1. La calma.

Desde la cima de una grúa, observé como tres o cuatro sujetos altamente armados transportaban a un grupo de chicas semidesnudas desde unas camionetas negras, hasta un grupo de contenedores abiertos, donde más personas con armas esperaban para asegurarse que ninguna de las muchachas hiciera alguna estupidez de última hora.

Hacía ya algunas semanas que nos habíamos enterado que un grupo de criminales se dedicaba a secuestrar chicas de todas las edades en las calles de Boston, las cuales luego eran intercambiadas por armamento, enviado por algún caudillo de una zona impronunciable de África. Habíamos decidido que esa noche se iba a terminar.

–Blackbird, ¿me recibes? –pregunté llevándome la mano al comunicador en mi oído.

–Fuerte y claro, Archer –respondió Damien inmediatamente.

–Desde donde estoy puedo ver a por lo menos nueve enemigos, todos con armas de alto calibre, ¿me estoy perdiendo de algo? –dije mientras observaba como aquellos imbéciles empujaban a la pobres mujeres hacía los contenedores.

–Hay por lo menos cinco más enemigos de cada uno de los bandos, escondidos entre los contenedores en caso de que el trato salga mal, y veo a dos... no, tres francotiradores, aunque están bastante distraídos –informó Blackbird, quien seguía sobrevolando el lugar.

–Encárgate de ellos de la manera más silenciosa posible –dije, y de inmediato pregunté:– Stardust, Midnight, ¿ya pudieron ubicar los contenedores de armamento?

–Los estamos viendo en este momento, están protegidos por un pequeño grupo de guardias, y ya se están preparando para empezar a descargarlos –me contestó Amy, con su suave voz–. Esperamos tus órdenes para actuar.

–Manténgase a la espera; Gravity, ¿la barrera ya está construida?

Tras esperar unos segundos la respuesta de mi compañera, finalmente recibí el mensaje de su parte.

–Acabo de colocar el último contenedor para cerrar el perímetro, a menos que estos sujetos planeen nadar hasta Europa, no hay manera de que escapen –respondió Emma con cierto orgullo.

–Bien, hagámoslo –dije mientras pulsaba el botón en los guantes de mi traje que desactivaba el modo camuflaje y me volvía visible nuevamente.

Inmediatamente disparé una flecha-tirolesa, y descendí hasta donde estaban mis enemigos, quienes en un primer momento se asustaron terriblemente, y luego comenzaron a apuntarme con sus armas, esperando la orden de su jefe para acribillarme.

Por algunos segundos, el tiempo pareció detenerse. Observaba a los enemigo en silencio, mientras que sentía la refrescante y algo salada brisa que corría en las cercanías del mar, y por su parte, ellos y las chicas a las que estaban transportando, se quedaron helados de miedo ante mi presencia, hasta que finalmente un sujeto surgió de entre las sombras con una gigantesca pistola en su mano y comenzó a hablar.

–Creo que te metiste en el lugar equivocado, flechitas –dijo el líder de los traficantes con una sarcástica sonrisa en su rostro.

–Liberen a las chicas en este mismo instante –ordené, con la mirada clavada en el enemigo–, y prometo que no saldrán lastimados.

–A demás de ciego ¿Eres idiota? Te superamos en número y en armamento... bueno, supongo que siempre es así con ustedes, imbéciles enmascarados –respondió el sujeto, y esta vez la sonrisa se volvió aterradora–. Te diría que le preguntes a los pocos justicieros que aparecieron en Boston como terminaron cuando quisieron interponerse en nuestros planes, pero creo que los descuartizamos a todos... Bueno, esta charla fue divertida, pero es hora de volver al trabajo.

Dicho esto, el sujeto hizo una señal para que sus francotiradores me quiten del camino, pero nada de eso ocurrió, lo cual indicaba que Damien había cumplido con su tarea. La mezcla de sorpresa y confusión en la cara del líder y sus secuaces era realmente extraordinaria, así que aproveché el momento para seguir hablando.

–Última oportunidad... liberen a las chicas, ahora –dije, mientras cargaba una flecha en el arco.

El líder, que aún se encontraba tratando de descifrar qué había pasado con sus soldados, clavó su mirada en mí y levantó su pistola.

–Al diablo con esto –dijo mientras se preparaba para dispararme.

Antes de que pudiera quitar el seguro del arma, yo pronuncié una simple palabra:

–Háganlo.

De inmediato, una explosión, que indicaba que Amy y Rachel habían destruido el armamento, iluminó la terriblemente oscura noche, y sobresaltó a los enemigos lo suficiente como para que se distrajeran y me dieran el momento justo para volverme invisible nuevamente.

Rápidamente me moví, de manera que para cuando los enemigos se dieron vuelta y comenzaron a descargar sus armas, yo ya estaba fuera de peligro.

Cuando estuve lo suficientemente cerca de los malhechores, desactivé la invisibilidad del traje y le di un poderoso puñetazo con mi brazo robótico a uno de los sujetos, el cual inmediatamente cayó rendido al suelo.

Antes de que pudieran disparar sus armas disparé una flecha-cegadora al medio del grupo, y esta estalló dejando a todos mis enemigos terriblemente aturdidos, situación que aproveché para derriba a dos más.

Cuando el efecto de mi flecha se deshizo, tuve que moverme rápido para esquivar la gran balacera que se dirigía en mi dirección, así que me apresuré a escalar un contenedor y esconderme mientras esperaba que el resto de mis compañeros llegara a apoyarme.

Sin embargo sabía que tenía que seguir atacando a los enemigos, de otra manera ellos indudablemente comenzarían a sacrificar rehenes a sangre fría. Así que, tras esperar unos segundos en mi escondite, decidí salir y comenzar a cazarlos uno por uno.

Inmediatamente después de exponerme, dos de estos imbéciles se cruzaron en mi camino, y, entre la sorpresa y el miedo que tenían, no lograron oponer ningún tipo de resistencia, así que continué mi camino.

Sin embargo, tras derrotar a más de cinco enemigos, uno de ellos me tomó por sorpresa y logró agarrarme del traje y arrojarme al suelo. Antes de que pudiera siquiera pensar en algo ya tenía su enorme arma apuntándome directamente a la cabeza, pero en ese mismo momento Blackbird descendió y le dio una fuerte patada en la espalda, que lo dejó fuera de combate.

Damien me tendió la mano con una sonrisa en su rostro y me ayudó a levantarme.

–Te estas volviendo lento –comentó mientras sus alas metálicas se guardaban en la mochila y sacaba los palos de eskrima de sus fundas.

–Lo tenía bajo control –respondí mientras me preparaba para el inminente ataque de los enemigos.

Justo en ese momento, un gran grupo de villanos llegó armado con macanas eléctricas, las cuales amenazaban con dejarnos fuera de combate con un solo golpe, pero por supuesto que no lo íbamos a permitir.

Inmediatamente comencé a disparar flecha tras flecha, mientras que Damien bloqueaba los continuos ataques de los villanos, y rápidamente contraatacaba con letales puñetazos, dejando a nuestros enemigos fácilmente fuera de combate.

Acabábamos de derribar al último de los atacantes cuando mis sentidos captaron que tres enemigos se habían colocado detrás de nosotros y nos apuntaban con sus armas, y antes de que pudiéramos siquiera pensar en darnos vuelta para atacarlos, ellos comenzaron a disparar.

Sin embargo, una gran placa de metal se cruzó en el camino de las balas, evitando que Damien y yo muriéramos acribillados, y supe que Emma había llegado al lugar.

Inmediatamente, Gravity descendió volando del lugar, y con un simple movimiento de sus manos hizo que los enemigos se chocaran fuertemente contra con un contenedor cercano, quedando fuera de combate.

–¿Cuándo van a aprender a cuidarse sus propias espaldas? –preguntó con una leve sonrisa en su rostro y unas la manos apoyadas en su marcada cintura.

–Vamos –ordené–, todavía tenemos que liberar a las chicas.

Dicho esto, Damien y Emma salieron volando, y yo me trepé nuevamente a los contenedores, y me dirigí hacia donde el líder de la banda había quedado con aquellas pobres muchachas.

Cuando llegué al lugar, me alivié al notar que todas ella seguían vivas, sin embargo teníamos que actuar rápido, ya que el líder del grupo apuntaba amenazadoramente su pistola hacía ellas, mientras que miraba en todas las direcciones, buscándome a mi o a alguno de mis compañeros. Otros tres enemigos lo acompañaban, pero no era nada de lo que no pudiéramos hacernos cargo.

Me encontraba listo para disparar una flecha que arrancaría el arma de las manos del líder, cuando, de improvisto, Amy saltó desde lo alto de un contenedor y dio una fuerte patada en la cara a uno de los enemigos, el cual cayó inconsciente en el acto.

Antes de que cualquiera de los otros enemigos pudiera siquiera pensar en hacer algo, ella dio un potente salto y envolvió sus piernas bellas y fuertes piernas alrededor la cabeza de otro de los enemigos, tirándolo al suelo al instante, y, desde esa posición, disparó su pistola de garfio, con la cual enredó las piernas del tercer enemigo, y con un simple tirón este cayó al suelo.

En ese momento, el líder del grupo se preparaba para disparar contra Midnight, pero ella, percatándose de esto, tomó una de las armas de los enemigos y se la arrojó directamente a la cara, logrando desviar el disparo en el momento justo. Y, antes de que este pudiera volver a concentrarse, Amy ya estaba de nuevo de pie y a punto de acabarlo, pero se limitó a darle un poderoso golpe en la garganta al tiempo que le quitaba su arma, inmediatamente el líder del grupo cayó al suelo, dando así por finalizada la batalla.

Por un momento estuve realmente sorprendido de como las habilidades de Amy habían mejorado, no es que antes no fuera una luchadora espectacular, pero ahora, tras dos años trabajando con nosotros, era realmente imbatible, incluso solía darme unas buenas golpizas a la hora del entrenamiento.

Cuando mi asombró finalmente pasó, bajé del contenedor sobre el que estaba, y me reuní con el resto del equipo, quien ya se habían amontonado sobre el caído líder.

–Bueno, eso fue fácil –comentó Amy al verme llegar, con una hermosa sonrisa en su rostro.

De inmediato, noté que el enemigo caído se estaba llevando la mano a la espalda, y rápidamente le apunté con mi arco.

Sin embargo, y a pesar de estar siendo observado por todos nosotros, el sujeto sacó de su bolsillo trasero un pequeño control remoto, mientras que sonreía con cierto orgullo, y apuesto que hubiera hecho algún comentario si no fuera porque Amy le dio ese terrible golpe en la garganta.

–¿Qué es tan gracioso, infeliz? –preguntó Damien amenazadoramente, y el líder del grupo simplemente respondió pulsando un botón del control.

En seguida sentimos el sonido de algo al encenderse, y a continuación, escuchamos que algo estaba cargando energía. Por algunos segundos temimos que una bomba estuviera a punto de detonar, pero entonces, las puertas de un contenedor estallaron, y un enorme sujeto de gran musculatura, que medía por lo menos tres metros de alto, salió de este, e inmediatamente supimos de qué se trataba.

Hacía alrededor de seis meses, una compañía armamentista de Alemania había dado el próximo paso a la hora de combatir el crimen y finalizar guerras, desarrollando unos gigantescos robots, altamente armados y poderosos, estos serían conocidos como KillMachine. Estas bestias mecánicas tenían la capacidad de arrasar con una ciudad en cuestión de horas, y a pesar de que pedimos que no las produzcan, las grandes corporaciones hicieron oídos sordos, y la tragedia no tardó en producirse.

Controladas por una inteligencia artificial central, las peligrosas maquinas comenzaron a tomar a los humanos como una amenaza, y rápidamente exterminaron a todos los trabajadores del lugar en el que los fabricaban, y, si no hubiera sido por nuestra rápida intervención, probablemente habrían destruido gran parte de Alemania en cuestión de semanas.

La lucha fue ardua, pero finalmente logramos llegar al centro de la fábrica y desactivar a la inteligencia artificial antes de que lograra causar más daños. Pero, a pesar de esto, descubrimos que no habíamos destruido a todos los KillMachine, algunos habían sido vendidos en el mercado negro antes de su desastrosa salida oficial, y claramente nos encontrábamos frente a uno de estos.

El líder de los enemigos, ahora en un estado un poco mejor, se llevó el control cerca de su boca, y con una voz lastimera y áspera dio la orden:

–Mátalos a todos...

Dicho esto, y antes de ganarse la patada de Damien que lo dejaría inconsciente, el enemigo lanzó el control remoto a lo lejos, dejando al peligroso robot fuera de control.

Inmediatamente, KillMachine convirtió su brazo en una especie de cañón, con el cual nos disparó, obligándonos a separarnos para eludirlo.

–Blackbird, Midnight, lleven a los rehenes a un lugar seguro, nosotros nos encargamos –ordené mientras disparaba inútilmente flecha tras flecha contra el enemigo.

A toda velocidad, Damien y Amy se apresuraron a tomar a las chicas para alejarlas, mientras que Emma arrojaba gigantesco contenedores contra el robot para ganarles tiempo.

Parecía que teníamos la situación controlada, hasta que KillMachine logró atrapar uno de los contenedores en el aire, y, usando su asombrosa fuerza, lo arrojó contra Gravity, quien apenas lo pudo esquivar.

En ese momento, esa bestia clavó sus brillantes ojos verdes en nuestra distraída compañera y comenzó a correr a toda velocidad hacía ella, y si no fuera porque Rachel le dio un fuerte disparo de energía, Emma pudo haber muerto aplastada esa noche.

El disparó de Stardust fue tan potente, que KillMachine se arrastró varios metros hasta impactar con una gigantesca pila de contenedores, los cuales se derrumbaron directamente sobre él.

Sin embargo, sabíamos que la pelea estaba lejos de terminar, y, para confirmarlo, el despiadado robot simplemente se quitó los pesados contendores de encima sin ningún tipo de esfuerzo.

En esta ocasión, transformó sus dos manos en poderosas ametralladoras, con las cuales comenzó a disparar directamente hacia nosotros, obligándonos a buscar cobertura, mientras que esa criatura seguía causando destrucción en el lugar.

–Gravity, Stardust, queda conmigo –dije mientras traba de recuperar el aliento.

Inmediatamente, y siguiendo mis órdenes, Emma levantó vuelo, e hizo caer dos grúas en dirección al enemigo, quien, concentrado en no morir aplastado, no reparó en que Rachel y yo nos acercábamos desde sus espaldas.

Una vez en posición, disparé una flecha explosiva, la cual se clavó directamente en el pecho del enemigo, sin embargo, la explosión solo daño un poco su piel sintética, dejando expuesta la poderosa coraza metálica del robot. Sin embargo, mi ataqué debilitó al enemigo terriblemente, permitió que Rachel le diera un poderoso disparo final, el cual logró hacer arrodillar al enemigo, quien ya no pudo soportar el peso de las grúas, las cuales se desplomaron sobre su cabeza.

Tras algunos segundos de silencio, suspiré aliviado y llevé mi mano al comunicado.

–Midnight, Blackbird ¿Cuál es su situación? –pregunté mientras miraba a Rachel.

–Las chicas están a salvo, la policía acaba de llegar y se las están llevando –respondió Damien– ¿Ustedes están bien?

–Bastante... díganle a la policía que traiga a los bomberos, necesitamos contener el fuego causado por la explosiones antes de que...

En ese momento, de entre los escombros de las grúas, KillMachine salió despedido tras dar un poderoso salto, y cayó justo delante de mí. Antes de que pudiera reaccionar, esa bestia me dio un fuerte revés, el cual me hizo salir despedido por varios metros.

Rachel, entre la desesperación y el miedo, no pudo hacer otra cosa que comenzar a disparar descargas de energía contra la criatura mientras que retrocedía, pero estas no eran lo suficientemente potentes para causar algún daño.

Emma sobrevoló el lugar y, utilizando sus poderes, arrojó una gran cantidad de barriles contra el enemigo, quien se vio forzado a distraerse, pero no por mucho. Mientras que Gravity seguía tratando de detener al implacable robot, este notó que había una larga y pesada cadena en el suelo, la cual rápidamente tomó y utilizó como un arma con la que golpeó fuertemente a Emma, obligándola a caer al suelo.

Utilizando esta misma cadena, KillMachine hizo tropezar a Rachel, quien cayó al suelo quedando totalmente indefensa ante el enemigo, el cual soltó la cadena y se preparó para darle un fatal puñetazo con su gigantesca mano a la Vigilante caída.

Por suerte llegué en el momento exacto, y, utilizando mi mano robótica, logré detener el golpe de la bestia, quien por un segundo pareció sorprendida de mi fuerza. Sin embargo, esta aún era infinitamente más poderosa que yo, así que no iba a tardar en aplastarme.

Pero justo cuando mis piernas estaban a punto de ceder, Blackbird llegó desde los cielos y dio una poderosa patada en la cara al robot, obligándolo a retroceder, y dándome tiempo para recuperarme.

–Ya se estaban tardando –dije mientras me ponía de pie y cargaba una flecha.

–Es que estaba ocupado tratando de conseguir una cita con Amy –respondió Damien, al tiempo que sacaba sus palos de eskrima y se preparaba para pelear.

–No te preocupes –comentó Midnight, quien ya se había posicionado junto a Rachel–, le dije que no.

Antes de que pudiéramos decir otra palabra, KillMachine disparó con su cañón contra nosotros, pero el proyectil fue rápidamente detenido por Emma, quien, a pesar de estar aún en el suelo, ya estaba lo suficientemente lúcida como para combatir.

Aprovechando el momento, Amy disparó su pistola de ganchos, y envolvió las piernas del enemigo, mientras que yo me encargué de disparar una flecha-boleadora para incapacitar sus brazos.

Inmediatamente, Blackbird salió corriendo y, tras unir sus dos palos de eskrima para formar un bastón, atacó con todo lo que tenía al enemigo.

Sin embargo, este rápidamente se liberó de sus ataduras y tomó a Damien por el cuello con facilidad. Pero antes de que pudiera hacer otro movimiento, Rachel salió corriendo en dirección al enemigo, mientras cargaba con cada vez más energía sus manos, de manera que, cuando finalmente la liberó sobre KillMachine, la explosión produjo una fuerte onda expansiva que terminó por arrojarnos a todos al suelo.

Me levanté del suelo tosiendo, y mientras tanto esperaba que el polvo que se había levantado se disipe para poder observar bien la escena, y, cuando esto finalmente ocurrió, vi los destrozados restos del robot, y a Rachel con una encantadora sonrisa en su rostro ayudando a que Blackbird se pusiera de pie. Sin embargo, tan hermosa imagen no duró mucho, ya que de inmediato noté que KillMachine aún estaba vivo, y estaba a punto de atrapar con la única mano que le quedaba a nuestra compañera.

–¡Stardust! ¡Cuidado! –grité para tratar de advertirle mientras que me preparaba para atacar, pero aquella poderosa mano ya estaba a punto de cerrarse sobre el cuerpo de Rachel.

Pero, para sorpresa de todos nosotros, una poderosa espada cortó la extremidad del robot sin ningún problema, mientras que otra atravesaba la cabeza de la criatura, sacando a Rachel de peligro, y finalmente terminado con la amenaza que representaba KillMachine.

Por algunos segundos, todos nos quedamos absortos mirando la imagen, mientras que Drake Jones, también conocido como Paladín, guardaba pacientemente sus espadas en las fundas de su espalda.

Finalmente, el Guardián Rojo levantó su mirada y la calvó en mí, y pronunció unas simples palabras.

–Ya los tenemos... el momento ha llegado.

Inmediatamente todos supimos de qué se trataba, y pude sentir como la tensión acumulada por dos años, salía del cuerpo de todos mis compañeros.

Drake había encontrado a Felicity, y era hora de detenerla.

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