Capítulo 9:
—Cloud —Sunny pasó su mano frente a mis ojos.
—Nubecita —dije regresando a la realidad.
No tuve que pedirlo, ni decir nada, ella me abrazó con fuerza y estuvimos un largo rato en esa posición hasta que los pies comenzaron a dolerme. Algo me decía que con Sunny a mi lado todo podía ser posible, ella sin dudas era mi nube rara.
—¿Tienes alguna duda? —preguntó acariciando mi mejilla con su dedo pulgar.
Su piel sedosa hacía que mi cuerpo se erizara, Sunny medía unos treinta centímetros menos que yo, parecía una niña pequeña. En ese punto entendí un poco la forma de ser de Scott, ella se veía tan vulnerable, que incuso yo quería protegerla.
—En este minuto no tengo ni la más remota idea —respondí pasando una de mis manos por su cabello rubio como el sol.
Sunny era mi nubecita, pero a la vez el único sol que podía ver entre tantas nubes grises. Su emoji no estaba tan disparatado después de todo. Jugaba con mi cabello mientras yo recuperaba fuerzas.
Nos sentamos en su cama y pude observar detenidamente su habitación. Creía que las habitaciones de las chicas serían como la casa de Ynnu o la de Hanna de coloridas, pero en específico esta era muy oscura, cortinas negras que cubrían las ventanas impidiendo que el sol se colara por ellas. La lámpara era la única iluminación. También tenía un montón de artefactos electrónicos, dibujos apilados sobre una mesa de estudio, eso sí, muy organizados. Lo más alarmante era una caja negra aislada del resto de las cosas, que tenía alrededor de cuatro metros cuadrados para ella sola. La cama poseía una sobrecama azul cielo, era lo más colorido dentro del dormitorio.
—¿Por qué miras con tanto detenimiento la computadora?
—¿Qué computadora? —Pregunté girándome para buscarla.
Sunny se puso de pie y fue directo a la caja negra, presionó el centro y puso un patrón de la misma forma que Ralph lo había hecho para activar a Ynnu. De la caja salieron varias pantallas táctiles azules que llenaron todo el espacio. Había una entera para nuestro chat de Instagram.
—Esta —señaló las pantallas, presionó una y la puso frente a mí.
—¡Asombroso!
—En la tierra hay artefactos así, no comprendo el asombro —dijo como si fuera algo muy normal.
—No todos tienen una de estas en su habitación.
—Puedo conseguirte una con Ralph.
—¿Ralph es mago?
—No, es como nosotros.
—Oh, entiendo, supongo que se le da la tecnología.
—Sí, es su rama favorita.
—Oye, quería agradecerte por tu apoyo.
—No es nada —tocó con su dedo índice mi nariz.
—Sunny, ¿por qué me ayudas? A veces siento hasta que me quieres.
—Es que te quiero, bobito —su rostro se sonrojó.
—¿Por qué me quieres?
—¿Debo decirte un motivo? Supongo que estamos destinados.
—No creo, aquí hay chicos mucho mejores que yo. Si te preguntara: ¿por qué quieres a tu hermano? ¿Qué dirías?
—No tengo un motivo específico para querer a mi hermano, son un montón de pequeñas cosas que me hicieron quererlo incondicionalmente. Él es la única persona que he tenido a mi lado desde que recuerdo. Me enseñó a hablar, a caminar, a correr, a montar bici, a subirme sobre bolas de energía sin hacerme daño, incluso a dibujar como lo hago ahora. Si estaba triste, él estaba ahí; si estaba feliz y él, enojado, ponía una sonrisa solo por complacerme. Si tenía hambre me preparaba delicias, si tenía frío se acurrucaba a mi lado con una mantita, si había calor hechizaba una nube para que lloviera... Son muchas cosas, Cloud, así que no podría decirte una sola, porque incluso en todo lo que he mencionado me faltan cosas. Supongo que el destino me regaló el mejor hermano del mundo porque me quitó a mis padres a temprana edad. Scott vive para verme feliz, fue muy difícil para él oponerse a que te viera, porque eso me ponía triste. Sin embargo, la predicción era muy clara. Scott no soportaría perderme entiendes.
—¿Qué hay con esa predicción? ¿Qué dijeron tan grave para que tu hermano actuara de esa forma?
—No sé exactamente, nunca me ha querido contar —me guio hasta su cama y nos sentamos—. Tiene que ver contigo y la tierra, es lo único que sé. Justo ahora está buscando algo que hay que eliminar allí para que yo pueda ir por mucho tiempo.
—No entiendo.
—Significa que puedo estar en la tierra una hora, luego comienzo a asfixiarme.
—¡¿Qué?!
Scott abrió la puerta de golpe, su rostro estaba demasiado serio, más de lo normal. Me preocupaba que estuviese escuchando nuestra conversación.
—Cloudin, la reina desea verte —informó cruzado de brazos.
—¿La... La reina? —Miré a Sunny en busca de ayuda.
—¿Kolie está enojada por algo? —Interrogó ella.
—No, bueno... —aflojó el semblante—. Me acaba de llamar, dijo que nos quiere a los tres ahora en su palacio.
—Vale, vamos —aceptó con jovialidad poniéndose de pie.
—¿Qué debo hacer? ¿Nunca he visto a una reina? —Chillé aterrorizado.
—Kolie es la mejor reina de Lyuvov. Tranquilo —me calmaron un poco las palabras de la rubia.
—Cuidado de que Armin no te escuche, no quiero un problema más con ella —Scott se rascó la barbilla.
—Ambos sabemos que ella no está aquí... A no ser que la colaras sin que yo me diera cuenta.
—No soy yo quien guarda personas en el armario.
—Pero... ¡Fue la tía!
—Sí, claro, culpa a la tía porque puede hacer magia.
—¿Qué insinúas?
—No sé, dime tú...
—Eh, perdonen, les recuerdo que estoy aquí —me coloqué entre ambos.
Esa fue la primera vez que vi a Scott en modo juguetón. A pesar de parecer muy serio e impenetrable, con Sunny era un algodón de azúcar.
—Cierto, sigues aquí. No temas, la reina es una gran persona. Seguro quiere conocerte... Ah, ¿ya le contaste? Dudo que su abuela lo hiciera.
—Solo de su hermano...
—Vale, sabes que si a se le presenta una situación complicada, Kolie no mentirá. Tiene fobia a las mentiras.
—¿Existe la fobia a las mentiras? —pregunté ante la definición tan abstracta de esa fobia—. Muchas veces no tienes ni idea de que te mienten hasta que la verdad sale a la luz.
—Ella lo tiene, así que es oficial —el chico se encogió de hombros.
Scott agarró el pomo de la puerta y Sunny salió corriendo por ella, pero desapareció en el trayecto.
—¿Y Sunny?
—Acaba de pasar, no es la primera vez que lo haces, deja el drama.
—¿Cómo sé que no me enviarás a un basurero o al medio del océano?
—Ja, sería buena idea... Venga, pasa, la reina no te va a esperar todo el día.
—Vale, vale, ojalá no aparezca en un basurero.
Corrí como Sunny y di un salto, ¿para qué salté? Pues para hacer el ridículo, seguramente. Aparecí en un salón lleno de personas desconocidas que me miraban divertidas mientras saltaba. Scott apareció detrás de mí.
—¿Alguien lo grabó? —preguntó en tono juguetón.
Reconocí a Ralph entre la muchedumbre porque levantó la mano, evidentemente estaba grabando con un dron. Había alrededor de catorce personas presentes. Demasiadas para solo conocer a la reina.
—Hola, Cloudin, me llamo Kolie Zavet, soy la reina de Lyuvov —la dama de cabello largo y castaño se presentó.
Noté que las personas mágicas eran muy bonitas o eso les venía con el don.
—Ho... Hola —tartamudeé apenado, aún no dominaba el hecho de relacionarme con muchas personas.
—Scott me contó de la predicción. Hace un tiempo también me hicieron una advertencia, yo no la escuché. Para ser sincera es una decisión que no me arrepiento de tomar. Sin embargo... —tomó aire—. Tendré que pedirte algo muy difícil.
—Dígame.
—Sunny te contó que tu hermano es uno de los desterrados, ¿cierto?
—Sí.
—No te contó la segunda parte y me temo que debo contártela yo.
—Su majestad —Sunny intervino.
—Lo siento mucho Sunny, no hay tiempo. La decisión debe tomarse en 24 horas. Sabes que Armin y Joseph son personas importantes dentro de este reino, y para ellos tu hermano es vital. Por otro lado, para Scott la única persona que necesita de su total atención eres tú.
—¡¿Qué dices?! No puedo creer que te dejes influenciar por ciertas novias a distancia —Sunny parecía celosa.
—¡Sunny! —Scott la regañó.
—Es increíble esta hipocresía —La mujer de cabello largo y ojos violetas que estaba situada al lado de la reina con un niño de al menos un año de edad en brazos alzó la voz.
Aterrorizaba más que Scott para ser sincero. Dominante e imponente como él.
—¡Armin! —Scott volvió a quejarse.
La identifiqué de inmediato como su novia, hacían buena pareja, aunque tenía entendido que los polos opuestos encajaban mejor que las gotas de agua.
—Sunny se queja porque interfieres en su relación con el aquí presente Cloudin, sin embargo, ella sigue poniendo barreras entre nosotros. Hipocresía, se llama hipocresía, y no se oculta con facilidad —negaba con la cabeza notablemente molesta.
—Esta discusión no tiene sentido, nos desviamos del tema. Armin y Sunny abandonen la sala ahora —ordenó Kolie.
—Pero... —la de ojos púrpuras abrió la boca, pero al instante la volvió a cerrar.
—No, Armin, esto no es solo por ti, tengo un mundo entero que proteger y si alguno de ustedes tres actúa para defender al otro, creo que no necesitaremos del hermano de Cloudin para acabar con la estabilidad.
La reina intentaba poner orden y yo me estaba mareando con tantas personas alrededor.
—Yo me quedo —intervino el niño y Kolie lo cargó.
—Debes prometer no actuar deliberadamente, te conozco Josh.
—Mi llamo Joseph, soy un maestro ancestral —se presentó mirándome—. No te guíes por mi aspecto, tengo millones de años —informó, aunque no le creí. Lucía como un bebé.
—Hemos encontrado el objeto donde está encerrado tu hermano, Cloudin —notificó la reina cuando Sunny y Armin se retiraron.
—¿Estaba perdido? —Inquirí aturdido.
—Los que fuimos desterrados podemos acceder a otros desterrados para conocer las características de su encierro —Armin apareció por detrás de la puerta.
—Armin, te enviaré por dos meses sin retorno directo a la tierra, no me desafíes —Kolie parecía molesta—. Intento ser madura, ¿qué no ves?
—Sunny no seas insolente —dijo volteada, discutían—. Vale, ya nos vamos... Camina insolente.
—Por favor... —pidió Scott.
Supuse que sería para que Armin no fuera ruda con Sunny.
—Bien, Cloudin, siéntate, siéntense todos —pidió la reina—. Esto es un tema delicado que no debemos tratar de pie. La junta del Mundo Armin se ha reunido. Debemos informarle a Cloudin toda la situación y trabajar las propuestas basándonos en sus posibles respuestas.
—Yo le contaré —intercedió la joven de cabello negro y corto—. Me llamo Kate, soy la guardiana principal de Lyuvov. Tu hermano fue desterrado siendo un bebé y el hechizo planteaba que la única forma de liberarlo sería intercambiar el alma de un ser querido por la de él. Es decir, encerrarás a alguien que quieres para sacarlo de allí. Eso no es todo, el hechizo original también da una manera de destrucción, para destruirlo alguien debe entregar su vida, ambas serán tomadas y absorbidas por la savia mágica.
—Perdón, no entendí —intenté llevarle el hilo, pero existían demasiadas cosas resonando en mi mente.
La novia de Scott, Sunny y sus celos de hermana, mi hermano y su condición, necesitaba oxígeno y a pesar de encontrarnos en una sala espaciosa, con buena ventilación e iluminada, me sentía atrapado.
—Debes decidir si deseas sacar a tu hermano de su encierro —dijo Kolie resumiendo.
—¿Puedo hacer eso? —interrogué dubitativo.
—Si das el alma de mi hermana a cambio, sí —Scott habló totalmente irritado.
—Si decido no intercambiarlas, ¿qué harán con mi hermano?
—Será ubicado en una bóveda de seguridad a la que solo accede la reina por la eternidad —indicó Kate.
—Y, en caso de... Bueno, es solo una pregunta —expliqué rezando porque no malinterpretaran—. En caso de que, ¿los desee intercambiar?
—En ese caso yo te mato —se levantó el niño.
—Joseph, haz el favor de callarte —lo regañó Kolie—. ¿Quieres que te saque junto a tu hermana?
—No me callo —salió de los brazos de Kolie quien intentaba cargarlo de nuevo y se subió sobre la mesa gateando—. ¿No ven que esa es la solución? Si me destierran a un objeto ya no habría problemas. Scott no se intercambia para destruir al hermano de Cloudin y proteger a Sunny, Armin no se vuelve loca por proteger a Scott.
—¿No has pensado que Armin se volvería loca también si te pierde? ¡Yo me volvería loca si debo castigarte y desterrarte!
—Kol, cariño. Soy el indicado.
—Podrías destruir la relación de Armin con Scott porque, por si no lo has notado, ella nada más verá la parte en que tú te sacrificas para proteger a su hermana. ¡Conoces a Armin mejor que nadie, Josh!
—No me perderían... Rompería el hechizo... Estoy seguro de que conmigo podemos cambiar las reglas porque sería condenado por matar a un mortal.
—Josh, esa propuesta queda anulada —sentenció Kolie—. En caso de que desees intercambiarlas, yo te desterraré junto a tu hermano.
—¿Eso se puede? —Preguntaron todos en la sala, un coro de voces se alzó.
—¡Silencio! —gritó y se puso de pie—. No sé si se puede, lo que sí sé es que soy la reina y esa es mi decisión.
Los murmullos, un poco más bajos, resurgieron entre los presentes.
—Me gustaría aclarar que pregunté por curiosidad —intenté apaciguar la situación—. Digo... Lo poco que sé de la magia es que es extremadamente peligrosa. Si cambio a una persona que conozco, que me ha ayudado, que ha estado a mi lado, por alguien que puede, no solo hacerme daño a mí, sino al mundo tal y como lo conozco, así que no es una opción.
—Buena elección —Kolie suspiró y relajó sus hombros que se habían tensado luego de mi duda, después se volvió a sentar y el niño regresó a sus brazos.
—Entonces nos entregarás el objeto que contiene a tu hermano, ¿así de fácil? —Kate me observaba dubitativa, casi como si no quisiera creer mis palabras.
—¿Yo lo tengo?
—Tu cámara fotográfica antigua —aseguró Kolie.
—¡¿Mi cámara?!
—¿Te arrepientes de tu decisión? —El pequeño Joseph se volvió a subir a la mesa y se acercó a mí gateando.
¿Pensaba intimidarme? Porque más que miedo provocaba ternura.
—Josh —Scott lo levantó de la mesa con mucha facilidad—. Proteger a Sunny no es mi única tarea, mientras parezcas un niño tú entras en mis cuidados.
—Bájame inmediatamente exigió. Scott, ¡fui tu maestro! Te enseñé el 80% de lo que sabes.
—Me alegro de que tus poderes se desarrollen junto a tu tamaño —salió con el niño de la sala.
—Debes firmar este documento mágico —Kate me pasó una hoja-. Lee todo, una vez firmado, si solo consideras mentalmente hacer el intercambio, serás encerrado junto a tu hermano de forma automática.
—Firmaré, pero no tengo bolígrafo.
—Coloca tu dedo... —Kate fue interrumpida por Kolie.
—Cloudin lee antes de firmar, ¿no te han enseñado que no puedes firmar nada sin conocer al detalle su contenido?
—Con... —las palabras se me trabaron en la boca, un nudo espeso en mi garganta comenzó a asfixiarme, sentí que me ahogaba lentamente, no podía respirar, aguanté varios segundos hasta que perdí la conciencia.
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