Capítulo 4. Paseo por la avenida

Ella necesitaba reflexionar por lo ocurrido de ayer. Law era un hombre que deseaba conocerla. Sin embargo, tenía un misterio que la embaucaba demasiado. Sus ojos estaban posados en la pared, buscando algún punto en concreto. Un zumbido resonó sus tímpanos y vio que su móvil recibió un mensaje. ¿Será él? Lo tomó para mirarlo detenidamente y era Law. Se puso tan nerviosa que no sabía que hacer exactamente. Le dijo de quedar esta noche para dar un paso por la avenida. ¿Debería aceptar o no? Claramente que aceptó. Debería mirar que ropa ponerse porque esta mañana ya se duchó, ya que hacía un calor infernal. El verano se estaba convirtiendo en su peor pesadilla.

Bonney estaba en el trabajo. No estaba aquí para ayudarla con la vestimenta. ¿Un vestido cómodo tal vez? Y que no sea caluroso también. Era lo más ideal. Buscó en el armario el más adecuado apartando toda la ropa que guardaba. Encontró uno blanco causal que le regaló hace tiempo su madre. Duros momentos empezó a recordar por haberse ido de la casa de sus padres, pero ellos nunca aceptaron el hecho de que decidiera estudiar profesora. Pero le encantaban los niños y le gustaría tener los suyos propios. Da igual si fueran adoptados o no. Los amaría por igual porque eran niños que necesitaban recibir cariño de una persona.

Mientras se estaba vistiendo, recibió un mensaje del móvil a lo que no dudó en tomarlo en sus manos y saber quién era. Law la escribió, diciéndole que él se iba a pasar por su casa para recogerla y que le dijera la dirección. «Mierda», pensó. Era muy pronto para que él averiguase ya donde vivía. No paraba de morderse el labio si era una buena idea. ¡Al diablo! Le estaba haciendo el favor. Le mandó su ubicación y el respondió que estará en unos minutos ahí. ¡¿Cómo?! Soltó el móvil con rapidez para terminar de prepararse. No le gustaba para nada llegar tarde. Aunque no fue su culpa de que él ya estuviera listo para salir. ¿Dónde estaban sus zapatos? Se estaba poniendo nerviosa e histérica.

Cinco minutos se tomó para ponerse los zapatos y maquillarse un poco. Otro mensaje. Ya estaba ahí. ¡Joder! El karma estaba ocurriendo y no era una buena señal. Solo le faltaba preparar su bolsa con las cosas necesarias. Las llaves, el móvil, un pequeño espejo, el pintalabios para variar y la cartera. Eso no debía faltar. Antes de marcharse, le comunicó a Bonney que iba a salir a dar una vuelta. Quería asegurarse de que se llevó sus llaves y no tuviera que preocuparse. Tomó un poco de aire para soltarlo lentamente y salió del apartamento. Se tomaba su tiempo para bajar las escaleras y no tener un esguince. Aunque no le importaría que Law la atendiese.

Ahí estaba él fuera en el vehículo esperándola con mucha paciencia. Estaba muy bien arreglado. Sus brazos musculosos destacaban demasiado. Parecía que esa camisa iba a estallar en cualquier momento. La joven ___ empezó a imaginarse un montón de cosas, pero sacudió con fuerza la cabeza. Caminó con suavidad hacia donde estaba él. Law esbozó una pequeña sonrisa al verla que se levantó del capó para recibirla encantado. Ese hombre era demasiado apuesto para sus ojos. Creía que le daría un ataque al corazón.

—Tenías que haberme avisado a qué hora ibas a salir de tu casa —lo regañó.

—¿Ni siquiera un hola primero, ___-ya? —preguntó el moreno sin quitar esa sonrisa cínica—. Aunque tienes razón. Debí haberte avisado. Estaba un poco emocionado en verte de nuevo.

—¿Emocionado? —Le sorprendió esa palabra.

—Es igual. Vamos subiendo al coche.

Law no parecía mostrar emoción alguna a primera vista, pero parecía que se estaba abriendo. Era raro porque aún eran unos desconocidos que se estaban conociendo. O eso era lo que entendía ___ desde su perspectiva. Se subieron al vehículo dándole la oportunidad al moreno a encender el motor. Debía a empezar a relajarse. Ya le comentó que era la primera chica que le negaba a tener sexo con él. ¿Con cuántas chicas se habrá acostado? No era un buen momento para pensar en eso. No debía pensar que él era un aprovechado o un mujeriego. Tal vez solo estaba buscando a la chica perfecta.

No quería hacer muchas especulaciones en su mente. La avenida no andaba lejos. Pasear por ahí era agradable para sus sentidos. Sentir la brisa chocar en su rostro era una de las sensaciones increíbles que podía experimentar el ser humano. De vez en cuando miraba a Law quien mantenía un rostro sereno. Parecía estar muy tranquilo con la cita de hoy. Vaya, se estaba dando cuenta de ello. No paraba de tocar sus dedos un tanto nerviosa. La verdad que no sabía que conversación darle durante el camino. Ojalá pudiera iniciarlo él.

—¿Qué has hecho hoy? —Pareció que leyó tu mente.

—Aparte de aburrirme, preparé mi almuerzo, ya que mi amiga está trabajando —respondió.

—No sabía que convivías con la maleducada.

—Oye, puede que lo sea, pero es una buena persona —le rectificó.

—No digo que no, pero aquella vez se comportó de una manera que no me gustó para nada —dijo, mientras la miraba de reojo.

—Ella es así.

—¿Cuánto tiempo lleváis como amigas?

—Pues desde la infancia.

—Me imagino que era un dolor de grano en el culo —dice a modo de broma.

—Pero se le quiere un montón —ríe ante el comentario.

La conversación iba fluyendo de una manera rápida y sencilla para ambos. No era difícil a la hora de hablar. Aunque el rostro de Law indicaba todo lo contrario, parecía disfrutarlo. Conoció a mujeres que no les gustaba para nada platicar y solo querían a lo que iban. Ya estaba aburrido con esas cosas. ___ era muy diferente e iba a disfrutarlo. No era la típica chica que babeara con un hombre robusto y joven como él. Si supiera ella de las cosas oscuras que tenía en mente huiría despavorida. Pero era mejor ocultar ese pequeño e inconveniente secreto de su mente sucia. No tardaron demasiado en buscar aparcamiento porque no había tanto coche merodear por la zona.

La avenida estaba tranquila. No había mucha gente. Perfecto para dar un paseo relajante. Law se puso a su lado indicándola de iniciar la caminata. ___ le siguió sin titubeo alguno. La marea estaba tranquila, perfecta para darse un baño. No obstante, no trajo bañado para poder bañarse, pero si remojar sus pies. No sabía muy bien si el moreno le gustaba el plan, pero podría intentarlo más adelante. El silencio volvió. Estaban disfrutando del paseo con las vistas puestas en el mar. O eso pensaba ___ porque Law la tenía puesta en ella. Era sumamente hermosa como para ignorarla. Sus dedos titubean con ganas de tocarla y poseerla ahí mismo.

Pero dudaba que la chica se atreviese a tener relaciones sexuales ahí mismo. Será reservada en todos los sentidos. Ella se paró un poco para ver el paisaje. La madre naturaleza era increíble.

—Me gusta como el viento juega con tu pelo —comentó Law. ___ se sorprendió tanto que lo miró.

—¿Eso es un cumplido? —cuestionó. Sus mejillas se tiñen de color rosa.

—Como tú lo quieras ver. —Ladeó la cabeza suavemente sin interés alguno.

—Veo que no eres de ese tipo de gente. Lo dices por decir.

—Poco a poco me estás conociendo. —Esbozó una pequeña sonrisa satisfactoria.

No. Cada vez le costaba entenderlo. Apuesto y misterioso que solo mostraba emoción por diversión. ¿Qué mujer lo tendría como pareja? Él se puso a su lado para contemplar igual. Esos ojos grises ocultaban algo. Un pasado doloroso que le marcó de por vida. Unas escaleras estaban cerca de su posición y decidió bajar por ellas ante la atenta mirada de Law. Él la siguió sin dudarlo. La joven ___ se quitó los zapatos para no llenarlos de arena. Esa tierra fina era una almohada para sus pies. Era muy fácil de caminar en ella. Se aproximó a la orilla para que sus pies se remojen en el agua. Estaba tibia, perfecta para bañarse.

En ella se reflejaba la imagen de la luna. Tan bella y atractiva. Con sus dedos alzados, se imaginaba tocarla. Solo los astronautas tuvieron la oportunidad de posar sus pies en ella. Sus ojos no paraban de iluminarse con la luz del asteroide y Law estaba embobado. ¿Qué tenía ella que no tuviera esas chicas? Un aura que deslumbraba en todo su esplendor. El moreno se imaginaba un montón de cosas que hacer con ella. No quería precipitarse porque ___ era una chica que solo se podía conquistar con pequeños detalles.

—Ojalá hubiera traído mi bañador —comentó. Ya el moreno estaba pensando en cosas pervertidas.

—La próxima vez lo tendré en cuenta.

—¿Para que tú luzcas ese cuerpo? —preguntó con sus mejillas rosadas.

—O ver la tuya —dijo con un tono sereno.

¡Era demasiado directo! Estaba claro que él tenía ganas de verla desnuda, aunque Law le hubiera dicho que prefería a una mujer con dos dedos enfrente. Él sin descaro tomó un mechón de su pelo para jugar con ella. ___ cada vez estaba sorprendida ante el comportamiento aleatorio de Law. Serio, sonrisa cínica, pervertido… ¿Qué más sorpresas le iba a dar? Realmente se estaba poniendo muy nerviosa ante su presencia que colocó un mechón de su pelo atrás de la oreja. La timidez era uno de sus pequeños defectos.

—Ese lado tierno me gusta —confesó.

—Oye, ¿te puedes callar? —le suplicó—. Estás haciendo que me avergüence por tus comentarios.

—Yo simplemente digo la verdad. Y perdona si soy demasiado directo, pero me gustaría hacer una cosa.

—¿El qué?

Al preguntar no se esperó lo siguiente. Law la besó sin pudor alguno, sin importarle si no se conocían suficiente. ___ lo apartó de golpe muy roja que se llevó la mano a los labios.

—¡¿Qué haces?!

—Solo quería comprobar si besabas bien. —Sonrió muy divertido ante la reacción de la joven.

—Pero me has pillado desprevenida —le riñó.

—Oh, ¿con eso me quieres decir que no era un beso decente?

—Tengo la sensación de que realmente quieres follar conmigo.

—O inspeccionar tu cuerpo de pies a cabeza estando desnuda a mi merced. Así te puedo demostrar lo que un médico es capaz de hacer con el cuerpo humano —especificó.

¿Qué estaba diciendo? La pobre no paraba de sonrojarse ante esos comentarios casi eróticos para sus oídos. Ese hombre tenía algo que la cautivaba. El tono de su voz, su mirada, sus ojos grises, sus tatuajes, su cuerpo… Él era un hombre de verdad en todo el sentido. Pero estaba yendo muy rápido o eso parecía. No se cortaba ni un pelo en ser sincero ante cualquiera que tenía delante suyo. Una caricia leve la despertó de su trance que miró al causante. El moreno estaba sumamente tranquilo en ver sus reacciones.

—No soy muy bueno en estas cosas —se sinceró—. Acostumbrado a tener una vida erótica a una que es seria. Espero que lo puedas comprender.

—Lo comprendería si no fueras una persona que besa a una mujer sin conocerla aún —le dijo con un tono de enfado—. Hasta pienso que eres un mujeriego.

—No soy esa clase de esa persona.

—Pues estás haciendo que lo piense.

—¿De verdad piensas que me acuesto con las mujeres por diversión? —cuestionó.

—Hombre, esa vez me dijiste que era la primera en decirte que no —respondió sin tapujos.

—Porque me has sorprendido. —Siguió acariciando su pómulo rosado—. Había mujeres que aprovecharían la ocasión para tener sexo conmigo. En cambio, tú preferiste rechazarme y comprender que eres una chica diferente. No puedo negar que me gustaría probarlo contigo, si tú quieres.

—¿Y si me niego otra vez?

—No pasa nada, lo comprenderé. Eso no significa que deje de quedar contigo.

___ estaba atónita que este hombre realmente desea conocerla, sin importar si no se había acostado con ella. La decisión estaba difícil. Lo deseaba. No lo negaba. Era demasiado atractivo para sus pobres ojos. No estaba muy segura. ¿Y si era una trampa? Parecía ser sincero con esas palabras tan sutiles. Law era paciente con la chica porque sabía que era complicado la situación. Sus ojos se encontraron por un instante. Las de ella brillaban con ímpetu como si fueran las mismas estrellas, pero las de él no tenían vida alguna.

¿Qué decisión tomará?

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