Los hermanos iban en silencio en el auto en un dia lluvioso de otoño.
Lovie, al ser la mayor, ocupaba el asiento del copiloto y de vez en cuando le decia a su padre de qué color estaba el semaforo.

Liam y Connor ocupaban los asientos de atrás; Connor leyendo el libro sobre las razas con la luz de una linterna y Liam mirando al vacío y, de vez en cuando, dibujaba figuras en las ventanillas empañadas.

Todos iban en un silencio sepulcral y así continuó hasta llegar a la sala de embarque.

El aeropuerto era un edificio de solo dos plantas y era utilizado para viajar a Oceania o a America del norte o central, sin embargo solo se viaja a Europa, Asia u Africa cuando se necesitan recursos basicos como la comida, nunca para interactuar con "los habitantes de la zona".

-Bueno...Chicos...supongo que nos tenemos que...
No completó la frase.
Sus hijos lo abrazaron con fuerza mientras el rompía en llanto.
-Tranquilo pá...
-Estos dos meses se pasarán volando.
Esas y otras cosas parecidas eran las que le decian sin saber muy bien si eran ciertas.

Una vez que se separaron los chicos se alejaron a la puerta de embarque y, las veces que se dieron vuelta, vieron como su padre se quedaba atrás y la soledad los inundaba.

Lograron entrar al avión y vieron que, de no ser por dos chicos, estaba completamente vacío.

En una esquina junto a la ventana había una chica, tal vez un año mayor que ellos, con pelo blanco y ojos violetas por el resto parecia una chica común y corriente, el chico tenia su pelo largo recogido por una colita, parecía normal aunque daba cierta impresión de que no estaba del todo dormido.

La chica albina solo miraba por la ventana aburrida, el chico de pelo largo dormía profundamente.

Los chicos eligieron un asiento y se sentaron lo más juntos que pudieron.
Lovie notó que la chica los miraba como si se les olvidara algo muy importante.

-Chicos, nos tenemos que presentar. Susurró Lovie.
-¿Al chico? Lo siento Love, el ya está con los muertos. Le contestó Liam.
Lovie solo señaló a la chica albina y Liam notó su mirada.
Liam la miró y por un momento le pareció ver que ella se alegraba de que la halla mirado y despues volvia a su seriedad actual.

Lovie se estaba por parar cuando una voz dijo que estaban por despegar.
Todos se pusieron los cinturones, incluso tuvieron que despertar a gritos al chico que dormía, y cuando la luz que indicaba que había que ponerse los cinturones se apagó, se levantaron para presentarse.

-Hola, soy Lovie ellos son Connor y Liam, ¿cómo te llamas?. Le preguntó Lovie alegre.
-Me llamo Adelaide. Dijo con voz cortante y una mirada de decepción los recorrió.

Los chicos no dijieron nada más, tampoco había mucho que decir asi que fueron con el chico.

-Te llamas Lovie y esos son tus hermanos Connor y Liam ¿no?- Les dijo el chico cuando los vió acercarse- Lamento no haberlos recibido antes es que odio levantarme temprano, por cierto soy Leo. Dijo el chico de buen humor.

Los chicos le sonrieron y lo saludaron.

-Oigan, no se ustedes, pero esto no me gusta nada; somos híbridos, los unicos, y nos mandan por dos meses a donde se supone que vivieron nuestros padres o madres.
-¿Que le ves de sospechoso?. Le preguntó Connor.
-Quizás, solo quizás, nos quieren devolver a donde realmente pertenecemos. Dijo con tono lúgubre
-Eso es imposible, no pueden hacernos eso. Le replicó Lovie.
-Tranquila Lo, ¿te puedo llamar así?- le preguntó antes de seguir, la chica asintió- de acuerdo Lo, es solo una posibilidad entre muchas no hay que preocuparse mucho del asunto, hay veces en donde le trato de buscar la quinta pata al gato, como decía mi madre. Les dijo tranquilizandolos.
Los chicos asontieron y volvieron a sus asientos.

Connor fué el unico que se quedó despierto durante todo el viaje leyendo o chateando con algunos compañeros del colegio, sintiendo que; por mucho que el les hablara más lejos estaban.

Habían salido a las 7:30 de la mañana, se esperaba llegar sin demoras a las 18:07.