El frío viento hacía a todas las personas temblar, muchos buscaban un refugio, otros iban rumbo a sus hogares y el solamente vagaba en busca de respuestas.

Su mente parecía solo jugar en su contra, pues está se la pasaba haciéndole recordar sus momentos que en algún momento fueron hermosos pero estos siempre terminaban con la viva imagen de aquella filosa arma apuntandole.

Sacudió su cabeza por quinta vez y bufo por lo bajo para después tomar el gorro de su sueter y colocarselo tratando de cubrirse del frío que hacia aquella noche en la ciudad de plata.

Miro los enormes edificios llenos de luces y fue que se comenzó a preguntar, ¿sabran todas esas personas que ellos sacrifican sus vidas para salvarlos? No lo sabía, pero sentía que nadie sabría de la existencia de ellos siete, vivían arriesgando su vida día a día sin recibir nada a cambio pero aún así seguían, porque había sido decisión suya.

Suspiro al tan sólo recordar lo duro que fue aquel día para él y siguió caminando hasta llegar a uno de los edificios más altos, como todo cazador, él mantenía también sus secretos, incluso de aquella persona.

Miro a todos lados asegurándose que nadie lo siguiera y sin más entro por aquellas puertas de cristal.

- Bienvenido joven Jung.

- Si si si, gracias.

Dijo de manera seca y cortante para después solo seguir su camino hacia el ascensor del edificio, presionó un botón viendo como se abrían las puertas y sin más entro a este sintiendo como se movía dándole la señal de que estaba en marcha.

Todo aquel cazador había tenido una vida antes de todo lo sucedido, la de él.... Podría decirse y describirse como la más triste y trágica de todos ellos.

Las puertas se abrieron y salió comenzando a caminar más rápido de lo normal pues el nudo en su garganta no era una buena señal, llegó a la última puerta y abrió para después cerrar y por fin liberar todo.

El llanto comenzo a aparecer y cubrió su boca con sus manos mientras se sentaba en uno de los tantos sofás que habían ahí, había mucho dolor en su pecho pues vivir eso en tan solo unos días había sido duro y pesado para él.

Alzó la mirada comenzando a ver lo solo que había quedado ese lugar y sin más contuvo su llanto para ahora ponerse de pie y comenzar a recorrer todo el lugar sintiendo nostalgia y tristeza.

Llegó a una de las habitaciones y abrió la puerta encontrando en la cama una caja de color negro, se acerco y la abrió descubriendo fotos y cosas que en algún momento habían sido preciadas para él, suspiro y se sentó en el suave colchón para así comenzar a ver todo lo que contenía la caja.

Suspiro al ver tantas fotos junto a aquel cazador y simplemente las pasaba de largo evitando que su llanto creciera, el suelo de aquella habitación ya hacia lleno de tantas fotos y uno que otro objeto que simplemente ignoraba para al final encontrar una foto que el creía se había destruido.

Sostuvo en sus manos la foto en donde aparecían el y su amigo, aquel cazador frío y serio que solamente el conocía verdaderamente.

Sonrió con nostalgia recordando como se habían conocido pues había sido de un modo tan desastroso e inesperado que le sorprendía que siguieran juntos después de tanto tiempo.

Flashback

A

quel día el sol iluminaba  demasiado haciendo que un calor insoportable lo atacará, recordaba como estaba acostado mirando hacia la ventana que daba a la enorme ciudad, de alguna manera eso lo relajaba.

Se puso de pie llendo a beber algo pues su cuerpo le exigía hidratarse, camino hasta la cocina tomando una botella del refrigerador y así volvió a su sofá, destapó la botella dando un gran trago, trago que fue escupido al ver de nuevo aquellas horrendas sombras.

Dejó la botella en una mesa y miro por un momento más aquella cosa moverse, era extraño verlas, el creía que eran parte de su imaginación pues veía a los demás actuar con normalidad, como si esas sombras no existieran.

Fue entonces que lo vio, una persona demasiado pálida corría sin rumbo alguno haciendo que chocará con otras personas que solo lo miraban raro y de mala forma, sonrió para el mismo al ver que no era el único que podía ver aquellas cosas.

Sin más salió de su hogar no sin antes tomar su arma y ocultarla bien, opto por bajar por las escaleras y una vez llegó al primer piso se despidió del portero para después comenzar a correr hacia la persona pálida.

Lo siguió hasta llegar a un callejón sin salida viendo como se detenía comenzando a buscar algo, se acercó tímidamente pero apenas dando un paso hacia él logró llamar su atención recibiendo una mirada sería de su parte.

-¿Tu también puedes verlas?

Le preguntó haciendo que el contrario frunciera el ceño en modo de confusión cuando un sonido irritante se hizo escuchar captando la atención de ambos que solo se asustaron al ver aquella cosa frente a ellos.

El pálido comenzo a correr pasando a un lado del contrario pero este lo detuvo tomandolo del brazo.

-¿Que crees que haces?

- Tenemos que acabar con él.

- Muérete tú, yo aún quiero vivir.

Le dijo con miedo en su voz al ver como aquella cosa estaba cerca suyo y sin más los atacaba haciendo que se separarán, el pálido cayó al suelo y sobre él cayó el cuerpo de la otra persona haciendo que se quejara.

- Dame mi arma.

Le susurro al más bajo y este vio una cosa filosa en el suelo, la tomó en sus manos mirando lo extraña que era y se la dió para después ver cómo de un solo movimiento lograba incrustarla en la cabeza de aquella cosa oscura.

Ambos se pusieron de pie comenzando a sacudir sus ropas, el pálido solamente miraba al contrario limpiar su arma y fue entonces que tendió su mano frente al más bajo.

- Soy Hoseok.

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