ESMERALDA.
N/A:
Okey, es mi primera nota de autora (?)
Y únicamente es para avisar, esta corta historia tiene escenas subida de tono así que te recomendaría que (si no lees cosas Así) esperes a la siguiente historia.
También quiero decir que no soy “muy” experta en la redacción de esas situaciones, pero he dado lo mejor de mí y espero les agrade como quedó.
________________________________________
Me encontraba en un árbol del parque, podía escucharse el ruido de los niños lejanamente. Me agradaba ese punto exactamente, podía sentirse el aire fresco y la vista y también era algo que me agradaba. Por esa razón le dije que nos encontráramos aquí, hoy era un día especial.
Nuestro aniversario.
Solo de recordar lo cursi que estaba siendo, me provocaba un sonrojo en las mejillas. Nunca antes había hecho algo como esto, y antes no sentía como mi corazón se aceleraba por algunas cosas. Me estaba comportando como una idiota, simplemente debía darle lo que tenía preparado.
Sé que quizás otras personas actúen con normalidad al cumplir un año de parejas, pero Sasha me había insentivado a hacerlo, además no me enojaría si Levi no tiene algo preparado para mí. No le culparía de olvidarse, porque no sabía que se hacían este tipo de cosas, pero también me tenía incomoda una charla que había recibido de Sasha. Solo de recordarlo, me sentía... rara.
—¿Y? ¿Ya preparaste todo?
—Ya compré el regalo —respondo comiendo más frituras—. Espero haber dado en el correcto...
—Mikasa ¿le darás solo un regalo? —preguntó, quitándome las frituras como si hubiese hecho algo malo—. Deberías estar preparando tu ropa, y también la lencería.
—¿Q-Qué? —preguntó, tosiendo por un trozo de fritura llendose repentinamente en mi garganta.
—Mikasa, tienes diecinueve años y aún sigues sin darle un regalo a Levi —regañó, y aún no podía entender que estaba haciendo mal.
—Ya lo compré...
—¡No hablo de eso, tonta! —negó varias veces con la cabeza—. Habló de que tienes a Levi esperando por ti, ha soportado un año a tu lado ¿no planeas darle algo más?
Aún seguía sin entenderle.
—¡Sexo, Mikasa! ¡Hablo de eso!
Mis ojos se abren con sorpresa y pudor, pude sentir el calor en mis mejillas. Nunca me había puesto a pensar en dar mi... virginidad, en realidad tampoco pensé si Levi estaba esperando eso de mí, siempre se le ve relajado y un poco desinteresado, aunque nunca toqué ese tema en especial.
—¡S-Sasha! No hables ridiculeces, él no me ha pedido nada —Digo, cruzándome de brazos mirando a otro lugar.
—Es Levi, pocas veces dice lo que piensa —responde Sasha, contradiciendo mis palabras—. No creo que de la nada te vaya a decir: “Oye, Mikasa, tu cercanía me provoca una gran...”
—!Calla! —digo cubriéndome los oídos, mi rostro pudo haberse tornado en tomate. Puedo ver como Sasha sigue parloteando sobre el tema, pero mis manos en mis oídos prohíben la entrada de sus palabras.
Mierda, odiaba a Sasha.
Me había puesto un vestido azul, no me gustaba usarlos, pero aún así quise traerlo. Las palabras de Sasha no me habían dejado de atormentar, incluso cuando escogía mi ropa podía escuchar su voz regañandome, o aparecía su rostro en mi mente mirándome con desaprobación. No entendía el punto de todo esto, acaso era necesario entregarme en ese sentido, me era ajeno.
—¿Tiene sentido sentarse en el pasto con eso?
Su voz me saca del ensimismó, me mira con atención esperando alguna respuesta.
—¿De que hablas? —pregunto, desentendida.
—No usas muchos vestidos —dice sentándose junto a mí—. Siempre usas pantalones, es raro verte así.
—Oh, bueno, fue lo primero que vi —miento, había pasado parte de la mañana buscando el vestido apropiado—. Y no me incómoda estar sentada en el pasto, además con cualquier prenda estaría junto a este árbol.
—Eso es cierto —habla suspirando, y cerrando sus ojos. Apoya su cabeza en el tronco, parecía que a él también le gustaba el árbol— ¿Que es eso que traes en tus manos? —pregunta, sin abrir sus ojos.
Mi corazón comenzó a latir más rápido, estaba comenzado a arrepentirme. Había hecho un cambio en el regalo, había agregado algo más y ahora mismo quería retirarlo, en el momento que quise agregarle algo podía ver a Sasha asintiendo satisfecha, pero ahora mismo prefería haber ignorado todo lo que ella dijo. No me arrepentía porque no quisiera, simplemente era que no sabia como Reaccionaria él ante lo que había hecho.
—Es un regalo —murmuró, librándome de la inseguridad.
—¿De quién?
—Tuyo —Respondo, tomando el regalo con fuerza.
Sus ojos se abren y me ven con curiosidad, parecía intrigado por lo que tenía preparado. Miró hacia otro lugar, extendiendo el regalo, sus manos rozaron las mías al tomarlo. Escuché como la pequeña caja fue abierta y el envoltorio abierto, no le dedique mirada alguna mientras abría el regalo, mis mejillas estaban rojas y pretendía no mostrarme en ese estado.
—¿Mikasa?
No respondí.
—¿Por qué recibo este regalo tan costoso? —pregunta, algo confundido.
—-Yo... —mis palabras parecen no querer salir, siento mis mejillas encenderse cada vez más.
—¿Y que hay de estos papeles?
Mierda.
Sabía que había sido una mala idea, no debí haber hecho algo tan estúpido y cursi. Es Levi, pocas cosas le gustan y en serio me había esforzado en conseguir algo que le gustase, además yo también era una persona que no daba o decía cosas tan empalagosas, funcionábamos sin necesitad de eso.
—Oh, e-es tarde, l-le prometí a Sasha llegar antes... necesita mi ayuda —digo nerviosa, sacudiendo la parte de adelante de mi vestido y levantándome.
Si, planeaba escapar como una cobarde.
—Ven acá mentirosa —dice sin permitir que me levante, tomando mi mano y haciéndome caer en su regazo—. Te he dicho que eres mala mintiendo, y no te dejare ir hasta que me veas a los ojos.
Había cerrado mis ojos cuando caí en su regazo, pude sentir como su mano apartaba mi cabello y lo acomodaba detrás de mi oreja. Siento sus labios en mi mejilla sonrojada, sin embargo seguí con los ojos cerrados.
—Es interesante, estos cupones pueden valer más que el reloj —dijo susurrando en mi oído.
—T-Tengo que irme —habló nerviosa ante la mención de mis dos regalos.
—No te dejare ir hasta que me veas a los ojos —dijo aferrando su brazo a mi cintura—. Además hable hace una hora con Sasha diciéndole que ibas a estar conmigo toda la tarde y noche.
—¿Q-Qué? —pregunté, abriendo mis ojos con sorpresa. Me sentía como una niña siendo descubierta haciendo algo malo.
—Por fin —dice mirando mis ojos estudiándolos con atención—. Me perteneces el día de hoy, no pretendo pasar nuestro primer año solo.
—¿Lo sabías? —pregunto sonrojándome nuevamente, escondiendo mi rostro en su pecho.
—Hange estuvo atormentándome hace dos días, diciendo que era una persona de mierda si no te daba algo —respondió, levantando mi mentón sin permitir que me esconda de nuevo—. Por supuesto, no esperaba que tú lo tuvieras presente.
—Sasha dijo que es normal... Y fue más amable que Hange —digo relajandome al sentir sus caricias en mi rostro—. Pensé que tú no lo recordarías, y por eso quería escapar.
—Mocosa, tonta —dice acercándome a su rostro—. Debiste preguntarme, sin rodeos.
Sus labios se unen a los míos, relajando por completo mi cuerpo y liberando la tensión de el. Me besa con intrepidez, y suavidad. Mis manos se aferran a sus hombros, quizá era impropio besarnos de esa manera en un parque público, pero a ambos nos importaba poco la gente a nuestro alrededor. Después de largos minutos, nos separamos por falta de aire, amaba los momentos en los que nos perdíamos en nuestro propio mundo.
—¿Así que puedo usar mis cupones?
—Supongo
—Me sorprende que solo hayas hecho tres —dice tomando la cajita, no había notado que se había colocado ya el reloj, saca los tres papelitos—: El primero dice: Productos de limpieza de regalo, puedes pasarlo a traer en mi casa.
—¡No los leas en voz alta!
—El segundo: Un abrazo y chocolate para algún día de frío.
—¡Para!
—Este tiene restricción y la fecha, dice: ¡Caduca después de la media noche! Vale por un momento especial, solos en una habitación... —Levi parece quedarse sin palabras, y yo deseaba que un rayo me partiera en dos en esos momentos.
—Te dije que no los leyeras —digo, sonando molesta, si ahora estaba molesta y no con él.
—¿Estos cupones son en serio? —pregunta aún pasamado.
—¡Es obvio que si! ¿Sabes? puedes devolver el último —digo tratando de quitárselo, pero logra esquivarme.
—¿Mikasa hablabas en serio? Sabes que nunca que te obligaría a nada —dice seriamente.
—L-Lo sé —respondo calmándome—. Hice los cupones porque quería.
—Lo guardaré, yo decidire si usarlo o no —dice guardando la cajita en uno de sus bolsillos—. Ahora mismo debemos asistir a una reservación.
—¿R-Reservación?
—Si, dije que me pertenecías, hemos pasado mucho tiempo aquí y nuestra reservación en el restaurante es en treinta minutos —dice, haciéndome a un lado y levantarse—. Y te daré tu regalo.
Me ayuda a levantarme, al terminar de ayudarme planta un corto beso en mis labios.
***
—Dame tu mano —dice el dejando la copa de vino a un lado.
Le entrego mi mano, y el la toma por sobre la mesa, mientras que su otra mano busca algo dentro de su bolsillo derecho. Cuando logra encontrar lo que busca, con cuidado lo acerca a mi mano, veo lo que tiene entre los dedos... es un anillo. Lo coloca en mi dedo medio y besa mi mano antes de soltarla suavemente, me quede impresionada por el diseño del anillo, podría jurar que ese anillo valía mas que el reloj que había comprado.
—E-Es hermoso —digo sin palabras, era de oro blanco con una piedra en el centro, era un esmeralda.
—Valio la pena el trabajo —dice encogiéndose de hombros, tomando nuevamente la copa de vino.
Mi cerebro trabajo instantáneamente al recordar que la semana anterior estuvo ocupado, dijo que le habían aumentado el trabajo y que por eso no podíamos vernos. Incluso sus mensajes los respondía a las dos de la madrugada y hace dos días nos pudimos ver por fin, pero el rostro de Levi aviso que estaba cansado, por eso le invite a mi apartamento a ver una película, pero se quedo dormido en mi hombro. Mis ojos se llenaron de lágrimas sin previo aviso, quise retenerlas pero fue un desastroso intento.
Él se había esforzado.
Por mí.
—Oye, tonta, no llores —dice dejando la copa a un lado nuevamente.
—N-No estoy llorando, me entro una basurita al ojo —miento, limpiando mis lágrimas.
—Eres pésima mintiendo.
***
“¡Estoy en casa de Connie, el maldito cree que es mejor jugando videojuegos que yo ¡Já! Le patearé el trasero, creo que no llegaré a dormir
Sasha x”
L
eo nuevamente el mensaje que había llegado, sabía que pasaba algo entre esos dos y aún no se dignaban a decirse ni pío. Incluso dije cosas buenas de Sasha frente a él, pero al parecer decir: Come sin parar, y a veces se tira gases no eran apropiados ya que Sasha se espantó cuando lo dije, bueno significa que me quedaré sola.
Estabamos frente a la puerta del dedepartamento, y ambos estábamos sin saber que hacer. Después de que mis estúpidas lágrimas dejaran de caer, mentí diciendo que la basurita había llegado muy profundo y me negué a decirle que me había conmovido por el gesto, a pesar de que él lo había notado.
—Gracias por el anillo —digo soltando un pequeño suspiro.
—Te he dicho que valió la pena —respondió, con voz neutra.
—¿Sabes? Puedes hacer cambió de tu cupón de productos de limpieza —dije, esperando darle algo más, me sentía mal por haberle dado tan poco.
—¿Los tenías listos? —pregunta, con el ceño fruncido.
—Ayer fui de compras y pensé en... bueno hacer los... cupones —respondo abriendo la puerta, y dejándolo pasar.
Cierro la puerta y enciendo las luces, al parecer Sasha no había pasado el día en el departamento, ya que se encontraba limpió y normalmente con Sasha era difícil dejar el departamento limpio durante cinco minutos. Me dirijo hacia mi habitación en busca de los productos de limpieza, dejando a Levi en la sala o eso creía.
—Compraste demasiado —su voz me sobresaltó.
—Bueno, no sabia que era más efectivo y tuve que llenar dos bolsas de productos de limpieza.
Sus ojos me analizan, parece estar pensando en sus movimientos, parece retenerse de algo. Sus ojos se cierran, puedo ver su ceño fruncido, y fue cuando entendí qué estaba pensado exactamente.
—Son tus cupones, pidelos —digo, jugando con mis manos—. Los escribí sabiendo que no me molestaría y porque tiene mi consentimiento.
—Mikasa, quisiera hacerlo, pero ni siquiera traigo unos malditos condones —gruñe girándose y saliendo de la habitación.
No podía dejarle ir, ahora mismo realmente yo quería intentarlo y quería que mi primera vez fuese con él. Después de una maravillosa noche ¿quién diablos se negaría? Sé que es una buena persona, que aparenta ser mala, y lo descubrí con el tiempo a su lado.
Corro hacia la habitación de Sasha e ignoro el desorden que había, concentrándome en una sola cosa. Una vez me dijo que ella siempre estaba preparada y que estaba joven y debía cuidarse, no sabía a lo que se refería hasta que hizo mención de esa palabra. Abrí el cajón y lo primero que encuentro son condones, tome uno salí de allí como si fuese una ladrona.
—¿Levi? —pregunto, acercándome a la sala. Estaba sentado en el sofá con el brazo en sus ojos.
—Hm.
Me acercó a el con inseguridad, las piernas estaban temblandome pero habia tomado una decisión y no planeaba retractarme. Me dejo caer a horcajadas de él, y parece sorprenderse de mi intrepidez, retira su brazo colocándolo a un costado de su cuerpo.
—Mikasa... —lo interrumpí descansando mis labios en los suyos. Responde a mi beso, colocando sus manos en mis caderas, pero parece reaccionar— Mikasa... Te dije que...
—No te preocupes —digo mostrándole el envoltorio de aluminio en mi mano derecha— ¿Que dices? ¿Cambiaras tu cupón?
—Maldicion, Mikasa —dice quitándolo de mis manos y guardárselo en uno de sus bolsillos—. Estaria loco si no lo cambiase, pero necesito preguntarte esto nuevamente: ¿estás segura?
—Si, lo estoy.
No tarda en besarme de nuevo, y esta vez con más intensidad, nuestros labios encajaban a la perfección lo supe desde nuestro primer beso. Sus besos recorrieron mi mentón y cuello, solté pequeños suspiros al sentir sus labios.
—Mi... habitación —digo besando sus labios y levantándome. Sigue mis acciones, nos fuimos besando en el pasillo hasta llegar a mi habitación, tuvimos algunos tropezones pero no fue razón para deternernos.
Siento sus manos en mi espalda buscando el cierre de mi vestido, lo baja, provocando que el vestido descienda. Salgo del vestido completamente, separándome momentáneamente de él, me quito mis zapatillas quedando únicamente en ropa interior. Toma mis hombros haciéndome retroceder, hasta que topo con la cama y provoca que ambos cuerpos caigan sobre el colchón.
Vuelve a unir nuestros labios, mientras una de sus manos busca el broche del sostén, al dar con su encuentro puedo sentir como fácilmente lo desabrocha. Maldición, el pudor parece llegar a mi y detengo que éste deje ver más, mis mejillas empiezan a sonrojarse.
—Tranquila... confía en mi —dice bajando poco a poco los tirantes, logra sacarlo de mi cuerpo dejándome a su vista.
Siento un calor en las mejillas, sin embargo los labios de él en mi mejilla me sorprende.
—Eres hermosa —me sorprendo de sus palabras, pocas veces nos decíamos halagos—. No te avergüences de nada.
Asiento, mientras él se quita la camisa, siempre supe que se ejercitaba y su cuerpo parecía tallado por los mismos dioses. Vuelve a besarme, pero con más suavidad, ambos estábamos disfrutando de nuestros besos, siento una de sus manos en mis pechos acariciando mi pezón. Un gemido se pierde en su boca.
Muerde mi labio antes de separar sus labios de los mios y pasar hacia mi clavícula, y descender a mi cuello, muerde suavemente provocando un jadeo de mi parte, sigue descendiendo y se detiene en mi pecho izquierdo. Besa, lame, muerde, no siendo ese el orden, en esos momentos estaba concentrada en las sensaciones que él estaba Provocándome.
Sus besos bajaron hasta mi vientre, y sus manos estaban tomando cada esquina de mis bragas, su respiración en mi vientre me provocaba escalofríos. Con lentitud empieza a bajarlas, dejándolas fuera de mí. Ahora estaba completamente a su merced, se puso de pie y me admiro unos segundos. Su pupila estaba dilatada, se coloca de rodillas mientras coloca mis piernas en sus hombros.
Puedo sentir su respiración en mi parte íntima, mi cuerpo se tensa nuevamente, quise retirar mis piernas, pero sus manos me lo impiden, había aprisionado mis piernas con sus manos. Mis manos se aferran a las sábanas cuando siento su boca hacer estragos en mi parte intima, mis piernas empiezan A temblar. Pero Levi se detiene, y se aleja y poniéndose de pie, saca el condón de sus bolsillos y lo coloca en su boca. Prosigue a quitarse los pantalones y bóxers dejando a vista su erección, me sonrojo al verlo completamente desnudo. Rompe el envoltorio del condón y se lo coloca en su erección.
Se acerca nuevamente colocándose sobre mí, sus manos apoyadas en el colchón una a cada lado de mi cabeza. Sus ojos ven los míos, parecía estar preguntándome si estaba segura, asiento dándole nuevamente mi consentimiento. Toma una de mis piernas y la coloca en espalda y se desliza suavemente dentro de mí, provocando dolor. Siguió el mismo proceso entraba y salía con suavidad, y aún así me provocaba dolor.
—Mikasa, concentrate en mi voz —dice limpiando mis mejillas, no había notado que estaba Llorando—. Eres hermosa, Mikasa, completamente bella.
Las envestidas seguían y poco a poco mi cuerpo se acostumbro a él, la velocidad iba subiendo lentamente, mis manos fueron a su espalda arañandolo. Cada envestida era más profunda, y provocaba gemidos de mi parte, los labios de Levi se acerca a los mios, me besa con pasión y desesperación. Mis pierna tiemblan nuevamente, estaba apunto de venirme. Levi aumenta más la velocidad, y ambos alcanzamos el clímax.
—Te amo —suelto involuntariamente, incluso yo misma me sorprendo.
Levi ríe por lo bajo, apoyando su frente con la mía aún sin salir de mi. Ahora no sólo nuestros labios encajaban, también lo hacia nuestros cuerpos.
—Yo también lo hago.
/______________________________________/
N/A:
Bueno es uno de las historias más largas que he hecho por el momento, creí adecuada la situación, pues es un aniversario... So, simplemente se dio xD
Espero les haya gustado, y también sigan disfrutando de la semana Rivamika patrocinado por el grupo:
“Levi x Mikasa Forever!♥♥~~RivaMika Fans Ackerman's love <3 ”
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top