47. El Antiguo contraataca
Una nueva explosión, esta vez más cercana al laboratorio, nos forzó a apartar la vista por un segundo de toda la destrucción que estaba ocurriendo allí.
Cuando logré recuperarme de la sacudida, miré a los compañeros que aún me acompañaban, que solo lograban expresar miedo en sus rostros.
–Tenemos que actuar rápido –dije, pero parecía que ellos no me estaban prestando la más mínima atención–. Amy, Alan, Elliot y yo, somos los más rápidos y ágiles, distraeremos a la gran masa de enemigos, mientras que el resto se encarga de poner al resto de la gente a salvo, ¿está bien?
Espere algunos segundos alguna reacción de mis amigos, pero nada, todos miraban embobados la continua destrucción a mis espaldas.
–¡Chicos! –exclamé, y esto pareció volverlos a la realidad– ¿Está bien?
La mayoría de ellos respondió asintiendo, y eso fue suficiente para mí. El grupo de Vigilantes se separó y yo me acerqué un poco a Elliot para hacerle un pedido.
–Voy a necesitar que nos traigas nuestro equipo, antes de que nos pongamos en acción.
–¿Trajes y todo? –preguntó él, el miedo había dejado lugar a la determinación.
–Solo las armas, apúrate.
Sin decir más nada, el velocista desapareció, mientras que el resto seguía avanzando, y al cabo de unos segundos nos trajo mi carcaj lleno y mi arco, la pistola de Amy y unas dagas para Alan.
–La misión básicamente es no morir, ¿verdad? –preguntó Phase, pero al no recibir respuesta se encogió de hombros– Voy a tomar ese silencio como un sí.
–Me adelantaré y llamaré la atención de los enemigos hacia la plaza principal, así los demás pueden escabullirse por calles secundarias –anunció Celerity, pero ni siquiera llegue a responderle asintiendo con la cabeza antes de que volviera a desaparecer de mi vista.
La aldea que habíamos logrado construir con un tremendo esfuerzo en los meses pasados ahora se encontraba casi totalmente destruida, desde donde estábamos incluso pudimos ver como la capilla que había servido de cuartel general se desplomaba tras una explosión.
Apurando el paso, logramos llegar al límite de la ciudad, y cubrirnos contra algunas casas en ruinas, y luego compartimos una breve mirada.
Totalmente decididos, salimos de nuestro escondite, y nos encontramos con un pequeño pelotón de Shadows que avanzaban por la calle con sus espadas en mano, muchas de ellas con sangre fresca cubriéndolas.
Al vernos, de inmediato se lanzaron hacia nosotros, pero logramos reaccionar rápidamente, en especial Amy, que disparó a tres de ellos antes de que tuvieran tiempo de hacer un segundo movimiento.
Con un poco de esfuerzo logramos derribar a los enemigos, y pudimos seguir avanzando, cruzándonos ocasionalmente con algún desorbitado miembro de La Resistencia, algunos de ellos terriblemente heridos, a los cuales ordenábamos que se alejen de inmediato de la plaza principal, y que repartan el mensaje con todos los demás que se encuentren en el camino.
Para cuando llegamos a nuestro objetivo, no sin antes tener que derribar grupo tras grupo de Shadows, Celerity corría en todas las direcciones posibles, esquivando los constantes rayos disparados por Lightning, que sobrevolaba el área y luchaba por golpear al velocista.
–¡Quédate quieto, bastardo! –exigía el frustrado villano, que ni siquiera vio venir la flecha-boleadora, la cual lo enredó y lo obligó a caer al suelo estrepitosamente.
Al ver que Lightning dejaba de ser una amenaza nos acercamos a Celerity, quien se había detenido y apoyado contra un árbol para recuperar el aliento.
–Llegaron... justo... a tiempo –dijo el velocista, respirando de forma agitada–. Ya me estaba cansando.
–Una lástima para ti –respondió alguien desde el otro lado de la plaza.
Al darnos vuelta nos encontramos con que Raptor, Bones, Tsunami y Pest se acercaban a nosotros, este último utilizando un traje similar al de los Shadows, pero mucho más pulcro y estético.
–Oh, mierda... –se lamentó Elliot.
Sin embargo, sabiendo que no tenía otra opción que luchar, él se lanzó a toda velocidad hacia el grupo de enemigos, y Raptor salió a su encuentro, produciéndose un brutal choque de poderes en el centro de la plaza.
Elliot se deslizó un poco, dejando gran parte de la suela de sus zapatillas al hacerlo, pero de inmediato giró velozmente, produciendo la suficiente carga estática para formar un pequeño rayo y lanzarlo contra Raptor, quien lo recibió de lleno y salió disparado hacia atrás.
La pelea entre los velocistas nos había distraído del resto de nuestros enemigos, y apenas logré girar para esquivar un gigantesco látigo de agua que cayó a mi lado, amenazando con aplastarme.
Giré la mirada y noté que Amy hacía lo posible por evitar a Pest, quien no paraba de intentar poner sus manos sobre ella para consumirla, y Phase estaba enloqueciendo a un furioso Bones, que intentaba atrapar al escurridizo Vigilante.
–Parece que eres mío, Archer –dijo Tsunamí, acercándose a mí con dos látigos de agua formados en sus manos, y una mirada seductora en su rostro.
–No tienes que hacer esto –intenté razonar con la muchacha–. La humanidad cometió sus errores, pero esta no es la manera.
–¿No? ¿Estás seguro? –preguntó ella, deteniéndose a unos pocos metros de mí–. Fue Eon quien me ayudó a conseguir venganza, me ayudó a castigar a quienes destruyeron a mi gente por pura codicia ¿Dónde estaban Los Vigilantes para ayudarnos a nosotros?
–¿Y la venganza devolvió a tu familia? Lo único que hiciste desde que te uniste a Eon fue crear a más gente como tú, gente inocente a la cual dejas sin hogar, sin sus seres queridos. –Por un segundo los látigos perdieron un poco de su forma, y sus extraños tatuajes dejaron de brillar con la misma intensidad–. Detén esto, sé mejor que nosotros.
Por unos segundos nos quedamos mirando, y me permití fantasear que había llegado hasta ella, que no tendría que enfrentarla, incluso llegué a pensar que ella podría haber sido una muy buena Vigilante. Pero entonces, sus tatuajes volvieron a brillar con la misma intensidad, y atacó con ambos látigos y un grito de furia, forzándome a girar hacia atrás para evitar el impacto.
El Antiguo había calado demasiado profundo en su mente, y la persona buena y amable que probablemente había sido alguna vez había desaparecido totalmente, de forma que no me quedaba otra opción que pelear contra ella.
Viendo que era demasiado rápido para que me atrapara con sus tentáculos, Tsunami se volvió completamente de agua y se lanzó hacia mí, pero reaccioné rápidamente y disparé una flecha-garfio hacia el campanario de la iglesia, que permanecía en pie, saliendo disparado hacia el cielo y esquivando a mi enemiga.
En el aire, me giré y disparé una flecha-congelante hacia la masa de agua que estaba debajo de mí, y esta dio en blanco justo cuando Tsunami empezaba a recuperar su forma humana, por lo cual se formó una especie de estatua de hielo con figura de mujer.
Caí al suelo dándole un puñetazo con mi brazo robótico a la figura congelada de Tsunami, haciéndola estallar en miles de pedazos, pero por la forma en que las piezas estaban vibrando era seguro que ella volvería a estar preparada en cuestión de minutos, de forma que debía aprovechar el tiempo que había ganado.
Me volví para ver cómo le estaba yendo a mis compañeros, y me encontré solo a Amy, pateando el trasero de un agotado Pest que claramente no tenía lo necesario para seguirle el juego a la brillante peleadora, y a Celerity no se lo podía ver por ningún lado, probablemente estaba peleando contra Raptor en algún lugar de la isla.
Por su parte, Alan parecía haberse cansado de esquivar los ataques de Bones, quien no paraba de embestirlo sin el menor éxito.
Agotado, Alan apenas y logró esquivar el último ataque del duro villano, y girando logró alejarse un poco de él para poder apoyarse contra una pared y recobrar un poco de aire.
Aprovechando la situación, Bones, que no estaba menos agotado que mi compañero, decidió lanzarse en una última carrera hacia él. Phase ni siquiera se movió, y solo alzó la cabeza y cerró los ojos, pero, obviamente, Bones pasó de largo y atravesó la pared, cayendo dentro del pequeño deposito que estaba junto a la iglesia.
Sabiendo que lo estaba observando, Alan alzó la mirada y me sonrió.
–Siempre tengo un plan, siempre –puntualizó él mientras se alejaba del lugar caminando–. Por cierto, en ese cobertizo guardamos una parte de las granadas para las tropas.
Sonreí levemente y cargué una flecha-explosiva, la cual disparé justo cuando Bones se levantaba y se empezaba a asomar por el agujero. El proyectil pasó justo por al lado de la cara del enemigo, quien, cuando se recuperó de la sorpresa de ver la flecha volando hacia él, sonrió de forma burlesca.
–Voy a hacer que desees no haber fallado ese tiro.
Ni siquiera tuve tiempo de responder, ya que al instante la flecha detonó, y su explosión se amplificó por la gran cantidad de granadas que había en el lugar, haciendo que Bones salga volando hacia adelante y se arrastre unos cuantos metros por el suelo. Sorprendentemente, entre la explosión y el impacto que le siguió, gran parte de su armadura se rompió, dejándolo bastante indefenso ante Alan, que, aún caminando, se acercó a él y le propinó un brutal puñetazo en el rostro.
Phase parecía estar a punto de hacer un comentario, cuando Pest cayó rendido justo delante de él tras recibir una patada directamente a la mandíbula de parte de Midnight.
–Siempre alguien me roba el momento –comentó con frustración Alan.
La bella espía se tomó un segundo para mirar a Pest y asegurarse de que no fuera a levantarse de nuevo, y cuando estuvo convencida los tres empezamos a acercarnos para planear nuestra próxima jugada.
Fue entonces cuando un portal se abrió justo delante de nosotros, y Dimensión lo atravesó, golpeando fuertemente a Amy en el rostro, y desapareciendo antes de que pudiéramos siquiera acercarnos para devolverle el favor.
El portal volvió a abrirse a nuestras espaldas, pero logré agacharme justo a tiempo para esquivar la patada que Dimensión me tiró, y de inmediato Phase saltó sobre él y se le prendió de la cintura para evitar que escape.
Sin embargo, el escurridizo enemigo abrió otro portal y lo atravesó con Alan intentando detenerlo, de forma que ambos desaparecieron ante mis ojos antes de que pudiera hacer algo.
Me acerqué a Amy y la ayudé a levantarse. Ella se tocaba el lugar donde había impactado el golpe de Dimensión, mientras que yo buscaba por todos lados señales de Alan, quien parecía no estar por ningún lado.
De repente, uno de los portales se abrió a unos cincuenta metros del suelo, y de él salió Phase, gritando e intentando inútilmente agarrarse a algo para evitar su caída, mientras que yo me apresuraba a buscar una flecha que pudiera amortiguar su caída. Pero entonces Felicity llegó volando a toda velocidad y logró atrapar al joven a escasos metros del suelo.
–Pusimos a todos los que pudimos a salvo, pero hay mucha gente que todavía no pudimos encontrar –nos anunció Rocket, mientras que dejaba suavemente a Phase sobre el suelo.
Poco después Sandy, Frank y Rebecca llegaron para unirse a nosotros, bastante agotados, y con algunos cortes en el cuerpo, pero dispuestos a seguir luchando.
–Logramos ahuyentar a la mayoría de los Shadows, pero más bien parecía que se estaban reagrupando –agregó Frank, quien parecía bastante preocupado por esto último–, ¿cuál es el siguiente movimiento?
–Ahora les toca morir –soltó la ominosa voz del Antiguo, que venía descendiendo desde el cielo para colocarse a unos metros de nosotros.
Casi al mismo instante, Raptor pasó a toda velocidad y nos arrojó el golpeado cuerpo de Celerity a nuestros pies, antes de volver a colocarse junto a su amo, que ya tenía Blackbird, Cougar, Loner y Dimensión a su lado. El resto de sus compañeros, los que habíamos podido derrotar, prácticamente se arrastraron hasta los pies del Antiguo, que les dedicó una breve mirada de asco.
Mientras mis compañeros se encargaban de levantar a Elliot, que a pesar de la paliza que había recibido aún respiraba, di un paso al frente para confrontar a Eon.
–Váyanse mientras pueden –le advertí, pero él simplemente me devolvió una media sonrisa.
–Se acabó, Archer, no queremos masacrar a toda La Resistencia, no nos interesa hacerlo –sentenció él–. Pero ustedes me causaron problemas, y van a tener que pagar por ello, esas son las reglas de mi mundo.
–No es tu mundo, todavía no.
–Pero lo será, muy pronto, no importa cuánto intenten negarlo –continuó él–. En una semana, aquellos que no son dignos habrán muerto, y ustedes serán olvidados.
–No lo lograrás –advirtió Felicity desde mis espaldas, con un tono amenazador–. Yo te liberé, y seré yo la que te envíe devuelta al infierno.
–Ah, la traidora –comentó Eon, sonriendo como si estuviera complacido de verla–. Eres fuerte, mi niña, pero no tan fuerte.
–Eso está por verse –replicó Felicity, y de inmediato se lanzó volando contra el enemigo.
–¡Rocket, espera! –intenté detenerla.
Pero era demasiado tarde, ella ya le estaba asestando unos brutales puñetazos al Antiguo, que lograron hacerlo retroceder bastante a pesar de su sonrisa burlesca.
Viendo que los caudillos de guerra de Eon iban a lanzarse sobre Felicity para detenerla, no vi otra opción que lanzarme hacia ellos disparando flechas, y el resto de mis compañeros me siguieron, o por lo menos los que aún estaban en pie. Con Elliot tan terriblemente golpeado, y Joel y Rebecca cuidando a Jason, estábamos claramente en una posición bastante inferior.
Sin embargo, rápidamente nos dimos cuenta de que, a pesar de nuestros ataques, los enemigos parecían más preocupados por alejar a Felicity de Eon que de cualquier otra cosa, lo que me hizo saber algo: le temían, todos ellos, tal vez incluso El Antiguo, y estaba bastante claro el por qué.
Si bien Eon lograba detener los descontrolados y furiosos puñetazos de Rocket, se notaba en su rostro que no lo hacía tan sencillamente como nos lo hacía creer. Se necesitaba una criatura poderosa para liberar al Antiguo, tal vez la misma criatura poderosa podía ayudar a detenerlo, por lo menos momentáneamente.
Nos acercamos a nuestros enemigos, quienes hacían todo lo posible por sacarnos de encima, y tratamos principalmente de llegar hasta Eon para darle una mano a nuestra amiga, que, la usar todo su potencial, se estaba agotando bastante rápidamente.
En un momento de la pelea, ya con Eon y Felicity intercambiando puñetazos en el cielo, El Antiguo logró atrapar uno de los golpes de nuestra compañera, quien quedó sorprendida por esto. Aprovechando la situación, Eon le asestó un fuerte cabezazo, enviándola nuevamente al suelo, y acto seguido cayó sobre ella con ambas piernas, logrando que escupa una gran cantidad de sangre.
Intentamos acercarnos al lugar de la caída, pero nuestros enemigos, viendo que su líder había logrado el dominio de la situación, se volvieron hacia nosotros y empezaron a plantarnos pelea, forzándonos a retroceder un poco.
Superados numéricamente, tuvimos que hacer un esfuerzo tremendo para contener la pelea, sobre todo cuando ellos tenían a Loner de su lado, que se dividía en varias partes para poder atacarnos más efectivamente. Por suerte, Elliot ya se había recuperado bastante de sus heridas y había vuelto a unirse a nosotros, manteniendo entretenido tanto al velocista como al multiplicador, no sin muchas dificultades.
Por mi parte, no tuve la oportunidad de elegir a mi enemigo, ya que, antes de que pudiera siquiera planear algún movimiento, Damien se lanzó volando sobre mí y me asestó una brutal patada en el pecho, haciendo que me arrastre varios metros por el suelo de la plaza.
Girando hacia atrás, logré ponerme de pie, y disparé rápidamente dos flechas que impactaron en su dura armadura, deteniéndolo brevemente.
Sin ningún tipo de expresión de dolor, Damien llevó sus manos, ahora más bien garras, y las quebró sin más.
–Ustedes solían ser más, ¿dónde están los demás? –preguntó Damien, mientras caminaba de lado a lado frente a mí.
A sus espaldas, Amy se enfrentaba dificultosamente a Cougar y a varias copias de Loner, que la forzaban a sacar todas las habilidades que había aprendido en sus días de espía, además de todos los trucos que aprendió peleando junto a Los Vigilantes. Por su parte, Rachel y Lightning formaban un espectacular juego de luces, no dejando de dispararse energía los unos a los otros.
–Asegurándose de que ustedes pierdan –repliqué, sin dejar de apuntarle.
En ese momento, Blackbird alzó vuelto y una vez que alcanzó una altura considerable se lanzó contra mí, por lo que me apresuré a disparar, pero él esquivó la flecha con un ágil giro en el aire, y no pude evitar que me asestara un buen puñetazo en el rostro, dejándome nuevamente en el suelo.
Antes de que pudiera levantarme, Damien ya se había tirado sobre mí, y estaba golpeándome repetidas veces.
–Eso es lo que todavía no entendiste, Dan –dijo él, deteniéndose por un momento y acercándose más a mi rostro–. Nosotros ya ganamos.
Damien se preparaba para continuar golpeándome, pero entonces escupí un chorro de sangre a sus ojos, y ganándome un valioso segundo que aproveché para zafarme de su agarre y golpearlo con mi brazo en el rostro, sacándomelo de encima.
Me levanté dificultosamente, y él estaba haciendo lo mismo, pero logré asestarle una brutal patada debajo del mentón, tirándolo nuevamente al suelo. Antes de que pudiera hacer otro movimiento, mi bota cayó con todo su peso sobre su pecho, reteniéndolo en el suelo, y apunté una flecha directamente a su frente.
–Vamos, oblígame a hacerlo –dije, y él me devolvió una sonrisa llena de sangre.
Si bien yo había logrado contener a Damien, el resto de mis amigos todavía batallaban arduamente contra sus enemigos, y Felicity todavía no había podido retomar la delantera en su pelea contra Eon, pero por lo menos había logrado levantarse y volver a golpearlo unas cuantas veces.
Por primera vez desde que se enfrentaron, Celerity había logrado atrapar a Raptor, y arrojarlo con furia contra una pared, pero no pudo disfrutar de su pequeña victoria, ya que unas cuantas copias de Loner se le echaron encima y tuvo que volver a ponerse en movimiento para evitar los peligrosos ataques del muchacho.
Sandy había vuelto a enfrascarse en una peligrosa pelea contra Tsunami, la cual había logrado asestarle un terrible golpe con una gigantesca mano hecha de agua, enviando a la joven Vigilante a lo lejos.
Por su parte, Frank estaba recibiendo una brutal paliza de parte de Dimensión, que no paraba de aparecer por todos lados, y lograba esquivar todos sus ataques, haciendo que el exmilitar se ponga realmente furioso. Cansado de recibir los golpes del villano, Ironside extendió sus manos y dos placas metálicas que había tiradas en la zona, probablemente producto de la explosión del cobertizo que estaba cerca la iglesia, volaron hasta él y se detuvieron a centímetros de él.
Justo en ese instante, Dimensión volvió a aparecer para atacar, pero en lugar de eso no pudo evitar chocarse de frente con una de las placas metálicas que Frank había colocado, cayendo al suelo, y dándole tiempo al héroe para envolverlo con sus cadenas.
Por su parte, Phase había vuelvo a escapar, aunque esta vez se veía obligado a esquivar los ataques tanto de Bones como de Pest, tarea que no le dejaba demasiado tiempo para contraatacar o pensar un plan de escape efectivo.
Damien seguía forcejeando por liberarse debajo de mi pie, y yo aún mantenía la flecha fijamente apuntada a su frente, cuando una de las naves que transportaba Shadows pasó volando sobre nosotros a toda velocidad, en dirección al laboratorio.
Lo siguiente que supe fue que ellos dispararon un enorme proyectil directamente hacia la estructura en la que se encontraban Jason junto a Rebecca y Joel, haciéndola estallar en cientos de pedazos, y dejándome a mí y a todos mis compañeros absolutamente helados.
–Entonces... ahí es donde se ocultaban las otras ratas –murmuró Blackbird a mis pies mientras me sonreía, y yo no pude hacer otra cosa que devolverle una mirada aturdida.
Sin más, el villano tomó una pequeña daga y me la clavó en la pierna, y me forzó a retroceder, ganado el tiempo suficiente para ponerse de pie.
Ambos quedamos enfrentados nuevamente, y estábamos listos para retomar la pelea, al igual que el resto de nuestros compañeros, pero entonces Eon cayó desde el cielo a toda velocidad, haciendo un pequeño cráter en el suelo de la plaza, todos alzamos la mirada hacia el cielo para encontrar Felicity, flotando allí, con la mirada clavada en las ruinas del laboratorio y lágrimas en sus ojos.
–No... –dijo con suavidad primero, pero luego una furia tan grande llenó sus ojos que por un segundo temí que Kali hubiera retornado– ¡No!
Con este desesperado grito de guerra, Rocket se lanzó a toda velocidad hacia Eon, que acababa de levantarse, y le asestó un brutal puñetazo, dejándolo bastante desorientado. Esto le dio tiempo para tomarlo de su traje y llevarlo nuevamente al cielo, donde lo golpeo dos veces más en el rostro.
–Tú... ¡Tú no puedes ganar! –gritó Felicity, con más enojo que antes.
Rocket giró varias veces con Eon entre sus manos, quien parecía que ya ni siquiera intentaba defenderse, y luego lo arrojó contra la iglesia, reduciendo lo poco que quedaba del edificio a un montón de escombros.
Esta vez fueron los caudillos del Antiguo quienes quedaron helados, pero esto no duró demasiado.
–¡Raptor! ¡Dimensión! –exclamó Damien, mientras sacaba dos dagas y me miraba–. Plan b.
El velocista lo miró y asintió, antes de desaparecer rápidamente, pero el otro simplemente continuó luchando contra Frank, como si no hubiera escuchado la orden de su compañero.
Una gigantesca roca salió volando desde la iglesia, e impactó de lleno en Felicity, lo que indicaba que El Antiguo estaba de nuevo de pie, y listo para continuar la pelea, pero yo estaba demasiado ocupado tratando de esquivar los ataques de Blackbird como para pensar en enfrentarlo en ese momento.
Disparé flecha tras flecha contra mi enemigo, pero él seguía cortándolas en pleno vuelo y continuaba su marcha hacia mí, forzándome rodar por el suelo para esquivar su imparable ataque.
Me giré, dispuesto a disparar nuevamente contra él, pero en ese momento él extendió sus filosas alas y giró velozmente, produciéndome un profundo corte en el pecho, y forzándome a retroceder una vez más.
Por su parte, mis amigos finalmente parecía que estaban ganando control sobre la pelea, sobre todo ahora que Raptor había desaparecido y Celerity podía concentrarse en atrapar al Loner original.
Sin embargo, aún ante tan esperanzadora imagen, no podía evitar sentir que algo estaba mal.
"Plan b", había dicho Damien, quien acababa de esquivar a duras penas una flecha, la cual le dejó profundo corte en la mejilla izquierda. Fuese lo que fuese, el plan b solo podía significar malas noticias para nosotros, y lo peor era la incertidumbre, no saber de qué diablos se trataba, y no poder detenerse a razonarlo.
Mientras yo seguía mi combate con el ex Vigilante, Felicity continuaba su arduo combate contra El Antiguo, quien la tenía mucho más difícil ahora que ella había desatado todo su potencia. Rocket era poder puro en ese momento, no era ni Felicity ni era Kali, era las dos juntas, su poder combinado, y eso la hacía terriblemente peligrosa para sus enemigos, como Eon lo estaba comprobando. Sin embargo, El Antiguo no cedía terreno tampoco, y parecía siempre encontrar la forma de ponerse a la altura de la situación.
En un momento, Felicity calculó mal su plan de vuelo, y Eon logró esquivarla, para luego tomarla de su capa y arrojarla brutalmente al suelo.
El Antiguo miró el campo de batalla y lanzó un grito de furia. En su rostro, en sus movimientos, y en su voz se notaba que jamás había esperado semejante resistencia de nuestra parte, y mucho menos que Felicity le diera una pelea tan pareja.
–¡Se acabó, Vigilantes! –vociferó, y avanzó hacia nosotros, mientras que Felicity comenzaba a levantarse a sus espaldas– ¡Voy a destruirlos, junto a su patético mundo! ¡No se merecen el reino que estoy construyendo!
A su alrededor, las piedras comenzaban a flotar levemente, y no pudimos evitar sentirnos aterrados al ver que se nos venía encima.
Pero entonces, la voz de Raptor sonó por el comunicador que Damien llevaba en su oreja, y yo pude escucharlo tan claramente como si el velocista estuviera parado a mi lado.
–Ya todos están en las naves –fue lo único que dijo Raptor, y la postura de Damien cambió totalmente.
Guardó sus armas y miró a Dimensión, y este simplemente le asintió antes de asestarle una fuerte patada en el pecho a Frank, quien se encontraba totalmente helado viendo como El Antiguo estaba cada vez más cerca. Golpeado y cansado como estaba, Eon seguía siendo un enemigo formidable.
Viendo que tenía el camino despejado, Dimensión extendió las manos, y juntando toda su concentración logró crear múltiples portales a la vez, todos cerca de sus compañeros, los cuales se apresuraron a escapar del lugar.
Al mismo tiempo, las naves en las que llegaron los Shadows comenzaron su retirada, lo cual inmediatamente llamó la atención de Eon, que cada vez se encontraba más solo.
–¿¡A donde van!? –gritó al aire– ¡Cobardes!
En ese momento, Felicity llegó de atrás de él, justo cuando Eon se giró para enfrentarla, ella le asestó un puñetazo descendente justo en el rostro, haciendo que el poderoso enemigo caiga de espaldas en el suelo.
–Yo siempre cumplo mis promesas, Daniel –me advirtió Damien, llamándome nuevamente la atención hacia él.
Antes de que pudiera contestar, mi enemigo cruzó el portal creado por Dimensión y desapareció, dejándome con muchas preguntas en mente.
Un nuevo portal se abrió debajo de Eon, y este desapareció a través del mismo, aunque en su rostro se notaba que no estaba para nada contento con la idea de huir de la pelea.
Finalmente, Dimensión es esfumó a través de uno de sus portales, dejándonos a todos agotados, y con el campamento totalmente en ruinas, pero por lo menos estábamos con vida... la mayoría de nosotros.
–Joel, Rebecca... –murmuré, y todos mis compañeros se volvieron hacia mí.
De inmediato nos largamos corriendo hacia las ruinas del laboratorio, siendo, obviamente, Celerity el primero en llegar al lugar del impacto.
Desde la plaza del lugar, solo pudimos observar la explosión y ver algunos escombros salir volando por los aires, pero jamás nos hubiéramos imaginado tanta destrucción.
La totalidad del laboratorio había desaparecido, siendo remplazada con pedazos de metal doblado, llamas, y un montón de rocas esparcidas por la zona.
No había posibilidades de que sus ocupantes sobrevivieran, pero aun así nos adentramos en las ruinas y comenzamos a dar vuelta piedra tras pierda, en búsqueda de nuestros amigos.
Pasamos posiblemente media hora dando vuelta escombros, nuestras manos sangraban y habíamos perdido toda la esperanza, cuando, de repente, comencé a sentir un leve golpeteo proveniente del suelo.
–¡Silencio! –grité y todos se me quedaron mirando como si hubiera perdido la razón.
Pero ahí estaba, un claro golpeteo que probablemente era imperceptible para ellos, pero que no se escapaba a mis sentidos mejorados.
–Allí –dije, y señalé una enorme roca, demasiado pesada como para que yo la mueva.
Felicity me miró un segundo, como para confirmar lo que estaba diciendo, y luego procedió a levantar la roca como si fuera un simple pedazo de papel.
Tan pronto como ella quitó el escombro, una escotilla se abrió, como si de una puerta al infierno se tratara, y la cabeza de Joel asomó, cubierta de polvo.
–Ya se habían tardado –dijo el joven genio.
Con una sonrisa de alegría, Sandy envolvió el cuello de su novio con un abrazo, y algunas lágrimas cayeron de sus ojos.
–Eres un idiota, jamás vuelvas a asustarme así –dijo ella, pero claramente no podía ni siquiera actuar enojada.
Rebecca, mientras tanto, los miraba confundida y algo enojada, claramente con ganas de salir del pozo en el que había estado hacía más de una hora, probablemente, pero tuvo que aclararse la garganta para que finalmente la pareja feliz reaccionara y saliera del camino, permitiéndole a ella y a Jason salir del sótano.
–Lo descubrí la primera semana que estuve aquí, y decidí fortificarlo en caso de que algo como esto llegara a pasar –se adelantó a explicar Jason, leyendo la pregunta "¿cómo?" en mi rostro.
–¿El generador de portales? –se apresuró a preguntar Felicity, realmente aliviada por el hecho de haber encontrado a nuestros compañeros.
–Logramos bajarlo, está a salvo –contestó Joel, sin dejar de abrazar a Sandy.
Todos lanzamos un suspiro de alivio, y algunos de mis compañeros no puedo evitar sentarse sobre las rocas para descansar un poco luego de tan fatídico día.
Sin embargo, luego del alivio que me produjo ver que Joel, Rebecca y Jason estaban bien, la sensación de que algo no estaba del todo bien volvió a embragarme, y volví a repasar la pelea en mi mente, y entonces las palabras de Damien regresaron con la misma fuerza que un puñetazo al estómago.
"Yo siempre cumplo mis promesas, Daniel" me había advertido el asesino antes de desaparecer por el portal, y ahora sabía bien a qué promesa se refería.
Sin más, me eché a correr hacia las ruinas del campamento, con mis sentidos atentos, en búsqueda de señales de vida, y con mis compañeros siguiéndome de atrás lo más rápido que podían.
Encontré a varios refugiados en diferentes casas destruidas, algunos soldados ayudando a sus compañeros a levantarse, y a limpiar la zona de los cadáveres de amigos y enemigos que había tirados.
Pero fue finalmente en la última casa del campamento, una que se encontraba justo antes de llegar al puerto, donde encontré lo que buscaba.
Dentro, solo se escuchaba el débil latido de un corazón, y había sangre corriendo por debajo de la puerta medio abierta.
Con las piernas temblando, empujé la puerta y me encontré con un inigualable horror.
En el suelo del lugar por lo menos una docena de soldados yacían muertos, descuartizados, aplastados contra las paredes, y entre ellos, cientos de casquillos de balas que jamás habían encontrado a su objetivo.
En mi mente no había duda de que Raptor era el responsable de aquella masacre, y también sabía bien por qué había ido a ese lugar, pero entonces, un débil soldado, con su cara manchada de sangre, y con un brazo menos, lanzó breve suspiro, y con su única mano me hizo una señal para que me acerque.
–É-él los mató a todos... llegó... llegó como un rayo y los mató a todos –me confirmó el valiente soldado caído–. Ellos los tienen, y di-dij... dijo que los asesinarán si... si se acercan.
El soldado finalmente se rindió, su corazón había dejado de latir. Probablemente Raptor lo dejó vivo para que entregara el mensaje, pero no hacía falta, entendí el mensaje ni bien abrí la puerta de aquel lugar.
Emma, Briggs, Joseph, Clara, Ana y mi madre, todos ellos, ahora estaban en manos del Antiguo, y si intentábamos salvar el mundo, él los asesinaría a sangre fría.
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