I. Prólogo - Nueva Oportunidad.
1. Prólogo - Nueva Oportunidad.
...
...
...
...
...
Aquella pequeña habitación de hospital se volvía cada vez más incómoda. Las almohadas estaban duras, el colchón era un insulto a la palabra y el insistente sonido de las máquinas conectadas a mi cuerpo no hacían más que alterar mi ritmo cardíaco convirtiéndose en un círculo vicioso cada vez más desagradable.
Todo eso junto era malo para mí ya de por sí deteriorada salud. Pero aún así, no podía hacer nada más que seguir acostado tratando de dormir.
-Hola abuelo-. Escuché una voz infantil venir desde la puerta de la habitación, debo admitirlo, me emocioné un poco, lo cual se vio reflejado en el electrocardiograma-.
Levanté mi cabeza de la dura almohada solo para ver a un niño que nunca había visto.
-L-Lo siento-. Se disculpó avergonzado-. Creo que me confundí de habitación-. Sin darme tiempo a hablar, salió rápido cerrando la puerta detrás de el-.
Siendo sincero, por un momento creí que era alguien a quien conocía, alguien de mi familia, pero supongo que lo dicho en aquella cena era verdad.
["¡No vuelvas a esta casa nunca más. Desde hoy estás muerto para nosotros!"]
Esas palabras siguen siendo igual de dolorosas que el día en el me las dijeron.
Estaba simplemente esperando el fin de todo por lo que a mi mente vinieron recuerdos. En un principio fueron dulces, el abrazo de mamá, los consejos de papá, los juegos divertidos con mi hermano mayor, pero, mientras más recuerdos llegaban a mi deteriorada mente, estos se volvían amargos. El llanto de mi madre, la mirada llena de decepción en los antes orgullosos ojos de papá y por último, todo aquel desprecio en las palabras de mi hermano; desprecio que solo fue apoyado por su esposa hijos e incluso nietos.
¿Qué decisiones estuve tomando a lo largo de mi vida como para llegar a este punto?
En una cara habitación de hospital pero en una absoluta soledad que solo era acompañada por el insistente pitido de la máquina.
Reflexionar en este punto era inútil, además que solo traería esos recuerdos culposos a mi, razón por lo que deje de pensar en ello. Al menos quería irme sin pesares en mi, pero dichos recuerdos tormentosos eran tan pesados que no me darían ese lujo.
La habitación de al lado estaba animada, demasiado. Tal vez ahí era donde entró aquel niño, buscando a un familiar para celebrar algo en familia.
Familia ¿Eh? En verdad me siento mal por terminar olvidando el significado de una palabra simple. Ahora mismo lo que más quería era que alguien estuviera a mi lado, solo eso, que alguien sostuviera mi mano.
Pero cuando los sonidos de la molesta máquina fueron cada vez más lentos fue que me di cuenta, nadie vendría a sostener mi mano, esa horrible mano que rechazó fríamente a mis seres queridos.
Los enfermeros entraron para hacer su trabajo, quería decirles que pararan y me dejaran ir de una buena vez, si seguía respirando un segundo más solo me seguiría ahogando en miseria, pero el enorme nudo en mi garganta me impidió emitir sonido alguno.
Una de las enfermeras se acercó a mi rostro, paso un paño por mis ojos secando unas lágrimas que ignoraba estaba ahí.
-Todo va a salir bien señor, no se preocupe, saldrá de esta-. Me dijo con una sonrisa tranquilizadora, algo en verdad sorprendente-.
Esto ya había pasado un par de veces, la fría mano de la muerte me tocaba y los médicos hacían lo suyo logrando salvarme, pero esta vez era diferente.
Antes había peleado con las fuerzas que mi decrépito y anciano cuerpo lograba reunir, por lo que con esfuerzo y cansancio pude salir adelante. Solo que en esas ocasiones peleaba creyendo que aún tenía esperanza, que en algún momento esa puerta se abriría mostrando a mi familia, pero eso no pasó. Y ahora, habiendo recordado mi vida, me di cuenta que esa esperanza nunca había existido por lo que en esta ocasión, no lucharía, simplemente era hora de irme.
Irme como decidí vivir, solo. Sólo porque mi orgullo decía que yo era mejor que todos, mejor que mi propia familia.
Nuevamente aquella enfermera limpio mis lágrimas supongo que ella pensó que se trataba por miedo a morir, pero no, la muerte dejo de darme miedo hace tiempo. Por lo que lloraba, a lo que más temía, y estaba sucediendo, era a morir completamente solo.
...
...
...
...
...
-¿Eh? ¿Qué? -No recuerdo si dije eso o solo lo pensé, pero poco me importaba-.
Estaba seguro de que todo se había vuelto oscuro, pero ahora hacía lo posible para ajustar mi vista a la ligera iluminación de una oscura habitación en la que estaba-.
-¡Zenith! ¡Anipa bayhebu! ¡La took! -. ¿Que clase de balbuceo es ese? -
Escuché la voz de un hombre hablando, también escuchaba jadeos de cansancio que poco a poco se calmaban.
Cuando mi vista se ajustó por completo, pude notar a una pareja joven de cabellos castaños claros casi rubios. Moví mi cabeza por la habitación encontrando a una tercera persona en la habitación. Una mujer de cabellos rojizos, vestida con un atuendo de sirvienta de un estilo medieval, o eso creo. Al verla bien, pude notar como en sus brazos se encontraba un pequeño bulto que se removió levemente, supuse que era un bebé.
Ella se acercó junto a la joven pareja entregando el pequeño bulto al hombre quien lo recibió con una paternal sonrisa. Ahora que me doy cuenta, estoy en el regazo de la hermosa mujer que llevaba un camisón algo sudado debido al esfuerzo que hacía, ahora, sin miedo a nada, extendí mis manos con la sucia intención de tocar esos perfectos y sudorosos pechos, pero cuando extendí mi extremidades que recordaba obesas, pude notar como eran pequeñas, demasiado pequeñas para alguien de más de cien kilos.
-¿Wuu gahh? -. ¿Qué?
...
...
...
...
...
¿Hmm? Así que reencarne, o eso supongo. Ahora mismo solo podía ver a mis padres, Paul y Zenith, estaban por comenzar a darse cariño y me hubiera encantado ver eso, pero estaba un poco más perturbado por mi hermano que estaba junto a mi en la misma cama. El simplemente se encontraba observando el techo de madera. Sus ojos azules, parecidos a los de Zenith, se encontraban bien abiertos, como si analizará de manera perfecta cada uno de los tablones.
Solo minutos después, su mirada giró hacia mi, me miró por varios segundos con una mirada completamente en blanco, comencé a preocuparme, pero entonces, el solo me sonrió como si supiera perfectamente que ese gesto me daría calma, cosa que logro ya que regrese la sonrisa. Esta era una nueva oportunidad, por lo que no sería igual, esta vez haría bien las cosas, y lo primero que iba a hacer, era llevarme bien con mi hermano mayor, Zephyr.
...
...
...
...
...
Pasaron un par de años y, para mí sorpresa, Zephyr era... ¿Cómo puedo decirlo sin recurrir a una mala palabra? Diferente creo que sería una buena palabra.
Se despertaba temprano, demasiado. Incluso recuerdo un día en el que, somnoliento, lo vi tratando de arreglar su cama, aunque supongo que aún estaba medio dormido, o eso espero.
Su rutina también era muy monótona, salía de la cama y se dirigía a la pequeña ventana apoyándose de un banquillo lograba alcanzar el marco para abrir un poco la madera y ver afuera, solo un poco, supongo que no quería molestarme. Y ahí se quedaba, mirando hacia afuera, no es como que fuera una gran vista, es decir, los campos de trigo se veían tan brillantes como el oro, pero no era una vista tan increíble, al menos para mí.
Luego, cuando Paul venía a vernos, se sorprendía al verlo ahí, pero Zephyr solo giraba y daba una sonrisa a padre logrando calmarlo. Después, cuando ya estábamos en el piso de abajo, volvía con lo mismo, solo mirando hacia afuera, el cielo, escuchando la brisa, al menos eso cuando lo veía mientras trataba de colarme debajo de la falda de Lilia.
Un día que logré hacerme con unas panties, espero de Lilia ya que si se trataban de Zenith sería incómodo, aunque tampoco tanto, pude ver a Zephyr de nueva cuenta sobre el banquillo de siempre, mirando el exterior por lo que me decidí, por primera vez tendría una charla con ese niño tenebroso.
Rudeus se acercó a aquel banquillo y comenzó a subirlo para llegar junto a Zephyr quien giró para ver cómo su gemelo se esforzaba por subir, cuando noto eso, el niño de ojos azules extendió su mano a Rudeus logrando hacerlo subir, cuando estuvo junto a el, lo miro y solo vio como Zephyr le sonrió de manera amistosa haciendo que, en un acto reflejo Rudeus hiciera lo mismo.
Debido al silencio del mayor, Rudeus miró a la ventana notando a su padre practicando de manera hábil con una espada que cortaba el viento haciendo un silbido.
Rudeus se sorprendió por las acciones de su padre, fue entonces que volvió a ver a Zephyr el cual apuntó al cielo para que su hermano mirase también logrando ver a lo que parecía un pequeño hurón volando bajo con lo que pensó eran alas, solo que estás surgían desde las gruesas cejas del animal.
Debido a la sorpresa, el pequeño dio un paso hacia atrás perdiendo el equilibrio estando a punto de caer, pero para su sorpresa, su mano fue tomada por Zephyr quien se sostenía del marco de la puerta para lograr jalarlo pero cayendo el pequeño de ojos azules al suelo sobre su espalda.
¡¿Que rayos?! Si, esa era la única pregunta que podía pensar, mientras veía a Zenith llevar en brazos a Zephyr hacia la mesa mientras Lilia, con cierto recelo, me tomaba en brazos para llevarme junto a mi madre y hermano.
Aún seguía en shock, primero aquella rata voladora con cejas gigantes y después Zephyr reaccionando muy rápido a mi caída, y no solo eso, ¿Cómo puede un bebé pensar tan velozmente como para sostenerse a algo mientras ayuda a alguien para no caer? ¡Pero no solo eso! ¡¿Cómo pudo sostenerme con esa facilidad?! Deberíamos haber caído ambos.
-Healing -.
¿Eh? Escuché decir eso a Zenith, y entonces de su palma, que estaba sobre la cabeza de Zephyr, salieron varios destellos esmeralda brillantes que no podía dejar de mirar.
-Listo, ya estás curado pequeño. No por nada tu madre es una ex aventurera-.
-¡¿Ahh?! - Exclamé con sorpresa-.
-Rudi, ¿Estás lastimado? - preguntó en verdad preocupada por lo que negué sin dejar de mirar sus manos las cuales rápido me sostuvieron-.
Carajo, por fin estuve en brazos de Lilia y no pude hacer nada por todo lo que acababa de ocurrir.
Mire de nueva cuenta a Zephyr y para mí sorpresa, desde que reencarne en este mundo su expresión al fin cambio, ya no mostraba su rostro inocente y tranquilo, sino una genuina expresión de sorpresa mientras acariciaba la parte trasera de su cabeza donde se había golpeado.
-¿Que ocurrió? Escuché un gritó-. Paul entró a casa, se le notaba agitado pero en verdad preocupado-.
-Zephyr se golpeó cariño, pero ya está bien. Aunque me preocupa que no haya llorado-. Le dijo a Paul quien comenzó a calmarla-.
Bueno, a decir verdad es raro que no haya llorado, no fue un golpe muy fuerte ni mucho menos pero para un bebé debió haber sido algo doloroso.
De nueva cuenta mire a Zephyr quien había dejado su sorpresa para esta vez ver cómo su ceño estaba fruncido mientras miraba en dirección a Lilia quien extendía una tela limpia a Paul quien comenzó a secar su cuerpo lleno de sudor, si, había estado entrenando con el torso desnudo mostrando su cuerpo tonificado, creo que lo odio un poco por eso.
Pero en verdad era sorprendente mirar esa expresión en Zephyr. Parecía enojado cuando miraba a Paul y Lilia interactuar, me preguntó la razón, es decir, Lilia es hermosa pero, Paul está casado con Zenith y parece un buen tipo así que no hay de que preocuparse ¿Cierto?,
...
...
...
...
...
Nueva historia papus y mamus (a quien engaño, mis historias no las leen las damitas decentes xD) como sea, está historia estará inspirada en Mushoku Tensei, como es obvio.
Espero les llegue a gustar, este solo es un pequeño prólogo, por lo que se viene el primer capítulo después.
Cómo aviso muy importante: Está historia irá como el anime, al menos hasta el primer punto de inflexión, algo lenta, por lo que les pido paciencia, pero eso sí, omitiré algunas cosas para que las cosas no sean en extremo lentas. En fin, eso sería todo.
Gracias por la lectura, nos leemos la próxima.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top