Capítulo 7 - ¿Qué sucede aquí?


    El descanso se prolongaría por el resto del día que aún quedaba, en el cual Sam y yo conversábamos de nuestras dimensiones, sentados en una pequeña sala de estar en el interior de mi habitación; por lo que me relataba, muchas cosas en su dimensión eran iguales al mío, a excepción de que allá las personas eran invertidas en género. Esto me causaba mucha risa.
-Oye Sam...
-Puedes decirme Samuel, si quieres. – Me interrumpió
-Está bien, Samuel. Quisiera que te quedaras aquí, conmigo. – Sonreí.
Pero rápidamente me percaté de mi error, me había expresado equivocadamente ¿cómo había podido decir «conmigo»? Rápidamente traté de arreglarlo.
- ¡Quiero decir! Aquí, en m-mi dimensión. 

Qué bien Mady, bien hecho. Pensé

Como no, Samuel se había fijado en mi error, yo lo sabía, y esbozó una amplia y pícara sonrisa.
-Claro que quiero quedarme «contigo». – Dijo de manera seductora y con énfasis en la última palabra.
Conociéndome, o conociéndolo... mejor dicho conociéndonos, él comenzaría algún tipo de juego.
-¡Sabes que quise decir en mi dimensión! Me equivoqué. – Protesté y suspiré – dormirás en la habitación de al lado.
-Claro claro. No, mejor dormiré aquí, junto a ti.- Dicho esto, se acercó a mí, de una manera que consideré amenaza en contra de mi espacio personal. Esta acción de su parte causó un rubor en mí, coloreando mis mejillas de un rojo casi carmesí; se notaba cuánto disfrutaba de su juego. Lo odié tanto en ese momento.
-Yo... quiero que te alejes – le dije nerviosa.

¡Él estaba tan cerca que casi tocaba mis labios con los suyos!

- ¿O sino? – Respondió desafiante.
-¡T-te haré daño! – Tartamudeé
-Jajaja, está bien, me alejaré. – Dicho esto cumplió con su palabra y se alejó de mí, finalmente me había dejado respirar con comodidad, jamás lo había visto venir.
- Gracias. Por un momento pensé...
- ¿Qué pensaste? - Preguntó con rapidez
- ... Nada, olvídalo.
Estaba segura de que aún estaba un tanto ruborizada, porque Samuel me observaba divertido; sentirlo cerca había sido incómodo, pero a la vez me sentí protegida por él.
-De acuerdo, dormiré al lado, estarás protegida. – Me hizo un guiño con el ojo izquierdo, me odié por pensar que él se veía bien haciendo el gesto. – Descansa, mañana será un día importante. - Finalizó, procediendo a retirarse hacia su habitación.
Hacía rato que la noche había caído, ya era muy tarde y gracias a ello nadie se percató de lo que había sucedido ahí, gracias al cielo. Solo quedaba descansar y relajarme.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top