Un Pequeño Desvío

Ya era de día y Mu se estaba levantando, había dormido solo en la habitación así que pudo estirarse bien en la cama. Parpadeo y miró a la puerta ya que había visto algo ahí, vio a Anali y pegó un grito pequeño.

-Anali... Me asustaste pequeña...- Dijo algo asustado.

Anali, según Mu, solo se le quedaba viendo. El lemuriano se le hizo raro y a la vez terrorífico, su mirada era distinta, sus iris eran de un azul oscuro... Esa no era Anali.

-¿Quién eres?- Preguntó Mu sentándose en la cama.

La niña lo miró fijamente, después se hizo polvo de un momento a otro. Mu miró confundido la situación para después mirar enfrente suyo, al hacerlo vio una niña o niño de color negro sentado enfrente suyo, su piel era completamente negra al igual que su pelo, sus iris eran de un color violeta profundo. Él se asustó y se pegó al respaldo de la cama en pocos segundos, el niño lo miraba. En segundos el niño se volvió un tipo de felino con alas, era un guepardo alado pero su pelaje era negro con una mancha blanca en su ojo izquierdo. Sus ojos eran de distinto color entre sí, uno era fucsia y el que estaba en la mancha blanca era azul.

-No se la lleves en bandeja de plata...- Se escuchó de repente y con una voz grave, como una voz de un hombre.

-¿Q... Qué?- Apenas pudo decir Mu.

El guepardo desapareció y después apareció encima de él pero ahora era blanco con una mancha negra en su ojo derecho, sus ojos eran iguales a los del guepardo negro pero su ojo fucsia estaba en la mancha negra y el azul en lo blanco.

-Ellos la quieren... Y se la estás dando... La necesita- La voz se volvió suave, era una voz de mujer.

-¿Quién... La quiere? ¿A quién... Quiere?- Preguntó Mu entre asustado y confundido.

-Él necesita a la reencarnación de la magia blanca para activar esa máquina...- El guepardo blanco lo miró a los ojos.

-¿Quién es "Él"?- Mu estaba más que confundido.

El guepardo se distorsiono, su pelaje se volvió mitad negro mitad blanco, la mancha negra seguía en el ojo derecho pero apareció la mancha blanca en el ojo izquierdo donde ahora ese lado era de color negro.

-Aquél que es dominado por la ira y la sed de poder...- El guepardo bicolor se acercó a él hasta tenerlo a centímetros de su cara-... Morgan Slitter

Segundos después se le dejó ir y solo pudo ver la mandíbula del guepardo llendo hacia él.

~~~~~~~~~~~

Mu se despertó gritando, se sentó rápidamente. Estaba sudando frío y sentía escalofríos, en menos de un minutos ya estaban ahí Aioria y Sorrento junto con la pequeña Anali.

-Mu ¿Estás bien, que pasó?- Preguntó Aioria poniendo una mano en su hombro.

-Nada... Solo- Miró a Anali, después suspiró- Solo fue una pesadilla

-¿De que se trataba la pesadilla?- Preguntó Sorrento sentándose enfrente de él.

-No lo sé... No entendí...- Cuando Mu miró a Sorrento este se distrocionaba y aparecía el niño o el guepardo- De que se trataba

-Bueno...- Sorrento lo abrazó- Se te va a pasar en un rato

-Si...- Miró al frente y seguía viendo lo mismo.

Sorrento se separó para después levantarse, Anali fue y lo abrazó. Al hacerlo Mu sintió una energía rara pero correspondió al abrazo, Aioria suspiró y después puso sus manos en su cintura.

-Dentro de un momento nos iremos, arreglate y sal a comer algo ¿Está bien?- Lo mira con neutralidad.

-Está bien...- Dijo Mu algo inseguro.

A cualquier lado que viera veía a la niña, al niño o incluso a los dos guepardos. Pero parecían hologramas que fallaban, era raro y sentía un poco de terror al decir verdad.

-¿Seguro que estás bien?- Cuestionó Sorrento observándolo.

-Si, solo que me desperté muy rápido... Eso es todo- Se excusó Mu rápidamente.

-Te creeré por está vez, vamos, hay que darle el espacio para que se vista- Dijo Aioria viendo a los demás.

Anali fue con Sorrento, los tres salieron del cuarto dejando a Mu solo. Él volteó a la puerta y vio a la niña y al niño con los guepardos sentados a un lado suyo, segundos después desaparecieron.

-Él la quiere... Para encender la máquina... ¿Qué está pasando realmente?- Se preguntó Mu en voz baja.

Siguió cuestionandose por un rato más hasta que comenzó a vestirse para poder seguir avanzando.

~~~~~~~~~~

Camus se encontraba mejor y sus heridas habían sanado rápidamente, estaba desayunando lo que su discípulo le había llevado por parte de las enfermeras. La comida no estaba mala, y el lugar era acojedor... Solo faltaba un libro para poder entretenerse.

-¿Traigo algo más, maestro?- Preguntó Issac recargado en la ventana.

-No Issac, muchas gracias- Lo miró rápidamente y terminó su desayuno.

-Saldré un momento para que se vista, debemos de volver para seguir el camino si queremos llegar en menos de tres días- Decía Issac mientras caminaba hasta la puerta, ya ahí se detuvo y lo miró- Vuelvo en diez minutos

-Si, está bien- Dijo Camus mirándolo.

El menor se dio la vuelta y se salió, caminó hasta la recepción del hospital para pagar el tratamiento que le habían dado al Acuario. Mientras, el mayor se levantó y empezó a vestirse con cuidado. Le dolía alguna que otra cortada, las más graves ya habían sanado y sólo quedaban cicatrizaciones pero otras parecían que se negaban a sanar.

-¿Qué no se supone que estoy curado?- Preguntó al aire al ver que si movía un poco el brazo este empezaba a punzarle.

A duras penas se pudo poner el pantalón, los zapatos y su camiseta. La gabardina la dejó en la camilla, pero al verla bien se dio cuenta de que estaba rasgada de la parte de abajo, la agarró y acercó esa parte a sus ojos. Era un corte descuidado pero había sido muy grande ¿Cómo es que no se había dado cuenta antes?

-Debió de ser cuando caí al bosque y Beiser me rescató... Hablando de ¿Dónde está?- Caminó hasta la ventana y se asomó.

Se escuchaba a la gente hablando y algunos transportes, de vez en cuando veía a alguna criatura mágica pero no veía a su Hipogrifo.

-Veamos si esto sirve...- Tomó aire para poder gritar pero sus intentos se vieron frustrados.

-¿Joven Aquario?- Preguntó una voz detrás suyo.

Camus se volteó, pudo ver al doctor que lo había atendido y se aclaró la garganta.

-Disculpe... ¿Qué sucede?- Dijo con voz neutral y su semblante serio.

-Su tratamiento ya fue pagado y usted se encuentra en un mejor estado según los resultados de los exámenes que le hicimos- Dijo el doctor viendo los papeles- Así que si gusta, ya se puede ir

-Muchas gracias, con su permiso- Agarró su gabardina y caminó hasta la puerta.

-Pase- Dijo el doctor y se dio la vuelta para irse, pero se detuvo y lo miró- Joven Aquario...

Camus se giró y lo miró con neutralidad.

-No deje que él la obtenga- Apenas terminó de decirlo se fue.

Camus se quedó confundido, pero se quedó en shock cuando el pasillo del hospital comenzó a acercarse a él de manera rápida y las luces titilaban. Se asustó y se dio la vuelta viendo de frente el panorama que tenía, una nube negra cubrió todo y solo se mostraron unos ojos rojos.

-La necesito, y ustedes no podrán impedir que la tome- Dijo una voz sepulcral.

Camus miraba los ojos rojos, se podía decir que estaba impactado y algo asustado.

-¿Camus?- Dijo una voz trayendolo a la realidad.

Sintió una mano en su hombro, volteó rápidamente y vio a Issac. Miró hacia enfrente nuevamente pero el pasillo estaba normal y se veían pasar enfermeras y algunos pacientes que eran ayudados por ellas, regresó la vista a Issac.

-Vámonos- Dijo Camus seriamente y empezó a caminar hacia la salida.

-Pero maestro ¿Está usted bien?- Issac lo alcanzó y habló algo preocupado.

-Si ¿Por qué no lo estaría?- Lo miró sin mover la cabeza.

-Cuando me acerque a usted estaba hablando en voz baja...- Dijo Issac con la misma preocupación.

Camus se paró en seco y se dio la vuelta para verlo de frente.

-¿Qué es lo que dije?- Preguntó confundido nuevamente.

-Respetia una y otra vez "Él vendrá por la última pieza y será nuestro fin", lo decía rápidamente y en voz baja...- Se le quedó viendo el menor al mayor- Maestro...

Camus estaba perdido, no sabía que estaba pasando y solo pudo mirar a su alumno.

-¿Quién es "Él"?- Preguntó Issac.

El Acuario se quedó pensando, no recordaba haber hablado mientras estaba en ese tipo de ¿Sueño? O eso que haya pasado. Ni si quiera sabía porque había visto y oído eso, se encontraba más que confundido.

-No lo sé...- Dijo después de unos minutos de silencio- Solo sé que debemos de irnos de aquí

Issac estaba indeciso pero aceptó, los dos salieron del hospital y llamaron a los demás para poder reunirse en un lugar. Ya de ahí partirían a lo que sería el desierto de Sahalem.

~~~~~~~~~

Radamanthys y Saga estaban en una cantina, tenían hambre y sólo encontraron ese lugar donde aparte de alcohol, vendían comida, y la comida era carne de cerdo acompañado con varias especias.

-¿Cuánto crees que nos tardemos en llegar y cruzar el desierto?- Preguntó Radamanthys mirando su tarro de cerveza.

-No lo sé, pero debe de ser en menos de un día... Ya nos retrasamos bastante- Dijo Saga frotando su frente con frustración.

-Perdonen que me meta en lo que no debo, pero ¿A donde desean llegar?- Preguntó el cantinero mientras lavaba un tarro.

-Al desierto de Sahalem y después a los riscos del Dragón Dorado- Respondió Radamanthys antes de tomar más de su cerveza.

-Eso les llevará más de tres días, pero conozco una ruta más rápida para llegar a los riscos del Dragón Dorado- Respondió el cantinero con calma.

-¿Cuál es esa otra ruta?- Preguntó Saga con interés.

-Es una ruta que pocos conocen, se cruza en menos de medio día... Pero se le conoce como La tumba de Hielo- El cantinero los miró a ambos.

-¿Por dónde es y cómo se cruza?- Radamanthys dejó el tarro y prestó atención.

-Se llega atravez del río que se encuentra a las afueras del pueblo, apenas llegues a río abajo el ambiente comenzará a descender... Al llegar verás una entrada de piedra con un puente que lleva a la otra orilla del barranco. Pero deben de tener cuidado, se dice que ahí habitan los dragones gélidos y... Los Gigantes de Hielo- Susurró lo último como si fuera algo prohibido.

-¿Qué son los Gigantes de Hielo?- Preguntó Radamanthys igual susurrando.

-Son seres hechos de hielo y escarcha, son demasiado hostiles y miden casi tres metros de altura... Todos los que han visto uno, no han vivido para contarlo- El cantinero dejó el tarro y puso sus manos en la barra para apoyarse- Nadie los controla ni nadie los puede atacar si quiera, son tan fuertes que pueden noquear a un Guardián Legendario con solo una cachetada... Ahora imaginen lo que le pasaría a un ser mágico si atreviera a atacar a uno

-Eso no nos importa mucho, tendremos el mayor cuidado posible... Así que, gracias por la información- Saga se levantó, se comió el último pedazo de cerdo.

-Que el Yin los acompañe- Dijo el cantinero antes de volver a sus cosas.

-Igualmente- Respondió Radamanthys antes de levantarse.

Los dos se miraron y después salieron de ahí con dirección al hotel para decirles a los demás que se desviarian del camino.

~~~~~~~~~~

Al llegar al hotel, pudieron ver que ya estaban los once juntos. Les dijeron lo del desvío, algunos estaban de acuerdo y otros dudaban de si era una buena idea... Pero por el tiempo que tenían tuvieron que aceptarlo.

Tomaron sus cosas y fueron al lugar donde debían de tomar el camino según lo que el cantinero les había dicho a Saga y Radamanthys, al llegar pudieron ver que se alquilaban botes o incluso pequeños barcos. Como once personas no cabían en un bote decidieron alquilar un barquito, les costó solo 1,000 FireBalls así que había sido justo. Ya todo listo se subieron y empezaron a navegar hacia las tierras heladas.

~~~~~~~~~~~

-Me siento como en los Piratas del Caribe- Dijo Myu viendo el río.

-¿Y quién es Jack?- Preguntó Aioria recargado en el barandal del barco.

-Corrección es Capitán Jack Sparrow, por favor-Dijo Alberich viendo a Aioria desde el timón.

-Él es Jack Sparrow- Dijeron Myu y Aioria al unísono.

-Entonces Maestre Gibbs vea si ya casi llegamos- Dijo Radamanthys viendo a Aioria.

-¿Por qué yo soy Gibbs?- Preguntó el leonino mientras iba a la popa.

-Porque fuiste quien empezó con lo de "¿Y quién es Jack?" - Le arremedo Saga.

-Entonces tu eres Barbosa- Dijo Aioria mientras miraba hacia enfrente.

-¿Vas a empezar?- Saga lo miró desafiante.

-Ya calmense los dos- Dijo Sigmund poniendo una mano en el hombro de Saga.

-Ay mira, ya apareció Will Turner- Dijo Myu señalando a Sigmund.

-Mejor ya cállense y déjenme manejar el barco a gusto- Se quejó Camus mientras sujetaba el timón.

-Ya nos salió Davy Jones- Dijo Aioria regresando a donde estaba.

Issac y Mu no pudieron contener la risa, se imaginaron a Camus como al famoso pirata del Holandés Errante y sólo les quedó el atacarse de risa.

-¿De qué se ríen?- Preguntó Camus mirando a esos dos.

-De nada... Davy Jones- Issac se atacó de risa.

-Entonces el barco... Se llama el ¿"Holandés Errante"?- Mu reía a carcajadas.

Los demás se atacaron de risa, Camus respiraba hondo para evitar tener que tirar a esos dos por la borda. Además de que estaba manejando el barco y no podía irse de ahí, solo le pudo dar una patada a Alberich por ser el más cercano.

-¿A quién... Más le falta... Ponerle un nombre?- Preguntó Aioria entre risas.

-A Myu, Radamanthys, Mu, Sorrento, Issac y a Anali- Dijo Saga ya más calmado.

-A pues fácil, Myu es Scrum, Radamanthys es Barbanegra, Mu es el religioso ese... ¿Cómo se llamaba?- Preguntó Sigmund a Saga.

-¿No era Philip?- Preguntó con duda el Géminis.

-A sí, Mu es Philip, Sorrento es el Capitán Salazar, Issac es el Contramaestre y Anali es Elizabeth Swan- Dijo Sigmund viendo a cada uno.

-Bravo, ahora todos tenemos nombres de personajes que también van en un barco y para colmo, la mayoría no son de la misma tripulación- Dijo Camus fingiendo alegría.

-Como que ya se metió en su papel de ser Davy Jones- Dijo Mu medio riéndose.

-Te voy a... Te voy a aventar un... ¿Qué te aviento?- Dijo Camus viendo su alrededor en busca de algo para aventarle.

Todos se estaban riendo, hasta que el barco chocó con algo y se sintió el latigazo. Varios se agarraron de algo para evitar caerse y otros se dieron contra el piso del barco, ya que el barco se dejó de mover todos se levantaron lentamente.

-Ya llegamos... Creo- Dijo Camus desde el timón.

-Gracias... No me había dado cuenta- Dijo Radamanthys mientras se levantaba.

-Igual, él ya es Barbanegra- Dijo Alberich poniéndose de pie.

Ya de pie y más estables, bajaron del barco y pudieron ver que en efecto, habían llegado a las tierras heladas. Se veía el puente que el cantinero había dicho, pero también se veía a una persona ahí, pero estaba encapuchada y no se veía bien si era hombre, mujer o un ser mágico.

-Vamos- Dijo Sigmund caminando hacia allá a paso lento.

Los demás lo siguieron en silencio, al llegar el encapuchado se movió. Todos se detuvieron sin hacer movimientos bruscos.

-¿Quiénes son? Y ¿A dónde desean ir?-Preguntó el sujeto con una voz algo calmada.

-Somos... Guerreros y deseamos pasar para llegar a las tierras oscuras- Dijo Myu dando un paso al frente.

-Aquellos que desean llegar a las tierras oscuras son por dos razones:una, desean morir en agonía o dos, son criaturas oscuras todos ustedes- Su voz había cambiado de tono a una amenazante.

-Ni una ni otra, deseamos llegar para rescatar a nuestros dioses... Los han secuestrado y sabemos que están allá- Dijo Saga poniéndose a un lado de Myu.

-Aún así no los dejaré pasar- La capucha cayó al suelo y en menos de un segundo se vio a un hombre de piel azul y ojos rojos el cuál tenía una lanza en mano- ¡Mueran! -Corrió hacia Saga para incrustarle la lanza.

Por instinto o por ser el más cercano a ellos, Issac se puso en medio y detuvo la lanza con su mano. Al hacerlo el hombre quedó sorprendido, en cambio el menor congeló la lanza y la rompió en mil pedazos.

-Vamos a pasar quieras, o no- Dijo Issac con seriedad y frialdad.

El hombre se quedó quieto, después se arrodilló y agachó la cabeza.

-Perdone por haberlo atacado, Màster de gel- Dijo el hombre aún arrodillado.

Issac se quedó confundido, en cambio Sigmund vio la oportunidad y les dijo que avanzarán. Los demás avanzaron y siguieron, cruzaron el puente con cuidado, ya en el otro extremo siguieron. Issac se detuvo y miró hacia atrás, el hombre estaba de pie y lo veía, el General levantó una mano en forma de dar las gracias. El hombre lo imitó y después la bajó, el menor se dio la vuelta y fue con los demás.

~~~~~~~~~

Estaban en medio de un llano llenó de escarcha, era bonito el paisaje pero hacia mucho frío según los Espectros y los Caballeros Dorados, menos Camus.

-¿Cómo es que... No tiritan de frío?- Preguntó Radamanthys viendo a los Dioses Guerreros.

-No sé si recuerdas que venimos de Asgard, donde la tierra es más fría que esto- Dijo Alberich viendo al Juez del Inframundo.

-En otras palabras, estamos acostumbrados al frío- Dijo Sigmund con calma.

-¿Y ustedes, cuál es su excusa?- Ahora fue Mu quien preguntó a los Generales Marinos.

-Yo entrene en Siberia, un lugar donde se alcanzan temperaturas de -30°C y Sorrento cuida el Pilar del Océano Atlántico Sur- Respondió Issac de manera tranquila.

-Ya mejor ni preguntó por Camus- Dijo Myu intentando mantener calor.

-Te respondería lo mismo que dijo Issac sobre él- Respondió Camus con neutralidad.

Apenas llevaban minutos de tranquilidad cuando el piso comenzó a retumbar, los once se detuvieron en seco y se juntaron. El temblor duró dos minutos para después cesar lentamente, estaban confundidos todos, no sabían que estaba pasando.

-Este lugar cada vez es más extraño- Dijo Alberich viendo su alrededor.

-Lo único que me preocupa ahora es en donde vamos a dormir- Dijo Aioria viendo el cielo.

En efecto, el día se había pasado rápido y el sol ya se estaba metiendo. Y lo más seguro es que en la noche haría más frío que el que estaban sintiendo hasta ahora, por lo que entre Camus y Sigmund buscaron una cueva.

~~~~~~~~~

Caminaban rápidamente, habían visto una cueva hace rato y solo debían ver que no hubiera nada adentro. Apenas llegaron sintieron caliente el ambiente, sería bueno para pasar la noche.

-Descansaremos aquí, solo debemos traer a los demás- Habló Sigmund.

Al hacerlo su voz resonó en toda la cueva, con eso despertó al que creaba ese ambiente caliente. Camus observó como detrás de Sigmund las "rocas" se comenzaron a mover hasta dejar ver unos ojos plateados.

-¡Cuidado!-Grito Camus agachando a Sigmund.

Una ráfaga de fuego azul había iluminado toda la cueva, cuando cesó los dos se pusieron de pie y salieron de ahí. El dragón rugió y salió con ellos, la bestia medía más de seis metros de altura, sus alas estaban incrustadas en sus patas delanteras, sus escamas blancas relucian con la poca luz que quedaba. Tenía un tipo de cresta que iba desde su cabeza hasta la punta de su cola donde terminaba en un tipo de cono, su hocico era alargado y se podían ver sus dos colmillo sobresaliendo de su mandíbula.

-¡Vámonos de aquí!- Grito Sigmund antes de dar media vuelta.

El dragón les tapó el paso con su cola, después se lanzó contra el pobre Dios Guerrero, al hacerlo Camus usó su Polvo de Diamantes y le dio en la cabeza al dragón. La criatura gritó de dolor y se cayó, cuando se levantó rugió hacia Camus.

-Te dejaré como paleta, maldito reptil- Dijo mientras se ponía en posición para hacer su Aurora Execution.

El dragón sintió el Cosmos helado de Camus, y al igual como había pasado con su alumno y el hombre de piel azul, el dragón agachó la mirada, cerró su hocico y se agacho en señal de perdón. Camus levantó una ceja, estaba confundido otra vez pues hace un momento estaba en su modo hostil y ahora parecía un perro pidiendo disculpas ¿Qué no los iba a matar hace un momento?

-Ya tienes a otra mascota- Dijo Sigmund viendo al dragón y después a Camus.

-Aich, por Athena- Camus dejó la pose y dejó caer sus brazos a sus costados.

El dragón seguía con la cabeza agachada, el Acuario camino hasta la criatura y puso su mano en su hocico. El reptil alado lo miró ya más calmado, esperaba que el humano le dijera algo.

-Levántate y vete, no te haré nada- Dijo Camus con su voz neutral.

El dragón se levantó, lamió la cara de Camus para después quedarsele viendo. Su único hogar era esa cueva y era un dragón joven como para ir a otro lugar a pelear territorio. El Caballero Dorado suspiró y le señaló con la palma de la mano que entrará a la cueva, el dragón rugió suave y levemente para después entrar a su casa.

-Trae a los demás, no nos hará daño- Camus miró a Sigmund.

Él sólo asintió y fue por los demás, cuando llegaron miraron con desconfianza al dragón, al final se les hizo normal. Incluso Anali jugaba con él mientra era supervisada por Mu, cuando el sol se metió por completo entre Issac y Camus hicieron un muro de hielo en la entrada para evitar que algo más entrará en la noche.

Ya todo protegido se acomodaron para dormir, mañana seguirían cruzando las tierras heladas con ayuda de la nueva mascota de Camus.

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