43. Colmena
Durante el vuelo de regreso al campamento, el Mejorado permaneció absolutamente noqueado, y el resto del equipo en silencio. Supongo que una vez lograda nuestra victoria, y lejos de aquel infierno, cayeron en la cuenta de lo cerca que estuvimos de morir, como uno de los tantos grupos que había ido a aquel lugar y que, muy probablemente, habían muerto al llegar o, peor aún, terminaron transformados en Mejorados que ahora servían entre las legiones de Eon.
Pero lo habíamos logrado, como siempre, al límite de que todo se fuera a la mierda, pero era una buena forma de acostumbrar a los reclutas.
Habíamos dado nuestro primer gran golpe al enemigo, y era enorme, después de todo ¿de qué le serviría a Eon gobernar este mundo si su especie estaba perdida de todas formas? Sin embargo, era demasiado temprano para cantar victoria. El Antiguo, astutamente, había mantenido La Incubadora en secreto incluso de su teniente más poderosa, Kali, por lo que nada nos aseguraba que no había otros edificios justo como ese alrededor del globo. Por supuesto, ese debía de ser el más grande, ya que pudimos captar la gran concentración de Mejorados en el lugar, pero eso no era mucho consuelo, era probable que grupos más pequeños protegieran incubadoras de menor tamaño, y si aunque sea uno de los clones de Eon llegaba a nacer sería un problema enorme.
Sin embargo, decidí despejar mi mente de toda duda, echar mi cabeza hacia atrás, y descansar hasta que pusiéramos pies en tierra firme, me lo merecía, todo el grupo se lo merecía.
La sacudida de nuestro transporte al aterrizar me despertó, justo antes de que Amy me tomara del hombro para despertarme ella misma con una enorme y hermosa sonrisa en su rostro.
–Llegamos, dormilón –dijo ella y yo le devolví la sonrisa.
Por supuesto, dormilón para nosotros significaba poder dormir más de dos horas, y creo que esta vez ni siquiera alcancé a esa marca, por lo que aún me sentía bastante cansado y adolorido por los golpes que había recibido en combate.
Cuando la escotilla se abrió, el sol del lugar me dio de lleno, despabilándome por completo, de forma que simplemente me levanté y estiré un poco antes de mirar hacia afuera.
Los líderes de La Resistencia se habían reunido alrededor del avión, esperando que bajemos para darle el reporte de la situación, y pude ver sus caras de preocupación al ver que la mayoría de nosotros estaba golpeado y con varias manchas de sangre, pero respiraron aliviados cuando notaron que no faltaba ni un Vigilante.
Como era de esperarse, sus caras volvieron a cambiaron cuando se dieron cuenta que estábamos descargando al Mejorado que habíamos secuestrado, y que ahora yacía atado a una camilla de emergencias, totalmente inconsciente.
–¿Perdieron la razón en su viaje? –preguntó Joseph, haciendo un esfuerzo inútil por no parecer demasiado asustado– ¡Si esa cosa se despierta podría lastimar a nuestra gente!
–Tranquilo, Joe, yo les pedí que lo traigan –replicó Emma, quien venía a unirse al grupo con su silla de rueda–. No lo dañaron demasiado ¿verdad? –nos preguntó.
–Lo justo y lo necesario –respondió Felicity–, no se va a despertar por unas cuantas horas, pero debemos mantenerlo vigilado en todo momento.
–Estoy de acuerdo –agregó Joel de inmediato–, iré contigo, tal vez pueda ayudarte con lo que sea que quieras hacer con el pobre bastardo.
Emma asintió, de forma que ella y el joven Green partieron, con Sandy y Rachel pisándoles los talones. Probablemente bastaría con Emma para detener a un Mejorado, pero no podíamos correr ningún riesgo, así que me dejaba bastante tranquilo que las chicas los acompañen.
–Bien, entonces procedamos al reporte de la misión –dijo Briggs, haciéndose a un lado e invitándonos a acompañarlo a la capilla del campamento.
Los que quedábamos caminamos junto a los líderes de La Resistencia, sin embargo, a los pocos pasos, Rebecca se detuvo en seco y clavó su mirada en la distancia.
Al percatarme de esto me giré y miré en la misma dirección, solo para descubrir que Jason estaba ahí, observándonos desde lejos, y pude ver el alivio en sus ojos por un segundo tras reencontrarse con Feral. Por supuesto, este hizo todo lo que pudo para ocultarlo, por algún motivo, pero para mí había sido evidente.
Rebecca se dio cuenta de que yo también me había detenido, y se giró a verme con una sonrisa en el rostro. Ella estaba realmente feliz de ver a Jason y hacía un pobre trabajo por esconderlo, de forma que simplemente sonreí y asentí con la cabeza, librándola del tedioso trabajo de tener que dar el reporte de la misión.
Sin más, ella apuro el paso hasta alcanzar a aquel imponente hombre, y, tras saludarse con una especie de reverencia, ambos partieron en dirección al laboratorio. No me cabía duda de que lo que sea que estuvieran haciendo le estaba viniendo bien a Rebecca, se la veía más enfocada, menos temerosa de perder el control, y, a la vez, cada vez que se transformaba en Feral se podía notar que era más poderosa, ya no era una bestia que hacía las cosas sin cuidado, y, como para confirmar mis sospechas, oí que Jason decía:
–Me alegra que hayas vuelto, todavía tengo muchas cosas por enseñarte, y temí que te perdieras nuestro horario de meditación.
Sonreí ante la imagen metal de Rebecca haciendo una especie de yoga extraño con Jason, y luego volví a apurar el paso para alcanzar al resto del equipo.
Durante la siguiente hora y media nos dedicamos a explicar lo que encontramos, haciendo especial hincapié en señalar que La Incubadora había sido detenida, o por lo menos una de ellas, y también relatamos nuestras dificultades y los daños que habíamos recibido.
–... los tentáculos de la cámara me estaban arrastrando nuevamente hacia adentro, por suerte, Felicity llegó en el momento justo y me sacó de ese lugar antes de que explotara –dije, concluyendo nuestro relato y mirando a nuestra salvadora en forma de agradecimiento, pero ella simplemente desvió la mirada.
–Parece que tenemos todo –dijo Jospeh, cerrando una libreta en la que iba a anotando las partes más importantes de la historia–. Vaya a descansar, se lo mere...
–Esperen, esperen, esperen –lo detuvo Alan de inmediato–. Quiero que quede registro de que, después de la explosión, un Mejorado salió de detrás de un árbol y disparó contra Stardust, y yo, heroicamente, me interpuse entre ella y la bala, ganándome una linda cicatriz y un beso.
–Si, en el cachete... –se mofó por lo bajo Amy, sacándole una sonrisa a Frank y a Elliot.
–Fue bastante cerca del labio, juro que le contaremos esta historia a nuestros hijos dentro de unos años –se jactó orgullosamente Phase.
–Claro que sí, campeón –comentó entre risas Briggs–, y no te preocupes, ya dejamos registro de lo que pasó, vayan a descansar, les avisaremos si surge algo nuevo.
Todos asentimos con la cabeza y salimos del lugar, dirigiéndonos, antes que nada, al comedor para una buena comida, y ya con el estómago lleno, el sueño no tardó en llegar, de forma que cada uno partió hacia sus aposentos para tener un buen y merecido descanso.
Sin embargo, habiendo podido dormir algo en el viaje de regreso, me encontré con varias dificultades para conciliar el sueño, y al cabo de una hora ya me encontraba lo suficientemente despierto como para querer salir de la cama, pero, antes de irme, me giré, corrí los pelos de Amy, y le di un suave beso en el cachete. A pesar de estar dormida, una leve y hermosa sonrisa se formó en su rostro y, dándome por satisfecho, me levanté, me vestí y salí a ver como estaban las cosas en el campamento.
Era la mitad de la noche, y faltaban varias horas para el amanecer, de forma que no había demasiado movimiento, pero había algo en el aire frío y seco del lugar que encontraba extremadamente relajante, de forma que me dediqué a caminar de aquí para allá, buscando despejar mi mente de todas las preocupaciones que, acalladas y reprimidas, seguían en algún lado de mi cabeza.
Llegué a la mitad del poblado y alcé la mirada hacia el cielo. No había ni una sola nube, y las estrellas brillaban con una intensidad que no recordaba haber visto antes.
Allí afuera, en el basto e infinito universo, la vida seguía, mientras que nosotros luchábamos sin cesar por mantener la paz. No pude evitar pensar en todas las cosas buenas que habían venido de aquella gigantesca oscuridad, pero también tuve que reconocer que, muy probablemente, allí, en algún lado, yacían amenazas futuras, cosas que jamás vimos ni nos imaginamos, esperando el momento justo para devorarnos.
Y sin embargo, aún ante esa idea, sonreí. Eon caería, indudablemente tendríamos que sangrar para lograrlo, pero él caería, y si un nuevo enemigo surgía, entonces Los Vigilantes estarían listos para hacerle frente.
De repente, un sonido leve me distrajo de mis pensamientos y me hizo volver mi mente a la tierra. Bastó que prestara un poco de atención para darme cuenta de que se trataba de un suspiro bajo, proveniente de una casa que se encontraba a unos cuantos metros de mí, e inmediatamente supe de quién se trataba.
Me acerqué a la puerta, y no me sorprendí al descubrir que esta se encontraba abierta, la mayoría de las puertas del lugar lo estaban, así que simplemente me introduje en el lugar y, sin embargo, su ocupante no se movió ni un solo centímetro de su posición.
Allí se encontraba Felicity, observando con atención y seriedad la armadura negra de Kali, colocada sobre un maniquí en una vitrina. Por lo demás, la casa se encontraba totalmente vacía, ella era su única ocupante.
–Supongo que nunca confiaron del todo en mi –dijo ella sin despegar la mirada del traje–. Desde el inicio, incluso después de que les dije dónde estaban ustedes, siempre me dejaron sola. Supongo que es normal que sientan miedo...
–Sí, es normal –respondí sin dudarlo un solo segundo–, pero ellos aprenderán a confiar, créeme. A demás, vivir solo no es tan malo, durante mi tiempo fuera viví en pequeños edificios colmados de gente, y niños... no te lo recomiendo. En tanto a lo otro, creo que ya no tendrás que estar sola.
Al escuchar esto Felicity se giró de inmediato y me dedicó una mirada llena de dudas, por un momento juraría que pensó que había perdido la cabeza totalmente.
–Lo siento, Daniel, pero esto fue una cosa de una única vez –contestó ella.
–Nos salvaste la vida, Felicity, no habríamos salido vivos de ese lugar si no fuera por tu ayuda, mucho menos podríamos haber destruido La Incubadora, ¿cómo podrías renunciar a eso? –pregunté, acercándome a ella.
–¿Y qué hay de las cosas que hice antes? –al decir estas palabras, sus ojos se clavaron en mi brazo robótico, aquel que ella me había cortado– Lastimé a mucha gente, gente inocente. Usaré mis poderes para mantener La Resistencia en pie, ayudar a construir viviendas, buscar provisiones, pero no más de eso, soy demasiado peligrosa para estar ahí afuera.
–La persona que lastimó a toda esa gente fue Kali, y tú lo sabes muy bien –respondí con seriedad y firmeza–. Si hubiera confiado en ti desde el principio no nos hubiéramos encontrado en esa situación para empezar, te mantuve en vigilancia todo este tiempo, te juzgue, diablos, incluso tenía varios planes de contingencia en caso de que realmente fueras Kali y decidieras mostrar tu verdadero rostro... todos los cuales acababan en tu muerte. Y sin embargo, a pesar de lo idiota y lo ciego que fui, tú fuiste a ese infierno, te enfrentaste a los Mejorados de Eon y nos salvaste el trasero, aunque no debías hacerlo. Eres una heroína, y eso no es algo que no puedes borrar, es algo esencial a tu ser, Felicity, y probablemente es lo que te mantuvo viva aun cuando Kali estaba en completo control.
–Y ella es pura maldad, Dan, no puedo correr el riesgo de que siga ahí, en el fondo de mi alma, aguardando el momento para salir, y menos que lo haga en el medio de una batalla –protestó ella–, no podría soportar volver a lastimarlos.
–Confío en ti –dije finalmente, poniendo mi mano sobre su hombro–. No hay forma de que Eon no tome represalias por lo que hicimos ayer, él va a estar preparado, y va a contraatacar con todo lo que tiene... el equipo necesita a Rocket –quité mi mano de su hombro y dirigí la mirada al traje de Kali, se veía imponente aun estando sobre ese maniquí–. Lo que hiciste en el pasado no puede ser corregido, pero aún puedes salvar el futuro, puedes salvar al mundo.
Tras decir estas palabras, me giré y me dispuse a salir del lugar para dejar que Felicity piense en mi propuesta, pero cuando estaba por tomar el picaporte, la voz de Emma sonó con fuerza y claridad en mi cabeza.
"Dan, necesito que vengas al sótano de la capilla, de inmediato" fue lo único que dijo antes de cortar la comunicación.
–¿Daniel? –preguntó Felicity a mis espaldas con preocupación en su voz– ¿Estas bien?
–Era Emma... se puso en contacto conmigo –dije, mientras me intentaba quitar la extraña sensación de escuchar una voz ajena en tu cabeza sin ningún tipo de aviso–. Debe tener noticias sobre el Mejorado que capturamos.
De inmediato abrí la puerta y comencé a caminar a paso ligero hacia la capilla, y de inmediato me di cuenta de que Felicity había salido detrás de mí, y no tardó en ponerse a mi lado. No pude contener una pequeña sonrisa, sabiendo que ella ya había tomado su decisión y que definitivamente tendríamos a Rocket salvándonos el trasero en más de una situación, pero me guardé los regocijos para más tarde y continué caminado.
En cuestión de minutos nos encontramos en el lugar, en el que estaban Emma, Joseph, Joel y Dune, todos alrededor del cuerpo inconsciente del Mejorado, que estaba postrado en la misma camilla en la que lo trajimos.
–¿Qué pasó? –pregunté ni bien entré, y todas las miradas se clavaron en nosotros dos, a lo que siguió un incómodo silencio– Oh, y tal vez debería mencionar que no estaba engañando a Amy con Felicity.
–Por tu bien, espero que eso sea cierto –dijo Sandy con una sonrisa en el rostro–, todos sabemos que ella te patearía el trasero si lo hicieras.
Todos compartieron una mirada por unos segundos y asintieron, estando absolutamente seguros de que lo que acababa de decir Dune era cierto, incluso Felicity ladeó la cabeza, como confirmándolo, de forma que puse los ojos en blanco y volví a preguntar.
–¿Qué pasó?
–Tenemos buenas y malas noticias –señaló Joel, dedicándole una breve mirada a Emma–. La mala es que no pudimos encontrar una forma de volver a estas personas a la normalidad, lo que sea que les haya hecho Eon fue lo suficientemente fuerte para corromperlos totalmente.
Me imaginé que algo así podía pasar, pero ni con mil años de preparación la noticia no me habría impactado. Eon había hecho algo peor que matar a esas personas, les había quitado lo que los hacía humanos, y era sinceramente triste. Era nuestra obligación vengar a todas aquellas personas que habían sufrido en sus manos, debíamos convertir esa tristeza en fuerza para luchar.
–¿Cuál es la buena? –preguntó Felicity con impaciencia.
–Bueno, al ver que no podíamos encontrar nada orgánico que revertir a su estado original, me metí en la mente del Mejorado y descubrí algo impresionante –dijo Emma–. Por un segundo mi propia mente se sobrecargo, recibí imágenes de... de todas las partes del mundo, y tuve que hacer un esfuerzo tremendo para mantener la concentración y no dejarme llevar, la fuerza me empujaba como la furiosa corriente de un río. Pero finalmente pude enfocarme y darme cuenta de algo, todo eso que estaba viendo, era lo que veían todos los Mejorados del mundo.
–¿Qué estás diciendo? –pregunté, bastante intrigado por la extraña experiencia que nos relataba Emma.
–Básicamente, la mente de los Mejorados funciona como una colmena que trasmite toda la información que ellos tienen a la mente de todos los demás, todos ellos están conectados de alguna forma –explicó la inteligente telepata.
–Creemos que así es como se dieron cuenta que los estábamos atacando en La Incubadora –agregó Dune–, cuando derrotamos a uno, los otros se dieron cuenta al instante y solamente tuvieron que ir hasta la última localización conocida, y no tardaron en dar con nosotros.
–Bien, eso explica bastante, pero no entiendo como esto son buenas noticias –argumenté–, básicamente es imposible acercarnos a ellos sin que nos detecten, y si este pobre diablo se despierta podría dar alerta a todos los demás sobre nuestra localización.
–No te preocupes por él, puse un bloqueo en su mente, ninguno de sus compañeros puede encontrarlo –explicó Emma–. Y es una buena noticia por una razón, si todas las mentes están conectadas, deben estar recibiendo y enviando información constantemente a una... mente maestra, si se quiere, la cual evita que los cerebros de los Mejorados colapsen por todos los datos... hay un lugar en el mundo que los controla a todos.
–La Cosechadora... –murmuró Felicity por lo bajo, poniendo en palabras lo que yo mismo estaba pensando.
–Exactamente –confirmó Joel–, y si la destruimos...
–... detenemos a todos los Mejorados de un solo golpe –completé la idea de mi amigo con una sonrisa en el rostro–. Es hora de despertar a los otros, tenemos un asalto que planear.
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