VIII. DANCING QUEEN

NARRA ELIZABETH:

Todos estaban comentando la fiesta que daría Amanda en su casa, todos sabíamos que su padre era un gran arquitecto y su madre administraba empresas, por ende su casa era muy grande.

— Pueden ir todos los que gusten — comenzó a escribir su dirección en el pizarrón — los espero hoy a las 21:00 horas — dijo Amanda.

— ¿Iras? —dijo Pietro sentándose delante de mí.

— No lo sé, no lo creo, ya sabes, no me cae muy bien Amanda, espero no ofender a tu novia.

— Bah, es simpática una vez que la conoces.

— Supongo.

— Elizabeth, también estas invitadas a no ser que te aburran este tipo de cosas y prefieras quedarte en casa leyendo — dijo riendo.

Oía cómo los demás a su alrededor se reían, era obvio que esperaban una respuesta negativa de mi parte, aunque no tenía intención de ir, pues me gustaba llevar la contraria, si me decían que no hiciera algo, yo lo hacía, era mi don mi maldición.

—¿Sabes que Amanda?, creo que iré, nos vemos a la noche—dije.

Vi cómo ella cambió su semblante, al parecer pensó que diría que me quedaría leyendo en casa mientras bebía de un café o lo que fuera.

— ¿Iras Burton? — me dijo la chica que se sentaba a unos pupitres por detrás de mí.

— ¿Tú eres? — pregunté.

— Oh, así que no me conoces, soy Sally, un placer conocerte.

— Elizabeth— dije.

— Me sorprende que quieras ir a la fiesta de Amanda, pensé que había una especie de rivalidad por el chico con el que sale

— ¿Qué?, claro que no, no pelearía por un chico, no estoy en ese nivel de desesperación.

— ¿Te molesta si me siento a tu lado?— dijo trayendo su escritorio— No me atrevía hablarte porque tu cara es tan... de pocos amigos.

— No, después de todo ya te acomodaste, no hay caso que diga que si me molesta — contesté.

— Si quieres podemos ir juntas a la casa de Amanda, sé dónde vive, su hermano pequeño es amigo de mi hermano, así que siempre tengo que ir a buscarlo a su casa —dijo la chica diciendo una palabra tras de otra rápidamente.

— Sally, vayamos con calma, por favor, si me hablas muy rápido no logro ponerle atención a todo lo que me dices, soy una persona distraída por naturaleza, y tu energía absorbe la mía.

— ¿Qué tal nos juntamos en el parque a las 20:00 horas?

— Está bien, solo porque no sé dónde vive.

***

Me arreglé un poco y procedí a salir de casa para encontrarme con Sally, era extraño que hoy acababa de conocerla y ella ya me había contado sus diecisiete años de vida, ella tenía suerte porque yo era una persona que le gustaba más de oír que hablar, o en realidad dependía, ya que con alcohol o en confianza hablaba mucho.

— ¿Dónde vas a esta hora Elizabeth? —pregunto papá

— A una fiesta —contesté.

— Es demasiado tarde

— Quieres que salga, y luego no quieres que salga, ponte de acuerdo, ¿quieres?, por algo es una fiesta.

— Haz lo que quieras, mientras hayas dejado la cena lista.

— Sí, está en la nevera —dije saliendo.

Camine hasta el parque donde tenía que encontrarme con Sally, al parecer aún no llegaba así que me senté a esperarla, después de todo aún no eran las 20:00 horas. De pronto vi cómo Pietro pasaba corriendo a toda velocidad otra vez, esta vez no tenía caso, ni siquiera me molestaría en hacer o decir algo más que esperar por ella.

NARRA PETER:

Comencé a reducir la velocidad antes de llegar a casa de Amanda, obviamente para que ella no se diera cuenta, había llegado antes con la idea de ayudarla un poco con el tema de la decoración y ordenar algunas cosas.

— Hola Peter —dijo Amanda que me había divisado y abrió la puerta.

— Hola— la besé, su casa era gigante, nunca había visto una casa de ese tamaño.

— Ya han llegado personas, así que solo queda refinar algunos detalles y a esperar a los demás.

— Está bien, te ayudo —conteste.

Dos horas más tarde.

Ya que mi metabolismo era demasiado rápido, no podía embriagarme con facilidad, estaba apoyado en la pared viendo como todos, se besaban con todos y algunos bailaban en la sala de estar, Amanda estaba un poco ebria y estaba bailando con sus amigos, realmente no se me daba tan bien bailar, y por la misma forma que era aburrido ver a la mayoría ebrios y tú estar sobrio.

Pude divisar a Elizabeth que estaba en la pared con un vaso plástico en la mano, también estaba sola, así que me acerque a ella para conversar.

— Hola — dije apoyándome a su lado.

— Ah, hola — contesto.

— ¿Qué sucede?, ¿estás bien?

— Sí, es extraño que tú me hables, desde que estás de novio, no te me acercas mucho, o ¿te arrepientes de algo?

— ¿De qué debería arrepentirme?

— No lo sé, como de que casi me besas la otra vez — dijo dándole un gran sorbo a su vaso.

— Elizabeth lo siento, eso fue un terrible error, desde el principio me ha gustado Amanda y...— Ella puso su dedo en mis labios para que guardara silencio.

— No te preocupes, ahora me quedo mucho más claro todo esto —fue de nuevo a la barra a llenar su vaso con que cosa fuese lo que tenía ahí y comenzó a beberlo.

Sentí cómo la culpa y el remordimiento caían de inmediato encima de mí, quizás no era bueno ser demasiado sincero con los sentimientos.

NARRA ELIZABETH:

Me acerqué a la barra y llené el vaso con una botella que había y comencé a beberla como si fuese agua sin considerar las consecuencias que podía contraer.

— Burton — Amanda y un montón de sus amigos me rodearon —dicen las malas lenguas que eres una bruja y que tienes poderes, nos gustaría ver eso.

— ¿De qué hablan?, llegaron algunos siglos atrasados chicos, ya no existen tales cosas como las brujas, sé que lo dicen porque están ebrios y están imaginando cosas — dije sintiéndome un poco mareada.

— Siempre te has creído superior a nosotros, ¿pero qué crees?, Ahora nos darás lo que queremos, si no es por las buenas, tendrá que ser por las malas.

Todos comenzaron a agarrarme de los brazos y piernas, no entendía que querían y dentro de mi pequeña sobriedad trataba de controlarme. Mire por encima de mi hombro y vi cómo Sally estaba un poco más atrás mirando todo el espectáculo sin hacer nada.

— No lograrán nada, por favor me pueden dejar en paz.

— Levántenla y llévenla al patio.

Vi como en el patio habían hecho una especie de hoguera.

— ¿No creo que intenten quemarme verdad?, son personas racionales y sé que no harán eso.

— Si eres realmente una bruja, tratarás de hacer algo para salir de ahí, si no, pues, morirás como una mortal y sabremos que no eres una bruja realmente.

Uno de los chicos más fuertes comenzó a tomarme por la fuerza e intentar arrastrarme ante la hoguera que habían hecho.

— Déjenme, me quiero ir a mi casa, por favor chicos, ¿no creerán en esos cuentos?

— Amárrenla —dijo Amanda.

— Dije que me dejaran en paz — vi como los dos chicos que me sostenía salieron volando y chocaron contra los ventanales de la casa haciendo que estos se quebraran.

— Dios Mío, es una bruja.

Todos los presentes que estaban observando el espectáculo comenzaron a gritar y a correr por todos lados.

— Les dije que me dejaran en paz—volví a decir.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top