Capítulo 08.
―¿Qué tienes ahí, Tae?
Taehyung parpadeó, levantando la vista cuando Jin le habló, y se sintió algo desorientado, frunciendo el ceño para tratar de concentrarse en lo que la había dicho Hoseok minutos antes, cuando caminaban hacia el salón.
Hoseok se sentó al lado de Jin, sonriendo.
―Una invitación ―dijo con voz uniforme, volviendo sus ojos al bonito papel entre sus manos.
Jin lucía desconcertado.
―¿Una invitación? ―repitió―. ¿De qué?
Taehyung abrió el papel, leyendo.
―De Park Jimin ―dijo―, para asistir a su cumpleaños el sábado, en su casa. La temática es fiesta de disfraces.
Seokjin se volvió hacia Hoseok, que sacó de su bolsillo dos invitaciones, y le tendió una a su amigo. Kim lucía algo irritado, tomando uno de los papeles, y leyendo las palabras impresas.
―Dijo que quería invitarte pero no sabía cómo acercarse a ti ―le dijo Hoseok―, nos las entregó recién.
―No pienso ir ―replicó Seokjin con furia.
Taehyung seguía teniendo el ceño fruncido.
―Si es una fiesta de disfraces, ¿qué significa eso? ¿Debo comprar algo? ¿Debo llevarle un disfraz a Jimin?
Seokjin observó a su amigo y suavizó su expresión.
―¿Nunca has ido a un cumpleaños, Taehyung?
El chico se encogió de hombros, sin cambiar su cara.
―Nadie me invitaba ―dijo con simpleza.
Hoseok lo codeó, pidiéndole que le dijera sobre lo que estaban hablando. A veces, Taehyung parecía olvidar que Hoseok no podía entenderlos si hablaban sólo en voz alta.
Seokjin repitió lo recién hablado y Hoseok mordió su labio inferior.
―¿Y tus cumpleaños, Tae? ―preguntó Hoseok llamando su atención.
Taehyung jugueteó con la tarjeta, distraído.
―Nadie llegaba, ni siquiera mis primos ―contestó fijándose otra vez en el papel, fascinado, para después voltearse hacia Seokjin―. Nos invitó a los tres, ¿vamos a ir?
Seokjin permaneció estático.
Hoseok lo observó.
―No creo que sea lo mejor, Taehyung―contestó Seokjin.
Taehyung asintió.
Hoseok se cruzó de brazos.
―Yo tampoco he ido a algún cumpleaños en mi vida ―dijo observando a su mejor amigo con desafío.
Seokjin quería golpear a Hoseok porque sabía lo que estaba haciendo, poniéndolo entre la espada y la pared de tan vil forma, estando consciente de que la debilidad de él eran ellos dos.
Aunque, bueno, era cierto eso de que Hoseok nunca fue a algún cumpleaños, y aunque Seokjin y él pasaban juntos esos días, eran sólo ellos dos porque no tenían más amigos. Seokjin era invitado a las fiestas de sus compañeros hasta que dijo que le gustaban los chicos, y Hoseok...
A él le empezaron a celebrar sus cumpleaños desde los once años en adelante.
Fulminó con la mirada a Hoseok para después voltearse a Taehyung, que seguía observando la invitación con evidente atracción, como si quisiera entender por qué él había sido invitado a una fiesta de cumpleaños.
Su voz trató de sonar suave.
―¿Te gustaría ir, Tae? ―preguntó llamando su atención.
La expresión de Taehyung, que solía estar casi siempre fruncida, pareció iluminarse un poco ante su pregunta.
―Si es de disfraces, ¿qué significa eso? ―dijo en cambio.
Seokjin le sonrió.
―Que puedes disfrazarte de quién desees y... y ser quien desees por una noche, Taehyung.
―¿Puedo ir de dinosaurio?
―De un tiranosaurio si quieres.
Los labios de Taehyung temblaron, como si quisiera sonreír.
―Me gustaría ir ―dijo con recelo―, pero si tú dices que no, entonces no vamos.
Hoseok le observaba, expectante, y Seokjin maldijo a su mejor amigo y a Jimin porque sabía que si Jimin los invitó era porque también sabía que no iba a poder decir que no. Mierda, Seokjin deseaba decir que no porque si veía a Jimin, actuaría como un idiota enamorado frente a él, y Seokjin no quería eso.
Suspiró, derrotado.
―Está bien ―dijo rodando los ojos―. Vamos a ir al cumpleaños.
Hoseok aplaudió, emocionado, mientras Taehyung sonreía con gusto. Sin embargo, segundos después su expresión cambio.
―Kim Seokjin―balbuceó asustado―, ¿qué le llevaré de regalo?
Seokjin estuvo a punto de romper a reír y llorar.
Soyeon le estaba mirando con clara reprobación y Jungkook quería desaparecer de allí para que su novia no le diera un golpe, así que puso una expresión de animal abandonado, esperando conmoverla con ello.
―¿Por qué no contestaste mis llamadas? ―preguntó Soyeon mosqueada.
―Lo tenía en silencio, lo siento ―volvió a disculparse tratando de no lucir culpable.
La chica le miró con expresión de disgusto, pero Jungkook se mantuvo impasible aunque por dentro era un volcán a punto de explotar por los nervios.
La noche anterior había vuelto con Yoongi a D-Town, el club que se dedicaba a hacer batallas de rap cada noche por mera diversión y, por qué no, hacerse conocidos para que algún productor deseé ofrecerles algo más.
Cuando tenía quince años e iba a D-Town con Jinho, siempre le contaba que ese era su sueño, poder dedicarse a componer y rapear. Jinho le apoyaba en todo, sonriéndole de esa adorable forma que hacía a su corazón latir, y le gritaba en apoyo cuando era su turno en el rap.
Jungkook sabía que Soyeon jamás aprobaría esas salidas.
Soyeon era una buena chica: no era grosera, no era engreída, no se creía superior a todo el mundo a pesar de sus notas y de venir de una familia acomodada. Soyeon prefería mantener conversaciones educadas, pasar inadvertida y ayudar a sus compañeros en las dificultades académicas que pudieran tener. Así fue como se habían conocido después de todo: Wheein estaba teniendo dificultades en Álgebra, y Soyeon se ofreció para ser su tutora.
Pero Jungkook sabía también que Soyeon miraba los estudios como la única forma para surgir en la vida, y si le contaba que no quería ir a una universidad y encerrarse en una oficina el resto de su vida, ella no dudaría en hacerlo desistir.
Después de todo, ambos parecían destinados a seguir juntos en la universidad para después casarse y formar la perfecta familia feliz.
Aquel futuro lo asustaba un montón.
―¿Me estás evitando? ―preguntó entonces Soyeon―. Ya no pasamos mucho tiempo juntos. Pareciera que Yoongi es tu novio.
Se atragantó con su saliva, incrédulo ante las palabras de la chica, y sacudió su cabeza con fuerza.
―¿Qué estás diciendo? ―dijo con algo de fastidio en su voz, sorprendiendo a la chica―. Sabes bien que Yoongi es mi mejor amigo. Por otro lado, tú te la pasas todas las tardes en la biblioteca estudiando en lugar de querer salir conmigo.
Soyeon se removió, incómoda.
―Baja la voz, nos van a oír ―pidió Soyeon mirando hacia los pasillos, donde el resto de los estudiantes hablaban entre sí aprovechando el receso.
Pero Jungkook se había enojado realmente.
¿Por qué ella le estaba haciendo una escena de celos con su mejor amigo? ¿Acaso creía que él le daría razón y se alejaría de Yoongi? ¿Qué clase de amigo sería entonces?
Soyeon estaba siendo irracional.
Además, el idiota de Yoongi andaba pensando -espiando- formas de conquistar al amigo de Seokjin.
Se enderezó, disgustado.
―Hablemos de esto en otro momento ―le dijo haciéndola a un lado con delicadeza.
―Oppa... ―dijo la chica con voz tímida.
Aquel oppa le hizo recordar la forma en la que Wheein había llamado a Hoseok, y se estremeció.
―Nos vemos ―se apresuró a decir caminando por el pasillo con expresión de molestia.
Para su propia fortuna, Soyeon no lo siguió (aunque esperaba en el fondo que lo hiciera, por Dios, eran pareja y acababan de pelear).
Sin embargo, al salir al patio trasero del edificio, chocó con Hoseok.
Lo alcanzó a sostener antes de que golpeara el suelo, tratando de relajar su ceño fruncido al ver la expresión inquisitiva del menor, y debido a los nervios repentinos que le invadieron (¿por qué siempre que estaba con él se sentía así?) comenzó a sacudir los hombros del chico, como si estuviera limpiándolo.
―¿Nuestros encuentros siempre serán así? ―regañó como si nada mientras Hoseok dejaba que el mayor sacudiera su ropa, sonriendo ampliamente.
Jungkook lo miró, delgado, alto, con una expresión inocente, y sintió su estómago algo apretado de pronto, una sensación extraña asentándose en su cuerpo.
Hoseok levantó la libreta que siempre cargaba, escribiendo algo con torpeza para después entregárselo.
Hyung, ¿está bien? Tiene cara de molesto.
Suspiró, sacudiendo su cabeza, y de forma inevitable le revolvió el cabello.
Todo bien, Hoseok.
¿Estás solo?
El menor leyó la pregunta, negando con la cabeza, sin borrar esa sonrisa enorme en su rostro, y Jungkook no podía dejar de mirarlo. No podía dejar de observar su cara bonita, sus ojos brillando por algo que no podía entender.
Hoseok era un chico tan bonito que Jungkook se sintió feo de pronto.
Jin está impidiendo que tu amigo le coquetee a Tae.
Leyó la respuesta y Jungkook dejó salir una maldición baja, sabiendo que las habilidades de conquista de Yoongi rozaban lo torpe, y sintió pena de pronto por Taehyung porque si Yoongi se proponía algo, no iba a desistir hasta conseguirlo.
Antes de poder responderle, escuchó un grito que llamó su atención:
―¡Oooooooooooooooppaaaaaaaaaaaaaaa!
Se volteó dispuesto a saludar a Wheein, enmudeciendo cuando la chica abrazó a Hoseok con una sonrisa enorme y Hoseok retrocedía, manteniendo el equilibrio.
Jungkook borró la pequeña sonrisa en su rostro, sin saber por qué su hermana menor estaba abrazando a ese chico con tanta confianza, y algo picó en su estómago.
Hoseok le revolvió el cabello a Wheein amistosamente, sacándole una risa divertida, y Jungkook no lo soportó más.
―Wheein ―llamó su atención.
Su hermana le miró.
―¡Jungkookie! ―Wheein le pellizcó la mejilla de forma sorpresiva―. ¿Estabas hablando con Hoseok oppa? ―la chica parpadeó―. ¡Mira, estuve practicando todo el día de ayer! ―Wheein se volteó hacia Hoseok otra vez, e hizo unos gestos con sus manos mientras hablaba en voz alta también―. ¿Cómo estás, oppa?
El rostro de Hoseok se iluminó cuando Wheein habló en lenguaje de señas, fascinado.
Jungkook deseó por unos segundos que Hoseok lo mirara a él así.
Borró el pensamiento con rapidez, confundido.
―Es divertido ―dijo Wheein con voz dulce―, aprender el lenguaje de señas es muy divertido.
Sintió su corazón detenerse cuando Wheein agarró los mofletes de Hoseok y se los apretó, el chico simplemente sonriendo, y Jungkook sintió una punzada de algo extraño en su estómago porque él quería ser capaz de hacer eso.
―Hobi oppa es muy adorable ―dijo Wheein sonriendo―, adorable y guapo ―suspiró.
Jungkook sintió deseos unos segundos de agarrar a Hoseok y alejarlo de su hermana, y no podía entender, comprender, muy bien el por qué.
Hoseok no estaba haciendo nada malo, Wheein tampoco. Por otro lado... ¿no debería sentirse feliz de que su hermana estuviera relacionándose con más personas? Jungkook sabía lo cerrada y reservada que era.
Pero no podía sentirse feliz.
Hoseok observó a Jungkook, viendo que el mayor ya no sonreía, y se sintió un poco triste porque estaba logrando llevarse bien con él, olvidar los rencores pasados, pero ahora lucía algo molesto y frustrado. ¿Quizás a él no le gustaba que se juntara con su hermana?
Bueno, ¿a quién podría gustarle? Hoseok sabía que todo el mundo le esquivaba por ser extraño y no ser un chico normal, ¿cómo podría culparlo?
Jungkook le entregó el cuadernito donde escribía, y leyó la frase anotada:
Llévame contigo, necesito encontrar a Yoongi.
Parpadeó, leyendo otra vez la frase, y los ojos de Jungkook se suavizaron cuando ambos chocaron miradas.
Hoseok se encontró con que no podía decirle que no.
Asintió, desviando su vista ahora a Wheein, y escribió algo. La chica lo leyó y frunció los labios, sacudiendo su cabeza en una negativa, anotando algo en la libreta. Jungkook alcanzó a leer, alivio extendiéndose por su cuerpo.
No puedo acompañarlos, debo ir con mis amigas, ¡pero podemos irnos juntos!
―Nos vemos, oppas ―se despidió Wheein alejándose.
Hoseok le hizo un gesto de despedida y Jungkook asintió, todavía algo tenso e irritado.
Sin embargo, se le pasó cuando Hoseok lo agarró de la muñeca, sus dedos tocando su piel, y sintió algo cálido recorriéndolo. Hoseok tiró de él, sonriéndole, y Jungkook se encontró devolviéndole la sonrisa sin poder evitarlo.
Hoseok no sólo era hermoso, se dio cuenta, sino que también increíblemente adorable, tanto que no podía soportarlo porque deseaba abrazarlo de pronto.
Se sentía como si estuviera viendo a Jinho, cuando el chico le tomaba la mano y le atraía hacia su cuerpo, obligándole a bajar la cabeza para así besarlo.
El recuerdo envió una punzada de dolor en su corazón, pero se obligó a concentrar sus ojos en la nuca de Hoseok, que avanzaba por los pasillos sin dejar de sonreír.
Sin dejar de hacer aletear a su corazón.
Seokjin estaba a punto de pegarle a Yoongi a pesar de que el chico fuera mayor que él, pero Taehyung se le adelantó.
Aunque, bueno, el golpe de Taehyung fue más bien un pellizco en la nariz.
―¡Au, au, TaeTae! ―chilló Yoongi.
La expresión de Taehyung no cambió.
―Mamá me pellizca la nariz cuando dice que estoy siendo malcriado ―explicó Taehyung―. No seas malcriado, apestoso ―el muchacho entonces parpadeó―. ¿TaeTae? ¿Qué es eso? Me llamo Kim Taehyung.
Yoongi frotó su nariz enrojecida por el pellizco mientras Seokjin suspiraba, exasperado.
―De verdad, Yoongi hyung, no puedes hacer... ―empezó a decir Seokjin antes de ser interrumpido.
―¡No estoy siendo malcriado! ―reclamó―. ¡Ni tampoco apesto! ―entonces, una lenta sonrisa se extendió por su rostro―. Es un sobrenombre, Taehyung, como Tae o Taehyungie. ¿No te gusta? TaeTae. Encuentro que es muy bonito.
Taehyung observó a Yoongi sin cambiar su rostro, aunque sus ojos parecieron brillar un momento.
―Mamá dice que sólo mis amigos y ella me pueden decir sobrenombres ―dijo Taehyung―. ¿Somos amigos, entonces?
Yoongi humedeció sus labios.
―Yo digo que somos más que amigos.
―¡Yoongi!
―¿Cómo podemos ser más que amigos?
―¡Taehyung!
―Los novios también se dicen apodos. Yo seré Yoonie para ti.
―¡Oh, dios...!
―Gato apestoso te queda mejor ―dijo Jungkook apareciendo con Hoseok―. Pobre Jinnie, eres la manzana de la discordia.
Seokjin soltó un bufido, sacudiendo su cabeza en señal de incredulidad mientras Yoongi se giraba, enfurruñado por la situación. Taehyung pestañeaba, algo confundido por lo recién ocurrido, y su expresión de pronto se iluminó.
―¿Novios? ¿Cómo Jungkook y Hoseo... Hobi? ―corrigió a último minuto, porque los sobrenombres le seguían costando un poco.
Seokjin miró a Taehyung como si le hubiera crecido un tercer ojo en tanto Yoongi enarcaba una ceja. El rostro de Jungkook se tornó rojo ante las palabras del menor; Hoseok ladeaba la cabeza sin haber comprendido nada.
―¿Qué dices? ―balbuceó Seokjin―. Jungkook hyung sale con mi hermana, Tae.
Taehyung arrugó las cejas en señal de confusión.
―Pero están tomados de la mano ―señaló hacia Hoseok y Jungkook―. Si están tomados de la mano es que son novios, me lo explicó mi mamá.
Todos se giraron a ver lo que decía Taehyung.
Bueno, no eran manos entrelazadas: Hoseok tenía la muñeca de Jungkook agarrada, pero aun así...
Jungkook tiró de su mano, separándola de los dedos de Hoseok, y el menor se sobresaltó con los ojos abiertos enormemente para que su cara se volviera colorada al notar lo que había ocurrido.
―¡No, no, no es lo que...! ―farfulló Jungkook para después observar la pantalla de su celular―. Yoongi, necesito que me acompañes a comprar algo al comedor.
―Pero si ya almorzamos ―se quejó Yoongi.
Jungkook fulminó con la mirada a su mejor amigo, que pareció entender la indirecta con disgusto, y se puso de pie murmurando por lo bajo.
―Nos vemos ―se despidió Jungkook.
―Adiós chicos, nos vemos TaeTae ―dijo Yoongi.
―Adiós, gato apestoso ―contestó Taehyung distraído.
Yoongi se fue quejando en todo el camino.
Hoseok se sentó al lado de sus amigos ignorando la mirada de Seokjin en tanto Taehyung sacaba su cuaderno de Ciencias para hacer la tarea asignada ese día. La profesora había dicho que hicieran la tarea lo antes posible, por lo que Taehyung la iba a hacer en ese instante para poder cumplir con la orden dada. Seokjin pensó en explicarle que no era necesario hacerla ahora, pero decidió centrar su atención en Hoseok, que parecía distraído.
Seokjin le hizo un gesto, llamando su atención.
―¿Qué hacías con él? ―preguntó con expresión seria.
―Me lo encontré en el pasillo y me pidió traerlo porque buscaba a Yoongi ―se defendió arrugando el ceño.
Hoseok no podía entender por qué Seokjin lucía molesto ante lo recién ocurrido, por qué parecía algo fastidiado, hasta que lo recordó.
Hasta que recordó que Jungkook salía con su media hermana. Y Seokjin y Soyeon podían tener sus diferencias, pero eso no significaba que él quisiera hacerle daño. Y lo recién ocurrido, ver que ellos estaban agarrados de la mano de esa forma, activó las alarmas de Seokjin.
Y las suyas propias, también, porque la piel de Jungkook junto a la suya se sintió bien que no le tomó el peso necesario y se permitió tenerlo cerca, sonriéndole, porque había algo atrayente en Jungkook que no podía explicar pero le gustaba. Le gustó desde que lo vio, en ese torpe accidente, mientras él le observaba en un momento vulnerable.
Hoseok no podía explicarlo en palabras pero no era correcto hacer eso.
Escribió algo rápido en el cuaderno antes de tendérselo a Taehyung.
¿Me ayudas en la tarea, Tae?
―Bueno, ven aquí ―dijo Taehyung sin levantar la vista.
Seokjin no dijo nada, aunque seguía algo pensativo, y Hoseok se prometió tener más cuidado la próxima vez.
Hoseok cerró la puerta detrás de él, algo aliviado porque ahora estaba en casa y eso significaba que Seokjin no podría seguir insistiendo en el tema como había hecho durante todo el día, y caminó hacia el comedor.
Se detuvo cuando vio a un hombre sentado en el sillón, su expresión iluminándose, y sin pensarlo dos veces se lanzó sobre la visita.
―¡Ooooou! ―se sobresaltó el hombre―. ¡Hoseokie!
―Hobi, no seas salvaje con tu tío Heechul ―regañó Taeyeon entrando.
―No lo retes ―contestó Heechul encantado, riéndose cuando Hoseok se acomodó sobre la visita, emocionado―, hace mucho no lo veo ―apretó las mejillas de su sobrino un instante―. ¿Cómo estás, Hobi?
Hoseok se sentó en las piernas de Heechul, sin dejar de sonreír por la emoción.
―Bien, estoy muy bien ―contestó―. ¿Va a quedarse un tiempo, tío Heechul?
Heechul fingió pensar.
―Tu madre no me quiere aquí por el regalo que te traje, Hoseokie.
La palabra regalo hizo que Hoseok se pusiera de pie otra vez por la emoción, sonriendo ampliamente mientras caminaba hacia su mamá con ojitos de ciervo, grandes y necesitados.
Taeyeon sintió su corazón romperse.
―¡Mamá, mamá, por favor, por favor, que tío se quede! ¿Cuál es mi regalo? ¡Quiero verlo, mamá, mamá!
Hubo un breve momento en el que Taeyeon se vio más joven, despidiéndose de un pequeño Hoseok porque iba a ir al parque con su papá mientras ella se quedaba preparando el almuerzo, y nunca volvió.
―¡Ma, ma! ―había chillado Hoseok con vocecita demandante―. ¡Vamos los tles, ma!
Ella se había reído ante sus palabras, tomándolo en brazos mientras Jongwoon se ponía su chaqueta, y besó las mejillas coloradas de su Hoseok haciéndolo reír.
―No puedo ir, debo hacer la comida ―Hoseok hizo un puchero―, pero para la siguiente salida, iremos los tres, ¿está bien?
―¿Pomesa? ―preguntó Hoseok siendo dejado en el suelo.
―Promesa ―le dijo Taeyeon antes de revolverle el cabello.
Jongwoon la había llamado dos horas después, diciendo que no encontraba a Hoseok y que la policía ya lo estaba buscando. Ese día había sido el comienzo de su infierno.
―¿Taeyeon?
Parpadeó cuando Heechul habló con voz preocupada y enfocó su vista en Hoseok, que le miraba con ojos parpadeantes, confundido.
Se obligó a sonreír y pellizcarle la mejilla.
―Ve a tu cuarto mientras pienso en si tío Heechul se queda o no unos días ―le dijo.
Hoseok hizo un gesto de enfurruñamiento, tomándole la mano para llamar su atención.
―¿Mi regalo? ―preguntó con expresión de cachorrito.
Taeyeon sacudió su cabeza.
―A tu cuarto ―ordenó.
Hoseok soltó un bufido, agarrando su mochila y subiendo con pasos enojados hacia su habitación mientras Taeyeon se sentaba en el sofá junto a Heechul, que le seguía mirando con preocupación.
―¿Cómo van las terapias de Hoseok? ―preguntó delicadamente.
La mujer se encogió de hombros.
―Namjoon dice que van bien, que Hoseok le habla sobre el colegio y sus amigos y está entendiendo sus propios sentimientos al convivir con el resto, pero... ―hizo una pequeña pausa―, es tan difícil dejarlo ir todas las mañanas, Heenim, me gustaría dejarlo en casa para que nadie más le hiciera daño...
Heechul asintió, sin embargo, no pudo decir nada porque entonces se escucharon los pasos frenéticos de Hoseok bajando las escaleras, apareciendo en el comedor segundos después. Heechul sonrió mientras Taeyeon suspiraba, pero Hoseok sólo levantó en sus brazos al pequeño cachorrito que movía su cola de un lado hacia otro.
Hoseok abrió su boca, incapaz de decir algo con sus manos porque cargaba al animalito.
―Sí, Hobi―dijo Taeyeon―, tío Heechul te trajo un perrito.
―Se llama Mickey―agregó Heechul―, lo traje porque me recuerda a ti, ¿qué dices?
Hoseok elevó al perro otra vez, incrédulo, para después dejarlo en el suelo. El cachorro no tardó en correr a su alrededor, haciendo círculos, comenzando a ladrar.
―¡Un perro! ―dijo Hoseok conmocionado―. ¡Un perrito, mami!
―¡Es tu regalo de Navidad! ―dijo Heechul.
―¡Eres mi tío favorito, tío Heechul!
―Qué tío Siwon no se entere de esto ―murmuró Taeyeon.
―¡Gracias tío, gracias, gracias, gracias!
―Llévalo a jugar afuera ―le dijo Heechul sin dejar de sonreír.
Hoseok asintió lleno de emoción, golpeando sus piernas con las palmas de su mano para llamar la atención de Mickey, y el perrito no tardó en seguirlo moviendo la colita, saltando por la emoción.
Una vez solos, Heechul le sonrió a su hermana menor con cariño.
―Hoseok estará bien ―prometió―, va mejorando de a poco.
Taeyeon suspiró, asintiendo, tratando de creer que tenía razón.
Dedicado a HobitaJk tu_pan_con_nutella DeviEsperanza ♡
Felíz día del niño♡ porque todos seguimos siéndolo aún por dentro.
Mi regalito fue una actualización♡
Los amo!
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