Camarón que así lo quiere va siempre contra corriente

* Bi es un camarón que rompe las normas y las modas que la vida submarina le ofrece, porque así es él, y porque punto.

Todos esperaban desde afuera pacientes la llegada del monarca (justos con los chorrocientos habitantes mas de Sea City) mientras Ucstav, Kaikei y el resto de los empleados se preparaban para el cumpleaños numero ocho de la princesa Kinda. El barco hundido en el que se ubicaba el bar parecía casi como si no estuviera en el fondo del agua y todos vestían prendas de lo mas formales y alegres para la ocasión, excepto Bi, él se llevo lo mas apagado y triste de toda la pescadería. Maki llevaba su larga y ligera blusa rosada semitransparente combinando con el rebozo violeta de Rastyn mientras que Larry tenía una camisa arco iris con un corazón de burbuja dibujado y Copryn (quien fue traída a la fuerza) lucía una mantita color cereza y estaba dormida en el hombro del otro. Kaikei y Ucstav eran otra cosa, el pelirrojo tenía una blusa celeste con mangas trasparentes que revelaban sus hombros y Ucstav un chaleco verde limón, que aunque no les combinaban en lo absoluto les recordaba a los ojos del otro y se sentían cómodos así.

Por las puertas del humilde bar entró por fin el rey Fernán impulsando la silla de ruedas de su princesa Kinda. La única razón por la que el rey había escogido nefasto restaurante era porque así podría llevar a su hija sin demasiadas dificultades, ya que ella amaba que él impulsara su silla.

La princesa Kinda no era como las otras niñas, su madre había sido envenenada por desechos tóxicos humanos y tuvo que nacer antes de tiempo y con capacidades inferiores. Su rostro estaba un poco deforme y no podía mover todos sus músculos faciales, le costaba trabajo moverse y era muy delgada, pero siempre podía regalarle una sonrisa (aunque un poco torcida) a su padre y su reino. Su cuerpo estaba un poco inclinado hacia un lado en su silla de ruedas y era mas baja de lo que debería; sus manos no estaban correctamente formadas, uno de sus ojos estaba mas arriba de lo debido y sus dientes completamente desubicados dentro de su boca. A penas podía mantener una conversación con alguien que no fuera su padre y sin embargo él seguía pensando que ella era perfecta y la viva imagen de su madre.

La pequeña princesa fue sentada en uno de los barriles con respaldo de la mesa frente a su padre y Kaikei empujó a Ucstav discretamente para que fuera a atenderlos.

- Feliz cumpleaños princesa Kinda, majestad -hizo una reverencia ante los monarcas-. ¿Qué desean ordenar? -el de cabellos y barba chocolate le sonrió a su pequeña quien examinaba en silencio el menú con la cabeza inclinada a un lado como era costumbre.

- Esto -apuntó con su mano de 3 dedos algo regordetes a una imagen de un cóctel de distintos tipos de algas y hierbas con corales condimentados y coloridos.

- Perfecto, eso ordenaremos, dos cócteles sencillos por favor

- En seguida majestades -hizo otra reverencia y se dirigió a la cocina de nuevo pudiendo respirar otra vez, Kaikei levantó el pulgar con una sonrisa mientras este trataba de normalizar sus tres corazones tamborileros. A diferencia de lo que muchos pensaran el rey era bastante humilde desde la muerte de su reina y el nacimiento de su hija enferma, la cual parecía ser un recordatorio de sus días de gobierno tirano pero aún así no podía parar de amarla con locura. Kinda tenía mucha suerte de haber nacido en un palacio y con un padre tan comprensivo, no existían muchas personas con el síndrome de la pequeña porque en la mayoría de los casos acababan siendo abandonados por sus progenitores o bueno, al menos así era en el mundo humano, la cosa es que el síndrome de la princesa era muchísimo mas raro en el mundo submarino.

El pulpo regresó por fin con los dos platos ordenados y cuando estaba por hacer otra reverencia el rey rió.

- Por favor muchacho, me duele la espalda de solo verte, no es necesario que te inclines ante nosotros -comentó con tono amable y algo bromista, y todos los tentáculos del octópodo se tensaron.

- Como usted ordene majestad -retrocedió lo mas rápido posible y huyó a la cocina.

La princesa intentaba agarrar los cubiertos juntando el comienzo de ambas palmas tal como su padre le había enseñado y metió la cuchara en su boca, repitiendo el proceso varias veces hasta que su padre procesó lo que estaba haciendo y casi se caía del barril de la sorpresa, y la pequeña Kinda rió como no lo hacía hacia mucho tiempo al ver a su padre cubriendo su boca mientras su mirada desbordaba felicidad a montones.

- No puede ser -se llevó las manos al cabello sin ser capaz de borrar su sonrisa, vio a su niña todavía sin poder creérselo, la pequeña seguía riendo por la reacción extraña de su padre y este se paró repentinamente de su lugar para abrazarla e infestarla de besos. Terminaron de comer con el rey viendo detenidamente como su pequeña comía por su cuenta y con movimientos menos torpes, y salieron del bar con una gigantesca sonrisa. Bi y los demás entraron al bar a festejar con Ucskei y el resto de los empleados, todos parecían encantados con la gran propina que había dejado el rey.

- 54, 55, 56, 57, 58... ¡dejó 58 conchas! -gritó la tiburona con todos los dientes, el personal vitoreó y cantó emocionados por el logro mientras saltaban por todo el lugar.

- Vaya, felicidades -dijo Rastyn sonriente mientras Larry se limitaba a festejar con los trabajadores como si hubiera salido de un manicomio o algo así.

- 58 conchas sigue siendo muy poco, en mi opinión -dijo Bi el pesimista, quien era el único sin una sonrisa plasmada en la cara.

 - Buuu -protestó la foca por la negatividad de su amigo de la vida.

- Lo siento pero es cierto ¿no? Solo son 58 conchas, no es como si fuera el triple del costo de una casa o algo así

- ¡Pero estas conchas estuvieron en manos del rey, podrían valer una fortuna!

- ¿Solo por haber estado en manos del rey? -preguntó sin ganas.

- SI ¡SOMOS RICOS!

La orca negó serio como de costumbre y se alejó nadando del bullicio, él hace mucho dejó de ser de multitudes. 

___

OH POR DIOS, OH POR DIOS, OH POR DIOS. ¡Subí el dibujo de ayer por la pagina donde lo hice y recibí dos comentarios! DOS PUTOS COMENTARIOS. Llevo casi un año en esa página y NUNCA, JAMAS había recibido un solo comentario, Y RECIBÍ DOS HHFDNFDJDNDCKFKGJDJDDH AAAAAAAH. 

Bueno, *respira de nuevo* vayamos a temas más serios

Este el primer personaje con síndrome de Apert (no busquen el síndrome en google imágenes) que hago en toda mi vida (y también el tercero con un trastorno tan grave) así que espero haber sido lo suficientemente respetuosa y fiel a la enfermedad. Por cierto ¿han notado que Rastyn ya no se pone celoso cuando ve a Maki y Bi? ;D Bye

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top