12. Todo mal
Fluke sabía que su mamá –madrastra– no le quería.
¿Cómo iba a quererle, después de todo, cuando él era hijo de una amante que tuvo su esposo?
Tal vez no quererle era una frase demasiado rebuscada para entender lo que sentía la señora por él. Fluke, quizás, lo definiría más como... indiferencia. Sí, indiferencia, aunque eso no le hacía sentir mejor.
Nunca le hizo sentir mejor, no cuando observaba a Davika siendo mimada y amada por sus padres. Y todo porque él era una vergüenza para la familia. Su padre sólo se lo llevó con él por el temor de que todo el mundo supiera que el señor Natouch tenía un hijo ilegítimo.
Al inicio, Fluke no lo entendía, no demasiado bien, pero se sentía triste cuando solía buscar a Sol Natouch para que le abrazara como hacía con su hija, y sólo obtenía manos tensas alejándolo, sumado a una voz suave pidiéndole que no lo hiciera otra vez. Cuando se caía y mamá no iba a buscarlo para ver si estaba bien. Cuando lloraba y no le preguntaba qué le ocurría.
Sólo cuando cumplió los diez años y se lo explicaron, lo entendió un poco, y de forma inevitable, se alejó de Davika, porque no soportaba ver cómo ella era querida y él... y él era una paria dentro de su propia familia.
Por eso, tener la repentina atención de su mamá sobre él era algo a lo que no sabía reaccionar. Menos aun cuando era para llamar su atención.
—Fluke, por favor... —decía Sol, con expresión cansada—, ¿quieres dejar de salir con chicos? ¿Quieres que te prestemos más atención con tu padre?
Apretó sus labios, sentado en el sofá y mirando el suelo, con algo de dolor de cabeza, porque llegó en la madrugada luego de la fiesta de Ohm y sólo durmió unas horas, pues tenía la cabeza llena de cosas.
Primero, por las manos de Ohm abrazándolo y sosteniéndolo.
Después por la imagen de Tay besando la mejilla de New en medio de la fiesta, y New le respondía con un golpe en el costado, aunque sus ojos brillaban.
Y, por último, cuando salió a buscar a Gun, y se lo encontró abrazando a Off. A Off. El novio de Davika, su hermana.
Cuando por fin logró dormir, lo despertaron para conversar sobre ese tema.
Se removió en su lugar, incómodo.
—Lamento ser una decepción, mamá —contestó, bajando la vista.
La mujer mayor volvió a suspirar, agotada por la situación.
—¿Por qué no puedes ser más como tu hermana? —Preguntó Sol, poniéndose de pie—. Sólo nos haces pasar vergüenza, Fluke —se encogió—. Ve a tu cuarto, no quiero verte por ahora.
Obedeció con rapidez, queriendo estar sólo para poder liberar todo el aire que estaba conteniendo, su garganta apretada y ojos ardiendo.
Se dijo que no debía llorar por eso, que ya era costumbre que mamá le hiciera sentir así, pero eso no hacía las cosas más fáciles. No hacía que las sensaciones malas no estuvieran ahí.
Echó su cuerpo sobre la cama, ocultando su rostro contra la almohada un momento, y miró segundos después la hora.
Tenía tres mensajes.
Osito:
Hey, ¿estás bien?
¿Podemos hablar?
Gunnie:
Flukie, ¿estás enojado conmigo?
Las cosas se estaban complicando y Fluke no sabía qué hacer. No sabía desde cuándo todo se estaba tornando tan difícil, tan complicado, sintiendo que el mundo avanzaba y él se estaba quedando atrás.
Fluke no quería perder a sus amigos, a su ex novio, pero parecía que era el único que se estaba quedando estancado en el lodo.
Mew estaba mirando con atención el dibujo que Gun terminaba de colorear, concentrado en no salirse de los márgenes que había hecho. Sonrió segundos después cuando el chico le tendió el papel, antes de volver su atención al perrito acostado a su lado, el pequeño T̄h̀ānh̄in.
Observó el dibujo mientras Gun comenzaba a frotar la pancita del cachorro, y su sonrisa se tambaleó un poco, tratando de mantener su expresión tranquila para no llamar la atención del menor.
Mew le pidió que dibujara una casa, pero Gun pareció desviarse un poco de sus órdenes y terminó dibujando un castillo.
En niños pequeños no le habría llamado sorprendido mucho, cuando dibujaban castillos solía indicar una gran imaginación, pero Gun tenía ya dieciséis años, casi diecisiete, y que se desviara tan drásticamente de sus órdenes...
Aunque considerando el historial de su paciente, quizás...
La puerta del castillo estaba cerrada firmemente. Evasión, quizás.
Ventanas mal alineadas. En realidad, había pocas, y las que estaban dibujadas parecían no seguir un patrón. Agresividad. Impulsividad.
La chimenea que ubicó a un costado lanzaba mucho humo negro. Tensión. Energía negativa.
Mew hacía ese ejercicio con Gun tres veces al año para ver cómo iban evolucionando sus expresiones. La última vez que lo llevó a cabo tuvo mejores resultados, pero ahora, parecía notar cierto retroceso.
Dejó el dibujo sobre la mesita, llamando la atención del chico.
—¿Cómo ha estado todo con tus amigos? —le preguntó Mew con calma.
Gun tomó a T̄h̀ānh̄in, dejándolo entre sus piernas.
—Creo que Fluke está enojado conmigo, porque no me ha dicho nada por teléfono —contestó Gun algo confundido, tratando de expresarse claramente.
Arrugó el ceño, pensativo.
—¿Por qué estaría enojado contigo?
—Ayer fuimos a una fiesta y lo dejé solo. Tal vez no le gustó eso —los labios de Gun temblaron—. No sé. ¿Es malo que no me sienta mal por eso?
—Sé más claro, Gun.
—Me encontré con Off y estuve con él. A solas. Off fue muy amable. Parecía triste y no lo quería abandonar. Fluke estaba con New, así que no creí que provocara demasiados problemas.
Off. ¿No era acaso el chico que Gun decía detestar?
—Creí que no te llevabas bien con él.
Gun se encogió de hombros.
—Es... es extraño —dijo Gun con lentitud, sus movimientos cuidadosos—. Off es agradable cuando no está en el colegio. Parece tan... tan frío y lejano en clases. Pero fuera es distinto. Más cálido. Mejor.
Mew comenzó a sentir un retorcijón en su estómago, porque Gun no parecía darse cuenta de la forma que hablaba. Como su rostro parecía iluminarse con esa pequeña conversación.
—Tal vez Fluke no está enojado contigo —dijo, queriendo desviar un poco la atención de Gun—, sólo espera a que se vean.
Gun asintió, sus ojos posándose una vez más en T̄h̀ānh̄in, y Mew suspiró algo cansado porque no tenía un buen presentimiento. Algo no se sentía bien en toda esa situación, pero no sabía cómo explicarlo en palabras, y menos al ver a Gun tan animado con nuevas personas.
Mew observó una vez más el dibujo, sabiendo que tendría que hablar con Cherreen una vez la sesión terminara. Con toda probabilidad, la madre del chico estaría completamente disgustada.
Pero, bueno, ¿qué otra cosa podía pedirle luego de que su hijo hubiera desaparecido a los tres años, para ser encontrado siete años después en unas condiciones tan horribles?
—Off, no puedo entenderlo bien, ¿qué estabas haciendo allí?
Off miró a su hermana menor a través del espejo del auto. Ploy le observaba algo confundida, y trató de olvidar la imagen mental de la chica bailando con Gun, sonriéndole ampliamente, riéndose de forma despreocupada.
A Off no podía gustarle esa imagen.
—Salí con Tay ese día y me arrastró a la fiesta —dijo, mintiendo a medias—. Tú sabes... Tay parece interesado en New —añadió, observando la reacción de su hermana.
Ploy permaneció con el rostro tranquilo, incluso se tornó algo pensativa.
—New es muy... extraño —dijo con lentitud—, pero es adorable igual. ¿Realmente Tay quiere salir con él?
Se encogió de hombros mientras se estacionaba fuera del colegio. Ese día Davika dijo que se iría con Fluke en el bus, sin entrar mucho en detalles.
—Supongo que sí —contestó, antes de bajar la voz—, pero volviendo al tema, Ploy, por favor, no le digas nada a Davika de la fiesta. Tú sabes que no se lleva muy bien con Tay y además detesta las fiestas, entonces...
—Tranquilo —se apresuró a decir Ploy, sonriendo—, no te preocupes. No les diré nada a nuestros padres ni a Davika —la chica bajó la voz—. A mamá no le agrada Fluke ni Gun y, bueno, ya me dijo que una vez acabado el trabajo debía alejarme de ellos. Off, por favor...
Off apretó sus labios un momento. Ploy, esos últimos días, estaba siendo más expresiva y alegre, más viva y parlanchina, no tanto la estudiante modelo que todos esperaban que fuera, y eso a Off le gustaba mucho, porque odiaba que Ploy se comportara como una adulta siendo tan joven.
Sabía, además, que se debía a que Gun, Fluke y New no parecían demasiado interesados en lucir como adultos en la secundaria, prefiriendo tener actitudes acordes a sus edades, jugueteando y molestándose entre sí. Ellos estaban siendo una buena influencia para su hermana.
—Tú puedes juntarte con quien desees, mientras no sean peligrosos —le dijo, revolviéndole el cabello—, y yo no le diré nada a nadie, ¿está bien, Ploy?
La chica sonrió, feliz.
—¡Gracias! —abrió la puerta del auto, pero antes de bajar, se giró con una mirada tímida—. Off, a mí no me molestaba que salieras con un chico antes, ¿está bien? Y Davika me cae bien, pero no sé si será la indicada para ti.
Off puso una expresión de sorpresa, atónito por lo que había dicho, pero antes de poder decir algo, Ploy salió cerrando la puerta y corrió hacia la entrada para juntarse con sus amigas.
Dejó a Off con una sensación extraña en su estómago, porque ese fin de semana pasaron demasiadas cosas, y ahora, con esto, no sabía muy bien cómo reaccionar. Nunca tuvo una conversación sobre Bas con su hermana menor, después de todo, porque cuando sus padres se enteraron de que estaba saliendo con un chico, las cosas parecieron torcerse demasiado en su familia.
Y Ploy la pasó demasiado mal, porque parecían estarle exigiendo todo a ella, dejándolo a él de lado y hablándole sólo para discutir.
Suspirando, se bajó del auto antes de que el timbre tocara, sacando su mochila. Tay ya le esperaba en la entrada, jugueteando con su móvil.
—Hey —saludó Tay, con un movimiento de cabeza—, desapareciste de la fiesta de Ohm y no me hablaste más. ¿Estás enojado porque te abandoné?
Negó en silencio, abriéndose paso entre la multitud de personas.
—No me sentía demasiado bien —contestó con tranquilidad.
Tay enarcó una ceja porque Off, en el colegio, era siempre controlado, calmado y pacífico, queriendo demostrar pocos sentimientos, pero fuera solía dejar que las emociones le desbordaran en segundos.
Como reaccionó cuando vio a esos dos chicos de la mano.
Bajó la voz:
—Te vi con Gun.
Off se detuvo.
Alguien lo empujó y le murmuró una disculpa, pero Off lo ignoró por completo.
Oh, Dios...
Si Tay lo vio, abrazando a Gun como si fueran íntimos, quizás alguien más podría haberlo hecho también. Podrían comentarlo entre ellos y decirlo a más personas.
Aléjate de Gun, advirtió una dura voz en su interior, no te hace bien.
Pero sí lo hacía. Mirar a Gun se sentía bien, cómo si algo encajara en su interior.
Off no quería seguir luchando contra el impulso de alejarse de Gun, porque cuando el chico le sonreía, las cosas parecían brillar un poquito más.
—Ten cuidado —le advirtió Tay con voz grave—, sabes cómo es Davika, Off. —Davika podía ser dulce, amable y simpática con todo el mundo, pero Off la conocía mejor que nadie, porque ambos eran amigos desde hace años. Y Off sabía que Davika era también celosa, posesiva y alguien que buscaba el éxito desesperadamente para tener una buena vida. No era una mala persona, ella jamás le haría daño a alguien más (y menos a Gun), pero podía ser rencorosa si las cosas no salían como lo deseaba. Menos cuando ellos parecían tener una vida planeada. Tay volvió a hablar, aunque su voz parecía ahora más animada—: Por otro lado —dijo—, ¿cómo me veo hoy? ¿Estoy guapo para New?
Off lo observó y soltó un bufido.
—Pierde la esperanza, Tay, eso chico te odia —dijo, volviendo a caminar.
—Del odio al amor hay un paso —replicó como si nada.
Off no dijo algo, porque lo sabía muy bien.
Fluke entró al salón de clases y sintió algo apretado en su estómago cuando vio a Gun y New sentados juntos. No era como si la imagen de ellos dos estuviera mal, porque a veces se intercambiaban de puestos, era normal, pero no se sentía bien ver a Chad y Yeri delante de ellos, hablándoles.
Por un instante, creyó que estaban agrediéndolos como dos semanas atrás habían hecho, con ese trabajo que la profesora asignó, pero entonces Yeri se rió y New sacudió su cabeza en una negativa, sin lucir demasiado cohibido, y supo que no era así. Que las cosas parecían bien entre ellos.
A Fluke no le gustó demasiado.
Y eso lo hacía sentir peor, porque sus amigos tenían todo el derecho de juntarse con otras personas e interactuar con ellos. Sin embargo, no sabía por qué aquello le desagradaba demasiado.
Tal vez, porque Fluke siempre había sido demasiado tímido con la gente. Incluso cuando nadie sabía que era gay, le costaba relacionarse con otros chicos de su edad porque temía que se burlaran de él.
Quizás, porque Fluke tenía miedo de que New y Gun se relacionaran con otras personas y le dejaran de lado, quedando sin amigos como estuvo durante mucho tiempo.
Fluke no quería sentirse así.
Tragó saliva y se acercó, tratando de sonreír.
—Hey —saludó con voz firme, sorprendiéndose a sí mismo—, ¿qué ocurre?
Gun ladeó la cabeza mientras New levantaba la vista, distraído.
—Chad dice que nuestro trabajo debería reflejar la felicidad y que yo debo ser su modelo —dijo New, moviendo su lápiz nerviosamente—, pero a mí no me gusta sonreír.
—Porque las sonrisas no reflejan felicidad —insistió Chad—, tu mamá te lo dijo, Newwie.
—A mí me gustó verte jugar con tus dinosaurios —agregó Yeri con voz suave.
New parpadeó, confundido, y Fluke recordó que su amigo le mencionó que decidieron juntarse en la casa de él, luego de que los otros dos chicos no pudieran hacerlo con sus respectivos hogares. Cuando le preguntó cómo le fue, New sólo contestó con un bien. No dijo algo de que la relación parecía haber mejorado.
—Pero no me gustan las cámaras —insistió New, antes de que Gun le diera un codazo y apuntara a su libreta, donde escribió algo.
"New es guapo".
Las mejillas del chico se tornaron coloradas.
—Qué cosas dices, Gunnie... —murmuró New.
Yeri volvió a reírse.
Fluke quería vomitar, porque parecían haberlo ignorado en todo momento.
Rascó su brazo, tratando de controlar la sonrisa de su rostro.
No debía asustarse, no debía reaccionar mal, porque no tenía motivos para ello. New y Gun estaban en su total derecho de hacer otras amistades. Ploy, Tay, ahora Yeri y Chad... Después de todo, ¿no era genial que pudieran cambiar el pensamiento de sus compañeros, para que comprendieran que sus características particulares no eran malas?
Pero ¿por qué Fluke estaba tan herido?
El timbre tocó y se sobresaltó, sus dedos jugueteando con su mochila, porque no sabía dónde sentarse.
Observó el puesto detrás de sus amigos, sin nadie, y se recordó todos los años anteriores, cuando se sentaba solo también, todo el mundo haciéndole el quite, y quiso romper a llorar.
Se tragó las lágrimas, por supuesto, y no tardó en acomodarse en la silla.
Gun lo miró, su sonrisa tambaleándose al notar el rostro algo descompuesto de su mejor amigo.
"Flukie, ¿ocurre algo?"
El chico leyó la nota y sacudió la cabeza.
—Estoy bien, me duele el estómago —contestó, queriendo tranquilizarlo.
Gun no parecía demasiado convencido, sin embargo, la profesora entró en ese momento y se volvió hacia ella para prestarle atención.
Fluke se dijo que no debía darle tanta importancia. Las cosas iban a mejorar, estaba seguro de eso, no debía ser tan negativo.
Ya iba a ver, todo mejoraría pronto.
»El resto de la semana transcurrió lentamente para todo el mundo, y una vez llegado el fin de semana, Fluke y Gun fueron otra vez a la casa de Ploy para continuar con el trabajo.
Ese día se hallaban en la pieza de la chica, conversando acerca de cómo reflejar lo Precioso, sin saber demasiado que cosas o personas usar.
—Deberíamos poner guapo a Gun y sacarle muchas fotografías —decía Ploy, sentada en el suelo—. Gun es el chico más guapo del instituto —agregó, sonriéndole al chico, que miraba las fotografías de su cámara.
Fluke rascó su nuca, un poco incómodo pues estuvo evitando un poco quedar a solas con Gun, sin saber cómo hablarle sobre lo ocurrido en la fiesta. Además, notaba cierto encariñamiento por parte de Ploy hacia su amigo.
Se sentía extraño porque Gun era tímido y torpe, casi como él, pero le caía mejor a todo el mundo sólo con una mirada. A Gun no le costaba seguirles el ritmo a las personas, pero a él...
Fluke era un desastre cuando se relacionaba con el mundo.
Gun levantó la vista, mirándolo, y Fluke se sintió mal por estar teniendo esos horribles pensamientos. Dios, ¿qué clase de amigo era? Quizás el peor del mundo.
—Debemos estar con la cámara fotográfica todo el día —dijo Gun hacia Fluke, esperando que se lo dijera a Ploy—, y sacar fotografías que nos llamen la atención, que sean preciosas para nosotros. Como ésta.
Fluke se sintió peor cuando Gun le tendió la cámara, mostrándole una reciente fotografía que su amigo sacó, con Fluke detrás, riéndose de forma descontrolada, y un poco más atrás estaba sentado New en una banca sin reír, pero sonriendo minúsculamente, distraído. El rostro de Gun, con una amplia sonrisa, llenaba gran parte de la fotografía.
Esa semana sintió más ganas de llorar que nunca en la vida, todas esas situaciones sumándose al hecho de que Ohm le había ignorado, diciéndole que lo ocurrido en la fiesta fue sólo un desliz al verlo tan triste y solo.
Sabía que se lo merecía, pero eso no lo hacía sentir mejor.
—Parece una buena idea —dijo Ploy, interrumpiendo sus pensamientos—. Pero debemos primero justificar nuestra exposición, ¿no? —suspiró, algo irritada—. Hagamos el informe entonces. Fluke, tú eres bueno con las palabras, ¿no?
—Soy un desastre —contestó, rascando su nuca.
—Pero para música te he visto escribir algunas letras —replicó la chica sorprendida.
Gun se puso de pie.
—Iré por un vaso de agua, ¿quieren algo? —preguntó, colgando la cámara a su cuello.
Ambos negaron, volviendo a discutir sobre el informe, y Gun salió del cuarto para bajar al primer piso. Sabía que la madre de Ploy no estaba, porque tenía una comida con su esposo en la empresa donde trabajaba, así que no tenía miedo de encontrarse con ella.
Aun así, se quedó quieto cuando vio a Off en el cuarto de estar, mirando la televisión.
Off se giró al escuchar ruido, encontrándose con la mirada de Gun, y de forma inevitable le sonrió.
Gun le devolvió la sonrisa, acercándose y sacando la libreta con el lápiz de su bolsillo.
"Phi, ¿qué está haciendo?"
escribió algo tímido.
Off recordó la noche de la fiesta, a Gun a su lado, sosteniéndole sin saberlo, y respondió.
Estoy aprendiendo inglés. ¿Conoces la serie FRIENDS?
Sacudió su cabeza en una negativa, sentándose en el sofá, y observando brevemente la televisión. Notó que era una serie algo antigua y no tenía subtítulos. Off pausó el programa, volteándose hacia Gun, que parecía algo desconcertado.
"¿Inglés? ¿Está viendo la serie en su idioma original?"
Es una buena forma de aprender. Lo hago desde que tengo memoria. ¿Tú sabes inglés, Gun?
Gun observó la pregunta unos segundos.
"No. No soy bueno con los idiomas, hizo una pequeña pausa antes de añadir, me cuesta mucho aprender. Fluke debe ayudarme mucho a estudiar."
Off lo pensó un poco más, recordando las palabras de Davika meses atrás: Gun era el chico que desapareció con tres años, para ser encontrado siete años después. La curiosidad lo carcomía y quería preguntarle dónde estuvo todo ese tiempo, pero sabía que no era lo correcto, no era educado, y no tenía tanta confianza con el chico como para hacer eso.
Además, una parte de él no deseaba saberlo. La respuesta le asustaba un montón.
Yo podría enseñarte.
Hizo una pequeña pausa antes de añadir:
Me gustaría enseñarte inglés.
Los ojos de Gun brillaron con emoción mientras su sonrisa se ampliaba, y Off se sintió feliz entonces. Se sintió contento de haber causado esa reacción en el menor.
"¡Eso me encantaría, Phi!, contestó Gun apegándose a su brazo, ¿y de qué trata esta serie? ¡Tal vez podríamos verla juntos!"
El panorama no sonaba mal. A Off realmente le gustaba eso, porque en realidad no tenía mucha gente con la que ver sus series. Los encuentros con Bas siempre fueron en D-Town o en el café donde cantaba, Davika se aburría con rapidez de las series, Tay prefería dormir, y a Ploy le gustaban más las películas.
Pondré la primera temporada con subtítulos y veamos si le puedes seguir el ritmo, ¿te parece?
Gun sacudió su cabeza repetidas veces, sin dejar de sonreír, y pronto los dos estuvieron viendo el primer episodio de la popular serie estadounidense.
Sin embargo, mientras Off parecía pendiente de la televisión, Gun fingía ver la serie, pero sus ojos se desviaban de forma inevitable hacia el mayor, viéndolo reírse gracias a la comedia.
Sin pensarlo demasiado, Gun levantó la cámara fotográfica y sacó varias fotografías, pensando que Off era perfecto para su concepto de Precioso. El mayor podía no verlo, pero era hermoso.
A Gun realmente le gustaba mirarlo.
Volvió su atención a la televisión, su corazón dando mil volteretas en tanto se recostaba contra Off, y el chico no hizo amago de alejarlo: por el contrario, pasó su brazo por sus hombros, atrayéndolo, y Gun suspiró lleno de felicidad.
Fluke los encontró una hora después, cuando Gun no volvió.
Había pensado que quizás comió algo (la madre de Ploy les dejó galletas por si les daba hambre), y que luego pasó al baño. Después se desconcentró totalmente, escuchando a Ploy hablar sobre lo que pondrían en el informe y redactándolo junto a ella, y sólo cuando la chica preguntó sobre Gun, decidió ir a buscarlo.
No esperaba encontrárselo recostado contra Off, la televisión encendida, pero los dos chicos durmiendo.
Cercana, íntimamente.
La escena parecía demasiado personal como para estar él allí.
Pero algo en su interior ardió, porque Davika era su hermana. Su hermana estaba saliendo con Off. Que abrazaba a Gun como si... como si...
Fluke sentía que todo estaba mal.
𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ
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