5-. El mejor arresto de los cinco océanos

  Así es, La Tierra tiene cinco océanos ¿Que gracias por el dato innecesario? Cuando quieras

Larry podría pecar de ser muchas cosas, pero un muerto viviente no era, es decir, el chico tenía una vida, alma y personalidad, tal como cualquier individuo dentro de una sociedad.

La cosa es que estos individuos tienen un libre albedrio, cosa que es difícil en un mundo donde el único medio de transporte son seres grandes dispuesto a hacerse de taxis, y todavía peor en los servicios de correos... ¡La falta de personal era tan obvia que las quejas hacia el retraso de sus entregas no llegaron a ellos hasta seis meses después! Las compañías de paquetería estaban en quiebra, y sobre todas las de las mantarrayas, quienes no eran tan grandes y por tanto tenían otras aspiraciones en mente.

Fue su desesperación tan grande que en medio de esta no tardaron en llegar al culpable de todos sus problemas: la voluntad, por lo que con eso en mente solo fue cuestión de tiempo para que hallasen los medios necesarios para acabar con ella, y así comerse al mercado con su nuevo ejército de carteros subordinados.

Larry solo era uno más del montón, otro al que le habían lavado el cerebro, tomando todo rastro de raciocinio en él y reemplazándolo con la palabra "correo". Lamentablemente, nadie notó aquella clara ilegalidad hasta dos meses después, cuando el círculo de amigos de aquella mantarraya se dio cuenta de que Larry no se comportaba como debería, así que fueron a su área de trabajo a verlo, preocupados.

Una vez hallaron la manera de entrar un coro perfectamente coordinado de empleados con los ojos en blanco y postura descuidada repitiendo la misma palabra les dio la bienvenida. Los supuestos mensajeros no solo se encargaban de entregar la correspondencia, como cualquiera supondría, sino que también eran quienes los empaquetaban, atendían el teléfono y hacían la intendencia. A kilómetros se veía que algunos llevaban días internados ahí, o incluso más, pero lo que terminó por espantarlos fue cuando todos dejaron de lado sus obligaciones automáticamente oyeron un timbre sonar escandaloso desde las bocinas, y amontonándose como sardinas fueron hacia una mesa rebosante de pastillas para ingerir una. Luego volvían al trabajo.

La foca y la orca claramente tomaron a su mantarraya y le impidieron tomarla, aunque vaya que fue difícil, pues su amigo forcejeó y se removió con una fuerza que no había estado presentando con su aleteo lánguido y cara larga.

-¿Qué percebes es lo que le dieron de comer de niño? Peso bastante más que él y me está doblegando... –dio queja hacia la falta de iniciativa de Maki, quien lo ignoraba con el teléfono en la oreja, buscando comunicarse con la policía.

Larry logró librarse del agarre de la orca por un segundo, pues esta no tardó en detenerlo por la trenza que siempre ataba su cabello, jalándolo hacia la pared donde lo acorralaría aplastando su espalda en ella.

-Tranquilo Bi, que lo estás inmovilizando, no te lo vas a comer ¡Ah, sí, buenas tardes! –finalmente un recepcionista se dignó a atender su llamada, y en seguida la puerta fue aporreada. Maki estaba lejos de su ubicación, pero si que iba a atender su llamado, o eso antes de que esta saliese volando después de un grito de advertencia a volúmenes a los que no muchas personas eran capaces de llegar.

La enorme tabla de madera rodó unos cuantos metros lejos de su posición original, llamando su atención especialmente, pero no de una manera positiva, sino más bien como para darle una buena reprimenda al responsable, o eso hasta que hizo contacto con esos ojos naranja que volcaron todos sus sentidos.

Todo un escuadrón de anguilas eléctricas se apoderó de la "escena del crimen", como había descrito la foca antes, haciendo chispear sus colas violáceas como señal de advertencia. La mayoría, por no ignorar a los jóvenes que de nada tenían la culpa, se trataba de mujeres y por supuesto que entre ellas había una que destacaba, y quién iba a ser si no era la líder al mando.

A diferencia de sus compañeros, una placa dorada adornaba su gorra, reconociéndola entre los demás, aunque aún sin ella su mirada cargada de determinación se encargaba de pasar el dato.

Su piel berenjena se vio favorecida por los rayos de sol reflejados en las ondas del agua, haciendo todavía más celestial su aparición, y su melena crespa y oscura también tuvo su momento de brillar cuando una repentina corriente se encargó de hacerla bailar a su compás, embobándolo más de la cuenta, pues cuando la burbuja de goma que sus gruesos e hinchados labios dieron forma reventó, salió de ese trance en el que se había visto atrapado, haciéndolo caer en cuenta de que la mantarraya a quien debía agarrar ya se había ido hacia un buen rato.

-¿Y Larry? –balbuceó sin terminar de volver al mundo real por completo, sus mejillas hormigueaban y sentía un agujero en el estómago. No se sentía así desde la primaria, cuando se había caído de su transporte escolar: la joroba de una ballena.

-Debajo de tu aleta, le dieron una descarga para calmarlo –y en efecto, ahí yacía el pobrecito con su brazo bien colorado como fiel testigo de los hechos.

Entre los dos cargaban el cuerpo ido de su amigo cuando el soporte derecho cayó a la par que la oficial vociferó instrucciones-:

-¡Arriba, arriba, no dejen que escapen! –fue otra vez esa estruendosa e imponente voz la que hizo a su corazón rebotar en las paredes de sus costillas como un enfermo mental.

Por alguna tonta razón dejó de sostener a la mantarraya para levantar ambas manos, como si estuviese en medio de un arresto, cosa que no era así pues toda la patrulla fue a por los criminales de verdad, quienes se escondían cobardemente en las habitaciones de la segunda planta.

Casi tan rápido como habían subido una hilera de uniformados con algún tipo esposado o inconsciente fueron saliendo de las instalaciones. Solo la jefa de todos ellos y un par de sus compañeras quedaron ahí para interrogarlos.

-Fue uno de ustedes quien realizó la llamada ¿verdad? ¿Qué fue lo que ocurrió exactamente? -preguntó firmemente, sin causar un eco tan poderoso esta vez. Bi quiso hablar pero parecía que su lengua estaba pegada a las paredes de su garganta porque no emitía ningún sonido, Maki tuvo que hacerlo por él.

- Oh, verá, nuestro amigo Larry trabaja aquí pero notamos su comportamiento extraño y decidimos ver qué estaba sucediendo.

- Muy bien, verán, una ambulancia vendrá pronto a recogerlos a todos y en el hospital veremos a detalle cómo devolverlos a la normalidad, inspeccionaremos este sitio también y nos encargaremos de los responsables, así que no teman por su amigo, pero necesito que vengan conmigo -Bi se sentía como de gelatina y sin embargo no bajaba los brazos, y tampoco cooperaba para seguirla a la patrulla, así que tuvo que darle un codazo en las costillas para devolverlo al agua.

- ¡Percebes! ¡¿Y ahora qué es lo que tienes?!

- Ella te gusta -tan pronto como escuchó dicha oración giró la cabeza hacia su dirección sin una reacción en especifico, como si hubiese mezclado todas sus emociones en una expresión que no tenía nombre ni la pista de alguna.

- N-no, no ¡No! No sabes lo que dices -se apuró a decir nadando a gran velocidad hacia la salida, como escapando de vergonzosa conversación que predecía daría inicio.

- Sí, sí, sí, pero ya hablaremos de esto en mi casa, Biggy...

- ¡SSSHHH! -calló horrorizado, hasta se le habían subido los colores de la pena. Maldijo por lo bajo deseando que nadie hubiera escuchado su nombre.

Finalmente fueron escoltados a la extraña patrulla adherida a la ballena jorobada ante ellos y con toda sus fuerzas de voluntad contuvo su sonrisa de puberto idiota cuando vio que estaba sentado justo detrás de ella, pues no quería darle material a su fócida amiga para molestarlo.

- Bi, disimula un poco -pidió la rubia pocos minutos después de emprender su viaje hacia la comisaría, pues el pobre chico tenía la espalda bien erguida, expresión rígida y las mejillas coloradas. La oficial no tardó en voltearse hacia ellos algo preocupada.

- Si se siente mal tenemos pastillas en la guantera -sugirió con una pequeña sonrisa que no hizo más que duplicar sus latidos por segundo.

- Es la conmoción, oficial... -

- Mnyama -completó con simpleza, Maki sonrió asintiendo.

- De nada -le susurró al otro, quien se encogió de hombros tímidamente pensando en su nombre mientras toda su decencia, rudeza y posible dignidad se hacia mierda de mar. 

____

Nadie:

Absolutamente nadie:

Yo: ¿Por qué todos los negros que nos brinda la TV deben ser criminales? Ya hasta parodia se han vuelto, mejor invirtamos las cosas :D

*los policías negros son un cliché*

Ahí está para que vean ¡Me da tanta rabia leerme! Es que estaba en un "modo rompe-clichés" súper fuerte, quejándome de muchos de ellos, a la vez que escribía otros clichés ¡Y eso es ridículo! No puedes evitar los clichés, somos tantas personas ocupando el globo que cualquier idea que tengas ya se le habrá ocurrido a chorrocientas personas más antes, y eso no es malo, nuestra interpretación siempre será distinta y es eso lo que importa, no repeler un cliché como a una bala...

En fin ¿Cuál es su shipp favorito hasta el momento? ¿Tiene algún nombre en especial? ¿Cuál es? 👀

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