SeungMin inhaló entrecortado, las lágrimas habían dejado de caer por sus mejillas pero el temor y dolor de ver a su amigo en ese estado seguía en su interior.

     —SeungMinnie —El policía entró en la habitación viendo a Jisung en la cama y a un agotado pelirrojo a su lado a punto de dormirse—. Sé que no te quieres separar pero debes ir a tu casa y dormir, mañana no tendrás clases, ya hablé con los profesores y Woojin.

    —¿Woojin? ¿El está aquí? —SeungMin se levantó inmediatamente—. Debo pedirle que me deje a cargo de Jisung.

     —Minnie —HyunJin le tomó el brazo y lo freno obligando a que el menor lo mire—. Ven...

      El abrazo que Kim recibió fue una de las mejores cosas que pudo haber sentido en los últimos meses, hacia tiempo que nadie lo abrazaba realmente y le brindaba cariño y calor; su corazón se ablandó y las lágrimas volvieron a salir.

      —Te llevaré a casa, vamos a la moto —Hwang le tomó la mano y lo dirigió hasta su moto, le colocó el casco y obligó a que el menor se agarrara fuertemente de su cintura para no caer—.

       El trayecto no fue largo, llegaron rápido y subieron de la misma manera, SeungMin no dijo nada en todo el camino y lo único que hizo cuando llegó a su departamento fue poner a hervir agua. Se alegraba de ser siempre ordenado ya que cualquier cosa podía suceder y como estaba pasando en este momento, había un invitado en la casa.
       HyunJin se sorprendió cuando vio cuan ordenado estaba el lugar, recordó su habitación en la academia de policías y el desastre que era esta, cada vez admiraba un poquito más a SeungMin, su manera de ser y actuar.

      —Nunca pensé que un estudiante sería tan ordenado —HyunJin habló por primera vez dentro del lugar tratando de relajar el ambiente—.

      —Oh, si... —SeungMin sonrió levemente y la charla terminó ahí, el agua comenzó a hervir y rápidamente el pelirrojo preparo dos tazas de té—.

      Luego de unos minutos HyunJin habló:

      —¿Quieres un abrazo? —La cara de sorpresa del menor le sacó una sonrisa al policía—. Se lo duro que es pasar por todo eso a pesar de estar acostumbrado.

       —No, bueno, estoy bien creo. Aún sigo en shook, me refiero no es algo normal que eso suceda... —HyunJin le dio un sorbo a su bebida—. Jisungnnie es una persona maravillosa y bondadosa no entiendo porque le sucedió algo como eso...

       —A los asesinos no les importa si eres bueno o malo —Soltó el pelinegro, el otro chico en la sala gimió bajo ahogando un sollozo—. Ay no, lo siento Minnie, realmente no sé cómo lidiar con esto.

      —Esta bien Hyung, eres un policía no un psicólogo... —El nombrado bajo la cabeza y sorbió su bebida, el contrario se levantó dejando la taza ya vacía en la pileta—. Deberías volver a la oficina o a tu casa ya es muy tarde...

       —Trata de dormir, sé que estás preocupado por tu amigo pero está en buenas manos y tú lo sabes muy bien, mañana lo podrás ver y si está despierto no querrás que te vea demacrado ¿Verdad? —El pelirrojo asintió con una leve sonrisa ante la preocupación del otro hombre—. Ahora acompáñame a la salida así vuelvo a la oficina, luego sube y abrígate, duerme. Ya sabes que tienes mí número por cualquier cosa ¿Si?

        —Si Hyung.

      Ambos bajaron por el ascensor hasta la salida, HyunJin no quería darle en estos momentos un sermón de que tenía a un asesino en seríe detrás de él y que debía cuidarse. Había comenzado a sentirse bien estando cerca del chico y no podía evitar sentir ternura ante cualquier acción del joven de cabellos rojizos. Miro al costado en el ascensor observando en el espejo el perfil del más bajo, realmente era hermoso.

     —Ten mucho cuidado ¿Okey? Cierra con llave y procura tener todas las ventanas trabadas y cerradas.

     —Si Hyung, tranquilo, lo haré, seré muy cuidadoso —SeungMin le sonrió y el mayor de derritió ante esa acción—. Tú debes cuidarte en estos momentos ¿Lo prometes?

      —Lo prometo. Descansa, Minnie —HyunJin se dio vuelta para salir del edificio mientras que SeungMin comenzaba a cerrar la puerta de vidrio, algo impidió la acción del menor abriendo la puerta transparente quedando frente a frente con el chico cereza—.