Espero que les guste~

N se despertó de repente, sin recordar en qué momento se había quedado dormido. Se permitió relajarse por unos segundos, acariciando ligeramente con su rostro la almohada en la que estaba apoyado, moviéndose apenas y entonces, notando un detalle en particular.

-¡Uzi!- se levantó al instante al no verla entre sus brazos como esperaba, mirando a su alrededor, su pánico en aumento al no verla. Corrió antes de pensarlo, deteniéndose en seco y sintiendo una ola de alivio golpearlo al verla allí, sentada en uno de los asientos de la nave, luciendo algo gruñona mientras sus manos hacían algo que no entendía bien con su arma.

-Estúpida porquería...- bufo entre dientes y él no pudo evitar sonreír. Ella estaba bien, con sus ojos violeta de vuelta y buen alerta, moviéndose por su sola y maldiciendo, eso era bueno.

-¡Estás bien!- no pudo luchar más contra la necesidad y se lanzó a abrazarla, el arma cayendo al suelo con un sonido que resonó un poco cuando logró rodearlo con sus brazos y la levantó de su lugar, tan efusivo que no dejó que sus botas tocarán el suelo. -¡Oh, estaba tan preocupado por ti!- no había vergüenza en decir la verdad porque esa era la mejor política en su opinión.

-Ya, ya. Tranquilo, estoy bien- le dio torpes palmadas en la espalda, aun se estaba acostumbrado al toque entusiasta y cariñoso del robot homicida que ahora tenía de amigo.

-¡Te encontré en la nieve, inconsciente!- recordó, separandola solo para verla mejor, preocupado mientras la analizaba apresuradamente. -¿Qué fue lo que te paso?- la bajo lentamente, aunque no la soltó.

-Me quedé sin energía- respondió sin mucho problema, encogimiendose de hombros de manera despreocupada, demasiado para el gusto ajeno. -No dormir mucho en los últimos días, así que...- hizo un gesto, sin necesitar terminar la frase.

-Oh...- recordó. Ninguno había dormido mucho, ella irritada por lo gritos de V y él algo paranoico por todas las amenazas. Eso lo hizo sentir peor. -Uzi, yo...- iba a disculparse por todo lo sucedido, sintiéndose culpable. Él había reaccionado de más, le había gritado y la había hecho irse como consecuencia, terminando con ella enterrada en la nieve.

-Lo siento- lo interrumpió bruscamente, básicamente escupiendo la palabra. -No debí decir eso de V, incluso si ella me estaba volviendo loca...- gruñó, sintiéndose algo avergonzada. No recuerda haberse disculpado alguna vez pero por alguna razón, siente que se lo debe a él, quien no había sido más que amable con ella desde que se concluyeron a pesar de su actitud hostil. -...es...tu amiga...- no tenía idea de que clase de relación había entre ambos pero no estaba dispuesta a meterse, ya bastantes problemas tenía con sus propias relaciones.

-Yo también lo siento- N hizo un ligero puchero, su amnl aferrada a la de ella. -No debo gritarte- su cola se movió, mostrando su ligera incomodidad. -Aunque...tenias razón, ella se volvió...- no quería terminar esa frase.

-Insoportable- completo ella, divertida ante la mueca en el rostro ajeno. -Esta bien- bufo, pensativa. -Le pondré una maldita mordasa si vuelve a gritar así- el que advierte no traiciona.

-Creo que me adelante- rio con nerviosismo, recordando que había dejado a V amordazado y bien atada, se había olvidado un poco de ella.

-Disfrutemos un poco más la paz antes de soltarla- él no dudo en asentir, aliviado de que Uzi no estuviera muy enojada con él. La volvió a abrazar, feliz de tenerla allí, sana y salva. Uzi suspiro, aunque no lucho, apoyándose en el toque por el momento.