IX. EL ALMA DE LA FIESTA
NARRA PETER:
Camine hasta patio porque oí los gritos de los demás y sonidos de ventanales quebrándose, trate de ir lo más rápido posible hasta que vi a Elizabeth parada en medio de una especie de hoguera y todos alrededor mirándola con terror, ¿es que acaso había hecho algo con sus poderes?
Todos comenzaron a gritar que era una bruja y llamarían a la policía para que mandaran Centinelas de, inmediato que la capturaran, si corría quedaría a la vista que yo también era un mutante, al ver que ella solo desaparecería de la vista de todos, no sabía qué hacer.
— Les dije que me dejaran en paz— dijo Elizabeth — pero no importa, esto que ven aquí jamás paso — comenzó a atrapar a cada uno de los chicos que la vieron y comenzó a poner su dedo contra su frente y estos caían de inmediato inconsciente al suelo.
— Elizabeth, ¿Qué haces?
— Pietro — me miro por unos segundos antes de volver a responder —no me pude controlar, les dije que me dejaran en paz, pero me querían hacerme daño y no me quedo nada más que defenderme, ahora solo hago que olviden lo que vieron o al menos que su recuerdo no sea tan claro.
— ¿Puedes borrar la memoria de la gente? —pregunté.
— No, pero con la transferencia de energía perderán algo en su mente — contesto.
Siguió avanzando y con ello yo también comencé a ayudarle — comencé a correr y llevé a todos los inconscientes al garaje sin que nadie lo notara, por alguna razón me sentía como una especie de criminal, mientras yo corría por los alrededores veía a Elizabeth agachada tocando la frente de cada uno, algunos parecían convulsionar, para luego quedar inconscientes, mire a Amanda, también estaba en el suelo, la tome con delicadeza y la deje junto con los demás.
NARRA ELIZABETH:
El Doctor Strange estaría orgulloso de mí, vi como la última que quedaba era Sally, y sentí su temor al verme caminar hacia ella, la sensación de ser temida se sentía bien, era como si nada o nadie pudiese detenerme.
— No corras Sally, no hiciste nada malo, más que solo mirar sin hacer nada, así que no te culpo, cualquier persona en tu lugar lo más probable es que haría lo mismo — toque su frente y cayó de inmediato— Está todo listo — Apenas termine de hablar me encontraba en el bosque con Pietro.
— Perdón por traerte así de nada, pero la idea es que cuando despierten es que no te vean.
— Gracias — dije sentándome.
— Das miedo, tu poder realmente es descabellado.
— Solo fue así porque me defendí, no pude controlar mis emociones, tenía miedo.
— Bueno, supongo que volveré a casa de Amanda, para ver cómo está, o cuáles son los efectos secundarios de todo esto.
— ¿Aún la quieres?, digo aún quieres Amanda sabiendo lo mala que puede ser.
— Peter me miro— no estaba cuando pasaron estas cosas, no puedo decir si realmente fue Amanda la de la idea, bueno cuídate Elizabeth, trata de que los Centinelas no te atrapen — dijo y desapareció.
— Saliste corriendo, tú deberías tener más cuidado con los centinelas — dije.
De verdad lo que hice, ¿estaba mal?, exponer mis poderes, estaba mal, pero ¿tan malo era defenderme?, ¿habré tenido que haber mantenido la calma? Aún era de madrugada y no quería ir a casa, me recosté entre las hojas a meditar un poco antes de poder irme.
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