Capítulo 31

Preparen pañuelos, porfavor :D

―¿Entonces te vas?

Seokjin sonrió con dolor en su mirada ante el atónito rostro de Tae, su boca abierta por completo. Taehyung suspiró con cansancio.

―Sí ―dijo Seokjin, su voz temblorosa―, voy a mudarme con mamá en julio y ella quiere que vaya a otro colegio ―tragó saliva―. Mamá lo sabe todo, sobre los chicos que me molestan y... y no quiere que esté más aquí.

―Pero... pero ¿no te voy a ver más? ¿Y a Hoseok tampoco? ―balbuceó Tae conmocionado―. ¿Ya no seremos amigos?

Kim sorbió por su nariz, sus ojos picando por la situación. Las clases acabarían en poco más de dos semanas y las cosas en su casa estaban muy tensas. Su padre apenas le hablaba, Su madrastra no le dirigía ninguna mirada y la única persona con la que conversaba en la cena era con Soyeon, que lucía también muy triste por todo.

No soportaba más ese lugar.

―Podemos seguir siendo amigos ―afirmó Seokjin―, pero ya no nos veremos todos los días, Tae.

Tae miró hacia todos lados como tratando de orientarse porque todo lo que le estaban diciendo le provocaba demasiados nervios.

―Pero me voy a quedar solo ―dijo, su voz como un hilo―, Hoseok, Yoongi y tú se van.

Ese era el último año académico de Yoongi en la secundaria junto con el de Jungkook. Tae tenía mucha razón, volviendo todo más difícil de lo que ya era.

―Hyerin se queda y Wheein también ―recordó Seokjin.

―Pero ellas no son mis amigas ―replicó Tae, comenzando a enfadarse―. ¡No quiero que te vayas, eres mi amigo! ―golpeó la mesa con su mano―. ¡Los amigos no se dejan solos!

―Tae...

―¡Tú no eres mi amigo entonces si te vas! ―soltó Tae―. ¡No eres un verdadero amigo!

―Tae, vamos ―dijo Yoongi al ver como Seokjin hacía una mueca al escucharlo―, no digas esas cosas ―el mayor le tomó la mano a su novio que seguía soltando palabras, levantándolo de la silla.

―¡Los amigos de verdad nunca se dejan solos!

―Te lo voy a explicar...

Yoongi se llevó a Tae a rastras, importándole poco si estaban llamando la atención de otras personas, y Seokjin frotó sus ojos para alejar las lágrimas punzantes por salir. Sabía que Tae estaba algo alterado pero eso no quitaba que sus palabras hubieran dolido. 

Él también estaba asustado, además, porque iniciar un nuevo año escolar en otro lugar, con completos desconocidos, provocaba que su ansiedad se disparara. Mamá había hablado de llevarlo a un psicólogo porque le preocupaba los sentimientos tristes que tenía. Siguió comiendo sin compañía alguna, suspirando por el cansancio que todo le estaba provocando.

Extrañaba mucho a Hoseok, no quería que se fuera porque a pesar de la pelea que tuvieron, él le quería demasiado. Guardó sus cosas con calma. El timbre tocaría en pocos momentos.

―Hey, Seokjinnie ... ―Se giró al oír la conocida voz.

―¿Qué ocurre...? ―enmudeció al ver a Jimin de pie ante él.

Jimin le sonreía con timidez pero Seokjin no podía hablar. Todos los ojos estaban puestos en ellos dos.

―¿Recuerdas esa vez ―comenzó a decir Jimin con la voz temblando― que Yoongi se disfrazó de un dinosaurio para que Tae lo perdonara? ¿Qué fue lo que te dije yo?

El recuerdo apareció en su mente como un destello y sintió demasiada vergüenza así que cubrió su rostro con ambas manos para ocultar el rubor.

―Eres un idiota ―dijo aunque no pudo esconder la sonrisa que comenzó a formarse en su rostro.

―Te dije que me vestiría como Mario Bros si peleábamos alguna vez ―continuó Jimin tendiéndole un ramo de flores―. ¿Me perdonas, Jinnie?

Seokjin comenzó a llorar y se puso de pie, abrazando a Jimin que estaba muy incómodo en ese traje de Mario pero no le importaba un poco.

No si con eso podía tener a su chico en sus brazos para siempre.

Muñequito a veces sentía que soñaba.

Cuando despertaba cada día, acostado en una cómoda posición, llevando un pijama que lo cubría entero, en una cama y cubierto con frazadas, sin dolor en su cuerpo, siempre existía ese pequeño instante en el que su mente decía. ‹‹que lindo sueño estoy teniendo››.

Entonces mamá tocaba la puerta y entraba llevando una bandeja con su desayuno, él se recostaba con miedo esperando el golpe que nunca llegaba y comenzaba a comer con ganas. Luego papá aparecía, tomándole la mano, poniéndolo de pie para llevarlo al baño caminando, hablándole con esa suave voz que tenía.

La bañera estaba llena de agua así que papá le limpiaba para ponerle un pijama que oliera bien y devolverlo a la cama. Mamá y papá nunca le dejaban solo, siempre estaba uno en su cuarto o los dos, y Muñequito confiaba en ellos porque... porque... Bueno, no sabía por qué confiaba en ellos pero lo hacía, así que si uno de los dos le acompañaba, Muñequito se ponía de pie y caminaba por todo el cuarto, comenzando a hurgar en él.

Encontraba más cuadernitos de dibujos, pinturas y fotografías que se quedaba observando en todo momento. También encontraba juguetes con los que podía jugar toda la tarde. Pero nunca salía. A veces mamá o papá le tomaban la mano y le decían si quería ir a la cocina, pero él corría a esconderse bajo la cama o se metía en el armario.

Las primeras veces llegó a orinarse por el miedo y eso le provocaba mucha vergüenza, temiendo que ellos lo golpearan, pero sólo volvían a limpiarlo y le acostaban para calmarlo. Muchas veces, por las noches, despertaba y encendía la luz, poniéndose de pie, quitándose el pijama antes de mirar su reflejo en el espejo.

Empezaba a tocar las cicatrices. Tenía una en su mejilla izquierda, allí donde Señor Shin lo quemó con un cigarrillo. Tenía también otras quemaduras en los brazos y un par más en la espalda. Además, Señor Shin le hizo cortes en los brazos, no profundos para que se desangrara pero si para dejar cicatrices. Cortos y finos, los cortes los hizo con su cuchillo favorito. En los muslos había más. En su pecho había uno sobre el pezón derecho. 

Que feo soy, todo marcado, pensaba entonces antes de girarse para dejar de verse, cubriéndose con ropa para volver a dormir.

―Hoseok...

Papá y mamá le llamaban siempre Hoseok. Ellos decían que significaba.
‹‹todo estará bien incluso en los momentos difíciles›› y él no lo comprendía por completo, pero sí le gustaba mucho. Hoseok era mejor que Muñequito, sin embargo no quería acostumbrarse a ese nombre por si Señor Shin volvía.

Si su Dueño veía que no estaba actuando como correspondía se iba a enfadar demasiado. Levantó la vista cuando lo llamaron, mamá de pie en la puerta. Él estaba arrodillado en el suelo, jugando con dos carritos de autos, haciéndolos chocar entre sí. Le parecía un juego muy divertido.

―Hey, bebé ―dijo ella arrodillándose junto a él―, guardamos tus juguetes...

Muñequito miró hacia la caja y luego a ella con una expresión de interrogación. ‹‹¿No debía sacarlos?›› parecían decir sus ojos.

Mamá revolvió su cabello dulcemente.

―Nos iremos de esta casa en tres días ―le dijo mamá con amor―, por eso estaban en la caja. Pero déjalos fuera, te puedes ir con ellos.

Se encogió de hombros, dejando que mamá le tomara la mano llevándolo a la cama otra vez.

―Debo hablar contigo ―continuó mamá―, porque me gustaría que... que vieras a unas personas. Ellos son tus amigos. Tus amigos y tu novio ―le dirigió una mirada en blanco―. Ellos te quieren mucho.

‹‹No sé de qué hablas. ¿Me puedes devolver mis autitos?››, decían los ojos de Muñequito.

Mamá besó su mejilla.

―Sólo... ―los ojos de la mujer se llenaron de lágrimas―, sólo... ellos quieren despedirse de ti, Hobi, ¿puedes soportarlo una hora, bebé? Sólo una hora.

Hizo un mohín, sin embargo terminó aceptando a regañadientes. Se acostó en la cama, recostando su espalda contra los almohadones para estar sentado y miró la pared como si hubiera algo muy interesante allí. No iba a moverse con esas otras personas porque no las conocía, ¿Qué tal si Señor Shin los mandó para espiarlo? No, sólo mamá y papá podían verlo moverse, nadie más.

El primero en entrar fue Tae junto a Yoongi. Tae, al ver a Hoseok, casi corrió para tomarle el brazo pero Yoongi lo sostuvo con firmeza.

―Recuerda lo que nos dijo su mamá, Tae―le dijo Yoongi con voz grave.

Yoongi usaba tres voces con Tae y él ya las identificaba bien: la primera era su voz normal, ronca, con la que le contaba todo su diario vivir; la segunda era cuando debía explicarle algo así que era más suave, más dulce, tan comprensiva con él; y esa última, grave y casi dura, diciéndole que debía hacer caso aunque no lo comprendiera. Mamá también usaba esas voces con él así que las conocía sin problema. Abultó sus labios en una mueca de disgusto, cediendo a regañadientes.

―Hola, Jung Hoseok―dijo Tae una vez se sentaron a su lado.

Muñequito no se movió. Los padres de Hoseok se lo advirtieron a todos.

―Tus papás dijeron que te ibas a ir ―continuó Tae comenzando a ponerse más nervioso porque Hoseok no le miraba, su rostro carente de emociones mientras observaba la pared como si no le estuviera escuchando―, así que debíamos despedirnos de ti. Bueno... adiós.

Silencio. Tae apretó la mano de Yoongi.

―¿Me estás escuchando? ―espetó Tae, algo alterado―. Dije que adiós. Adiós. No vamos a vernos más. Adiós.

No hubo respuesta. Yoongi mordió su labio inferior porque nunca llegó a imaginarse... Se lo habían dicho, pero una cosa eran las palabras y otra verlo en vivo y directo. Santo Dios...

―¿Ya no quieres ser mi amigo? ―soltó Tae―. ¡Porque vas a irte y no me dices nada, ni siquiera me miras! ¡Adiós! ¡Adiós!

Yoongi se puso de pie.

―Tae, es suficiente ― Yoongi volvió a hablar con ese tono que no admitía réplica así que le imitó, levantándose―. Hoseokie, espero que te mejores y... ―no sabía qué más decirle porque sentía que no era suficiente― y fue un gusto conocerte. Adiós, Hoba.

Adiós ―insistía Tae con la voz temblando―, adiós...

Yoongi tiró de él para sacarlo de allí y llevarlo al comedor. Seokjin y Jimin entraron después. El menor se sentó en la silla en tanto Jimin permaneció de pie. Un momento de silencio se instaló en el lugar en el que Jin trataba de buscar las mejores palabras qué decir.

―Sé que no vas a reaccionar ―comenzó a decir Jin con la voz quebrado, apenas siendo capaz de mirar a Hoseok, que parpadeaba cada tantos segundos siendo la única señal de que estaba allí con ellos― y fingirás no haberme escuchado, Hobi, pero... yo... Sólo quiero darte las gracias. A... a pesar de nuestra pelea, de todo lo que nos dijimos, tú... Tú fuiste mi primer amigo y único amigo y siempre te voy a estar agradecido por eso. Porque tú me quisiste cuando yo... yo sentía que nadie debía quererme y estuviste ahí conmigo.

Jimin le ofreció unos pañuelitos y Seokjin notó que estaba llorando, no obstante le importaba una mierda así que sólo sonó su nariz.

―Nosotros fuimos amigos, mejores amigos ―continuó Jin sin muchas fuerzas―, y te amo mucho, con todo mi corazón. Perdóname por... porque pude ser mejor amigo pero no lo fui y... y si nos volvemos a ver en el futuro, seré mejor. Mucho mejor, ¿Ok? ―limpió sus mejillas con fuerza―. Eres increíble y un chico muy genial y te amo. Te amo, Hobi.

Seokjin se puso de pie y sintió ganas de abrazar a Hoseok aunque sabía que si lo hacía muy probablemente lo iba a alterar, así que sólo tomó la mano de Jimin para poder mantenerse de pie sin volver a romper a llorar.

―Nos vemos algún día, Hoseokie―le dijo Seokjin conteniendo el llanto.

―Fue un gusto conocerte, Hobi ―dijo Jimin, también afectado por la situación―, lamento también mi comportamiento. Ojalá mejores...

La pareja salió del cuarto entre jadeos bajos. La puerta se cerró y Muñequito permaneció quieto cuando volvió a abrirse, ahora entrando sólo un chico. Jeon Jungkook caminó hacia la silla, sentándose antes de levantar la mirada y chocar con el vacío rostro de Hoseok. Tragó saliva.

―Estás hermoso ―dijo con su voz antes de aclarar su garganta.

La última vez que lo vio fue cubierto de sangre, sosteniéndose a su mamá desesperado, y ahora estaba allí, frente a él, sano pero roto por dentro.

―Soy Jungkook, ¿te acuerdas de mí?

Tres parpadeos. No hubo otra respuesta. Hoseok tenía sus ojos abiertos y su mandíbula apretada, se notaba enseguida, pero no daba señales de estar con él. Sus brazos estaban extendidos sobre las sábanas, sus manos abiertas. Jungkook sacó su celular, apenas agarrándolo por sus dedos temblorosos.

―Somos novios ―continuó, su tono quebrado―, yo... Aunque nosotros comenzamos muy mal, ¿no? Me derramaste el café encima y yo me puse agresivo contigo ―sorbió por su nariz―. Lo siento tanto por eso, fui realmente un idiota contigo las primeras semanas.

Jungkook pasó una mano por su cabello.

―Nosotros... teníamos una conexión, ¡nos encontrábamos en todas partes! Y eras muy malo y juguetón conmigo, me gustabas mucho. Me gustas mucho, Hoseokie...

Silencio.

Ninguna reacción.

―¿Sabes qué también me gusta de ti, bebé? Me... me gustan mucho tus besos. Cuando me abrazabas y me llenabas de besos y a veces te colgabas de mí como un mono, ¡eres muy empalagoso pero yo era feliz con eso! ― Jungkook se rió apenas con lágrimas en los ojos―. Yo quería darte todo el amor del mundo así que era feliz con que tú me lo pidieras porque nunca iba a negártelo, mi amor.

Para ese punto no dejaba de llorar, las lágrimas cayendo por su rostro hacia su barbilla y las limpió con la manga de su camisa. Hoseok seguía quieto.

―Lo siento tanto, Hobi―sollozó Jungkook―, por ser el peor novio del mundo y haberte hecho llorar tanto. Por no comprenderte y ser egoísta y arruinarlo todo. Perdóname, por favor, perdóname algún día...

Jungkook encontró lo que buscaba en su celular y lo puso. Inmediatamente le puso pausa.

―Antes... a-antes de que... que te vayas debo... debo darte mi regalo de cumpleaños ―tartamudeó Jungkook―, que-quería dártelo hace mucho, lo siento también por eso pero...pero ahora lo haré. Tú... tú siempre me dijiste que querías oírme cantar, entonces... Preparé una canción, Así que... a-aquí está...

Volvió a su celular y le dio play al archivo de música. La música comenzó a reproducirse y Jungkook tragó saliva antes de abrir su boca. Su voz, al inicio, fue un tartamudeo torpe hasta que sólo pudo pensar en la dedicación que le puso a esa canción. En que era de Hoseok y él se la merecía por completo. Era sólo de él.

Nada de esto es una coincidencia

Solo Sigo la corriente

El mundo es diferente de ayer solo por tu alegría

Cuando me llamas soy tu flor

Como si hubiera estado esperando

Florecemos hasta que todo se enfríe

Tal vez esta es la manera del universo

Así es como es

Yo lo se , tu lo sabes

Tú y yo, yo soy tu

Lo alabó por esa letra y Jungkook sólo quería cantársela a Hoseok.

A su bebé.

Tengo mucho miedo, tanto que mi corazón late rápido

Porque el destino sigue teniendo celos de nosotros

Tengo tanto miedo como tú

Cuando me ves

Cuando me tocas

El universo se ha movido por nosotros sin perder ni una sola cosa

Porque nuestra felicidad ha sido planeada

Porque me amas Y te amo

Eres mi penicilina

Me salvaste

Mi ángel

mi mundo

Soy tu gato Calico

Su voz se quebró. Para el último coro, se sacudió y se quebró por completo.

Estoy aquí para verte

Ámame ahora

Tócame ahora

Solo déjame amarte

Solo déjame amarte

Desde que el universo se formó por primera vez

Todo ha sido planeado

Solo déjame amarte

Déjame amar-déjame amarte

Déjame amar-déjame amarte.

La música se alargó, fue apagándose y no abrió sus ojos hasta que ésta murió, hasta que el silencio volvió a extenderse entre ellos aunque las lágrimas seguían cayendo por su rostro. Abrió los ojos. Jung Hoseok, frente a él, estaba llorando también en silencio, sus ojos cerrados con fuerza, mordiendo su labio inferior, y Jungkook le tomó la mano de manera automática.

―Oh, Hoseok...

Se puso de pie y Hoseok se movió, abrazándolo de golpe, dejando de apretar su labio. Cuando lo hizo, empezaron los sollozos, los gimoteos, los jadeos, el llanto ahogado, porque el dolor estaba volviendo de pronto y no podía controlarlo.

Recuerdos duros volvían y no los comprendía pero sólo pensaba que la voz de ese chico era muy dulce y llena de sufrimiento y él quería abrazarlo para amarlo. Él quería abrazarlo por la eternidad porque había mucho amor en Jungkook y quería recibirlo para siempre.

―Está bien ―lloró Jungkook apenas, oyendo el ruido que Hoseok soltaba, un gemido herido―, está bien, bebé...

Jung Hoseok se deshizo de lágrimas una última vez en brazos de su primer amor.

Cuatro días después esa casa quedó vacía por completo, y Kim Seokjin se marchó de esa ciudad para siempre.

Dedicado a anisequeescribirz aeseemeere HobitaJk KimwendyJung

Admito que al editar lloré mucho aquí, es inevitable aaaa

En unos minutos más les subo otra actualización, y que creen, tiene algo sorpresa :D

Los tqm!

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