Capítulo 12
Por la mañana nuevamente despertó el Uchiha, sus onix veían las grandes gemas de su marido abiertas viendo hacia la ventana, aunque ahora estaba acostado, debía conseguir algo para hacerlo dormir, por otro lado, debía lograr que comiera, no le agradaba verlo de esa forma, todo lo que sabía de su marido lo hacía sentir impotente, debía ayudarlo y descubrir ¿quién demonios lo había lastimado?, ¿quién lo había dañado de esa forma? la imagen del Hokage nuevamente llegó a él, apretó el ceño con molestia, se levantó, entró al baño, al salir ya cambiado y listo para su día, vio al rubio aún en la cama ignorándolo nuevamente, mordió su mejilla con ansiedad, salió con su familia, después de algún tiempo, regresó, se acercó a su lado, subió a la cama nuevamente, colocó una bandeja de comida en sus piernas -tal vez no te sientas cómodo con nosotros, pero puedes comer un poco aquí -Naruto levantó sus gemas con duda -debo irme, trata de comer algo por favor, aunque sea sólo un poco-
El antes Uzumaki no respondió, lo vio salir del lugar, vio por un momento la comida, estaba por hacerla a un lado cuando su estómago sonó, mordió sus labios, tomó los palillos, comenzó a comer un poco, comenzó a analizar, esa era su nueva vida y debía aceptarla, debía cumplir a su marido si quería obtener el heredero para que no lastimarán a su amigo, tal vez si cooperaba podría aceptarlo, al terminar de comer tendió la cama, se dio una ducha, sabía que no había nadie en la casa, no estaba seguro el cómo, pero lo sabía, salió a la cocina, lavó sus platos, los limpió y guardó, limpió el lugar tratando de ser agradecido, por lo menos no lo lastimaban, le habían comprado ropa linda y su marido lo estaba curando, tomó algunas cosas de limpieza, se dirigió a la habitación, ese era su trabajo, no era un shinobi y no tenía ocupación alguna, por lo menos debía mantener su espacio completamente limpio, tal vez también podía distraerlo y pensar menos en el cerdo, tomó un trapo del área de limpieza, comenzó a limpiar el piso corriendo con sus manos sobre el trapo, al acabar comenzó con el baño, vio algo de sangre en la ducha, era suya, comenzó a tallarla con las fibras, dejó todo completamente limpio, regresó todo al cuarto de lavado como estaba, vio la ropa de su marido, la metió en la lavadora, caminó a la habitación, sacó la suya, las metió a la lavadora, observó como la ropa giraban en el aparato por más de media hora, veía perdido como lo hacía, la sacó, salió al jardín a colgarla, se quedó en el lugar parado observando el bosque, giró su mirada al jardín, abrió sus gemas un poco, recordó que le gustaban mucho las flores, acercó una cubeta, comenzó a limpiar los pétalos y hojas en las flores con calma.
Mikoto había llegado cuando comenzó a tender la ropa, levantó una ceja al ver que había limpiado la habitación perfectamente y había lavado la ropa de su hijo, también había dejado limpia su cocina, lo observó limpiar las flores, negó con cansancio, por lo menos había salido de la habitación, no era una maldita, no lo quería muerto, estaba algo preocupada -me da gusto que te hayas decidido a salir -Naruto mordió sus labios con vergüenza, asintió -gracias -continuó su labor toda la mañana, eran muchas flores para disfrutar y relajarse, por lo menos había dejado de pensar en ese maldito anciano.
Por la noche Mikoto le había contado a Itachi lo que hizo el rubio, el azabache estaba más tranquilo, entró a su habitación, lo observó nuevamente viendo a la nada -madre me contó que estuviste en el jardín, me alegra que hayas decidido salir de aquí aunque sea un poco, llevabas días encerrado -el menor asintió -no había hecho mis deberes, la habitación estaba sucia, lo lamento, seré mejor -Itachi observó que se había dado una ducha, entró e hizo lo mismo, vio que todo estaba exageradamente limpio, había tallado todo, no había ni una sola gota de sangre, al final levantó el rostro con duda, hacía calor, decidió usar una playera sin mangas, se acercó a la cama aún secando su largo cabello, todo estaba en orden, sus cosas estaban acomodadas como le gustaba, el rubio había puesto atención en los detalles, eso era obvio -¿por qué no seguiste con tu carrera shinobi?, ¿no te agrada? -Naruto levantó sus gemas con cuidado, sus ojos se hicieron tristes -si me agrada, siempre soñé con ser un shinobi poderoso -Itachi dejó su toalla, la colgó en el baño, lo observó -entonces, ¿por qué renunciaste a serlo? -el rubio negó -me lo negaron, el día del examen pase el examen escrito, hice los ejercicios, al final no pude lograr el clon base, salía deforme, reprobé -Itachi lo vio con duda, recordó el día que atrapó a Mitzuki -recuerdo el día que sucedió lo de Mitzuki -el Uzumaki se puso tenso -Iruka mencionó en el informe que podías hacer el clon de sombra -el Uchiha vio que se puso nervioso -me dijeron que no había pasado, dijeron que me olvidara de ello -giró su mirada tensa hacia la ventana ignorando nuevamente al orgulloso Uchiha, el azabache apretó el ceño con esa sensación de ser ignorado nuevamente, no quería presionarlo, podía ver angustia en su mirada -entra a la cama -sabía que no lo haría si no se lo ordenaba.
Naruto nuevamente se levantó, entró en la cama, Itachi se sentó a su lado, suavemente levantó su blusita de nuevo, el rubio giró su mirada evitando ver al mayor, el Uchiha levantó la blusita sobre sus tetillas, lamió sus labios al verlas duras y su piel erizada, sacó las vendas, sacó una pomada que había comprado especial para las costillas, comenzó a untarla suavemente sobre la piel, no podía negar que también aprovechaba para tocarlo un poco, todo el día había pensado en él, en como ayudarlo, en su mirada, en lo que le sucedió, en sus heridas, en su cuerpo. El rubio mordió su mejilla, cerró sus ojos sintiendo agradable el toque, Itachi lo observó con cuidado, sus yemas de los dedos recorrían suavemente sus costillas, su dedo rozó suavemente su tetilla, el menor apretó su ceño y sus labios, el mayor se dio cuenta que era demasiado sensible su piel, respiró hondo, comenzó a colocar ninjutsu médico, lamió sus labios una vez más observando su cuerpo ¿no sabía qué demonios le pasaba?, estaba seguro de amar a Izumi y desear su cuerpo, nunca se había interesado en un hombre, según él no le gustaban los hombres, pero el rubio frente a él llamaba su atención, le agradaba lo que veía, lo que tocaba, esa pequeña ropa que su madre había conseguido con toda la intención de provocarlo, estaba consiguiendo su objetivo, sacudió su mente, lo vendó, una vez más rosó su tetilla -mhn -escuchó un ligero gemido, tragó pesado, le había gustado el pequeño ruidito, terminó con velocidad, recogió sus cosas del botiquín, entró a la cama -toma esta pastilla, es para dormir, me dijeron que era fuerte, sólo tienes que comer un cuarto, pero pienso que con tu condición debe ser entera, tal vez puedas dormir -Naruto asintió, tomó la pastilla, bebió agua, debía ser obediente con su marido, se dio la vuelta una vez más ignorando al mayor y dándole la espalda, minutos después no supo más de él, a Itachi no le agradaba sentirse ignorado, vio su pequeña espalda, su delgado cuello, sus rubios caía suavemente en la almohada, mordió su mejilla, se dió cuenta que quería su atención.
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