Como pescados de acuario

* Los peces optan por el nombre de pescados única y exclusivamente cuando son utilizados para comerse, pero, ¿qué diferencia hay entre ser comida a vivir en una celda de cristal en cautiverio?

Evacuación de emergencia, los humanos estaban invadiendo su ciudad escondida desde la semana pasada y tenía tanto miedo. 

Los buzos se sumergieron días después del asesinato de otro de sus compañeros hasta los asentamientos hundidos y de ahí se dividieron a explorar los alrededores de una Sea City fantasma. Toda evidencia de vida había sido guardada, embaucada y destruida con tal de no ser descubiertos por aquellos viles seres asomándose por las ventanas con sus máscaras de sangre negra. Cada familia sirena se mantenía en casa totalmente en silencio, escondidos en el rincón más recóndito de sus hogares junto con sus pertenencias. Los padres protegían entre sus brazos a sus niños como al tesoro mas sagrado oyendo la actividad del exterior asustados, las parejas se abrazaban mientras se brindaban calor mutuamente entre la helada tensión de tener humanos presentes, los mamíferos se las ingeniaban para salir a respirar a la superficie como pudieran y los animales solitarios sin alguna contra parte humana vagabundeaban tranquilamente por los alrededores.

7 días enteros encerrados desde la noticia de los humanos, sin poder hacer las compras, sin poder ir a trabajar, sin poder mostrar señales de vida, esperando pacientemente que los buzos se alejaran. Bi era el mas amolado de todos por la falta de alimento en su alacena y sin embargo no podía parar de pensar, removiéndose de hambre cada noche en aquel frío rincón, en que se merecía un castigo todavía mas cruel.

...

4.oopm, se había quedado dormido a penas una hora seguida, su mayor record desde la presencia de los buzos. Separó sus párpados aturdido, le dolía la cabeza, le dolía el estomago, le dolían los músculos, le dolían los pulmones, le dolía todo. Se levantó mareado por la falta de aire y de energías del suelo y se asomó distraídamente por la abertura donde debía estar un picaporte, si, seguían ahí. 

Se dirigió a la cocina casi cayéndose de cansancio y al abrir la alacena su corazón dio un vuelco: medio puño de algas. Después de toda una semana racionando cruelmente su comida ahora solo le quedaba medio puño de algas de ahí hasta quien sabe cuando. Vio su estomago perezosamente y cerró la alacena, quizá podría aguantar un rato mas, aunque esas costillas marcadas no estaban ahí antes, y si lo estaban, al menos no eran tan obvias.

Suspiró frustrado y se llevó una mano a la cabeza cerrando los ojos un momento, deseando transportarse nuevamente a esos tiempos en los que nunca le faltaba nada, en la que a los humanos les valía un percebe el mar y en la que no tenía que ser un absurdo asesino. Tenía tanta hambre que quería chillar pero sabía que eso no era ni cerca a un tipo de dolor que ya habría sentido antes, así que salió como pudo por la ventana de atrás, optó su forma de orca y nadó a la superficie a respirar. Tenía tantas ganas de dormir, de dormir las ocho horas que tanto necesitaba su cuerpo o, si era posible, dormir hasta que toda esta catástrofe terminara.

O para siempre. 

...

Ya 24 horas desde la ultima señal de vida humana, ya era oficial, los buzos se habían ido. 

Poco a poco salieron los habitantes observando todo a su alrededor impactados, apreciando cada rayo de sol iluminando sus desvelados rostros. Los super mercados quedaron repletos de un momento a otro, las tiendas también, y así de poco a poco Sea City regresaba a la normalidad luego de casi 10 días con los ojos pelones ante la presencia de los humanos. 

Maki le envió un mensaje de burbuja a Bi algo preocupada por su inactividad esos últimos días, pero la dejó en visto. Muy típico de él. Le envió un "voy para allá" y el otro empezó a escribir inmediatamente, pero ella ya había guardado el teléfono, había arropado al durmiente Rastyn y había partido a casa de la orca.

Tocó su vieja y podrida puerta una, dos, tres veces, no se asomó por el hoyo que alguna vez tuvo un picaporte porque ya sabía que Bi estaba ahí pero no quería abrirle, se cruzó de brazos frustrada.

- Bi, sé que no tienes presupuesto para comprarte otra así que ábreme o te quiebro la puerta -inmediatamente obtuvo resultados mientras oía las llaves de la casa tintinear y el candado entre la puerta y la pared abrirse totalmente sin señales de Bi dentro, ¿a qué estaba jugando? Entró, cerró la puerta y se dirigió al interior de su reducida casa, que mas bien era un alargado pasillo en el que apenas y cabían dos personas. Vio finalmente a Bi tapado de aleta a cabeza por una manta, como si fuera un fantasma, la foca rodó los ojos.

- Bi, ¿qué percebes pasa contigo?

- Lo siento -resopló harta y le quitó la manta recibiendo el mayor de los sustos. 

Retrocedió algo aturdida viendo los enormes pozos de los huecos de sus ojos y su piel tan pegada a su esqueleto, su cabello parecía una maraña de matas negro descolorido y su existencia temblaba famélica. Quería decir algo, reclamar algo, gritar algo, pero nada salía de su boca entre abierta, Bi bajó la mirada sintiéndose la cosa mas repugnante y la foca no pudo hacer mas que jalarlo al exterior inmediatamente.

- ¡No, Maki, ¿qué estás haciendo!

- Necesitas comer ahora mismo Bi ¿me entiendes? ¡No puedo creer que no me hayas dicho nada de esto antes! ¡eres un imbécil! -y en ocho aletazos de la marimacha enojada ya estaba sentado en la mesa de su casa mientras Rastyn lo veía como a un muerto viviente, parecía que los ojos se le iban a caer de sus cuencas.

Intentó disimular un poco comiendo calmadamente pero es que parecía que su estomago estaba gritando mientras torturaba su interior dolorosamente, y le daba mucha vergüenza su nuevo aspecto esquelético, necesitaría comer mucho y algunas semanas de espera para que su delgadez tan peligrosa desapareciera. Parecía anorexico.

- Bi... -dijo Maki después de una hora, cuando el hambre de su amigo por fin fue saciada, sentándose a su lado en la mesa mas seria y comprensiva-. ¿Por qué no me dijiste que estabas pasando hambre? Yo habría, habría hecho de todo para haber ido a tu casa y traerte comida tal como nos las ingeniamos para subir a respirar todo este tiempo, tu sabes que estamos aquí para ti ¿por qué no nos avisaste nada? -preguntó contrariada, hubo un largo silencio después de eso.

- Porque yo atraje a los humanos a Sea City, por eso. ¿Con qué cara querías que les pidiera algo después de haberles hecho esto tanto a ustedes, como a toda la ciudad? Maki, de verdad te lo agradezco muchísimo, por todo, pero sé que no tengo derecho a pedirle un favor a alguno de ustedes después de lo que hice. Cuando Mnyama o alguien de la policía se entere de que maté humanos aun cuando era ilegal pararé en prisión y toda mi vida continuará siendo un completo asco -dejó caer su cabeza en la mesa mientras Maki se acercaba a darle un abrazo, el mas fuerte que pudo brindar.

- Bi... ¿quieres cambiar?

- ¿Eh? -preguntó algo aturdido.

- ¿Quieres parar de matar humanos, de odiarte tanto a ti mismo, de tenerle rencor a criaturas que no valen la pena..? ¿quieres cambiar? -la orca cerró los ojos un momento siendo abalanzado por las palabras de la morena. y asintió firmemente.

- Si Maki, si. Quiero cambiar

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La montaña rusa debe descender ahora uwu Bye

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