24

Muñequito no sabía cuánto tiempo estuvo metido en una caja, pero si el suficiente para que, cuando la parte de arriba la sacaron, sus ojos quedaron cegados por la repentina luz. Se vio obligado a cerrarlos con fuerza, todo su cuerpo doliendo por la incómoda posición en la que estuvo tanto tiempo.

Un hombre desconocido se asomó, con una sonrisa morbosa en su rostro que envió un escalofrío por su espina dorsal. Esa persona era alta, tenía el cabello largo, negro, amarrado en una coleta, un rostro delgado y una pequeña barba junto a unos crecientes bigotes.

—Tú tienes que ser Muñequito de Porcelana, ¿no es así? —dijo con voz suave, agarrándolo de las axilas, levantándolo y se dejó manejar como peso muerto—. Eres más bonito que en fotografías, cosita hermosa.

No hizo gesto alguno, aun cuando quería vomitar al sentir como posaba sus labios sobre su boca y algo húmedo acariciaba su barbilla. Su lengua, probablemente.

—¿Sabes cuánto dinero me costaste? —dijo como si nada el hombre—. ¡Ochenta y cinco millones de wons! —se rió de forma estruendosa, entrando a su cuarto y dejándolo sentado sobre su cama—. Espero que valgas todo ese dinero, Muñequito, porque si no, me voy a enojar mucho. Y no me gusta estar enojado.

La única respuesta que hubo fue su estómago respondiendo por el hambre y Muñequito desvió la vista.

—Oooow, ¿quieres comer? —dijo con tono jocoso—. Mi proveedor me ha dicho que comes papilla de bebé, espérame un instante.

Desapareció por la puerta y Muñequito se permitió acomodar sobre la cama antes de mirar la pared, tratando de ahogar el pánico burbujeante que moría por salir. Pero si se dejaba llevar por el terror, terminaría llorando y no podía hacer eso. Los Muñequitos no lloraban.

Su Dueño apareció otra vez llevando un frasquito de papilla junto a una cuchara, destapándolo, por lo que Muñequito abrió su boca, comenzando a recibir la asquerosa comida a la que ya estaba acostumbrado.

Recordaba, muy vagamente, que una vez terminó vomitando por estar harto de la papilla, así que Shin lo ahorcó en castigo. Apretó su tráquea con sus grandes manos hasta que se desmayó entre lágrimas. Luego de eso, entrenó a su estómago para aceptarla sin reclamo alguno.

Se notaba que ese hombre jamás hizo aquello porque terminó manchando su barbilla, sin embargo, fingió que no le incomodaba, e incluso permaneció quieto cuando su Dueño comenzó a chupar el alimento derramado de su cuello.

Desvió la vista una vez más hacia la pared al sentir grandes manos comenzando a desnudarlo, mordiendo su labio inferior, y se obligó a callar todos los gritos atorados en su lengua.

Aunque, a esas alturas, no sabía realmente si tenía una voz como para poder chillar.

·❅·

JungKook llegó tarde ese día a su casa, pero en el fondo, no le interesaba mucho.

Probablemente ya todos acabaron de cenar, sin embargo, tampoco tenía hambre, pues comió en casa de Yoonah. De mamá. Junto a su esposo.

Seunggi fue amable con él, sin hacer muchas preguntas y comportándose de manera educada, lo cual JungKook agradecía bastante. Nayeon, por otro lado, su media hermana menor... Nayeon era un caos, juguetona, parlanchina, confianzuda inmediatamente, mostrándole todos los juguetes que tenía y diciéndole que tenían que verse más seguido ahora, para que así ellos pudieran jugar.

JungKook se sintió triste, porque esa pequeña familia le recibió con los brazos abiertos, haciéndolo sentir cómodo, mientras que en esa casa...

—¿Dónde estabas, JungKook?

Se sobresaltó cuando una grave voz habló, volteándose hacia su papá, sentado en el sofá con una expresión impasible. A su lado, Somin tejía una bufanda.

Rascó su nuca.

—Estaba con Hoseok —mintió.

Su papá apretó su mandíbula ante la mención de su novio, en tanto Somin soltaba un chasquido reprobador.

—Dios, ¿sigues saliendo con ese chico? —se quejó Junghyun—. ¿Cuándo dejarás de actuar como un afeminado y traerás a una chica a casa, JungKook?

Desvió la vista.

¿Ese chico que vino el otro día contigo es tu novio? —había preguntado Yoonah cuando cenaban. JungKook no pudo negarlo, esperando el rechazo de forma inmediata—. ¡Deberías traerlo a comer la próxima vez, cariño! Me gustaría conocerlo.

Ese chico era muy bonito —dijo Nayeon, su boca sucia por la comida.

Y eso fue todo. JungKook rompió a llorar cuando estaba limpiando los platos junto a su mamá, que lo abrazó con fuerza, pareciendo entender lo que le ocurría.

—Soy gay, papá —contestó—, y nada me hará cambiar de gustos, ¿lo sabes?

Somin frunció el ceño.

—¿No querías traerlo tú para que tus nietos llevaran el apellido Jeon? —se burló, observando a su marido—. A fin de cuentas, el tiro te salió por la culata, Junghyun.

El hombre lucía más enojado ahora, sin embargo, JungKook no lo tomó en cuenta.

—¿Puedo ir a mi cuarto? —preguntó.

—No has cenado —dijo Somin de forma repentina.

JungKook la observó y la mujer desvió la vista.

—Tú... —vaciló un momento—, ¿me has querido en algún momento?

La expresión de Somin era helada, fría, y le observó como si él fuera un desconocido. Como si él, realmente, no estuviera allí.

—¿Por qué debería quererte?

JungKook apretó la correa de su mochila.

—He encontrado a mamá —dijo, viendo como Somin perdía el color de su cara, mientras su papá se atoraba con su propia saliva debido a la impresión—, y ella me ha dicho que quiere que me vaya a vivir con su familia —alzó la barbilla, altivo—. ¿No es eso bueno, señora Jeon?

Corrió a su cuarto antes de que su padre pudiera procesar todas sus palabras, antes de que Somin reaccionara, y cerró con llave, sintiendo como el peso que estaba sobre él parecía ir aligerándose de a poco.

Puede que todavía faltara mucho para comenzar a sentirse bien, pero el primer paso era, después de todo, el más importante. 

·❅·

YoonGi suspiró al agarrar las llaves del auto, pasando por la cocina y viendo a su mamá lavar los platos, en tanto su papá veía televisión.

—¿Vas a salir? —preguntó su papá al verlo con una bolsa.

—Tengo un cumpleaños —contestó como si nada.

Sabía enseguida que sus papás no estaban nada contentos con ello, sin embargo, en ese momento, Wheein apareció, entrando desde el patio, y se le quedó mirando con una expresión extraña.

YoonGi sentía que su hermana menor le estuvo evitando desde hace varios días, apenas dirigiéndole la palabra o mirándolo, lo que le ponía algo triste pues ese comportamiento le recordaba a cuando estuvo saliendo con Jinho. No quería que algo así volviera a repetirse.

—¿Vas a salir, oppa? —preguntó Wheein, sonriendo.

Rascó su nuca.

—Jimin está de cumpleaños y me ha invitado —dijo a modo de respuesta.

—Oh —Wheein asintió, pasando a su lado para subir las escaleras—. ¿Irá TaeHyung oppa?

—Supongo...

—¡Mándale saludos! —Wheein se giró, con una expresión traviesa en su rostro—. ¡Y a Jimin también!

YoonGi no alcanzó a decir cosa alguna porque su hermana menor desapareció, y sacudió su cabeza un poco debido al desconcierto, sin entender muy bien la forma en la que actuaba.

Decidió no tomarle importancia, saliendo con rapidez, porque pasaría a buscar a TaeHyung y JungKook luego de ofrecerse el día anterior. NamJoon dijo que no se preocupara por él, que estaría temprano en casa de Jimin para ayudarlo a decorar todo (y ganarse el corazón de su suegra otra vez, en palabras de él). Hoseok iría más tarde, comunicó, porque tenía otro compromiso, así que sólo debía preocuparse de su novio y su amigo.

Mientras tanto, TaeHyung se dedicó a bajar los escalones de dos en dos, cargando a un desesperado Yeontan en sus brazos. Le dio un beso entre sus orejas, corriendo hacia el patio para dejarlo allí y volver al interior de la casa.

—¿Estás listo, TaeHyung? —preguntó su mamá con una sonrisa.

¡Sí, mamá! —dijo, rebotando por la felicidad—. ¿Crees que a Hoseok le guste mi regalo?

—Por supuesto que sí —intervino su abuelita, pero la sonrisa de TaeHyung se tambaleó.

¿Por qué me hablan de esa forma? —preguntó, con su expresión lastimosa—. No me gusta.

Jongwoon suspiró.

—Jin y Kyungsoo lo recomendaron, TaeHyung —le dijo firmemente.

TaeHyung hizo un mohín extraño.

¡Ellos pueden comer mierda!

—¡TaeHyung!

El menor parecía dispuesto a hacer una pataleta, sin embargo, en ese momento tocaron el timbre y la expresión del chico cambió al pensar que YoonGi estaba allí. Importándole poco el regaño de sus padres, corrió a la puerta, abriéndola con emoción para...

Su rostro decayó cuando vio a JungKook allí.

Oh.

JungKook le sonrió con debilidad, fingiendo no ver la cara en blanco de TaeHyung, como si no lo quisiera allí.

¡Hola! —saludó, sus gestos eran torpes y difíciles—. ¿Estás listo, TaeTae?

TaeHyung, de forma repentina, sonrió, quitándole importancia a lo recién ocurrido, la incomodidad desapareciendo del aire.

¡Sí, sí! —dijo—. ¿Dónde está Jimin?

JungKook entró, desviando la vista.

Dijo que llegaría más tarde, iba a ir a comprar unas cosas con su mamá —contestó, encogiéndose de hombros y fingiendo que la pregunta no le afectó.

—Hey, JungKookie —Taeyeon apareció, sonriendo—. ¿Es mi idea o estás más grande?

El muchacho se rió, sacudiendo su cabeza, yendo a saludar a todo el mundo mientras TaeHyung le seguía, ansioso por ver a YoonGi, aunque JungKook estuviera allí.

Su novio no tardó en aparecer varios minutos después, pero TaeHyung tuvo que hacerle un gesto para que guardara las distancias. YoonGi entendió con rapidez, tomándose su tiempo para que TaeHyung le presentara a todo el mundo, y luego de cinco minutos, estaban saliendo de la casa.

—Vámonos rápido antes de que te vea mi hermana, hyung —dijo JungKook como si nada.

YoonGi soltó un resoplido. Soyeon estuvo menos insistente esos últimos días, sin embargo, eso no quitaba que podía volver al ataque en cualquier momento. Ella era... bastante impredecible, por decir lo mínimo, y muy insistente cuando las cosas no le resultaban enseguida.

Entraron al auto, partiendo al departamento donde Hoseok vivía, conversando amenamente mientras TaeHyung tenía que contenerse de agarrar la mano de YoonGi. La verdad era que, esos últimos días, le estuvo dando muchas vueltas a dos asuntos. El primero lo resolvería más tarde.

Pero lo otro... Estaba tratando de pensar cómo le diría a JungKook sobre lo suyo con YoonGi. Ya iba siendo momento de hablarlo con él, de decirle las cosas a la cara para que así no tuviera que andarse a escondidas.

Y JungKook sería bueno, comprensivo con él, porque era un buen amigo, ellos eran mejores amigos, y los mejores amigos nunca peleaban de verdad. Eso lo vio en televisión.

Llegaron al departamento de la madre de Jimin a las cuatro de la tarde, tocando la puerta, y Jimin se asomó.

—¡Feliz cumpleaños, Minie! —saludaron todos, sonriendo al verlo con un traje de dinosaurio verde, como si fuera un pijama.

—Vinieron —balbuceó, con un toque de ansiedad en su rostro y voz.

—Por supuesto que sí —contestó JungKook—. ¿Por qué no vendríamos?

—Son las cuatro con dos minutos —murmuró Jimin, haciéndolos pasar.

Ninguno preguntó más, porque entendieron enseguida su mensaje. A Hoseok no le gustaba que la gente llegara tarde, pues provocaba que empezara a asustarse.

La decoración, por supuesto, era la esperable: un pastel de dinosaurio, servilletas de dinosaurio, gorras de dinosaurios...

Ninguno dudó en ponerse la gorra, no cuando NamJoon apareció, vestido también con un pijama de dinosaurio.

—Se ríen —comenzó a hablar—, y les patearé el culo, ¿entendido?

—¡Te ves bonito! —soltó Jimin de pronto, sin ver a nadie a los ojos, y con sus manos retorciéndose de forma inevitable. YoonGi sonrió, llamando su atención, y agarró su muñeca izquierda.

—No estés nervioso, bebé —le arrulló—, estoy contigo y tus amigos están también.

Jimin estaba tan ansioso que, incluso, aceptó el pequeño beso de YoonGi en sus labios sin reclamo alguno.

—¡Tenemos tus regalos, Minie! —dijo JungKook, y en ese momento la madre de Jimin apareció, llevando una bandeja con aperitivos—. ¡Hola, señora Park!

—Hola chicos —saludó la mujer con una sonrisa animada, dejando la comida sobre la mesa—. ¡Muchas gracias por venir! Minie se despertó muy contento hoy porque le iba a celebrar su cumpleaños.

Jimin fingió no escucharla, recibiendo los regalos que sus amigos le tendían, mientras dejaba que YoonGi acariciara su cabello para que se relajara un poco.

—¡Mira mamá, Min YoonGi hyung me regaló un robotime de tiranosaurio! —gritó Jimin, sacando la caja donde estaba el juguete.

YoonGi sonrió, rascando su nuca.

—Lo puedes armar más tarde —dijo Yuwon—, pasen a comer, chicos.

El cumpleañero hizo un puchero que se le pasó cuando NamJoon volvió a darle un beso en los labios, cargando todavía el resto de sus regalos porque quería abrirlos, cosa que hizo mientras comían: JungKook le regaló unos huevos de dinosaurio con slime fluorescente en su interior, mientras que TaeHyung le entregó un rompecabezas de cinco mil piezas para que se entretuviera.

Jimin no lo demostraba mucho, pero sus ojos brillaban por la emoción, y todos sabían que estaba muy feliz en ese instante.

Hoseok llegó una hora después, saludando a todo el mundo, y entregándole su regalo a Jimin: era una pequeña lámpara de cabeza de triceratops.

¿Qué le regaló NamJoon a Jimin? —preguntó de forma repentina YoonGi en voz alta y lenguaje de señas, mientras Hoseok se sentaba al lado de JungKook, tomándole la mano.

—Eso es un... —comenzó a decir NamJoon.

¡NamJoon me rapeó una letra de dinosaurios y otra sobre lo mucho que me quiere! —le interrumpió Hoseok.

Las mejillas del mayor se colorearon de rojo cuando todo el mundo le miró, en tanto Yuwon sonrió con un poco de burla, prendiendo las velas del pastel para cantarle feliz cumpleaños a su hijo.

—Es lo que hacen los novios —se defendió NamJoon.

Hoseok se compadeció del pobre muchacho, que seguía luciendo avergonzado.

—Yo le regalé a JungKook una figurita de Iron Man con mi cara pegada encima —dijo comprensivamente.

Ahora JungKook quería desaparecer del lugar en el que estaba.

—Hoseok —siseó, cubriendo su rostro con ambas manos.

—¿Qué? —dijo Hoseok , algo indignado—. A veces pareciera que quieres más a ese personaje que a mí.

—¿Y qué le regaló YoonGi a TaeHyung? —preguntó Jimin.

Hubo un extraño silencio en la mesa.

—¿Qué? —preguntó JungKook, parpadeando mientras que TaeHyung palideció.

Jimin frunció los labios y YoonGi se aclaró la garganta.

—Sí, porque...

—¡El pastel está listo, chicos! —dijo Yuwon con ánimo, sin notar el ambiente enrarecido en el comedor, cargando el bonito pastel de apatosaurus que mandó a hacer.

Todos se desconcentraron para cantarle a Jimin, y el chico lucía como si quisiera escapar de allí pronto. Apagó las velas lo más rápido que pudo e hizo un berrinche, ya que no quería partir el pastel por lo precioso que era para él.

JungKook sonrió, sacudiendo la cabeza, y se volteó para decirle algo a Hoseok, quedándose quieto cuando vio que se inclinaba hacia TaeHyung con una expresión de preocupación. El rostro de su amigo lucía descompuesto.

TaeTae, ¿estás bien? —preguntó Hoseok, tratando de no llamar la atención de nadie. TaeHyung negó con la cabeza—. Ven, te acompaño al baño...

Puedo ir yo —se adelantó JungKook, con su estómago dando mil volteretas—. Podría...

—No te preocupes —dijo Hoseok, poniéndose de pie con TaeHyung detrás—, quédate con Jimin, eres uno de sus mejores amigos y podría sentirse raro si no ve a ninguno de los dos.

Quiso discutirle, pero ellos desaparecieron y se volteó hacia su amigo, que hacía una mueca extraña con sus labios mientras su mamá cortaba el pastel.

—JungKook, ¿ocurre algo? —preguntó YoonGi, que vio irse a TaeHyung y Hoseok, pero no le preocupaba demasiado porque ¿tenía algún motivo para estar celoso?

Además, no quería ser tan obvio. No con lo que Jimin acababa de decir.

JungKook trató de sonreír.

—Nada, hyung —contestó, encogiéndose de hombros—, sólo recordé algo, nada más.

YoonGi asintió.

TaeHyung, mientras tanto, estaba humedeciendo su rostro para poder estabilizarse, mirando su reflejo en el espejo, con sus manos temblando al tratar de contener los impulsos de golpearse en la mejilla como un castigo.

Estuvo a punto de arruinarlo. Estuvo a punto de gritar para que Jimin no siguiera hablando.

Hoseok, detrás de él, suspiró.

A Jimin le cuesta entender que esto siga siendo un secreto —le dijo, sus gestos siendo duros—, le han metido en un embrollo, y no sólo a él, sino también al resto de nosotros.

TaeHyung sentía que rompería a llorar en cualquier momento, lo que no quería pues, cuando lloraba, era cuando más vulnerable se volvía, con más ganas de hablar y soltar todo lo que le estaba ahogando.

Se lo diré —le dijo a Hoseok—, sólo... no hoy. Hoy Jimin está de cumpleaños y no debemos arruinárselo. Pero se lo diré.

Hoseok asintió, volviendo a suspirar, y salió del baño dejándolo solo, mirando su reflejo.

Era, en definitiva, un horrible y despreciable muñeco. 

·❅·

JungKook y TaeHyung se quedaron a dormir esa noche con Jimin, que les invitó a una pijamada para seguir celebrando su cumpleaños. El resto de los chicos se marcharon cerca de las diez de la noche.

Los tres amigos decidieron ver una película, pero Jimin se aburrió pasada una media hora, así que fueron al cuarto del muchacho, despidiéndose de Yuwon, y empezaron a armar el robotime que YoonGi le regaló.

Aunque, en realidad, Jimin era el que lo estaba armando mientras sus otros dos amigos le miraban, sabiendo que, si decidían ayudarlo, harían que se pusiera nervioso.

TaeHyung le envió un mensaje de despedida a YoonGi, dándole las gracias por haber ido. Pensó brevemente en lo que ocurrió una semana atrás, cuando estaba en casa de su novio, besándolo, y de pronto hacía demasiado calor en el cuarto, con sus manos picando para moverse sobre el cuerpo del mayor.

Entonces YoonGi lo agarró del culo en medio del beso, sin dejar de abrazarlo, de besarlo, y las alarmas de TaeHyung se dispararon, sin saber a dónde se estaban dirigiendo. Así que se detuvo, haciendo que YoonGi también parara, con el miedo corroyendo en su interior, el temor logrando que su garganta raspara.

JungKook —dijo, llamando la atención de su mejor amigo, que lo miró con una expresión inquisitiva—. ¿Puedo hacerte una pregunta?

JungKook bloqueó su teléfono móvil, dejando la conversación de Hoseok y volcando su atención a TaeHyung.

La que quieras —respondió JungKook.

TaeHyung sintió sus mejillas coloradas, permaneciendo un momento sin hacer nada, tanto que incluso llamó la atención de Jimin, que estaba murmurando por lo bajo al no saber dónde encajar una pieza.

¿Cómo lo haces tú con Hoseok?

JungKook arrugó el ceño.

¿Hacer qué? —preguntó, confundido.

TaeHyung mordió su labio inferior.

Tener sexo —dijo con velocidad, haciendo que JungKook abriera sus ojos con sorpresa—. Con Hoseok, ¿eres pasivo o activo? Pero... ¿qué significa eso? ¿Cómo es?

Las mejillas de JungKook se colorearon también de rojo, avergonzando, en tanto Jimin arrugaba los labios por el desconcierto.

¿El sexo con Hoseok? —preguntó apenas—. ¿Para qué quieres saberlo?

Un horrible y breve pensamiento cruzó por su mente: ¿no quería TaeHyung saberlo para... para acostarse con Hoseok? ¿Para saber cómo proceder? JungKook sabía sobre el historial de Tae, sobre lo ocurrido cuando estuvo desaparecido, pero...

No. No, TaeHyung no podía estar haciendo eso.

Trató de mantener la calma.

Me ha picado la curiosidad —dijo TaeHyung, su rostro compungido—. Mamá y papá me hicieron la charla, pero me lo explicaron con un hombre y una mujer, y no quise preguntarles sobre un hombre y otro hombre porque me daba vergüenza.

—Ah —JungKook rascó su nuca, espantando los malos pensamientos de su mente, tratando de no darle vueltas a la idea maliciosa que empezó a rondar en su cerebro—. Bueno... me he acostado un par de veces con Hoseok...

¡Yo también me he acostado con NamJoon! —intervino Jimin—. Él viene aquí, a mi cama, y saca su computadora, nos acostamos y vemos alguna película juntos.

JungKook sonrió ante la inocencia que emanaba su amigo, antes de girarse hacia TaeHyung, que le observaba con ojos un poco ansiosos.

¿Por qué quería saberlo tanto?

En la mayoría de las veces... —JungKook mordió su labio inferior—, Hoseok tiene el rol activo y yo pasivo. Una vez fue al revés, pero no me gustó mucho.

TaeHyung arrugó las cejas, confundido.

Pero, ¿a qué se refiere con eso? ¿Cuál es la diferencia entre uno y otro? —insistió.

JungKook estaba más avergonzado aún, en especial cuando Jimin se volteó hacia él con una expresión inquisitiva. Parecía querer saber también de qué estaban hablando porque, al parecer, comprendió que su acostarse no era el acostarse de ellos.

En el sexo, por lo normal... —rascó su nuca—, lo ideal es que estén los dos desnudos o con poca ropa. O sea, sin pantalones ni ropa interior.

TaeHyung tenía ahora una carita de concentración, asintiendo, mientras Jimin sacudía la cabeza con desconcierto.

Pero ¿no tendrías frío? —preguntó.

JungKook soltó una risa por los nervios.

Jimin... cuando YoonGi te besa mucho, ¿no sientes un poco de calor? —preguntó JungKook.

Jimin puso una expresión pensativa al igual que TaeHyung, y JungKook se puso alerta otra vez. Vale, entendía por qué Jimin lo estuviera pensando, estaba saliendo con NamJoon, pero TaeHyung...

TaeHyung estaba soltero, ¿por qué debería pensar en eso?

—afirmó Jimin—, a veces, NamJoon me acaricia la cintura y eso me hace cosquillas y me da calor.

TaeHyung se mantuvo sin hacer un gesto.

JungKook mordió sus labios.

El sexo es una acción muy íntima que haces con alguien que te atrae mucho —trató de explicar—, te atrae de forma romántica o sólo sexual. No necesariamente deben estar en una relación.

Jimin parecía algo perdido.

A mí me gusta mucho NamJoon, pero no he tenido sexo con él, ¿eso es malo? —ahora lucía genuinamente preocupado.

¡No, no! —se apresuró a aclarar JungKook—. No, Minie, no deben tener sexo hasta que te sientas listo —se aclaró su garganta, volteándose hacia TaeHyung—. El sexo muchas veces incluye penetración, TaeHyung.

¿Penetración de qué? —preguntó TaeHyung.

El muchacho que estaba sirviendo de maestro se puso muy nervioso, porque no sabía si sería bueno hablarle a su mejor amigo sobre las relaciones sexuales. No cuando conocía su historia, no cuando él sabía que eso podría alterarlo, traerle malos recuerdos.

Sin embargo, TaeHyung tenía una mirada tan insistente que no se vio capaz de decirle que no.

Tendría que ir de a poco, más porque Jimin parecía muy desorientado.

En la clase de biología vimos el cuerpo humano, ¿cierto? —trató de explicar para que Jimin supiera de que hablaban—. Y los hombres tienen un pene y las mujeres tienen vulva y vagina. Cuando ellos tienen sexo consensuado, los hombres pueden meter su pene en la vagina de las mujeres, y eso puede provocar placer. A eso se le llama penetración.

¡Sí, sí! —dijo TaeHyung, impaciente—. Pero dos hombres, ¿cómo lo hacen?

JungKook vio la expresión concentrada de Jimin, escuchando todo con claridad, dejando olvidados sus dinosaurios.

Para los hombres, la penetración se puede hacer por el ano —explicó con vergüenza.

La expresión de TaeHyung y Jimin era un poema en ese momento, tanto que JungKook pensó que habría sido buena idea grabarlo y verlo en la posteridad.

Si no hubiera estado tan avergonzado, se habría reído.

—¡Pero por ahí hacemos nuestras necesidades! —exclamó Jimin, tan descolocado que se olvidó de hacer gestos.

JungKook asintió, dándole la razón.

¿Entonces Hoseok mete su pene en tu ano? —preguntó TaeHyung, sorprendido.

Si lo decía de esa forma, hasta a JungKook le daba algo de repelús.

Trató de arreglarlo de alguna forma.

En nuestro culo —dijo lentamente— los hombres tenemos una glándula llamada próstata, que cuando se toca, se presiona, te da mucho placer. Así que el pene o unos dedos allí dentro pueden provocarte mucho.

Pero... —TaeHyung sacudió su cabeza—, los dedos de Jimin son chiquititos, ¿qué tan profunda está?

JungKook le miró, ofendido, aunque algo dentro de él se relajó cuando vio la sonrisa traviesa en el rostro de TaeHyung.

¡Eres un pesado! —dijo con fingida indignación.

Jimin seguía en shock.

La persona activa es la que le mete el pene a su compañero en el sexo —siguió tratando de explicar JungKook—, y la persona pasiva es quien recibe ese pene en su culo.

TaeHyung pensó en que le dijo a YoonGi que él podría ser el pasivo. O sea...

¿Y meterte algo por el culo no duele? —continuó preguntando.

Al inicio duele —admitió JungKook—, pero para eso, tu compañero debe prepararte con juegos previos, como meterte dedos, echarte lubricante, que es un gel para que tu ano esté más resbaladizo, incluso pueden probar juguetes...

No te creo —dijo repentinamente Jimin—, ¡eso suena muy exagerado! Y si es cierto, ¿por qué NamJoon no me lo ha dicho? ¡Es mi novio, entonces él debería haberme pedido tener sexo y decirme todo esto!

No porque sean novios deben tener sexo enseguida, Jimin—le explicó JungKook—, puede que NamJoon esté esperando...

¿Esperando qué? —Jimin frunció el ceño con enojo, aunque no sabía por qué estaba molesto—. ¿Por qué Hoseok y tú lo hacen, y NamJoon y yo no? ¡A mí el me gusta mucho, y yo le gusto mucho, así como a ti te gusta Hoseok y Hoseok gusta de ti! —parpadeó—. ¿Y si yo no le gusto tanto y tiene sexo con otra persona que no sea yo? ¿Eso puede ocurrir?

JungKook rascó su nuca, un poco exasperado.

Vale, Jimin, ¿por qué no le preguntas ahora? —dijo, medio en broma medio en serio.

La expresión de Jimin se iluminó, agarrando su móvil y buscando el contacto de NamJoon ante la desconcertada mirada de sus dos amigos.

Minie bebé:

NamJoon.

NamJoon.

NamJoon.

NamJoon.

NamJoon.

Perrito bonito:

¿Minie?

¿Qué ocurre, cariño?

Minie bebé:

Quiero tener sexo contigo.

Perrito bonito:

QUEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE

Acto seguido, el móvil de Jimin comenzó a sonar, siendo una llamada entrante de NamJoon, y el muchacho contestó. NamJoon le dijo que siempre debía contestarle para no preocuparlo, porque si le llamaba, era por una emergencia.

—Perrito —dijo.

—Jimin—la voz de NamJoon se sacudió, nerviosa—, ¿de qué estás hablando? ¿Dónde estás?

—¡Quiero tener sexo contigo!

—¿Estás borracho?

—¡No, no! —Jimin hizo un ruido extraño—. JungKook nos ha estado hablando de que tiene sexo con Hoseok y de cómo Hoseok le mete su pene en su ano, entonces–

—¡Jimin! —gritaron NamJoon y JungKook al mismo tiempo.

—¿Por qué tú nunca me has metido el pene? —preguntó Jimin, aturdido.

—Oh dios, esto tiene mil maneras de acabar horrible —murmuró JungKook, volteándose hacia TaeHyung, que apenas llamó su atención en todo ese instante—. TaeHyung, ¿qué pasa?

Su mejor amigo lo miró, con sus ojos nublados por algo que no logró reconocer, y se asustó un poco cuando el muchacho sacó su libreta para escribir. Cuando hacía eso, era porque le costaba expresarse en lenguaje de señas.

¿Es importante hacer eso con la persona que te gusta?

JungKook leyó la pregunta y trató de contestar cuidadosamente.

Muy importante. Tu cuerpo, tu mente, tu alma, debe confiar en esa persona para que estés relajado, TaeHyung. Es muy importante que, con la persona que lo hagas, sea de tu gusto. Y... y más que de tu gusto, sea de tu confianza, porque así, cuando le digas que pare, debería parar.

¿Y qué pasa si tu cuerpo no se relaja, si no hay confianza?

JungKook lo pensó un momento, escuchando a Jimin discutir por teléfono como ruido de fondo.

El sexo puede ser muy placentero cuando lo haces con alguien que te gusta, pero si no, si es forzado... puede doler mucho, TaeTae. Duele mucho cuando no es consensuado.

TaeHyung asintió.

—Entonces, ¿si tendrás sexo conmigo? —dijo Jimin, ahora con sus ojos brillando por la ilusión.

NamJoon soltó un ruido extraño, con un tic en su ojo a pesar de que nadie le estuviera viendo.

—Cuando tengamos dos años de estar saliendo, Jimin—prometió.

—¡Se lo contaré a mamá, entonces!

—¡Jimin, no...!

El muchacho cortó la llamada.

—¿Ahora NamJoon si es mi novio de verdad? —le preguntó a JungKook, ansioso.

JungKook rodó los ojos, aunque había una sonrisa cariñosa en su rostro.

—Sí, Minie.

TaeHyung, mientras tanto, bajó la vista y frotó sus ojos para alejar las punzantes lágrimas que querían escapar, porque toda esa conversación provocó que se diera cuenta de algo.

Se recordó a sí mismo boca arriba, con las piernas separadas, el dolor punzante en todo su cuerpo, en especial allí atrás. Se recordó con dedos en su interior, con juguetes, con...

Su estómago se contrajo cuando la horrible verdad lo golpeó.

Señor Shin y su Dueño tuvieron sexo con él. Lo forzaron.

Y eso lo convertía en un Muñequito sucio y usado, tan sucio que no merecía ninguna cosa. Ni siquiera el amor de YoonGi.

Hola, hermosos, a apartir de ahora llegamos al climax de la historia, les sugiero tener pañuelos para el proximo capítulo :(

Y ya saben, por favor, cualquier error que vean, hagamenlo saber, por favor :D

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