»Plasma todos esos sentimientos en un papel«

Ella escribió eso en su diario, guardando las palabras de su padre que había sido arrebatado de ella. Tener un trauma como recordar la muerte de tus padres frente a tus ojos, eso la motivo para alcanzar sus sueños diciéndose cada día que se esforzaría por enorgullecer a sus padres que estaban ahora en el cielo. Una pequeña que siempre llevaba un diario, a pesar de que todos quisieron aprovecharse por como se veía tan frágil, logró encontrar una segunda familia.

La familia Jaeger estuvo dispuesta a darle la bienvenida al ver a una pequeña desprotegida, pero aún así se sintió fuera de lugar al notar que el hijo de los Jeager la trataba con total antipatía. Sintió que invadía un lugar, y que esa seguridad que sintió en algunos días fue arrebatada, nuevamente se sintió sola. Esa pequeña creció con la antipatía de el hijo de los Jaeger y acepto que simplemente se sentía amenazado por ella.

Finalmente en un cumpleaños de la pequeña que se había convertido en una joven muy inteligente, fuerte, y algo disenteresada sobre la vida. Fue hasta entonces que recibió su primera guitarra, y sus "padres" pudieron notar la emoción en esos ojos grises, notaron lo feliz que le hizo esa guitarra.

»Lo voy a lograr, los haré sentir orgullosos«

Fue lo primero que pensó la joven, agradeció correctamente a sus padres adoptivos y se dedico a escribir en su diario letras de lo que quizás funcionaría. Sin embargo, cuando quiso conectar las letras con la canción no funcionó, se decepcionó, pero eso no significaba que se rendiría. Y aún así, páginas y pagina fueron arrancadas y lanzadas al suelo. Creyó que no había nacido para eso, quizás su madre le heredo la voz para el canto, pero su padre no dejo su talento para escribir.

Aún así no se rindió, necesitaba una inspiración, o algo que despertara esa sensación de la que tanto le hablaba su madre. Su "hermano" llego a la habitación de la joven invitándola a salir con un amigo, la joven noto que fue obligado a decírselo. Sin importarle, la reacción de su hermano aceptó esperando a que la inspiración se encontrase allí afuera.

La joven observó al amigo de su hermano, era rubio de ojos azules, algo más bajo que su hermano y se veía como una persona totalmente inocente fuera de manchas. Esa impresión tuvo de él, y sintió una paz al verle.

—Armin, ella es Mikasa —dijo su hermano, despreocupado.

—H-Hola Mikasa —saludo Armin con una Sonrisa—. Pocas veces te vi, pero es nuestra primera comunicación.

—Hola.

La joven era algo inexpresiva en algunos sentidos, desde que sus padres murieron ella se le dificultaba hablar con las personas, pero pocas veces se armaba de valor para decir lo que pensaba sin dudar. Su hermano la miro fastidiado, quizás era porque estaba siendo irrespetuosa.

—Es de pocas palabras —dijo su hermano, justificándola.

—No te preocupes, lo entiendo —sono tan amable que Mikasa creyó que era irreal.

—Vamos.

Mikasa camino detrás de ellos observando cada lugar y a cada persona esperando a que algunos de ellos le inspirará, pensó en Armin, pero no nació de su corazón escribir sobre él, quizás cuando haya avanzado hablaría del ángel sin macha de ojos azules. Finalmente llegaron a un parque, y se sentaron en una banca, la conversación de su hermano con Armin le era ajena, así que decidió ignorarlos. Prefirió mirar a los pequeños que correteaban con sus padres o a los perros que traían sus propios juguetes. Sintió una nostalgia al ver como todo era colorido, mientras que ella se consideraba una mancha gris sin Sentido.

—Mikasa iremos por helado, quedate aquí —avisó su hermano, pero a ella le importo poco si iban por helado.

—Bien.

—¿Estas seguro de que debemos dejarla aquí, Eren? —pregunto Armin, sonando preocupado.

—Ella estará bien, tiene dieciocho años, puede manejar esto sola. Ya es demasiado grande como para que le cuidemos la espalda —respondio Eren, indicando que quería estar lejos de ella.

Mikasa miro a su alrededor durante una media hora y aún así no encontró nada que le fuese de utilidad ¿por qué le estaba sucediendo eso? Ella simplemente quería enorgullecer a sus padres aun sabiendo que ellos no le darían palabras, pero ella creía que era necesario para dejar su recuerdo sin que fuese un atormento sobre sus hombros cada día.

Ella se puso de pie, ya no soportaba estar rodeada de tanta gente. Sin embargo, al levantarse topo con alguien haciendo que la otra persona dejara caer algunas hojas. Sin dudarlo, se dispuso a ayudarlo, ya que ella misma había provocado ese desastre.

—Tsk —el chico hizo ese sonido, recogiendo todas sus hojas apresuradamente—. Que desastre ¿puedes fijarte por donde vas? Estorbas.

Mikasa le entrego las pocas hojas que había recogido, él chico las tomo sin decir gracias, únicamente se levanto al tenerlas y se fue rápidamente de allí. Ella lo observo con interés al darse cuenta que llevaba una guitarra en la espalda, ¿él era musico? Quizás si se acercaba podría preguntarle como resolver un bloqueo o quizás preguntarle si le ayudaría a componer una canción.

Sin embargo se quedo quieta como una estatua, observando como él se alejaba. Se sentó nuevamente en la banca, pensado en porqué no le persiguió, pudo haber conseguido lo que quería, pero se había acobardado. Miro sus zapatos, pensando en la oportunidad que se había escurrido de sus manos. Pero su mirada se desvió hacia un papel que estaba atorado en la pata de la banca, el aire la movía suavemente.

Se inclinó, y la tomo en sus manos, sin  tener algo de pena leyó lo que había en la hoja:

Encerrado, en estas cuatro paredes.

¿Podré llegar más lejos? ¿Encontraré la manera de salir?

Únicamente quiero saber de ti
Encontrar a esa persona que será para mi, suena imposible.

Oh, este sueño absurdo de encontrar a alguien como yo ¿se hará realidad?

¿Sera capaz de quedarse a mi lado?

Mis heridas quieren ser sanadas por esa persona...

Mis heridas quieren sanar con tus besos

Mis heridas quieren cicatrizar con tu amor.

Pero ¿seras capaz de quedarte?

¿Era un poema? Esto era algo personal, podía notarse al leerlo, los sentimientos transmiten sentimientos. ¿Qué había detrás de esa letra? ¿Esa persona que pensaba mientras escribía? Su padre siempre dijo que tomara sus emociones y las plasmara, quizás quería hacerme entender que si no escribia yo explotaría. Sus emociones no las controlaría bien si no escribía como se sentía. Ella ahora entendía a que se refería su padre.

Ella corrió con esa hoja en la mano a su casa, necesitaba escribir, y tomaría todo eso y lo convertiría en una canción. Llego a su casa, sin saludar se dirigió directamente a su habitación, y no paro de escribir durante todo el día.

****

—Sé muy bien que no soy buena para ti, sé que daño todo a mi alrededor.

No sabía muy bien a que me enfrentaba, mi mente gritaba lo lejos que debería estar.

Pero mi corazón quiso estar unido mas tiempo al tuyo, no importa como seas.

Tus defectos se convirtieron en algo
que solo yo podre aceptar...

¿Seras capaz de aceptarme?

Mikasa sonrió después de escucharse a sí misma, lo había logrado. Fue capaz de escribir una estructura, además supo desde el instante que terminó que ella únicamente había complementado la canción del chico que quizás ya este terminada, pero aún así se sintio feliz. Despues de haber escrito compuso una melodía acorde a la letra, se sintió satisfecha.

Tomo su guitarra y metió en su estruche, con las dos hojas en manos. Iría al parque a buscar al chico y devolverle su canción, ella sabia que seria poco probable encontrarlo pero aun así llego al parque. Se quedo allí parte de la mañana hasta la tarde, lo esperaría hasta la noche y se dispuso a cantarle a las personas que estaban allí en el parque. A los diez minutos las personas se acercaron a escuchar a la chica de ojos grises que cantaba con tanta pasión.

Justo antes de que se pusiera el sol, ella agradeció a las personas y guardo el dinero que algunas persona habían dejado, eso significaba que la canción estaba perfecta. La gente empezó a dispersarse, pero solo una persona se quedó de pie frente a ella.

Era él chico.

El dueño de la canción.

—Es algo irrespetuoso tomar la canción de alguien y modificarla a tu modo —su expresión era neutral, pero ella noto el desagrado en su voz. Iba con un gorro gris en su cabeza y una chaqueta negra, y camiseta gris.

—Eres tu —dijo sin emoción, a pesar de cuan agradecía ella estaba con él—. La canción, aún es tuya, solo la tome por hoy. —ella rebuscó en las bolsas de la parte trasera de sus pantalones, y saco las dos hojas—. Toma, aquí esta las notas de la guitarra y también lo que complemente.

Con el ceño fruncido tomo las hojas y leyó lo que Mikasa había escrito a pesar de que ya le había escuchado cantar.

—Puedes tomar el dinero, no me importa —habló Mikasa, haciendo que él la mire con interés.

—Creo que puedes quedarte con el dinero, pero la canción y la melodía serán de ambos —dijo él entregando la hoja que él había escrito.

—¿Q-Que?

—Todas esas hojas que tiraste, eran canciones sin terminar. No encontraba como completarlas e incluso tuve problemas con que melodía se apegaba a las letras, pero no pude terminar ninguna —dijo, soplando sus manos.

Ella no había sentido el frío, pero sus manos también estaban heladas. El chico notó como el aire movió el cabello de la chica, y también como le importo a ella poco cuanto frío había.

—Tsk —evoco ese sonido antes de quitarse el gorro y colocárselo a ella—. Pretende cuidar de ti, y sigue escribiendo.

Ella sintió que su corazón dejo de palpitar por un segundo.

—Espera, quisiera que me enseñaras a crear música...

El chico se sorprendió, pero no mostró estarlo, simplemente vio como ella esperaba de su respuesta. En los ojos de la joven encontró a una chica totalmente pedida, y se vio reflejado por un momento. Él fue así, fue torpe en sus principios y ahora podía crear algo mas coherente, y algo en su interior decia que debía ayudarla.

—Tsk. Serias de ayuda en No Name... —habló atrapando la atención de la Joven.

—¿No Name?

—Limpiaras los instrumentos, te quedaras después de cada ensayo. En silencio —dio instrucciones esperando a que ella las acatara.

—¿Ustedes son la banda que se venda los ojos? —Preguntó Mikasa, sintiendo como su corazón se aceleraba—. Los vi una vez en vídeos, podría decirse que son famosos ¿Tu eres el principal?

—Deberias cerrar la boca —dijo molesto—. Nadie sabe quienes somos realmente, queremos tener privacidad.

—La canción... ¿era para la banda?

—No, has notado que es muy personal —menciona cruzando sus brazos—. Las canciones de la banda se escriben en conjunto, sin embargo, quería escribir cosas propias.

—¿Entonces, como llegare a ustedes? Digo, para limpiar los instrumentos.

—Encontremonos mañana aquí —dijo girándose, dando por finalizada la conversación.

—Espera... —dijo Mikasa, atrapando la manga de la chaqueta de él— ¿Como te llamas?

—Levi.

Levi se soltó del agarre de Mikasa, alejándose dejando a esa chica sin palabras. Era la primera vez que se comunicaba amenamente con alguien y había sentido miles de cosas, menos dolor o rechazo hacia ella misma. Sintió que la música estaba conectándola con algo nuevo, y se sentía emocionada al saberlo.

La joven se quito el gorro, mirándolo como si fuera algo de otro mundo. Ella sabia que pocas veces había sentido esa calidez, el gorro no únicamente le daba calor en el cuerpo, sino que también sintió como ese calor abrazaba su interior. Estaba experimentando nuevas cosas y estaba agradecida por eso.

Era el inicio de algo nuevo.