Quisiera ser una puta, pero no una puta cualquiera. Quisiera ser la puta de un millonario.

Y tengo la oportunidad de averiguarlo absolutamente todo gracias a mi mentora, así que la mejor opción que encuentro, es preguntarle al respecto.

Ella tiene el asunto más que claro:

Hace tiempo empecé a indagar sobre el tema, esto podría ser considerado toda una ciencia aparte. ¡Las universidades debieran incluir estos conocimientos en su currículo de estudios! Pero ojo. Me refiero a que te instruyan para que seas una puta emprendedora, no una que solo sepa gastar. A los hombres poderosos les interesa tener buen sexo, pero también una buena conversación. Sólo ten cuidado de que al final, él sea quien tenga la razón.

«¿No dijiste que él querrá a alguien inteligente?»

Y porque lo eres, sabrás que es mejor ubicarte en tu lugar. No me preguntes por qué, no te preguntes por qué. Él solo la tiene y punto. Si no, corrobora tu cuenta bancaria y la de él. Sus esquemas mentales, pasado y oportunidades es lo que ha hecho que tú termines donde estás y que él ocupe ese bonito sillón en cada una de las mega empresas que coordina.

Aprende de él. Absorbe su conocimiento. Desea estar con él, no tengas miedo a desear ser lo que él quiere que seas, sólo trata de llevarlo con cuidado y demostrar cuando algo te disgusta evidenciando siempre una sonrisa y diciendo exactamente lo que él quiere escuchar. Entonces, nunca digas NO, sólo aprende a escaparte por la tangente dándole una satisfacción sustituiva. Es obvio que ningún hombre quiere una negativa por respuesta, mucho menos alguien que tiene mucho poder adquisitivo y moral.

«¿Existe el poder moral?»

Yo lo considero así: es quien, de sólo saber cuánto tiempo y qué clase de persona es, provoca en la gente a su alrededor la fuerza imperiosa de hacer exactamente lo que él diga que hagan.

Aprende a medir tus palabras, aprende a marcar lo que quieres, aprende a soportar cuando algo no lo quieras, pero ten cuidado... Si te disgusta una situación, la que sea, posiblemente sea porque tus paradigmas mentales están programados para que le tengas miedo al dinero. Ten cuidado: sé puta, pero no una cualquiera, sólo sé su puta.

«¿Y mi dignidad?»

Pero mi amor, por favor, tu dignidad la perdiste el día que te pusieron a trabajar doce horas por día para pagarte una miseria. Y para peor de los colmos, no te ligaste unas vacaciones a fin de mes ni coche nuevo a la tercera noche que se dieron un buen polvo.

«Mmm. ¿Y qué diferencia hay entre un hombre rico y una mujer rica?»

Que nosotras tenemos cierta ventaja: el hombre es instintivo y él piensa que sólo te interesa su bragueta y su billete. Que, de hecho, así es. Y accede sin más, teniendo en claro las reglas del juego sin haber preguntado siquiera. En cambio, una mujer rica, suele ser un poco más pensante. Los hombres aman con el pene, nosotras con el corazón y la cabeza.

«Wou, tiene sentido. ¿Y si él resulta ser mayor que yo? ¿Y si hay...una enorme diferencia de edad?»

Linda, eso sucederá. Si sales a la calle para examinar quiénes son las personas que manejan los autos más caros, te encontrarás con que son hombres que al menos dupliquen tu edad. Los chicos ricos sub treinta, no son más que el dos por ciento de la población millonaria en todo el mundo. Podrías apostar.

«Entonces, debo reprogramar mis esquemas mentales.»

¡Exacto! El primer inconveniente por el que las personas no consiguen grandes sumas de dinero o bien, cuando las consiguen, las pierden de inmediato, es porque aprendieron a ser conformistas, no ambiciosos. Cuando un niño pierde un partido de fútbol, se le suele decir "al menos lo intentaste" y es el primer paso para formar a un perdedor. La trampa está en regalarle un curso intensivo para que aprenda a jugar mejor, la solución no es el castigo sino alimentar la ambición.

«Vaya... Definitivamente debo aprender a pensar como tú.»

Seguramente lo lograrás, aprendes rápido, linda. Y acabas de capta mi Consejo Número Uno: Incorpora los secretos de una mente millonaria.

«¿Ah, sí? ¿Y Cuáles son?»

Oops. Se terminó el tiempo. Ya debo irme, espero encontrarte pronto por este chat y no olvides dar cinco estrellas a mi atención. ¡Hasta pronto!

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