El Enjambre Primera parte

Shirke: —Tuviste suerte aquella vez, pero esta vez nadie te salvará de mi letal veneno.

N 13: —Esta vez será diferente. Te mostraré algunos trucos que he aprendido.

Las heridas en las mejillas de N 13 comienzan a sanar de forma inquietante. Shirke, la corrupta mutante, se lanza hacia N 13, pero la rubia esquiva el ataque con agilidad. Sin embargo, la cola de la monstruosa criatura se enrolla alrededor del brazo de N 13 y la arrastra violentamente hacia ella.

Shirke asesta un rodillazo en el vientre de N 13, enviándola a volar y estrellándose contra uno de los árboles en el oscuro y enigmático jardín.

Nisha: —¡N 13!

Shirke: —¿No que ibas a mostrarme algunos trucos nuevos? Jajajajaja. Te mataré lentamente. Te devoraré y tu poder será mío. Jajajaja.

N 13: —¡No lo creo!

Shirke se sorprende al sentir que N 13 está justo detrás de ella. Intenta atraparla con su cola, pero la joven rubia le propina un golpe con su puño derecho, imbuido de magma. El impacto deja una quemadura en la espalda de Shirke, quien es proyectada contra una pared cercana.

Shirke: —Grrr, no sé cómo hiciste eso, pero ese golpe sí me dolió.

Al reincorporarse, Shirke observa que las manos de N 13 están bañadas en magma.

Shirke: —Veo que has comenzado a usar el poder que obtuviste de Gretel, pero no eres la única con trucos bajo la manga.

Las manos antes delicadas de Shirke se transforman en horribles nidos de agujeros, un espectáculo que provoca tripofobia en N 13. Para aumentar el horror, emergen abejas y avispas con un aire demoníaco.

Shirke: —¡Vayan, mis bellos soldados, protejan a su reina!

El enjambre se lanza a toda velocidad hacia N 13, como perros rabiosos en busca de su presa.

N 13: —Grrr, ya me dabas asco antes, pero ahora con esto, más aún quiero mantenerte lejos.

La joven mutante invoca un aura de fuego, incinerando algunos de los insectos. Sin embargo, al ver que no pueden atacar cuerpo a cuerpo, los insectos comienzan a disparar aguijones cargados de magia.

N 13: —Joder... Creo que a partir de ahora odiaré a los insectos.

Corre para esquivar los aguijones, pero algunos perforan su pierna derecha, y el veneno empieza a paralizar su extremidad.

N 13: —Tengo que acabar con esas malditas molestias aladas.

Shirke: —Jajajaja, nunca podrás ganarme. El veneno ya está comenzando a hacer efecto. ¡Vayan, mis hermosas, acaben con esa perra de una vez por todas y devoren su carne!

Nisha: —Grrrr, no sabía que su cuerpo era un nido de insectos. Es como si N 13 estuviera luchando contra toda una colmena. Además, su pierna derecha ya no se mueve.

N 13: —¡Si crees que tienes ventaja, estás muy equivocada!

El cuerpo de N 13 comienza a arder, sus extremidades y su pecho brillan como magma. Un gran chorro de aire caliente surge hacia los insectos, incinerándolos al instante. Pero Shirke observa con asombro cómo de la pierna envenenada de N 13 emana un vapor morado, sorprendiendo tanto a la insectoide como a Nisha.

Nisha: —No cabe duda, está usando el poder de Gretel para evaporar el veneno de su cuerpo.

Shirke: —¡Esto es una mentira! ¡Ya estabas condenada a morir! Grrr. ¡Eso es injusto!

N 13: —En nuestro primer enfrentamiento no tenía este poder, pero ahora puedo modificar la temperatura de mi cuerpo. ¡Tu veneno no tiene efecto sobre mí!

Shirke: —¡Imposible!

Nisha: —Es la primera vez que veo a Shirke preocupada. Siempre había sido tranquila y soberbia cuando nos atacaba con su ejército.

Shirke: —Si crees que con el poder que robaste vas a ganar, ¡estás muy equivocada! No me rendiré. Acabaré con tu miserable vida.

Raíces de los árboles comienzan a surgir, transformando el campo de batalla. Las raíces se lanzan hacia N 13, pero ella las corta con su garra. Sin embargo, los fragmentos de madera lanzan proyectiles gruesos que perforan la carne de N 13, causando daño significativo.

N 13: —Joder, sabía que esto no sería fácil.

Shirke: —Si crees que me tenías en tus manos, estás muy equivocada, N 13. Gracias a Wayland, he aprendido mucho sobre el combate.

N 13: —Je, pero aún así no te daré el lujo de verme tirada en el suelo otra vez.

N 13 usa nuevamente el viento caliente, convirtiendo en cenizas las espinas de su cuerpo. Sin embargo, Shirke agita sus alas, creando un vendaval poderoso. Las dos fuerzas chocan, rompiendo ambas barreras de aire.

Ambas se lanzan al ataque, intercambiando golpes en un combate cuerpo a cuerpo brutal y sangriento. La excitación de V es palpable, deseando ver a N 13 terminar con Shirke de manera visceral.

V: —Deseo la sangre de esa perra. ¡La deseo, jajajajaja!

Ambas se hieren gravemente, exponiendo huesos y músculos en una pelea cruel y sangrienta. Shirke utiliza su cola para atacar, pero los ojos rojos de N 13 atrapan la cola y la azotan varias veces contra el suelo, arrancándola con un grito de dolor mientras chorros de sangre brotan de la extremidad mutilada.

Nisha: —¡Bien!

Shirke, en un rugido de furia, responde: —Grrr. ¡Esto aún no termina, N 13!

La insectoide, con un siseo de odio, regenera su cola y convoca nuevamente a su ejército de insectos. La cola, ahora retorcida y grotesca, comienza a transformarse en un soldado insecto de aspecto repugnante. Con ojos de araña y brazos en forma de mantis, la grotesca creación desafía los límites del horror. Tanto N 13 como Nisha observan, horrorizadas, la macabra habilidad de Shirke para generar soldados a partir de su propio cuerpo.

Nisha: —Grrr, esto no pinta nada bien. Ahora entiendo por qué nunca dejaban de aparecer nuevos aliados de Shirke.

N 13: —Joder, eres demasiado repulsiva. Nunca imaginé que pudieras crear soldados a partir de tus propios miembros amputados.

Shirke: —Por algo me llamaban el ejército de una sola mujer. La iglesia me otorgó habilidades que jamás pensé que existieran, cosas que ustedes, patéticos seres, jamás podrían enseñar por miedo a mi poder.

Al final, la Iglesia tomará control de este territorio. Me deleitaré cuando mis manos estén bañadas en su sangre impía. Saborear su carne, deslizarla por mi garganta... jajajaja. Eres un talento desperdiciado, al igual que Nisha.

Si viesen la luz de su santidad, tendrían un poder que haría temblar a los reinos más poderosos.

N 13: —Gracias, pero no. El poder solo te corrompe, y eres el vivo ejemplo de ello. Te dejaste seducir porque al final, la gente que juraste proteger ya no colmaba tus caprichos.

¡Solo eres una niña que solo ve por sí misma! ¡Nunca te importó la gente de Uruk! ¡Jamás te lo perdonaré!

Mientras la batalla continúa, Istryn y Dinna se afanan en brindar primeros auxilios a los heridos, aunque su agotamiento es evidente.

Dinna: —Joder, hay tantos heridos.

La pelirroja observa cómo Istryn coloca una venda en un guerrero, y recuerda con nostalgia cómo ella la curaba con amabilidad y ternura.

Istryn: —Dinna, no seas necia. Esa herida es profunda. Tu poder regenerativo tardará en sanar. Déjame ayudarte a evitar una infección.

Dinna: —Estaré bien, no necesitas cuidarme siempre, Istryn.

Istryn: —Eres aún una niña, Dinna. Siempre te he estado curando desde que nos hicimos colegas.

Dinna: —¡No necesito tu ayuda siempre, Istryn!

Dinna aparta bruscamente la mano de la bella ángel, pero Istryn solo sonríe. Al mirarla, Dinna se sonroja.

Dinna: —Eres un poco rara. ¿Sabes?

De repente, Istryn presiona su frente contra la de ella, y Dinna se sonroja aún más, especialmente al notar la cercanía de los voluptuosos pechos de su compañera.

Istryn: —Estás muy caliente, creo que te dará un resfriado.

Dinna: —¡Idiota, no es eso!

La joven con hermosas alas se aleja, riendo. La reacción extraña a Dinna, la paladina de armadura plateada y cabello de fuego.

Istryn: —Solo bromeaba. Te ves adorable cuando te sonrojas. Por alguna extraña razón, me gusta verte así.

Dinna y la ángel comienzan a reír juntas. La paladina sonríe al recordar ese peculiar momento.

Dinna: —Eres torpe a veces, pero... eres la única que me ha hecho sonreír después de tantos años...

En ese momento, la galena Catherine hace su aparición para agradecerles por asistir a los heridos.

Catherine: —Muchas gracias, chicas, por ayudarme. No sé qué habría hecho sola con tantos heridos.

Istryn: —No hay de qué. Es lo que nuestra líder Hina nos enseñó durante el entrenamiento.

Catherine: —Tuve el honor de conocerla. Es una mujer muy recia en su deber, diría que demasiado estricta.

Dinna: —Siempre ha sido así, aunque no hemos sabido nada de su pasado.

Istryn: —Así es. Es una mujer llena de misterios. Por cierto, estamos quedándonos sin vendajes y algunos medicamentos.

Catherine: —¿Podrías anotar lo que falta, por favor, Istryn?

Istryn: —Claro, señorita Catherine. Enseguida vuelvo.

La joven de hermosas alas se retira, pero Catherine se acerca a Dinna con una expresión grave.

Catherine: —Me preocupa que vuelvan a atacar la ciudad. Apenas hemos logrado repelerlos gracias a Nisha y a Istryn. Ya no tenemos más guerreros disponibles para defendernos.

Dinna: —Hay que confiar en Nisha. Ella ha demostrado ser capaz de salvar a su amiga y acabar con esos bastardos.

Catherine: —Aun así, debemos estar preparadas. Me cuesta creer que hemos llegado tan lejos en la lucha contra esos dos gigantes.

Dinna: —Quiero que me cuentes todo lo que ha pasado antes de que llegáramos.

Catherine: —La ciudad en la que estamos no es la original. La verdadera ciudad es la que está donde se encuentra Nisha ahora, si es que logra infiltrarse en la base enemiga.

Hace quince años, hubo una invasión por parte de la Iglesia. La protectora que conocíamos, Shirke, nos traicionó. Huimos y creamos esta nueva ciudad, a la que llamamos Nueva Uruk, pero la pesadilla solo había comenzado. Siempre sufrimos ataques de parte de Wayland y Shirke. Ellos venían acompañados por un dúo de gigantes llamado Hansel y Gretel.

La revelación más impactante es que los traidores aún permanecen entre nosotros, y que Wayland es el padre de Nisha. Pero hay algo más que siento que Nisha no nos ha contado aún.

Dinna: —¿Qué sabes de ese tal Wayland?

Catherine: —Wayland... o más bien Cyrus, era uno de los dos generales más poderosos del reino, el padre de Balederik. Ambos destacaron por sus hazañas, incluso siendo jóvenes.

Cyrus veía a su gran amigo y rival, Gladius, como una competencia a superar. Ambos mostraban respeto, aunque no les gustaba quedarse atrás.

Sus logros eran la base de cuentos de hadas y relatos de grandes guerreros de la Antigua Humanidad. Ambos eran maestros de la espada.

Todo cambió cuando Cyrus conoció a una mujer llamada Sora, de reputación cuestionable. Cyrus dedicó todo a su pueblo y a su familia. En una escaramuza con la Iglesia, Cyrus nunca regresó. En esos tiempos, había mucha tensión debido a la locura del Rey. Rumores de golpe de estado circulaban, y tras la "muerte" de Cyrus, nunca imaginé que Wayland y Cyrus eran la misma persona.

La gran tragedia ocurrió cuando Shirke acabó con el Rey y con la madre de Nisha...

Ella ha soportado el peso de la discriminación, la sombra de la desgracia causada por su madre, Sora, que arrastró a un reino próspero hacia su ruina. La verdad oscura reveló que Sora había estado en una relación con el Rey y con Shirke.

La galena se acerca a la ventana, su mirada perdida en el sol en su cenit, una melancolía profunda envolviéndola.

Dinna: —Es doloroso cargar con esa culpa, saber que tus padres iniciaron la caída de un reino.

Catherine: —Si no fuera por Gladius, ella probablemente se habría rendido ante la desesperación y la discriminación.

Dinna: —Es admirable que no se haya corrompido ni optado por desertar. En lugar de eso, protegió a los demás del gigante que la acosaba.

Catherine: —El sacrificio de su prometido no fue en vano. Gracias a N 13, Nishá recuperó su espíritu de lucha. Ahora, como una Mutant Queen, tenemos una oportunidad de ganar esta guerra.

En la base enemiga, N 13 se prepara para desatar todo su poder. Shirke reúne a sus soldados insectos, que se preparan para el ataque.

N 13: —Esta vez será diferente, Shirke. Haré que tu cuerpo arda en el mismo infierno que tú misma has desatado.

Shirke: —¡Jajajaja! No me hagas reír. Tú serás quien muera, devorada por mis insectos. Y cuando termine contigo, tu bella compañera Nisha será la siguiente.

N 13: —¡No permitiré que le hagas daño ni a un solo cabello, maldita!

Nisha: —Grrr, no lo tiene fácil. Son diez contra uno. Si tan solo no estuviera tan cansada...

La joven rubia transforma su brazo en una espeluznante garra, mientras sus piernas y brazos arden en un aura de magma, sus escamas brillando en la penumbra.

Shirke: —¡Ni el fuego más infernal podrá detener a mis hermosos insectos! ¡Y te lo demostraré! ¡Ataquen!

El enjambre se abalanza sobre la chica de ojos rojos. Con agilidad sobrehumana, ella mata uno tras otro con sus garras y patadas. La mantis humanoide se enfrenta a ella con cuchillas afiladas, y N 13 observa con asombro la maestría con la que Shirke maneja sus armas.

Cada ataque corta la piel de ambas combatientes, cubriéndolas de heridas y sangre.

Shirke: —Eres una de las pocas que ha logrado igualar la pelea con mis mantis. Debo darte crédito, pero esto aún no ha terminado.

Las cuchillas de la mantis raspan el suelo, y N 13 se aleja apenas a tiempo de un ataque sorpresa. Pero en ese instante, las chispas producidas por las cuchillas provocan una explosión que desgarran el rostro de la mutante, un grito de dolor estalla en la noche.

Nisha: —¡N 13!

Shirke: —¡Jajajaja! Eso te pasa por bajar la guardia. Los insectos siempre estamos un paso adelante. Las chinchillas de mi mascota están bañadas en aceite inflamable. Al contacto con chispas, explotan de forma espectacular.

Pero eso no es todo. Si te gustan mis abejas, espera a ver mis avispas, ¡jajajajaja!

La garganta de Shirke se infla y de su boca emergen miles de avispas gigantes, rodeando a la mantis. Nisha se preocupa, pero la joven rubia la detiene.

N 13: —¡Alto! ¡No me ayudes, Nisha!

Nisha: —Pero...

N 13, con el rostro ensangrentado y parcialmente expuesto, cubre su herida con una mano empapada en sangre.

N 13: —Si de verdad estoy preparada para enfrentar mi destino, debo hacerlo por mi cuenta. Debo cumplir la promesa que le hice a Amelia y a su padre... y también a mí misma. No debo corromperme por mi poder. No necesito convertirme en un demonio para vencer.

¡No como tú, Shirke! Que, por miedo, te entregaste a tu demonio interior.

Shirke: —Lamentarás haber pronunciado esas palabras, maldita perra.

La rubia se descubre el rostro destrozado, con parte del cráneo expuesto y carne colgando. Su poder regenerativo empieza a sanar las heridas mientras se concentra.

N 13: —Mucha gente depende de mí. Si caigo en manos de esta zorra, todo habrá terminado. No negaré que tengo miedo, pero eso es lo que aún me hace humana, no como ella...

Debo acabar con su mantis y con esas avispas... Solo hay un poder mágico capaz de destruirlas todas, pero... ¿podré hacerlo?

La joven recuerda su enfrentamiento con Gretel y la pose que la bestia usaba para invocar pilares de magma y su potente chorro de magma.

Nisha y la monstruosa insecto observan cómo ella adopta la posición de combate estilo fuego y magma, con el pie derecho adelante y el puño derecho extendido.

Shirke: —Imposible. Esa es la pose que Gretel usaba para sus magias de magma más poderosas.

Nisha: —¿Acaso se atreverá a usar esas magias de nuevo? Grrr, apenas logró dominarlas contra el Siamés en el Mundo Astral.

N 13: —¿A qué esperan? ¡Vengan!

Las avispas se lanzan a toda velocidad hacia la mutante. Ella golpea el suelo con su pierna, y para asombro de Shirke, invoca un pilar de magma que detiene a las avispas en seco.

Shirke se ríe con desdén, la voz cargada de un cruel desdén.

—¡Ja! Ese patético escudo no te servirá de nada.

N 13, con una frialdad implacable, responde con una sonrisa helada.

—¿Quién dijo que era un escudo?

Con un gesto decidido, la rubia invoca otro pilar de magma y, uniendo sus manos, aplasta a las avispas. La sorpresa se pinta en los rostros de Nisha y de su enemiga.

Shirke, con horror palpable, exclama:

—¡Imposible! ¡A Gretel le tomó seis años dominar esos poderes!

La mantis, paralizada por el miedo, siente cómo una sombra imponente cubre su cuerpo. Al girar, ve a la mutante rubia erguida sobre los dos pilares de magma.

N 13: —¿Qué ocurre? ¿Acaso tienes miedo?

Shirke, furiosa, grita:

—¡¿A qué esperas, estúpido?! ¡Ataca!

Enfurecida, la mantis lanza ondas de viento filosas desde sus cuchillas. N 13 salta con agilidad, esquivando el ataque mientras el viento cortante destruye los pilares de magma.

La joven rubia cae detrás de su adversaria y, desde su boca, un potente chorro de magma desintegra uno de los brazos del insectoide, provocando un grito desgarrador.

Nisha: —Recuerdo ese ataque, el mismo que creó el océano de magma que casi nos cuesta la vida.

La mantis regenera su brazo, pero esta vez el nuevo apéndice es un brazo de ciempiés que envuelve a N 13 con una fuerza implacable.

Shirke: —¡Jajajaja! Esta vez no podrás escapar. La fuerza de ese brazo es mil veces más potente y resistente que cualquier criatura que hayas enfrentado.

N 13: —Nunca subestimes a tus enemigos, Shirke.

La mutante comienza a engrosar sus músculos mientras el aura de magma empieza a causar estragos en el brazo ciempiés.

N 13: —¡Grrrr! ¡Nunca subestimes mi poder, Shirke! ¡Ahhhhh!

Con un rugido de furia, la mutante rompe el brazo de la mantis en un ataque veloz y certero. Con una fuerza visceral, atraviesa el pecho de la criatura y agarra su cabeza, aplastándola con brutalidad. Los ojos saltan de sus cuencas y el cerebro se desmorona.

N 13: —¡Ya estoy harta de tus malditos juegos, Shirke! ¡Si eres una Mutant Queen, enfréntame sin tus malditos sirvientes!

La mirada desafiante de la rubia intimida a la insectoide, que comienza a sudar frío bajo la presión del poder abrumador.

Shirke: —Si crees que estoy acabada, estás muy equivocada. No tendré piedad contigo, zorra. Me has enfurecido de verdad.

N 13: —¡Dame tu mejor golpe!

Ambas guerreras gritan de guerra y se lanzan hacia adelante. Sus rostros chocan con una fuerza titánica, creando una onda expansiva que expulsa saliva y sangre de sus bocas.

Retroceden y desatan sus magias más destructivas. El magma de N 13 colisiona con la magia de hada oscura de Shirke, creando una explosión titánica.

Nisha observa la escena, asombrada por la igualdad en la batalla.

Nisha: —¡Están parecidas! ¡Es impresionante!

Desde detrás de la nube de humo, rayos de color naranja y negro se cruzan en una danza destructiva. Shirke es lanzada hacia N 13, clavando sus garras en el pecho de la joven rubia. Ambas vuelan, estrellándose contra varias paredes hasta alcanzar el exterior.

Shirke: —¡Te mataré, voy a disfrutar escuchando tu dolor! ¡Jajajajaja!

N 13: —¡Lo dudo, loca de mierda!

Con un feroz impulso, la joven rubia agarra las muñecas de su enemiga, aplastándolas con su fuerza sobrehumana. Los huesos crujen, desgarrándose de la carne con un sonido espantoso.

La insectoide cae de rodillas, el dolor insoportable llevándola al borde del colapso. Opta por amputarse las manos, una explosión de sangre surge de los muñones restantes.

N 13, despojando las garras de Shirke y arrojándolas al vacío, observa cómo su enemiga, llena de furia y humillación, regenera sus manos amputadas. Shirke ataca con su cola, dejando un polvo rosa que explota al ser alcanzado por un rayo oscuro, lastimando gravemente a N 13 y lanzándola a un piso inferior.

Shirke: —¡Muere, maldita!

Invoca una esfera de fuego feérico gris y la lanza contra N 13. La rubia, en un acto de desesperación, golpea la esfera con su puño desnudo, causando una explosión que amputa su brazo.

N 13: —Grrr, joder, estoy casi expuesta...

Con el cuerpo quemado y carne colgando, el brazo cortado sangra profusamente, pero su poder regenerativo comienza a actuar.

Shirke: —¡No tienes oportunidad contra mí! ¡Es hora de darte el golpe final!

La corrupta mutante convoca un fénix de fuego feérico de tonos púrpura y rosa. Al ver el ataque, la rubia de ojos rojos se transforma, preparándose para el choque inevitable.

La explosión resultante es devastadora, y Nisha llega al lugar de la batalla, enfrentando una tormenta de fuego feérico que consume el campo de combate.

Nisha observa con horror mientras el campo de batalla se transforma. De repente, unos pilares de cristal con puntas afiladas emergen del suelo bajo Shirke, atravesando su cuerpo con una precisión mortal. El fuego que la envolvía se disipa, revelando una escena inquietante.

Tanto Shirke como Nisha quedan estupefactas al ver a N 13 en su forma despierta. Sin embargo, la sorpresa se intensifica al descubrir que el cuerpo de la mutante rubia está compuesto por un cristal tornasol, resplandeciendo con un brillo siniestro.

V, una voz cruel y triunfante, se escucha desde las sombras:

—¡Jajajaja, al fin podré hacer un poco de ejercicio con esa puta que parece una mosca!

N 13, con una expresión de fría determinación, responde:

—Más te vale no hacer algo extraño, o ya sabes lo que haré si te atreves a desobedecerme.

El cristal de la rubia comienza a desvanecerse, volviendo a su forma normal mientras Shirke, aún empalada, lucha por liberarse. Los pilares de cristal permanecen incrustados en su carne, provocándole un dolor indescriptible.

Shirke, con una rabia feroz, grita:

—¡Jamás te perdonaré haber profanado el poder de Brunilda! Pagarás caro por su muerte.

Nisha, preocupada por la situación, clama:

—¡Acaba con ella de una vez! Si dejamos que siga viva, podría huir.

N 13, con un brillo de determinación en sus ojos, responde:

—Te mostraré que tu ambición te llevará a la perdición.

Los brazos de la rubia se cubren de cristal, transformándose en cañones de estacas ardientes. Combina los poderes de Brunilda y Gretel, convirtiendo el cristal tornasol en un cristal incendiado.

Nisha observa con asombro:

—Parece que también sabe combinar sus poderes.

La joven de ojos rojos lanza sus proyectiles, pero Shirke, aún herida, intenta repelerlos con su cola. El poder de los disparos es tal que la cola se quema bajo la intensidad del ataque. Sin embargo, la victoria es efímera para la insectoide; N 13 se abalanza sobre ella con una velocidad implacable.

Con un golpe devastador, uno de los brazos de N 13, imbuido con el cristal de magma, impacta severamente en el rostro de Shirke, lanzándola al suelo y destruyendo varias casas abandonadas en el impacto.

N 13, decidida a acabar con su enemigo, se lanza hacia Shirke para empalarla y arrancarle la cabeza. Pero en el momento crucial, unos brazos grotescos emergen del vientre de Shirke, golpeándola en el rostro y disparando una magia feérica que la lanza contra una casa.

N 13: —¿Qué demonios es eso?

Shirke se levanta, extrayendo las estacas de cristal de su cuerpo. Una extraña calma la envuelve mientras explica:

—¿No recuerdas que Aleister experimentó con mi cuerpo? Eres la primera que me obliga a usar esta habilidad. Ni siquiera Gladius llegó a ver esto. Vas a lamentar haberme hecho enojar de verdad.

Una onda expansiva empuja a N 13 hacia atrás. Desde el castillo, Nisha observa horrorizada cómo, del vientre de Shirke, emerge un rostro y un torso femenino, revelando una transformación grotesca.

N 13: —¡¿Qué demonios es eso?!

Shirke, con una mezcla de dolor y éxtasis, se ríe:

—Se siente tan rico... Adoro sentir dolor y placer, jajajajaja.

Una segunda Shirke se revela, ambas compartiendo la misma voz:

—Ambas adoramos eso, jajaja.

La bolsa de placenta se rompe, y para asombro de N 13 y Nisha, aparece una Shirke que ahora parece más humanizada. Su cabello lila y sus ojos rojos reflejan una belleza inquietante. Sus piernas llevan un exoesqueleto, mientras que el resto de su cuerpo es de piel normal, mostrando una desnudez que evoca la imagen de un retrato renacentista. Al extender sus hermosas alas de mariposa, una lluvia de polvo arcoíris se esparce en el aire, completando su aterradora metamorfosis.

Nisha: —Esto debe ser una broma cruel...

Desesperada, la morena se lanza hacia N 13, sus pasos resonando en la desolada atmósfera del campo de batalla.

N 13: —Esto tiene que ser una maldita broma.

Shirke, con una sonrisa despiadada, responde:

—No lo es, querida. Gracias a la astucia de Aleister, he logrado crear, a partir de mi sangre y un fragmento de mi parásito, un clon que refleja mi forma original.

Shirke 2, con una mezcla de nostalgia y frialdad, añade:

—Aún me resulta difícil aceptar la pérdida de mi belleza original, pero no importa. Siempre he deseado probar la sangre de alguien por mi cuenta.

Nisha: —¡N 13!

Shirke, observando con desdén, comenta:

—Miren a quién tenemos aquí.

Shirke 2, con una mirada fría, dice:

—La hija prodigio. ¿Asombrada de verme de nuevo, niña?

Nisha, con un desdén palpable, responde:

—Más bien disgustada de volver a ver tu repugnante cara de "niña bonita".

N 13: —Maldita sea, esta loca está llena de sorpresas.

V, desde las sombras, se burla:

—Jajaja, esa perra loca es increíblemente resistente, su cuerpo es implacable. Pero deberías preocuparte más por no poder enfrentarlas sola.

N 13: —Lo sé, mi cuerpo ya está agotado... Pero Nisha aún no se ha recuperado del todo de su pelea con Dalia.

Nisha, con determinación en sus ojos, responde:

—No te preocupes por esos detalles, N 13. Puedo pelear.

Shirke 2, con una risa cruel, añade:

—¡Ja! Patética. Fue pura suerte que vencieras a Hansel y a Dalia. No soy como ellos.

Nisha: —Lo sé, eres mucho peor que ellos. No puedo perder más tiempo contigo, tengo cuentas pendientes con mi padre.

N 13, advirtiendo con seriedad, dice:

—No bajes la guardia, Nisha. Ella es extremadamente rápida en sus ataques.

Nisha, con una determinación feroz, responde:

—Lo sé, pero no le daré el placer a esta hija de puta de verme arrodillada ante ella.

La joven morena se transforma, invocando de nuevo sus cuchillas de asesina, y se coloca en una pose de combate felina, sus movimientos llenos de agilidad y precisión.

Shirke, con un aire de grandilocuencia, declara:

—¡Esta pelea hará que el mismo planeta tiemble!

Shirke 2, con una confianza siniestra, agrega:

—¡Al final, la Iglesia tomará el control del mundo entero!

N 13 y Nisha, en un grito de desafío, responden:

—¡Ya lo veremos!

Continuará...

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