Entrenamiento
—¡Jack! ¡Hola!
El nombrado alzó la cabeza, viendo que en la zona de las gradas se encontraban Epel y Ace, agitando sus manos para llamar la atención de Jack.
—Ah, Ace, Epel—el chico dejó a un lado su cantimplora y se acercó a sus amigos, que se apoyaron en la barra de la valla de separación entre las gradas y la pista—. ¿Qué hacéis aquí?
—Hoy no tenemos reunión de clubes, así que nos dijimos "¿Por qué no ir a ver a Deuce y Jack, que hoy tienen entrenamiento?", así que aquí estamos—contestó Epel, sonriente.
—Por cierto, ¿y Deuce?—preguntó Ace, poniéndose de pie sobre la valla de separación—. No lo veo.
—Estaba dando una vuelta para calentar, ahora aparecerá—contestó Jack.
Epel sonrió con malicia mientras apoyaba el codo sobre la valla y se dirigía al estudiante de Savanaclaw y decía:
—¿Sabes, Jack? La otra razón por la que hemos venido ha sido porque Ace quería ver entrenar a Deuce, y no sólo por el hecho de decir "me aburro, voy a verlo": quería verle los músculos.
—¿Qué?—Ace miró a su amigo y frunció el ceño—. No es cierto.
—Hace unos días, cuando se quitó la chaqueta y se subió las mangas de la camisa porque la actividad lo requería, te quedaste embobado mirándole los brazos—Epel rio, divertido—. Puede que no tenga tanto músculo como Jack, pero estoy seguro de que no dudarías en pedirle que te ahorcara.
—Eh, uno, no tengo esos "kinks" que parece que te imaginas que tengo, y dos, yo no quiero verle los músculos a Deuce.
—No te voy a decir que lo de los "kinks" vaya a ser real, pero ¿estás seguro de que lo de los músculos es falso?—Jack ladeó la cabeza mientras cruzaba los brazos sobre el pecho—. Un día, mencionaste que por error tomó tu camisa, que resulta que le queda estrecha, y que casi saltó un botón.
Ace hizo una mueca mientras Epel reía con ganas, lo que hizo que suspirara y dijera:
—Lo digo en serio.
—Bueno, vale—Epel sonrió antes de ver con el rabillo del ojo cómo Deuce se acercaba corriendo—. ¡Hola, Deuce!
El miembro de Heartslabyul alzó la cabeza y sonrió al ver a sus otros dos amigos, por lo que aceleró para después detenerse a escasos metros de la valla.
—¡Eh, hola!—dijo Deuce mientras se echaba hacia delante y se apoyaba en las rodillas—. ¿Qué hacéis aquí?
—Hemos venido a veros entrenar—contestó Epel antes de saltar la valla y tomar la cantimplora de Deuce—. ¿Quieres agua?
—Sí, por favor.
Epel sonrió, abrió la botella y se la extendió a Deuce, que bebió con avidez. Después, le devolvió la cantimplora a Epel, que comenzó a caminar hacia atrás:
—¿Has corrido mucho?—preguntó.
—Lo mismo de siempre, no ha sido tanto—Deuce sonrió, restándole importancia.
—¿No ha sido tanto? Si yo corriera eso acabaría reventado.
En ese momento, Epel fingió que tropezaba con algo en su camino, por lo que Deuce se inclinó hacia delante, atrapándolo por el brazo, con tan mala suerte que acabó siendo rociado por el agua de la botella que cayó al suelo.
—¡Ay, lo siento mucho! ¡Te has empapado enterito, y apenas te habías llenado la camiseta de sudor!—se lamentó Epel mientras se ponía recto.
—Oh, no te preocupes. Tengo otra de repuesto en la mochila—dijo Deuce antes de comenzar a quitarse la camiseta de entrenamiento, dejando ver los músculos de su torso y sus brazos, bien formados debido a los ejercicios de musculación que solía hacer.
Epel sonrió de nuevo antes de mirar con el rabillo del ojo como la expresión facial de Ace cambiaba de una relajada a una sorprendida al mismo tiempo que sus pupilas se dilataban y su rostro se calentaba un poco.
—Ace, pásame la otra camiseta, que la tengo en la bolsa de entrenamiento que tienes a tu lado—pidió Deuce mientras hacía una bola con la camiseta empapada.
—¿Qué?—Ace agitó la cabeza, como saliendo de una ensoñación. Sus mejillas se tiñeron de rojo antes de sonreír y asentir, para después decir—: ¡Ah, sí, sí! Enseguida.
Ace abrió la cremallera de la mochila de entrenamiento y se la extendió a su amigo. Inevitablemente, su mirada descendió hasta el abdomen de Deuce, aunque tan sólo durante un par de segundos; aquello pasó inadvertido para Deuce, pero no para Epel o Jack.
En cuanto Ace le hubo tendido la camiseta a Deuce y mientras éste se estaba poniendo la nueva camiseta, Ace vio cómo a espaldas de él, Epel comenzaba a burlarse de él poniendo morritos y abrazándose a sí mismo y Jack se reía mientras ponía las manos en punta y tocaba unas con las otras, lo que causó que frunciera el ceño.
—¿Os vais a quedar aquí todo el entrenamiento?—preguntó Deuce una vez se hubo cambiado.
—Ah, sí. No tenemos nada mejor que hacer, así que, ¿por qué no?
Deuce sonrió, feliz, antes de extender su puño hacia Ace y decirle:
—Entonces, espero verte animándome desde las gradas.
Ace miró el puño, sonrió y dijo:
—Ni que estuvieras en una competición—sin embargo, negó varias veces antes de chocar su puño con el de su amigo.
Deuce agitó la mano para despedirse después de salir corriendo en dirección al almacén con materiales deportivos, dejando atrás a sus amigos.
Una vez se hubo alejado un poco, Epel se acercó a Ace y le preguntó:
—¿Estamos realmente convencidos de que alguien no quieres ser ahorcado por sus brazos?
—Epel, cállate. Eres un guarro.
A pesar de estar lejos, Deuce alzó la cabeza al escuchar eso, lo que le hizo alzar una ceja. Si embargo, se encogió de hombros y decidió no pensar en ello hasta que el entrenamiento finalizara.
*
—Estoy reventado—musitó Deuce mientras se estiraba, caminando hacia la sala de espejos de la academia.
El entrenamiento había terminado, por lo que tanto él como Ace, Epel y Jack se dirigían a la sala para volver a sus respectivos dormitorios.
—Hoy te has pegado una paliza, ¿eh, Deuce?—Jack sonrió mientras palmeaba la espalda de su compañero de club, que también sonrió.
Epel caminaba pateando guijarros, tratando de maquinar algo en su cabeza. Sin embargo, no le hizo falta abrir la boca, puesto que Deuce se dirigió a él y le dijo:
—Oye, Epel. Mientras iba a por el material para el entrenamiento, no he podido evitar algo que le has dicho a Ace, algo sobre "alguien que quería ser ahorcado en los brazos de otro".
Epel se puso recto al escuchar eso y frunció los labios, tratando de no reírse.
—¿De quién hablabais?—preguntó Deuce.
—Oh—Epel sonrió mientras juntaba las manos por detrás de la espalda y contestó—: Nada, es sobre un cotilleo del que me he enterado. Al parecer, hay dos amigos que son muy unidos, pero resulta que a uno de ellos le gusta el otro, y también le gustan los músculos que tiene ese otro. Entonces, yo le estaba sugiriendo a Ace que quizá tiene alguna especie de kink con los músculos del otro, y Ace me ha llamado guarro, pero, ¡hey!, sólo digo lo que a mí me parecía.
Tanto Ace como Deuce se detuvieron, por lo que Epel se giró para mirarlos. Lo que vio hizo que le entraran ganas de reírse ahí mismo, pero tuvo que aguantarse por el bien de su cotilleo: Ace miraba al suelo, con los labios fruncidos; hasta ahí, lo mismo de antes. Pero es que Deuce estaba rojo, con los labios temblorosos y la mirada desorbitada.
—¿Qué ocurre?—Epel se dio cuenta de que le había salido un gallo debido a la risa contenida, pero decidió actuar como si nada.
—¿Sabes acaso quiénes son esos?—preguntó Deuce. «Por favor, que no diga "Deuce y Ace"», pensó el estudiante, temeroso de que su secreto pudiera salir a la luz.
—Oh, no, porque me enteré esta mañana en la comida. No lo sé, Deuce, lo siento mucho—respondió el estudiante de Pomefiore al mismo tiempo que sonreía y se daba la vuelta. Detrás de él, Deuce suspiró de alivio, y Ace con él.
Epel se acercó a Jack a toda prisa hasta posicionarse a su lado.
—¿Qué acaba de ocurrir?—preguntó el albino.
—Pues que creo que Ace no es el único al que le gustan los músculos—susurró Epel, riéndose para sus adentros—. Cuando estemos cada uno en su dormitorio, te lo cuento por videoconferencia. Esto va a ser la leche.
Jack alzó una ceja, pero se encogió de hombros mientras seguía caminando.
*
—Ace, ya tienes libre el baño.
El pelirrojo apartó la vista de su móvil alzando la cabeza hacia Deuce, sólo para encontrarse con que su compañero de cuarto lo miraba desde el marco de la puerta del baño, tapado únicamente con una toalla larga hasta las rodillas y atada a su cintura.
—Perdona que salga sin nada, pero es que se me ha olvidado la ropa en mi cama—se disculpó Deuce, sonriendo con vergüenza.
—Ay, por los Siete Magnos—susurró Ace al mismo tiempo que agachaba la cabeza y la enterraba en su almohada, que había dispuesto anteriormente debajo de su barbilla mientras esperaba a que Deuce saliera del baño.
—¿Estás bien? Estás completamente rojo—señaló Deuce mientras se acercaba a él.
Antes de que Ace contestara, habiendo alzado la cabeza de nuevo, Deuce ya se encontraba sentado en el borde de su cama, inclinado hacia él.
«¡Hijo de puta! ¡El cabrón seguro que sabe lo bueno que está y hace esto para ponerme nervioso!», pensó Ace, apretando los dientes para poder mantener su cara de póker.
Ace miró a Deuce, quien lo miraba a su vez, con la cabeza ladeada.
«¡Es que míralo! ¡Aún tiene las gotas de agua de la ducha, tiene el pelo húmedo y ¡Siete Magnos!, no puede ser que no sepa que tiene un cuerpo de dios griego! ¡Y aún así logra poner esa cara de cachorro confundido! ¡Tengo ganas de...! ¡Ghah!», pensó, asintiendo varias veces mientras su expresión permanecía impasible.
—Sí, estoy bien. Es sólo que alguien ha subido a Magicam una foto haciéndose carantoñas con otra persona—mintió Ace mientras dejaba el teléfono a un lado y se ponía de pie—. ¡Mi turno de ducha! ¡Y cuando salga, jugaremos un rato a las cartas! ¿Prometido?
Deuce ladeó la cabeza a otro lado, un poco sorprendido por el repentino cambio de actitud de su compañero, pero sonrió y asintió.
Ace también sonrió antes de quitarse el chaleco del uniforme y la camisa, dejarlas sobre la cama y tomar la muda que había preparado anteriormente.
«Madre mía, ¿por qué se quita las prendas de vestir superiores delante de mí? ¡Que me va a dar un chungo!», enseguida, Deuce apartó la mirada y ocultó la cara entre sus manos, con sus pensamientos orbitando a toda velocidad. «¡Siete Magnos, es que esa cintura, ese pecho y esos brazos...! A lo mejor alguien me puede decir que no es tan musculoso, pero igualmente, ¡ay, madre mía!», pensó.
Sin embargo, Deuce alzó la cabeza, suspiró y dijo:
—Me visto y preparo las cartas, ¿de acuerdo? No tardes.
—Vale. Nos vemos en unos minutos—contestó Ace antes de entrar en el baño.
Instantáneamente, ambos adolescentes ocultaron sus rostros con sus manos, comenzando a chillar internamente. «¡¿Como puede estar tan bueno?! ¡A este paso, me muero enfrente de él al verlo de nuevo así y se entera de que me gusta! ¡No puede saber que me gusta, sería vergonzoso! ¡Me quiero morir!».
-MGGBBRAE
1815 palabras, número del año de la batalla de Waterloo :D (ya en serio, sacadme de clases de Historia [lo digo en serio: he escrito esto en clase de Historia]).
Bueno, cuando vi la carta de Deuce que hay en la portada, pensé en que Ace estaría simpeando por ellos, lo que me dio la idea para este shot. Aunque, he añadido, que si Ace simpea por los músculos de Deuce, Deuce lo hace con la cintura de Ace. Así de simple.
Bueno, espero os guste <3
PD:Sacadme de TW, los últimos shots que he estado publicando son todos de ese fandom y aún tengo más en borradores ;-; Lo estoy tratando de compensar escribiendo un three-shot de MTP X Ron Kamonohashi, pero, en serio, quitadme TW
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