Sakura y los 7 shinobi - Parte IV
—Ten cuidado—habló Shikamaru—. Te quedarás sola, así que si ves a alguien extraño, no te acerques a él, ¿vale?
—Os he esperado aquí sola todos estos días, uno más no pasará nada—sonrió acomodando su capa roja, que le habían regalado los chicos.
—Nunca está de más ser precavidos—comentó Neji con seriedad y los brazos cruzados, observándola.
—Sí, sí. Vosotros tener cuidado también. Si os quedáis fuera a dormir, enviadme un mensaje. No quiero desvelarme por estar preocupada de que os haya pasado algo, ¿de acuerdo?
Ellos asintieron con una sonrisa y se despidieron con un abrazo de la pelirrosa.
—¡Espero que cuando volvamos, prepares ese delicioso ramen que haces, 'ttebayo!—le dijo el rubio alegre.
—Primero tenéis que volver, Naruto.
—Lo haremos, eso no lo dudes—dijo él antes de marcharse.
Sakura vio cómo los chicos se iban y ella suspiró alegre. Con aquellos jóvenes sentía que había encontrado una nueva familia y no podía agradecerles más por haberla acogido. Respiró hondo y cerró finalmente la puerta, dispuesta a trabajar.
Ellos se alejaron tranquilamente, pero el portador del Byakugan tenía un mal presentimiento, por lo que de vez en cuando miraba hacia atrás con su dôjutsu para vigilar que Sakura estuviera bien. Sin embargo, cuando se alejaron lo suficiente, su rango de visión no llegaba hasta la casa. Serio, siguió caminando tras sus compañeros. Por lo menos Naruto había dejado un sapo vigilando por si acaso.
—¿Por qué no le mandamos un mensaje a Sasuke? Seguro que le gustará conocer a Sakura-chan...—habló Naruto con los brazos tras su nuca.
—Sasuke es demasiado amargado y aburrido para eso—respondió Kiba riendo—. Pero hazlo, y dile que su cama la está ocupando ella, seguro que no le hace ninguna gracia.
Los dos rieron imaginando la reacción del pelinegro al ver a la pelirrosa durmiendo en su cama. Shikamaru sonrió de lado al igual que Neji mientras el resto secundaba la idea de Naruto, excepto Shino que, como siempre, se mantenía callado.
Finalmente, le mandaron el mensaje a su antiguo compañero y siguieron su camino para la misión.
En otro lugar, un pelinegro caminaba por los desiertos del País del Viento cuando un sapo marrón saltó hasta su hombro con un mensaje. Sorprendido, cogió el pequeño pergamino y abrió el mensaje. Una gota cayó de su frente cuando vio la mala letra de Naruto.
—Ese dobe...
Al leerlo, se sorprendió que los chicos acogieran a una joven, y sobre todo por Neji, que odiaba tener relación alguna de ellas.
—Me parece correcto, así hay alguien que limpie esa pocilga cuando yo no estoy—suspiró, recordando el detalle de que ella se había quedado con su cama y que cuando volviera no tendría dónde dormir—. Hmp... No me vendría mal volver unos días.
Miró su mano, donde un frasquito descansaba después de sacarlo de su bolsillo. Se había dado cuenta de que lo tenía ahí días después de haberse encontrado con aquella extraña chica pelirrosa. Ella era la única que se había acercado a él lo suficiente como para meter aquel frasco en su bolsillo.
No sabía qué era, pero intuía que debía ser algún tipo de medicina, puesto que aquella casa era de Tsunade, la mejor ninja médico. No sabía para qué servía ni tampoco por qué se la había dejado a él, pero lo guardaría para la próxima vez que la viera y preguntarle qué era.
En la cabaña, Sakura terminaba de barrer la cocina mientras esperaba a que el bizcocho de frutos del bosque que había preparado se hiciera. Aún le faltaba un rato, por lo que cogió un vaso de agua y se sentó en una de las sillas, cansada.
Unos golpes en la puerta la alertaron. Con algo de precaución, caminó hasta ella y suspiró.
—¿Quién es?—preguntó ella tras la puerta, sin abrirla.
—Soy Shizune. Vengo de una de las aldeas cercanas. Le dije a los chicos que vendría a traerles unas manzanas frescas por agradecimiento por habernos salvado de los bandidos.
La voz parecía de una muchacha joven y amable, por lo que con cuidado, abrió un poco la puerta, dejando ver a una chica de pelo negro corto por los hombros y mirada dulce. No parecía tener nada raro ni parecía ser peligrosa, por lo que abrió la puerta dejándose ver por completo.
—Los chicos no me habían comentado nada...
—Se les habrá olvidado—sonrió ella mostrándole las manzanas que llevaba en su cesta—. Mira, estas son las manzanas, ¿quieres probar una? Son las mejores de mi cosecha.
Sakura vio el cesto de fruta y sonrió. Las manzanas tenían una pinta deliciosa, y no podía evitar querer probarlas.
—Claro... Pasa—dijo Sakura, dejando que la joven Shizune entrara en la casa.
—Hmm, huele a bizcocho. Qué rico olor... ¿De qué es?
—Lo hice con frutos rojos...
—Oh, ¡qué rico! Me encantaría probarlo... Por cierto, ¿cómo te llamas?—preguntó Shizune con rostro curioso.
—Me llamo Sakura. Y por supuesto, cuando esté lista, puedes llevarte un trozo—sonrió la pelirrosa.
—Pero qué nombre más bonito...—la felicitó dejando la cesta en la mesa—. Y bueno, puedes probar a hacer una tarta de manzana con éstas. Seguro que saldrá una delicia. Mira, prueba ésta. Es de las mejores. Así sabrás que no miento—aseguró tendiéndole una roja y apetitosa manzana roja.
—Oh, muchas gracias—sonrió, cogiendo la fruta y dándole un mordisco—. Está fresca y deliciosa...
—Gracias, Sakura...—habló la joven con una sonrisa de oreja a oreja.
Sakura dejó la manzana en la mesa, comenzando a encontrarse mal de repente. Se apoyó en la tabla de madera, intentando mantenerse de pie. Shizune fingió preocuparse por ella, hasta que la pelirrosa cayó al suelo dolorida.
—Oh, querida... ¿Qué te dije de confiar en extraños?—preguntó con una risa estridente.
—¿C-Cómo...? ¿De qué... ha-hablas?
De un momento a otro, Shizune se rodeó de una nube de humo y cuando se disipó pudo ver a su tutora Tsunade. Sakura abrió los ojos de par en par al verla y quería huir, pero lo que fuera que le había dado, le impedía moverse.
—No podrás huir ahora. Lo que has comido es un potente veneno que te matará tarde o temprano... y nadie podrá salvarte como lo hizo Kakashi.
—¿P-Por qué... ha-haces... e-esto?
—No tienes derecho de tener ese don... ¡YO debería tenerlo! Y si no puedo, nadie lo hará. Lo siento, pequeña flor de cerezo, pero es tu culpa haber nacido así—rió con maldad mientras veía cómo Sakura perdía la consciencia.
Los chicos estaban llegando a una de las aldeas cuando el sapo que vigilaba a Sakura los alertó del peligro. Todos ellos dieron media vuelta y comenzaron a correr lo más rápido posible en su ayuda. Esquivaban ramas de los árboles y se apoyaban en ellas para saltar lo más lejos posible.
Si le pasaba algo a Sakura, no podrían perdonárselo. Y menos Neji, quien le debía la vida. Por lo que cuando iban llegando, activó su Byakugan viendo que una persona estaba con Sakura y el chakra de ella era prácticamente inexistente.
—¡Tenemos que darnos prisa! ¡La está matando!—gritó Neji corriendo más deprisa, seguido de los demás.
Al llegar, vieron sorprendidos cómo Tsunade salía de la casa contenta y que al verlos comenzó a huir. Neji corre para alcanzarla, pero ella se dirige hacia el Valle del Fin. Al notar que está al borde del precipicio y que su salida está cortada por uno de ellos, chista con furia.
—¡Os aplastaré a todos, malditos!—gritó ella con una risa maléfica cuando un rayo del cielo cae de lleno en la rubia, haciéndola caer.
Los chicos se asoman al barranco y ven a Tsunade en el agua, muerta. Sin saber de dónde había salido aquel rayo, miran hacia todos lados hasta ver a su compañero pelinegro.
—¡Sasuke!—gritó Naruto sorprendido.
—¿Qué está pasando aquí?—preguntó él con seriedad.
—¡No es tiempo para interrogatorios! Tenemos que averiguar cómo está Sakura—dijo Neji preocupado corriendo hacia la casa.
Todos ellos lo siguieron y entraron a la casa viendo a la pelirrosa inconsciente en el suelo. Neji activó su Byakugan y revisó su chakra, pero éste había desaparecido por completo.
—No...
—¿Está...?—preguntó Naruto con ojos llorosos.
Neji negó pero igualmente le faltaba poco para eso, así que secó las lágrimas que estaban por salir. Sasuke, quien venía el último, se acercó a ellos y se sorprendió al ver a aquella chica.
—¿Sakura?—preguntó acercándose a ella y recogiendo su cabeza con cuidado. No podía creer que ahora estuviera en aquellas condiciones.
—¿La conoces?—dijo Shikamaru, afectado.
—La conocí hace un tiempo, ella curó el ala rota de mi halcón...—contó con tristeza.
Entonces, Sasuke recordó el frasco que ella le había dejado y lo sacó con la otra mano, sin dejar de sujetar a la chica. Abrió el tapón con los dientes y lo escupió antes de darle a ella el líquido de su interior.
—¿Qué haces? ¿Qué es eso?—preguntaron.
—Esto me lo dio ella... No sé qué es, quizás sea medicina, pero sea lo que sea no perdemos nada por intentarlo. Ya está al borde de la muerte, no podemos esperar.
El resto asintió dejándolo hacer y finalmente introdujo todo el líquido en su boca. Esperaron y esperaron, pero no sucedía nada. Cuando ya la dieron por perdida, la pelirrosa tosió escandalosamente, llamando la atención de los jóvenes.
Sasuke, quien no se había movido de su sitio, esperó a que abriera los ojos. Los verdes ojos de Sakura lo miraron con cansancio. No sabía cómo, pero aquel chico del que se había prendado ahora la sujetaba con preocupación.
—¿Sasuke?—preguntó sorprendida.
—Hola, Sakura...
—¿Qué...? ¿Qué haces aquí?
—Salvándote la vida—sonrió de lado—. Supongo que te lo debo, luego de curar a mi compañero.
Sakura se incorporó con cuidado y pudo ver a todos los chicos con los ojos llorosos. En cuanto ella se separó un poco de Sasuke, todos se lanzaron hacia ella para abrazarla, excepto Neji, que se encontraba al lado de Sasuke.
—¿Tú no vas a abrazarla?—preguntó Sasuke a su amigo de forma burlesca.
—Lo haré a mi manera, Sasuke.
El pelinegro sonrió y vio como sus amigos se preocupaban por ella, así que algo más calmado salió al exterior, sentándose en un pequeño banco.
Minutos después, la pelirrosa salió de la casa, buscándolo y, al verlo, se sentó a su lado, mientras recogía un mechón de pelo tras su oreja.
—Etto... Gracias por salvarme. Si no hubieras estado aquí, posiblemente habría muerto.
—No tienes que agradecerme nada. Agradécete a ti misma, ya que fuiste tú quien me dio ese mejunje.
Ella intentó recordar y, al hacerlo, se sonrojó.
—Esa medicina te la di por si te herían... La hice yo...
—Lo suponía, aunque no me dijiste qué era, así que evité utilizarlo y preguntarte, pero ahora creo que sé para qué sirve. ¿Cómo lo hiciste?
—No lo tengo muy claro, sólo mezclé unas hierbas y añadí un poco de mi palma mágica...
—Pues tu experimento te ha salvado de la muerte. Tienes un don, Sakura. Estoy sorprendido por tus habilidades...
—Etto... gracias, Sasuke—se sonrojó.
—Aunque no por ello dejaré que me quites la cama—comentó el pelinegro haciendo que la cara de la pelirrosa hirviera de vergüenza.
—¿Es... Es tu cama?—preguntó entonces reconociendo el aroma que tenían las sábanas.
Sasuke rió al ver su reacción y Sakura se sonrojó aún más al oírlo. Tenía una risa preciosa.
—No te preocupes, puedes quedártela—sonrió—. Yo solo venía de visita... Luego seguiré mi viaje.
—¿Por qué te vas?
—Solo estoy buscando mi propio camino... Aunque aún no lo encuentro.
—¿Puedo... puedo ir contigo?—preguntó con algo de vergüenza.
Sasuke la miró curioso y a la vez sorprendido. No era mala idea, aunque si la llevaba con él posiblemente los chicos no podrían sobrevivir sin ella. Rió al imaginarse a sus amigos desesperados.
—Haz lo que quieras. Sólo te aviso... que si no puedes resistirlo, te dejaré atrás.
Sakura se irguió decidida y asintió de acuerdo. Sasuke se levantó y la miró.
—Hagamos la cena, tengo hambre.
Sakura asintió de acuerdo y ambos entraron de nuevo a la casa. Los dos prepararon la cena y ella descubrió que al pelinegro le encantaban los tomates, por lo que los hizo con esmero y cariño.
En la cena, Sakura les anunció a los chicos que iría con Sasuke en su viaje y valorar la experiencia. Ella también quería encontrar su camino. ¿Y quién dice que no podía ser con aquel chico pelinegro llamado Sasuke?
FIN
¡Por fin! Se me ha hecho eterno... Más que nada, porque he empezado las clases y no tenía tiempo de escribir nada.
Aquí les traigo la primera historia completa del Mundo Disney Shinobi. Espero que les haya gustado, en serio. Y si quieren ayudarme con alguna otra, no duden en comunicármelo ;D.
Los veo en la siguiente película: PINOCHO.
Ciao! - Luthien_jg
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top