51. El show debe continuar
De repente una fuerte sacudida, un subidón de energía, me obligó a abrir los ojos de par en par, y me encontré de repente con una fuerte luz apuntándome directamente al rostro que, tras algunos segundos en los que mis ojos lucharon por adaptarse, pude reconocer como una linterna que Joel sostenía, con una profunda preocupación en su rostro, pero al ver que despertaba, esta fue reemplazada por una amplia sonrisa.
El pecho me dolía como mil demonios, pero además sentía una ligera presión cerca del área de mi corazón, y al dirigir la mirada hacia allí me encontré con que todo el grupo estaba reunido a mi alrededor, incluida mi madre y Jasón, aún en su forma de bestia, y que Felicity tenía su mano apoyada suavemente sobre mí. Sin embargo, lo más llamativo de todo eran las dos flechas-eléctricas que tenía clavadas en el pecho a poca profundidad, y que habían sido activadas.
Miré nuevamente alrededor con los ojos grandes como plato, y me senté en el suelo, al tiempo que me sacaba las flechas, y Amy me envolvía en un fuerte abrazo mientras sollozaba, pero el contacto me resultó terriblemente doloroso, y aun así era mejor que la nada que había sido mi corta muerte, de forma que le devolví el abrazo con ganas.
Cuando finalmente nos separamos, miré una de las flechas-eléctricas y luego miré a Felicity, que me devolvió una sonrisa y se encogió de hombros, con una lágrima deslizándose por su mejilla.
–Funcionó la primera vez, ¿verdad? –señaló ella, recordando nuestro escape de Darkside.
Y yo no pude hacer otra cosa que reírme un poco, mientras que Frank y Elliot me ayudaban a ponerme de pie. Me encontraba débil, pero, tras unos segundos, pude independizarme del sostén de mis compañeros, y miré alrededor, en búsqueda de explicaciones.
Una vez que estuve totalmente incorporado, lo primero que noté es que nos encontrábamos en una especie de burbuja, y que a nuestro alrededor giraba una terrible tormenta de arena, que me impedía ver lo que sucedía más allá de la barrera.
–Todo el polvo se levantó cuando la máquina terraformer cayó, solo lo aproveché para cubrirnos mientras Rachel hacía su trabajo –dijo Sandy, respondiendo la pregunta que sin duda se leía en mis ojos.
Todo volvió a mí de repente, y, con algo de desesperación, como si temiera que todo fuera un terrible y cruel sueño, dirigí la mirada al lugar en que Damien me había apuñalado antes de caer muerto. En la zona mi traje tenía un profundo corte, y estaba lleno de sangre, pero la herida estaba cerrada, o, más bien quemada.
–Fue una suerte que estuvieras totalmente inconsciente, el dolor hubiera sido insoportable mientras cauterizaba tu herida –señaló la alienígena, sonriendo.
Nuevamente volví a mirar a todos mis compañeros, no tenía idea de qué decir. La muerte había sido una experiencia pacífica, pero aterradora, sobre todo porque sabía lo que dejaba sobre la tierra mientras yo me sumía en el sueño eterno: a Eon todavía de pie sobre esta tierra.
Estaba por decir algo, pero dirigí la mirada hacia Jason, que aún estaba transformado, y tenía sus amarillentos ojos clavados en mí.
–No te preocupes por él, Rebecca le hizo entender que no somos una amenaza para él o para ella –agregó Elliot, con voz confiada.
Inmediatamente miré a Feral. Tras su encontronazo con Pest había quedado muy debilitada y en un pésimo estado, de forma que apenas y podía sostenerse sin ayuda de mi madre, pero aun así hizo un esfuerzo por sonreír que me dejó bastante tranquilo.
–Entonces... ¿ganamos? –pregunté, con la garganta seca y haciendo un esfuerzo terrible para que mi voz no suene débil.
De repente los rostros de mis compañeros se pusieron terriblemente serios y las sonrisas desaparecieron.
–Todavía no –respondió secamente Felicity, y luego dirigió una mirada a Sandy, quien simplemente asintió.
La joven heroína cerró sus ojos, se concentró y empezó a mover sus manos lentamente, logrando que, poco a poco, arena que volaba sin parar a nuestro alrededor descendiera hasta el suelo, dejándonos ver nuevamente a nuestro alrededor.
El campo de batalla estaba lleno de muertos, en ambos bandos; la máquina generadora de portales de Jason todavía estaba en su lugar, rodeada de cadáveres y aparentemente intacta, y, finalmente, la máquina terraformer se encontraba hecha pedazos, estrellada contra el suelo, y, frente a ella, Eon estaba arrodillado, con la mirada clavada en el suelo y sin moverse.
A unos cuantos metros de distancia, los Shadows que seguían en pie batallaban contra las escazas fuerzas de La Resistencia que se encontraban golpeadas y casi derrotadas. Sin embargo sabía dónde debía estar nuestra atención, por todos los héroes caídos, por nuestro mundo.
A pesar de que me sentía débil, caminé hasta ponerme delante del grupo, y miré el campo de batalla, mientras preparaba mi estrategia.
Pasados unos segundos me voltee y miré a mi equipo. Todos estaban golpeados, pero en sus ojos estaba claro que entendían que el trabajo todavía no estaba terminado.
–Joel, trabajaste en el generador de portales, ¿crees que puedas encenderlo cuando el momento sea adecuado? –pregunté, sabiendo que Jason ya no sería capaz de operar un equipamiento tan delicado.
–Sin ninguna duda, pero recuerden lo que dijo Jason, solo puede estar abierto por poco tiempo, así que debemos hacer valer cada segundo –respondió Surfer con seguridad.
–Bien, tú te encargarás de la máquina entonces, y Phase, tú lo acompañarás en caso de que necesite apoyo, ¿está bien?
–Realmente preferiría quedarme con Rachel, ahora que somos novios y todo eso... –empezó a contestar Alan.
–No lo somos –lo interrumpió Stardust.
–... Pero tú eres el jefe, así que estoy encantado de ayudar, solo.... no dejes que la lastimen, ¿sí? –concluyó él, pero sabía que no necesitaba responder a esa pregunta.
–Mamá, necesito que te lleves a Rebecca lejos de aquí, y que avises a La Resistencia que tienen que mantenerse alejados de la zona; las cosas se van a poner feas –continué impartiendo órdenes.
–¡De ninguna manera! –intentó terciar Feral, y se separó un poco de mi madre para caer de rodillas, totalmente debilitada–. No voy a huir de esta pelea.
–No estas huyendo, fuiste valiente, prácticamente salvaste toda la misión al salvar a Jason –dije, agachándome a su lado y apoyando mi mano en su hombro–. Pero ahora necesito que vivas y que ayudes a mi madre a llegar a salvo con mi hermana, ¿está bien?
Rebecca, en un principio reacia a aceptar lo que le decía, fue comprendiendo cuán importante era la misión que le asignaba con cada palabra que salía de mi boca, hasta que estuvo totalmente convencida y me tendió su mano para que pueda ayudarla a levantarse.
–Vamos, mientras más rápido salgamos de aquí más rápido terminará todo este infierno –dijo Feral a mi madre, volviéndose a apoyar en ella.
Mi madre me dedicó una última mirada, cargada de cansancio, amor, miedo y lágrimas. Ver morir a su hijo una vez había sido suficiente por el día, y claramente no quería despedirse, pero sabía que no había palabra alguna que pudiera disuadirme de llevar a cabo mi misión.
Cuando finalmente ellas dos comenzaron a alejarse, miré al resto del equipo.
–Nosotros atacaremos a Eon con todo lo que tenemos, le haremos saber por qué fue una mala idea meterse con nuestro planeta –dije con total determinación y ellos asintieron–. Somos Los Vigilantes, y nos aseguraremos de que pague.
Con el plan decidido, y Alan y Joel ya casi en posición, empezamos a marchar lentamente en dirección al Antiguo, que no se había movido de su lugar en todo ese tiempo, de forma que parecía más bien una estatua solitaria en aquel olvidado desierto, congelada en un eterno lamento del que jamás podría escapar.
Jason, a cada paso que daba, hacía temblar el suelo, y sin embargo jamás me sentí tan seguro como teniéndolo a mis espaldas, listo para entrar en acción cuando lo necesitemos.
El grupo se detuvo a unos cinco metros de Eon, quien sin duda nos había sentido llegar, pero que no le importaba en lo más mínimo. Por algunos segundos nos quedamos observándolo, como miraba con tristeza la máquina destruida, cómo pasaba sus manos por la arena mojada y ensangrentada del lugar; queríamos que él diera el primer paso, un solo paso en falso y todo podía terminar terriblemente mal.
–¿Tiene la más mínima idea de por qué quería convertir este planeta en el mío? –empezó a decir él, sin siquiera levantarse–. No es que me sienta nostálgico, ni el hecho de que mis criaturas, aquellas que ustedes me arrebataron, hubieran tenido que sufrir por años antes de poder adaptarse a lo que era su planeta, como mis hermanos y yo sufrimos al llegar.
Al notar que nadie respondía, El Antiguo se levantó, y dándonos la espalda continuó su discurso.
–No se trataba de nada de eso, sino sobre el poder. En el ambiente de su tierra, yo era infinitamente menos poderoso de lo que era en mi planeta de origen, su mundo me arrebató eso, a mí y a mis hermanos. –Tras decir esto, Eon se giró para mirarlos–. Iba a convertir este mundo en un lugar de importancia para el universo, un lugar con la oportunidad de ver renacer a los seres más poderosos que las estrellas jamás hallan visto, ¿o es que acaso piensan que el cosmos los extrañará cuando ustedes, patéticos humanos, hayan desaparecido? ¿Piensan que alguien, allí, en la oscuridad de las estrellas, llorará por ustedes?
En ese momento, Eon empezó a levitar, sus ojos brillaron con más intensidad que nunca, y clavó su mirada asesina en nosotros.
–La máquina iba a matarlos en unas horas, pero parece que tendré que hacer el trabajo sucio por mi cuenta –señaló él, deteniéndose en el aire–. Voy a hacerlos sufrir, a todos y a cada uno de ellos, Archer. No estaré a mi cien por ciento, pero puedo asegurares que soy mucho más poderoso que en nuestro primer encuentro, y ya no voy a contenerme.
De inmediato, Eon se lanzó hacia nosotros, y reaccionamos justo a tiempo para esquivar su vuelo, a excepción de Jason que recibió toda la furia del puño Antiguo, el cual logró hacer que el gigante caiga al suelo.
–Cometí el error de subestimarlos, eso no volverá a pasar –dijo, mientras notaba que lo rodeábamos totalmente.
Sin esperar más, me lancé corriendo hacia él, disparando únicamente flechas-explosivas, pero estas solo parecían molestarlo más y más, y cuando me tuvo a tiro, me lanzó un tremendo puñetazo, que sólo logré esquivar rodando por el suelo, pero esto sirvió más bien de poco ya que, extendiendo su mano, salí nuevamente volando hacia él, y quede una vez más entre sus garras.
Lentamente, El Antiguo empezó a crecer frente a mí, cambiando no tanto su forma, sino su altura y su peso, hasta alcanzar un tamaño similar al de Jason, de forma que podía apastarme con una sola mano, y eso era justo lo que estaba haciendo hasta que Amy se lanzó corriendo hacia nosotros y, con un poderoso salto pasó por sobre el enemigo, colocando una carga explosiva en su espalda.
La explosión lo distrajo lo suficiente como para que me soltara, y le dio la oportunidad justa a Sandy para atacar.
Ella ya había tomado la forma de un increíble golem de tierra, de gran tamaño, y así se lanzó a pelearle a puño limpio a Eon, quien recibió los primeros golpes cediendo muy poco terreno, pero que, finalmente, logró esquivar uno de los puñetazos de Dune y devolverle un preciso y poderoso gancho en el mentón, forzando a la muchacha a retroceder.
A pesar de que Sandy ya estaba cayendo, El Antiguo parecía dispuesto a continuar golpeándola hasta la puerta, por lo que Rachel se apresuró a dispararle con toda su fuerza por la espalda, lo que, lamentablemente, no sirvió de mucho más que hacerle cambiar su foco de atención.
Eon, aun recibiendo un continuo disparo de energía de parte de Stardust, simplemente puso su mano frente a él, de forma que todo el impacto fuera en ella, y comenzó a avanzar hacia la muchacha, que no podía hacer otra cosa que continuar disparando con una expresión aterrada en su rostro.
El Antiguo ya casi estaba encima de ella cuando Felicity voló a toda velocidad y le dio un fuerte puñetazo en el rostro, que solamente movió un poco su cabeza, sin hacerlo retroceder ni un solo paso, pero dándole a Rachel el tiempo justo para alejarse y recuperarse.
Nuestro enemigo simplemente volvió la mirada de furia hacia Rocket y le dio un poderoso revés con su mano sin siquiera pensarlo dos veces, enterrando a nuestra poderosa amiga en la arena, luchando por levantarse antes del próximo ataque de Eon.
Frank, previendo sus intenciones, se apresuró a envolverlo con sus cadenas, mientras clavaba sus pies en el suelo en un desesperado intento por detenerlo, pero este, como si no fueran nada, estiró sus brazos y destruyó sus ataduras, continuando su marcha contra Felicity.
Sin embargo, justo cuando parecía estar a punto de aplastar a Rocket, Celerity llegó al rescate, quitándola del camino, y empezando a correr a su alrededor mientras le repartía golpes por todos lados, creando un pequeño torbellino a su alrededor que impedía que el resto de nosotros interviniéramos.
La velocidad era tanta que, entre medio de la arena que se levantaba, la lluvia que caí, y la oscuridad que reinaba, no podíamos ver más que la silueta de Eon, haciendo desesperados intentos por atrapar al velocista.
De repente sentí la tierra temblando, y al girarme pude ver que Jason venía corriendo a toda velocidad en dirección a los luchadores, y Elliot se quitó en el momento justo para dejarlo pasar y asestarle un terrible golpe en la quijada a nuestro desconcertado enemigo.
Sin embargo, y a pesar de su sorpresa, El Antiguo se recuperó rápidamente y bloqueo el siguiente ataque del científico, para retornarle una poderosa patada en el pecho que lo forzó a arrastrarse por el suelo, pero que le dio a Felicity el momento justo para regresar al combate, volando a su alrededor y tomándolo por la espalada para luego levantarlo y arrojarlo al suelo con toda su fuerza.
Viendo la oportunidad, Sandy tiró todo su cargamento de bombas de arena movediza hacia el abatido villano, quien de repente se vio luchando por liberarse de la pegajosa trampa, lo que logró hacer tras unos pocos segundos, pero para ese momento recibió un poderoso disparo de energía de parte de Rachel directamente en su rostro, y, a continuación, Jason se colocó sobre él, tomándolo de la cabeza y golpeándola repetidas veces contra el suelo.
Parecía que el científico tenía a Eon controlado, pero entonces este estuvo lo suficientemente libre de las arenas movedizas como para levantar vuelo rápidamente, llevándose a Jason con él, que no paraba de golpearlo en un desesperado intento por liberarse.
Cuando El Antiguo logró su altura deseada, se detuvo, se zafó del agarre de Jasón y lo arrojó con furia hacia el suelo, impactando a Rocket que ya estaba volando en dirección a ellos, haciendo que ambos héroes caigan a toda velocidad.
Desde la altura, Eon nos dedicó una mirada asesina, y Los Vigilantes que quedábamos en pie sabíamos que no teníamos oportunidad de detenerlo a golpes, así que nos lanzamos corriendo en dirección a la máquina generadora de portales, no sin antes dispararle una flecha-explosiva para enfurecerlo aún más y asegurarnos de que su concentración estuviera en nosotros y no en Rocket y Jason que apenas y se estaban recuperando de la caída.
Justo como lo planeamos, Eon se lanzó en picada hacia nosotros, que corríamos lo más rápido que podíamos en dirección a Joel y Alan, ambos agachados junto a la máquina, tal vez asegurándose de que funcione, tal vez esperando el momento justo para activarla.
El Antiguo aterrizó a nuestras espaldas, apoyando su puño en el suelo y haciéndolo temblar lo suficiente como para que Amy caiga sobre la arena, dejándola a su merced.
Con valentía, Midnight se giró y disparó una serie de cargas eléctricas de su pistola que ni mella le hicieron al enemigo, que siguió avanzando hacia ella, dispuesto a liquidarla.
Disparé una flecha-garfio hacia Amy, la cual se clavó justo a su lado, y la astuta espía se apresuró a tomarla con fuerza, lo que me dio la oportunidad justa para tirar de la soga y sacarla del medio justo cuando Eon se proponía pisarla.
El Antiguo levantó la mirada para elegir a su próximo objetivo, pero recibió el golpe de un enorme pedazo de metal proveniente de la máquina terraformer que había sido arrojado por Frank, que a su vez se preparaba para tirar otros tantos, que ahora flotaban sobre nuestra cabezas.
–¡Sigan! –gritó el ex militar, mientras que Sandy y Rachel se apresuraban a poner de pie a Amy– ¡Yo lo contengo!
Todos observamos cómo Ironside arrojaba pedazo tras pedazo de metal contra Eon, que se esforzaba por levantarse entre tantos golpes, por lo que decidimos obedecerlo y continuar nuestra carrera.
Sin embargo, cuando ya nos habíamos alejado unos dos cientos metros, El Antiguo logró ponerse de pie y golpeo con fuerza una de las piezas de metal que volaba a toda velocidad hacia él, desviándola de su curso. A pesar de esto Frank se plantó y continuó arrojando los enormes trozos de metal, pero Eon continuó desviándolos, golpeándolos a medida que iba caminando hacia él, solo que, con cada uno de los proyectiles que desviaba, parecía aumentar su velocidad, y no pasó mucho tiempo hasta que estuvo corriendo.
Cuando ya estaba a unos cuantos metros, Eon dio un poderoso salto, y apuntó justo para caer directamente sobre Frank, que sabiendo que no tenía oportunidad de escapar, solo atinó a poner uno de los trozos de metal sobre su cabeza, con la esperanza de que eso fuera suficiente para salvarlo.
Eon ya estaba cayendo, y yo estaba gritándole a Celerity que fuera a sacar a Ironside de ahí, cuando Rocket llegó volando a toda velocidad a la escena y le asestó dos fuertes puñetazos que lograron mantenerlo algunos segundos más en el aire.
Viendo su oportunidad, Felicity juntó ambas manos y golpeó la espalda de Eon, mandándolo hacia el suelo, pero este jamás llegó a tocarlo ya que, justo cuando estaba a unos metros de la tierra, Jason llegó corriendo y le asestó un poderoso puñetazo, que lo mandó volando por sobre nuestras cabezas.
Para ese momento ya todos nos encontrábamos junto a Joel, y esperando que El Antiguo tardara algunos segundos en levantarse, lo miré y pregunté:
–¿Cuánto tiempo puede estar abierto el portal?
–Jason hizo la mayoría de los cálculos, no podría decir con seguri... –empezó a decir Surfer, con sudor corriendo por su cara, y su total concentración puesta en estudiar la máquina para asegurarse que funcionase a la perfección.
–¿Si tuvieras que arriesgarte? –volví a inquirir con preocupación, Eon ya casi estaba de pie nuevamente.
–Si tuviera que arriesgarme... diría que no más de cinco minutos –respondió él con cierto miedo en su rostro.
Asentí y volví la mirada hacia El Antiguo, para encontrarme con la sorpresa de que venía volando directamente hacia nosotros. Jason intentó detenerlo, pero este simplemente le asestó un golpe y lo mando al suelo nuevamente.
–¡Suficiente! –exclamó Eon a unos cuantos metros de nosotros– ¡Soy un Dios! ¡Ustedes, escorias, no son dignos!
–¡A ver si esto te parece digno! –exclamó Celerity, lanzándose contra el villano antes de que pudiéramos detenerlo.
Elliot corría a toda velocidad hacia él, y dio un fuerte salto con la idea de golpearlo en el rostro, pero Eon reaccionó rápidamente y logró tomarlo del brazo en pleno vuelo, quebrándoselo solo con presionarlo un poco, y luego arrojando al adolorido velocista contra el suelo, rompiéndole varias costillas en el proceso.
Dejándolo atrás, Eon avanzó hacia nosotros, que no estábamos del todo seguros sobre qué debíamos hacer, solo sabíamos que teníamos que atraerlo lo suficiente hacia la máquina generadora de portales como para que Joel la active.
Desesperados, empezamos a atacar con todo lo que teníamos, dando lentos pasos hacia atrás mientras él continuaba su marcha.
Rachel que intentaba detener el avance de Eon con desesperación, se plantó justo frente a él y disparó su energía con tal furia que incluso ella empezó a arrastrarse hacia atrás, pero nada pareció sucederle a nuestro enemigo, que procedió a tomarla de la cabeza, y probablemente se la hubiera estrellado de no ser porque Felicity llegó volando y le asestó un nuevo golpe en el rostro, logrando que la suelte y dándole el tiempo justo a Alan para correr y ayudarla a alejarse.
Rocket continuó ahí, dándole puñetazos a Eon sin parar, y estos parecían ser los únicos que lograban retrasarlo un poco, hasta que finalmente él alzó las dos manos y atrapó los puñetazos de nuestra compañera, trabándose en una increíble lucha de fuerza.
Sabiendo que Felicity no aguantaría mucho, miré a Joel, y este asintió. Había llegado el momento.
–¡Aléjense! –grité, lo más fuerte que pude.
En ese instante, Rocket fue empujada con fuerza por El Antiguo, que logró hacerla descender a nivel del suelo y mantenerla arrodillada, para luego asestarle una brutal patada que la dejó tirada a escasos metros de él.
En ese mismo instante, Joel activó la máquina, que produjo un sonido, como si se estuviera cargando, para luego disparar una especie de luz roja que se proyectó a las espaldas del antiguo, y empezó a crear el portal.
Sin embargo, sabía que si la dejaba ahí, Eon mataría a Rocket antes de que tuviera la oportunidad de escapar, por lo que me lancé corriendo hacia ella.
Logré tomarla del brazo justo a tiempo antes de que El Antiguo le aseste un golpe que habría acabado con su vida, y Celerity, aún con el brazo quebrado y su terrible estado, pasó corriendo a nuestro lado para llevársela con el grupo.
Logré esquivar a duras penas el segundo golpe que me lanzó Eon, y aproveché el momento para disparar otras tantas flechas contra él, con los mismos inútiles resultados, por lo que no hicieron nada para evitar que él me diera un manotazo en el aire, enviándome terriblemente golpeado al suelo.
El portal ya estaba funcionando totalmente, y estaba generando una fuerza de atracción que me empujaba lentamente hacia él, pero que no parecía afectar en lo más mínimo a Eon, que ahora solo me miraba desde arriba, preparándose para acabar con mi vida.
Mis amigos, notando la fuerza de atracción del portal, habían retrocedido unos pocos metros, y Frank y Sandy tenían que sostener a Amy para que no se lanzara a ayudarme en lo que seguramente sería un suicidio.
Ya podía percibir el golpe de Eon viniendo hacia mí cuando, desde el cielo, Jason cayó y se interpuso, deteniéndolo y respondiéndole con un poderoso golpe que logró mandarlo unos metros hacia atrás.
Haciendo un esfuerzo tremendo, me levanté y miré a la bestia a los ojos y en ellos encontré solo humanidad. Desconocía si Jason estaba en control totalmente, pero aquella bestia asintió y volvió a girarse hacia Eon, que ya se preparaba para contraatacar.
"Obedeciendo", empecé a alejarme de la batalla de aquellas criaturas, terriblemente herido, pero a pesar de eso llegué justo a tiempo con mis compañeros para observar la pelea.
Jason fue el primero en atacar, y por esto Eon logró evitar el ataque y retornarlo con un fuerte golpe ascendente, que alcanzó al científico en el medio del rostro, haciéndolo sangrar por primera vez desde que había comenzado la pelea.
Pero aquel héroe no se detuvo, continuó golpeando sin cesar a Eon, que se vio forzado a concentrar toda su atención en la batalla que estaba librando. Mientras tanto, nosotros mirábamos con desesperación la pelea, sabiendo que el tiempo se estaba acabando, y que si Eon no cruzaba el portal todo habría terminado.
Sin embargo, empujar a su contrincante contra el portal parecía ser el objetivo de Jason, ya que, cada vez que podía, envestía con toda su fuerza para hacerlo retroceder, acercándolo poco a poco hacia su perdición.
Pero El Antiguo no era ningún tonto, y entendía que debía mantenerse lo más alejado posible, sobre todo teniendo en cuenta que, mientras más se acercaba, más fuerte era el empuje que generaba el portal para atraerlo.
Jason asestó dos poderosos ganchos en el estómago a Eon, quien retrocedió bastante ante ellos, quedando a poco menos de dos metros del portal, lo que hizo que el científico se apresurara a lanzar un tercer golpe, el cual, prediciéndolo, El Antiguo pudo detener sin ningún problema.
Teniendo a Jason de una mano, Eon se apresuró y le asestó otro golpe en el rostro, para luego tomarlo de su cornamenta y, con un forzoso giro, arrojar a la bestia dentro del portal, dejándonos a todos boquiabiertos y con las piernas temblando.
El Antiguo volvió a girarse hacia nosotros, y nos dedicó una breve sonrisa, sintiéndose ya ganador de la guerra, pero entonces la gigantesca mano de Jason atravesó el portal y lo tomó de su traje, atrayéndolo con toda su fuerza hacia él.
Eon reaccionó justo a tiempo para estirar sus manos y agarrase de los bordes del portal, permaneciendo así con parte de su cuerpo en nuestro mundo y otra en aquella dimensión de pesadillas que había convertido a Jason en un monstruo.
–¡Si aunque sea una parte de él está fuera el portal lo expulsará! –nos advirtió Joel, notando que ya quedaba poco tiempo para que nuestra oportunidad se cierre para siempre.
Totalmente adolorido, cargué una flecha-explosiva en el arco y clavé mi mirada en Eon, que luchaba para liberarse del portal.
Como en un acuerdo tácito, todos empezamos a dar todo lo que teníamos para forzarlo a cruzar el portal.
Yo me dediqué a disparar flechas explosivas, una tras otra; Amy tomó todos los explosivos que llevaba en su cinturón y los arrojó hacia él; Rachel hizo acopio de todas sus fuerzas y disparó un último y prolongado rayo de energía; Elliot giró sobre sí mismo varias veces hasta juntar una carga estática muchísimo más grande que la que había usado contra Raptor y se la arrojó, impactando directamente en su pecho; Frank y Felicity tomaban todos los restos de la máquina terraformer que tenían a mano y se los arrojaban en una seguidilla, y aun así nada parecía funcionar.
Surfer pulsó un botón en su antebracera y la tabla llegó volando hacia él, que se subió con un salto y se encaminó a toda velocidad en dirección a Eon, disparando todos los proyectiles que tenía disponibles.
–¡Joel! –exclamó Sandy, al tiempo que se lanzaba corriendo hacia el portal en un intento desesperado por alcanzar a su amado– ¡No!
Cuando los proyectiles se acabaron, Surfer clavó su mirada en El Antiguo y aceleró aún más su tabla, de la que saltó justo a tiempo antes de que esta se estrelle contra el rostro del enemigo, produciendo una enorme explosión que logró empujarlo unos pocos centímetros más adentro.
Joel cayó bruscamente al suelo, y empezó a ser arrastrado hacia el portal, pero Sandy llegó justo a tiempo, transformada nuevamente en el gigante golem de tierra y lo atrapó con su enorme mano, mientras que con la otra golpeaba a Eon, antes de volverse hacia nosotros con su novio entre manos.
El tiempo se estaba acabando, y también nuestras opciones. Amy ya se había quedado sin nada para disparar hacia Eon; Rachel había caído agotada luego de usar más energía de la que jamás había imaginado; Frank luchaba por levantar pedazos más grandes metal que arrojar y Elliot, a causa de sus heridas, había caído rendido tras disparar varias descargas estáticas.
Estrié la mano hacia mi carcaj. Sólo quedaba una flecha-explosiva esperando por ser usada, nada más, y Eon todavía tenía su cabeza afuera, mirándonos con odio mientras luchaba por escapar del portal que ya estaba a punto de cerrarse.
Tomé una fuerte bocanada de aire, cargué la flecha y alcé el arco, apuntando directamente al medio de sus dos brillantes ojos rojos.
Estaba a punto de disparar cuando una mano se posó sobre mi brazo, haciéndolo bajar suavemente, y al girarme me encontré con Felicity mirándome con lágrimas en sus ojos y una sonrisa en el rostro.
–Guárdala, la necesitaras –dijo ella, antes de levantar vuelo, poniéndose fuera de mi alcance–. Gracias por esto, Dan, gracias por todo...
Dicho esto, la heroína salió volando a toda velocidad hacia Eon, ante la mirada del resto de Los Vigilantes, que solo atinaron a gritarle que se detenga, pero ella hizo caso omiso y continuó con su plan de vuelo.
Lentamente vi como Felicity volaba con gracia hacia El Antiguo, que no atinó a hacer otra cosa que lanzar un grito de rabia mientras era impactado por ella y finalmente empujado al interior del portal.
Los dos cruzaron el portal y desaparecieron de nuestra vista al instante, dejándonos a todos totalmente helados.
–¡El portal! –exclamó Joel– ¡Debemos destruirlo!
–¡Ella todavía puede volver! –argumenté, con lágrimas en los ojos y la flecha aún cargada en el arco.
Sin embargo, desde la profundidad de la otra dimensión, la voz de Felicity me llegó débil, totalmente imperceptible para el resto de mis compañeros, y tenía un solo mensaje:
–Hazlo, Dan... Salva al mundo.
Con lágrimas en los ojos, alcé nuevamente el arco y apunté al generador de portales.
Probablemente quedaban pocos segundos antes de que la puerta se cierre, pero, como Jason había explicado, mientras la maquinaria siguiera existiendo los habitantes del Otro Lado podían abrirla y cruzar a nuestro mundo.
Con grito de furia, solté la flecha y esta alcanzó perfectamente su objetivo, destruyendo para siempre la máquina y cerrando el portal, dejando a Eon, a Jason y a Felicity encerrados por siempre en aquel infierno.
Furioso, estallando en llanto, arrojé el arco lejos, y caí de rodillas en la tierra. La lluvia aún caía con fuerza, y limpiaba poco a poco mis heridas y las de mis compañeros, que se fueron acercando para intentar consolarme.
–Hiciste lo correcto, cariño –dijo Amy, envolviendo sus brazos alrededor de mi cuello y atrayéndome hacia ella–. Ella nos salvó a todos, salvó al mundo.
Pero no había nada en ese momento que me pudiera hacer sentir mejor. Acababa de condenar a Felicity, esa chica que animaba todos mis martes, aquella que había amado con locura en mi juventud, junto a la que había batallado, y que había salvado mi vida... la acababa de condenar al infierno.
Lentamente, los sonidos de la batalla a nuestras espaldas fueron cesando. La mayoría de Los Shadows, habiendo perdido a su líder, quedaron demasiado desmoralizados como para continuar la pelea, y La Resistencia pudo acabar con los pocos que decidieron seguir luchando.
Perdí noción del tiempo que pasé allí arrodillado, mirando el lugar donde había estado el portal, hasta que finalmente Alan hizo la gran pregunta:
–¿Y ahora qué?
Una última lágrima rodó por mi mejilla. Tomé una bocanada de aire y me levanté, y los compañeros que estaban a mi lado, intentado consolarme, hicieron lo mismo.
–Ahora salvamos el mundo –dije con toda la firmeza que pude, mientras me dirigía a los destartalados restos de la máquina terraformer.
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