultaron inútiles.
Para horror de Nisha y N 13, el cuerpo de la mutante estaba lleno de cortes que empezaban a escurrir, bañando su hermoso cuerpo en sangre.
N 13: —¡Maldita sea! ¡Su velocidad de ataque es monstruosa!
Caenis: —La tortura es uno de los castigos de la Iglesia. Desperdicias tu poder protegiendo a seres tan débiles como los herejes y los humanos. Mira bien el poder que posees; tienes derecho a aplastar a los demás porque tu poder es el de un dios.
La caballero se quitó su casco, exponiendo su bello rostro y su cabello purpura en una coleta de caballo. Lamiendo lentamente la sangre que goteaba de las puntas de su tridente, sonrió con una crueldad inquietante.
Caenis: —Tienes un sabor muy dulce. Jajajaja.
Nisha: —¡N 13! ¡No te rindas!
Caenis: —Tú solo eres una miserable cucaracha. ¡No tienes derecho a decir ninguna palabra, guerrera de Uruk! Cuando termine con tu amiga, yo misma te arrancaré la cabeza.
N 13: —Eres una estúpida si crees que ellos son débiles. No porque tengas un gran poder tienes derecho a considerar a todos como basura. A diferencia tuya... Yo...
¡Yo me considero humana!
En un ataque sorpresivo, N 13 golpeó el vientre de Caenis, quien vomitó sangre.
Caenis: —¿Cómo lograste darme un golpe certero? ¡Maldita!
La emisaria electrificó su cuerpo, lanzando a N 13 al suelo, gravemente herida. Nisha se acercó para ayudarla, pero Caenis, furiosa, se preparó para matarlas.
Nisha: —¡N 13!
N 13: —¡Nisha, huye de aquí!
Nisha: —¡No te dejaré sola!
Caenis: —Intenté ser misericordiosa con ustedes, pero ya no vale la pena. ¡Muéran!
Caenis saltó con su tridente, su furia palpable. Pero justo cuando estaba a punto de impactar, una fuerza inesperada la hizo volar contra un edificio, su tridente despedido por el impacto.
Nisha: —¿Qué acaba de ocurrir?
La amazona alzó la vista y vio unas majestuosas alas de ángel, transparentes y brillando con los rayos del sol, creando un arcoíris en sus plumas. Al aterrizar, reveló una figura enigmática: una chica con un bikini de combate, botas y guantes, su largo cabello gris con destellos púrpuras ondeando con el viento, y un par de alas menores adornando su cabeza. Su rostro estaba oculto por un cubrebocas.
Ángel: —¿Están bien?
N 13: —Sí, lo estamos. ¿Pero quién eres?
Justo en ese momento, una nueva figura llegó corriendo. Llevaba una armadura plateada mezclada con un vestido, su presencia era la de una paladina hermosa con cabello rojo y una actitud algo distraída.
Paladina: —¡Istryn, maldita sea, tus alas te dan tanta ventaja! ¡Yo siempre tengo que correr! ¡No es justo!
Istryn: —Lo siento, Dinna, pero si no hacía algo, ellas ya estarían muertas.
Una gran explosión resonó y de los escombros surgió Caenis, envolviendo el área en un tornado púrpura de furia. Sus ojos ardían con una intensidad aterradora mientras se preparaba para la batalla.
Caenis: —Vaya ataque traicionero. No me sorprende del dúo de mercenarias más famosas del continente de Aura. La Iglesia me pagará bien por sus cabezas.
Dinna: —Si fuera ustedes, me prepararía para salir corriendo de aquí.
Nisha: —¿Y qué pasa con ustedes?
Istryn: —No se preocupen por nosotras. Lleva a tu amiga lejos de aquí, rápido.
Caenis: —¡No escaparán, escorias!
La Santa lanzó una esfera de energía Umbris, pero Dinna usó su escudo para protegerlas y respondió con una magia de luz de su espada, haciendo retroceder a Caenis.
N 13: —¡Vamos, Nisha!
Nisha cargó a N 13 y se precipitó fuera del lugar mientras Istryn y Dinna se quedaban enfrentando a Caenis.
Nisha: —¡Por favor, no mueran!
Mientras tanto, el General Gladius percibió una presencia abrumadora y maligna que lo hizo sudar frío.
Gladius: —Esta presencia... No, no puede ser él. ¿Oh sí? ¡Soldado!
Soldado: —¡Sí, mi General!
Gladius: —Avisa a Valederik que saldré en una urgencia. Vigilen bien que nadie entre sin mi autorización. ¡¿Entendido?!
Soldado: —¡Sí, señor!
Gladius salió corriendo de la casa principal, el sol se veía pálido y el cielo opaco, un presagio ominoso se cernía sobre él.
Gladius: —Esto no está bien. Es como aquel día.
Al llegar cerca del cementerio, vio a Dalia arreglando tumbas y se acercó a ella.
Gladius: —Señora Dalia.
Dalia: —Oh... General Gladius, ¿qué hace por aquí?
Gladius: —Salí a dar un paseo, ya casi es la puesta del sol.
Dalia: —Así es, ya es demasiado tarde... Incluso para este pueblo decadente.
Gladius: —Lamento mucho lo de su hijo. Me enteré hace poco de lo que pasó con la expedición de Nisha.
Dalia: —Mi hijo fue un estúpido al unirse a las filas de los guerreros de Uruk. Le advertí que no cometiera el mismo error que su padre. Y me duele aún más que confiara en esa perra de Nisha. Si no fuera por la bastarda de su madre, nada de esto hubiera pasado.
Gladius: —Sus palabras son duras, Dalia. Debería culparme a mí por haber aceptado a su hijo.
Dalia: —Usted no tiene que culparse por su trabajo. Ha hecho más que nuestro estúpido gobernante, que solo se enfoca en follar para evitar que este pueblo se hunda. Creo que ya ha llegado nuestro fin y debemos aceptarlo, General Gladius... Jejejeje.
Gladius: —No debemos rendirnos, Dalia. Sé que podemos ganar este conflicto.
Dalia: —Con esa zorra... Lo dudo mucho. Ella debió morir junto a la miserable de su madre. ¡Por su culpa mi esposo y mi hermano murieron! ¡Mis padres también murieron! ¡Debí haberla matado ese día si no hubiera sido por ti, mi hijo seguiría vivo! ¡Usted debe comprender el dolor de una madre, de una habitante de Nueva Uruk que perdió todo!
En la mente atormentada de Dalia, recordó cuando intentó asesinar a Nisha estrangulándola, y cómo fue detenido por Gladius.
Gladius: —Mi deber es protegerla. Me hice una promesa.
Dalia: —¿¿Promesa de qué??
El hombre bajó la mirada, sus puños apretados, y suspiró profundamente.
Gladius: —Nada, olvide lo que dije. Debo regresar a la base. Cuídese, señora Dalia.
Dalia observó cómo se alejaba el hombre, pero una sensación inquietante le recorrió la espalda. Se volvió rápidamente y vio a una anciana andrajosa.
Dalia: —¡¿Quién eres?!
Anciana: —Ese hombre parece no entender el dolor de una madre. Pero veo que guarda secretos oscuros.
Dalia: —¡Responde! ¡¿Quién eres?!
Anciana: —Jejejejeje, solo soy alguien que quiere ayudarte. Siento tu dolor, Dalia, y veo la oscuridad en tu corazón. Sé que deseas vengarte de esa chica llamada Nisha.
Dalia: —¡Esa maldita zorra me quitó a toda mi familia, ella y su madre! Pero nadie ve el peligro que ella está causando. Me ven como loca.
Anciana: —Yo te creo. Esa chica es una amenaza. Todos los Mutant Queeny y los herejes descomponen el orden que la Santa Iglesia ha establecido para sus fieles.
Dalia: —¿Eres parte de esa Iglesia?
Dalia comenzó a notar que los ojos de la anciana no eran humanos, una neblina extraña se formó a su alrededor.
Dalia: —¿Qué demonios eres en realidad? ¡Tus ojos... No son humanos!
Anciana: —Eres muy observadora. Creo que no es necesario tanto alboroto.
La ingenua mujer miró horrorizada cómo el aspecto de la anciana se transformaba en el infame Cardenal, una figura aterradora que la hizo estremecerse.
Dalia: —Eres... ¿Uno de los cinco Cardenales?
Aleister: —Parece que la gente de esta ciudad decadente conoce muy bien quienes somos. Eso es, en cierto modo, reconfortante.
Dalia: —Pensé que solo eran un mito. Ustedes son las manos ejecutoras de Su Santidad, junto con las que llaman Santas Signoras.
Aleister: —Jajajajaja, eres muy perspicaz. Pero, ¿a qué costo? Sé que has perdido a tu hijo y que te has quedado sola en esta vida cruel. Siento cómo tu alma y tu corazón arden con el deseo de ajustar cuentas.
Dalia: —¿Me has estado observando?
Aleister: —No, querida. Digamos que mis ojos reptilianos tienen el poder de desvelar los deseos más oscuros de las personas, sus ansias más impías. Y tu alma, digamos...
El Cardenal distorsionó la realidad con un gesto de su mano, transformando la apariencia de Dalia. Ella se vio reflejada en un espejo, su imagen distorsionada en una monstruosidad de horror grotesco. Un grito desgarrador escapó de sus labios.
Dalia: —¡Devuélveme mi apariencia normal! ¡Te lo suplico!
Aleister: —Oh, querida, sabes muy bien que anhelas vengarte de esa zorra de Nisha. Ese estúpido de Gladius es un hipócrita, tratando de impedir que cometas una locura. Pero créeme, él ha ocultado muchas cosas. Mírame, Dalia. Sabes que deseas acabar con quienes te arrebataron a tu familia.
Los ojos del Cardenal brillaron con una intensidad sobrenatural mientras el suelo se transformaba en una maraña de serpientes grotescas, biomecánicas y retorcidas. Dalia, atormentada, vio en los ojos del Cardenal la imagen de sus familiares muertos, sus rostros en un desfile macabro de agonía.
Nishas, en una imagen distorsionada y burlona, comenzaron a aparecer y reírse de ella. Furia y desesperación nublaban su mente mientras tomaba una espada y empezaba a asesinar a esas figuras sin piedad.
Nisha: —Eres una patética mujer. Tu hijo solo me sirvió de esclavo. Eres débil, ¡no sirves para nada!
Dalia: —¡Cállate!
Desquiciada, Dalia se lanzó sobre la imagen de Nisha y comenzó a apuñalarla repetidamente, riendo y gritando maníacamente.
Dalia: —¡Muere! ¡Muere! ¡Jajajajajaja!
Del charco de sangre que se formó entre los cuerpos de Nisha, emergió el cuerpo destrozado de Urk, con sus órganos expuestos y colgando, un macabro recordatorio de su destino tras ser devorado por los Gorilas de la Neblina.
Dalia: —¡Hijo! ¡¿Qué te han hecho?!
Urk: —Madre... Debes hacer pagar a Nisha por esto... Ella nos abandonó, nos abandonó a todos...
Al intentar tocar a Urk, su figura se transformó en una masa de serpientes que se lanzaron sobre ella, devorándola de manera despiadada. La voz de Aleister resonó en sus oídos.
Aleister: —Es triste ver a una madre desamparada por culpa de los herejes, pero al final, estos seres insignificantes te han dado la espalda. ¿De verdad crees que vale la pena proteger a tales seres débiles? ¡Claro que no! Solo quienes acepten la iluminación de Su Santidad obtendrán la verdadera salvación.
La ilusión se desvaneció, y Dalia cayó de rodillas, sudando frío y respirando con dificultad. Aleister se acercó, sus ojos llenos de una maldad helada.
Aleister: —La única forma de que logres tu cometido, Dalia, es aceptando a la Santa Petrificada en tu alma y corazón, así como a Su Santidad. Con ese poder, podrás acabar con Nisha y su amiga. Y quizá también con N 13.
Un silencio cargado de tensión se hizo presente. El Cardenal extendió su mano, y Dalia levantó la cabeza, la desesperación y la determinación reflejadas en sus ojos.
Sin dudarlo, ella tomó la mano de Aleister.
Dalia: —Acepto su poder, mi señor.
Continuará.
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