De lo que pudieron entender era que Yuko y Hope se habían conocido cuando Yuko tenía 120 años y Hope 1.336, Yuko les explicó que (en edad humana) serían 12 y 13 años.

-Para que no se aburran y nos lleven a experimentar con nosotros de manera más rapida, nos encontramos y nos hicimos amigas, fin. Les dijo Hope claramente molesta con la presencia de los híbridos.

-¿Cuantos años tienen?. Preguntó Lovie curiosa por todas las edades y el equivalente humano.
-Yuki tiene 199 años y yo tengo 189. Dijo Yuko.
-Evadne y yo tenemos 178. Dijo Evan.
-Yo tengo 196 años. Dijo Don
-Y yo 187. Le tocó a Arión.

Connor hizo un rapido equivalente y determinó que: Yuki tenía 19, Yuko 18, los gemelos 17, Don 19 y Arión 18.

-¿Y tú,Hope?. Preguntó Leo.
-1.956 años. Dijo severamente.
-Entonces serían...19 años también. Dijo Connor.

-¿Vas a venir con nosotros?. Preguntó Yuko a Hope.

Hope los miró y dijo:

-Iré, pero solo para ver qué traman. Dijo Hope desconfíada.

Todos siguieron caminando y preguntandole cosas a la nueva integrante, sin embargo, Hope no contestaba ninguna pregunta y, si lo hacía, era porque la consideraba importante.

Al poco tiempo descubrieron que una Marid era un genio del agua poderoso: podía formar grandes paredes de agua, alterar su curso o detenerlo completamente.

En fin, caminaron un rato largo y quedaron exaustos. Hope se ofreció a llevarlos a un lugar donde los recíbirian bien.

Caminaron un poco más, Ya de noche, cuando vieron a lo lejos varias luces encendidas y musica fuerte.

-Parece que les vamos a tener que interrumpir el aquelarre. Dijo Hope suspirando.

Caminaron un poco más y llegaron a una gran aldea en donde parecía haber una gran celebración. Estaban todos bailando alrededor de un gran fuego verde. Había hombres y mujeres bailando sin cesar y también varios más que tocaban instrumentos o servían comida.

-DAIA. Gritó Hope sobresaltándolos.

Una persona de las que servían la comida se giró y se les acercó.

Era una chica con el pelo totalmente rapado, ropa andrajosa y piel negra. Cuando los vió sonrió e hizo una reverencia.

-¿Que desean?. Preguntó servicial.
-Dai, no hace falta que nos sirvas nada solo queremos saber donde está Sacha. Le dijo Hope.

La chica asintió y se fué.

-¿Que crees que estan festejando?. Preguntó Lovie.
-Una aquelarre tan grande solo puede significar que ya hay nuevos brujos y brujas. Dijo Hope seca.

Cuando llegó Daia venía con un chico traído de la mano.

-Amo, aquí estan los que preguntaban por usted. Dijo Daia sonriente.
-Gracias, pero Dai ya te dije varias veces que no hace falta que me digas amo, solo dime Sacha como lo hacen todos. Dijo el chico serio.

Daia iva a contestar cuando escuchó que la llamaban. Se fué y se quedaron con el chico.

Era algo bajo, con el pelo negro liso salvo por dos pequeños rulos que parecían cuernos, tenía un mechón blanco y tez muy palida.

-Hope, ¿que deseas?. Dijo con una sonrisa.

Hope sonrió ante el chiste del menor.

-Solo vinimos a ver si podíamos quedarnos a pasar la noche. Le contestó Hope.
-Por supuesto, las sombras y pesadillas están más molestas que de costumbre. Dijo el chico.

Después de eso, hizo ademanes para que lo siguieran y pasaron por entre medio de la fiesta.

-Sa, ¿qué están celebrando?.
-Una bruja logró pasar los estudios de bruja y hechizero. Dijo Sacha sobre el ruido que hacía la música.
-¿Que bruja?¿Misty?¿Cordelia?¿o tal vez Zoe?. Preguntó Hope nombrando a algunas de todas las brujas que conocía.
-No, Sasha. Dijo Sacha sonriendo.
-Pero no hay ninguna Sa...- Cayó en la cuenta de que en ese momento estaba en frente a la mismisima Sasha.
-Pero...cuando te conocí...- Dijo Hope asombrada.
-Estaba terminando el curso de hechizeros y brujos. Dijo Sacha sonriendo.

Llegaron a una casa baja de adobe y techo de paja. Por dentro estaban varias botellas, plantas y frascos desparramados por todo el lugar.

-Perdón por el desorden, no esperaba visitas, pueden dormir en mi habitación yo dormiré con Daia. Dijo Sasha sonriendo un poco al mencionar esto último.

Dicho esto los llevó a una habitación acogedora; un pequeño catre, unas mantas encima de una silla y un patron de piedras preciosas en el techo.

-Hay mantas suficientes para todos, pero si necesitan más no duden en pedirme. Dijo cortésmente Sasha.

Se despidieron porque Daia entró diciendo que lo necesitaban para el último brindis. Entonces se quedaron solos en la habitación.

Apenas entraban en el suelo o el catre pero era mejor que los árboles.

Se durmieron arrullados por el sonido amortiguado de la música.