🎭35🎭
Jimin creía que había cosas que eran un mito.
Cómo Santa Claus, y las hadas.
O un abrigo de pieles a un precio accesible para él.
Y en esa lista, entraba el concepto de desayunar en la cama.
¡Qué idea tan absurda!
¿Por qué se haría eso? ¿Quién se tomaría la molestia de llevarle la comida hasta allí?
Además que su abuela le había prohibido siquiera comer una galleta sobre su cama.
¿Qué harían si manchaban las sábanas?
¿Uhm, Jimin? ¿Sabía lo que costaban?
No, la simple idea de desayunar en la cama era una fantasía inalcanzable que había abandonado su mente a la corta edad de 11 años.
Pero despertó con unos besos en la nuca y el olor a pan tostado y chocolate caliente en el aire.
"Cariño" la voz ronca de Yoongi acaricio sus oídos, mientras espabilaba.
Se sentía tan cómodo, con esos olores tan dulces, el calor de la cama, lo cómodas que eran esas sábanas.
¿Eran de seda? Seguro eran de seda, en esa casa era obvio que las sabanas serían ridículamente caras.
Entreabrió sus ojos mientras se volvía al chico, sonriendo ante la vista de Yoongi y su cabello despeinado.
"Hola" murmuro, sonriendo aun medio dormido.
"Hola bello durmiente" Yoongi plantó un beso en su nariz antes de alejarse un poco. "Nos trajeron un aperitivo para comenzar la mañana. También me dijeron que la mucama de ayer volverá pronto con nuestra ropa"
"Oh" Jimin se estiró antes de sentarse en la cama "¿aperitivo? ¿Un desayuno antes del desayuno?"
"Eso parece"
Jimin solo pudo reír mientras tallaba sus ojos, para que su risa fuera interrumpida por un bostezo.
"Es la idea más absurda que he escuchado"
"Pienso lo mismo. Pero no creo que deberías decirlo enfrente de Seokjin, seguro fue idea suya"
Jimin bostezo de nuevo antes de tomar la taza de chocolate que Yoongi le tendía.
"No me estoy quejando" sonrío un poco del líquido antes de sonreír "La verdad no quiero que esta boda termine. Quiero ser invitado aquí toda la vida"
Yoongi rió, antes de besar su frente.
"Si, sin trabajar, sin preocupaciones.
"Solo buena comida, fiestas y a ti conmigo" Jimin beso su mejilla, antes de suspirar "Es tan lindo como un sueño"
Un sueño del que no quería despertar.
Aún no.
Aún podía jugar a Park Jimin, hijo de inversores franceses un rato más. Solo un pequeño rato más.
Era inofensiva diversión.
Jieun no odiaba realmente a Jimin.
Odiaba lo que representaba.
Siempre había tenido algo muy claro, por sus padres y todo su círculo social.
Ellos eran diferentes.
Ellos eran lo mejor de lo mejor.
Porque tenían la mejor educación, las mejores ropas y las mejores compañías.
Que ella fuera la primma donna del Royal no era ninguna coincidencia, ni suerte o siquiera propio mérito.
Era la hija de un importante hombre de negocios, que había tenido más de una audiencia privada con Su Majestad. Su madre tenía sangre real, una condesa de buena reputación.
Sus padres fue un matrimonio arreglado, bien aventajado.
Aquello le había dado todas esas oportunidades, entrar a la compañía sin realmente una audición y tener esos roles principales de manera automática.
Porque todos los inversores del teatro la amaban, respetaban a su familia. Y aunque Seokjin claramente no era ignorante de sus comentarios, no era tan tonto como para crear un drama sobre ello.
Lo más cercano que había tenido a la realidad fuera de la alta sociedad, eran sus amigos del Royal.
Pero realmente no podía decir que les despreciaba o miraba para abajo.
Todos tenían buenas familias, habían asistido a la academia o podían permitirse tutores privados.
Hacían negocios, eran dueños de terrenos o tenían el título de lord.
Park Jimin era un don nadie, en un lugar olvidado de la faz de la tierra.
Zapatillas baratas, ropa remendada y clases por una desconocida profesora.
Y aún así había logrado entrar.
Se había infiltrado en su sagrado teatro, con tanta facilidad.
Se había mezclado entre todos sus compañeros y habían terminado amándolo.
Y ahora estaba allí, al otro lado de la mesa sonriendo mientras hablaba con Seokjin y todos sus allegados. Haciéndoles reír y llamando la atención de todos.
"Oh pero qué chico tan encantador" soltó su madre "Además es tan bien parecido ¿No crees? Me alegra que trabajes con gente así, cariño. Es adorable"
Solo pudo morderse la lengua mientras asentía.
No, esto no estaba bien.
Alguien como Park Jimin no podía estar allí.
Eso alteraba el orden de las cosas.
Tal vez no le molestaría tanto si solo fuera un extra más.
Un pobre diablo al fondo, dejándola brillar.
Pero desde su llegada, se sentía constantemente opacada.
Sus amigos... Siempre había sentido que Hoseok, Jungkoon y Lalisa la soportaban más que nada.
Eran amables, y claramente no querían problemas con ella. Porque eso fácilmente significaba que ella podía lloriquear a la persona correcta y terminarían en el rincón más olvidado del escenario.
La mantenían contenta porque no había otra manera.
Pero adoraban a Jimin.
Podía ver a Lalisa riendo con él entre descansos.
Hoseok dejándola de lado apenas terminaban de ensayar, para correr a hablar con Jimin.
Verlo irse con Jungkook a comer.
Ver cómo fluía con todos los bailarines, como realmente los demás le querían.
Que la señora Cha claramente lo prefería, siempre pareciendo exasperada de tener que trabajar con ella en vez de Jimin.
Porque ahí estaba la verdadera amenaza.
Ese chico tenía lo que ella jamás pudo conseguir.
Ni con la academia, montones de tutores, las mejores zapatillas, o esa reluciente lista de contactos.
Tenía talento.
Talento natural y puro.
El tipo que te hacía girar la cabeza incluso aunque no lo desearas.
Y odiaba eso, como no podía dejar de mirar maravillada todo lo que hacía Jimin.
Como hacía parecer tan fácil y mágico todo, bailar, hablar, su sola existencia.
Odiaba cómo, incluso ahora, le estaba observando aún.
Viéndole soltar una astuta contestación a Seokjin y hacer reír a un montón de personas.
Antes de que Yoongi tomara su rostro y le plantara un beso.
Y ahí sintió su estómago hacerse un nudo.
Se volvió a su izquierda, viendo a su prometido.
Un distinguido marqués.
Tan aburrido como una pared blanca.
Sin nada interesante que contar.
Y pareciendo también solo soportarla por su posición.
Jamás se habían tomado de la mano espontáneamente, o besado solo porque si.
Ese gran anillo en su dedo solo era el constante recordatorio de que estaban atrapados con el otro ahora. Se daría la boda, pero él seguiría tan aburrido como siempre y ella tan molesta en su presencia.
Solo podía mirar a Park Jimin, con su gran, talentoso, ingenioso, e interesante prometido.
Tan locamente enamorado de él, que daba igual que fuera un compositor sin un centavo a su nombre.
Min Yoongi estaba enamorado de Jimin.
Más que enamorado, le adoraba.
Tal vez debió haber intentado tentar a Yoongi solo para joder de alguna manera a Jimin.
Pero vamos ¿Eso era posible? Yoongi la rechazaría en un segundo, porque no tenía ojos para alguien más.
Y ¿Quién pudiera culparlo?
Era el efecto Park Jimin.
Cuando tienes a aquel ángel en la habitación, todos dejarían de lado a una simple humana como ella.
No odiaba a Park Jimin.
Pero realmente desearía poder hacerlo.
Sería menor tortura.
Mejor, que solo admirarlo a la distancia, queriendo ser él.
Ufff miren entiendo el desprecio a Jieun.
A mi no me agrada en si.
Pero yo no soy de hacer personajes bueno y malos.
Hago personajes humanos.
Y entre más desarrollo a todos, puedo notar muchas cosas.
¿Han escuchado Lacy de Olivia Rodrigo?
Creo que así es como Jieun ve a Jimin.
Pero Jimin también ve así a Seokjin.
Literalmente el Lacy de Jieun es Jimin, mientras que el de Jimin es Seokjin.
Lit analice la letra mejor para los dos personajes y subrayé que parte queda mejor con cada uno.
Rojo es Jimin a Seokjin
Amarillo es Jieun a Jimin
Y morado es ambos básicamente
En fin, solo es algo que me gusta de estos dos personajes.
Los entiendo.
Todos hemos querido ser otra persona, tan siquiera una vez.
Espero les esté gustando el fic.
Les amo.
-RainyNat🌻💙
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