24. Cuando el dique se rompa
Felicity y yo estuvimos toda la noche llevando gente a Liberty. Tras el ataque de Cíclope el barrio había logrado recuperarse un poco y volvía a ser seguro para aquellos que era lo suficientemente valientes para dejar de obedecer al temible dictador. Cuando volvimos al nuevo bunker los primeros rayos de sol ya estaban empezando a iluminar las calles.
Cuando entramos en la vieja guarida, fuimos recibidos de una manera poco agradable. Todos se pusieron en posición de combate y por sus rostros supe que estaban dispuestos a destrozarnos en ese mismo instante, pero al reconocernos sus caras cambiaron. Claramente no tenían idea de que estábamos vivos.
—No lo puedo creer... —dijo Jax.
Antes de que los demás pudieran siquiera abrir la boca, mi madre, mi padre y mi hermana salieron del fondo y me envolvieron con sus brazos. Todos habían estado llorando, y lamentaba no haberme podido contactarme con ellos antes, pero mi mente no podía despegarse de Sam y su padre. Si lo que mi antiguo amigo me había dicho era cierto, entonces ambos se habían convertidos en monstruos, y yo era directamente responsable por su creación.
—¿Cómo...? ¿Qué diablos...? —Joel quería hacer un millón de preguntas al mismo tiempo, pero seguía trabándose, así que lanzo un largo suspiro y luego tomó una enorme bocanada de aire— ¿Les importaría explicarme como escaparon de esa trampa mortal?
Tardamos más de una hora en contarles todos los detalles de nuestra "aventura" dentro de Darkside a los demás, y para cuando terminamos todos estaban con la boca abierta, como si no pudieran creer lo que ambos acabamos de hacer. El primero en hablar fue Edward.
—¿Jason King sigue vivo? —preguntó incrédulo.
—¿Tenías alguna duda? —le respondió mi padre— No creo que ese sujeto sea siquiera pueda morir.
—¿Quién es ese tal King? —Todos nos hacíamos la misma pregunta, pero fue Emma quien pudo ponerla en palabras.
Gladiador y mi padre compartieron una breve mirada, pero luego se quedaron en silencio, y tras la corta pausa el padre de Jax comenzó a hablar.
—Jason King fue uno de los Guardianes, pero antes de eso era un científico, de los más brillantes que existían sobre la faz de la tierra —dijo rememorando a su antiguo amigo—. Mientras trabajaba en un proyecto que en teoría le iba a permitir viajar a través de dimensiones, y buscar recursos para la tierra, tuvo un... accidente. La máquina en la que estaba trabajando se encendió y lo mandó a Dios sabe dónde, tres días después volvió a aparecer en las instalaciones, y lo primero que hizo fue destrozar su invento, nadie sabe qué le pasó "del otro lado", pero lo cambió. Sea lo que sea que le haya ocurrido, le dio un poder. King entonces podía transformarse en una criatura tan fuerte como rápida y ágil.
—Jason no tardó en darse cuenta que esa "bestia" se volvía más poderosa con cada transformación —continuó mi padre—, al punto que para los últimos años ya ni siquiera podía convertirse a voluntad, simplemente ocurría. Su poder estaba fuera de control y el mundo entero estaba en riesgo por su mera existencia, así que se alejó de todos. Sin embargo lo volvimos a ver en la batalla contra Apocalypto, si él no hubiera estado ahí tal vez ese hijo de puta habría ganado, pero al final del combate la bestia ya se había apoderado totalmente de él, a pesar de eso tal vez quedaba algo de Jason King ahí dentro, así que esa criatura simplemente huyó.
—Un momento... ¿Si es tan poderoso por qué no lo sacamos de ahí para que destruya a Cíclope? —sugirió Malcom.
—¿No estuviste escuchando, chico? —respondió Edward—. Jason King es peligroso. Aparentemente pudo calmar a esa bestia, pero no nos vamos a arriesgar a que la desate una vez más, porque esta vez puede que sea para siempre, y no creo que haya nadie en este planeta que pueda detenerlo.
—Está bien, no lo liberamos entonces... ¿Pero qué vamos a hacer ahora? ¿Sentarnos a esperar que Cíclope reconozca que somos geniales por liberar prisioneros de su cárcel de máxima seguridad y que se rinda?
—Ahora mismo tenemos que mantener un perfil bajo —le contestó Joel—. No hay un solo soldado que no esté buscando hacernos un agujero en la frente en este instante, y si tenemos suerte esta vez no van a poder encontrarnos, así que mejor quedemos escondidos, por lo menos hasta que las cosas se calmen un poco.
—¿Estás loco? ¡No podemos parar ahora! —Jax eufórico se movía de un lado al otro—. La gente sabe que Cíclope puede perder ¡Es el momento de atacar!
—Joel tiene razón, hijo, si salimos ahora solo vamos a conseguir que nos maten.
—Pero si nos quedamos dentro gente inocente va a morir por nuestra ausencia.
—Es algo que tenemos que aceptar —le dijo su padre tratando de calmarlo.
—¡Ni en broma! ¡Puedo tocar la punta de la tabla de Joel y cubrirme de Marcum, un solo puñetazo y queda fuera de combate!
—¡Cíclope te vería venir desde kilómetros, y sus aliados no tiene debilidad por el Marcum! ¡Te destrozarían antes de que pongas un pie en el palacio!
Finalmente Jax se resignó y fue a sentarse en un rincón. Todos estábamos agotados, necesitábamos descansar. Acabamos de tener una enorme victoria y no tardamos en darnos cuenta de que era mucho más grande de lo que pensábamos.
Tras algunas horas de intento, Joel había logrado conectar la computadora a la televisión, y lo que vimos fue sinceramente impactante. De lo único que hablaban los noticieros era del asalto a Darkside. La mayoría nos catalogaba de alborotadores de la paz, de asesinos, de aliados de los criminales, pero hubo una pequeña cadena que describió el hecho con otras palabras.
—Hoy ha sido un día glorioso para el mundo —decía una reportera, cuyos ojos rojos e hinchados indicaban que había estado llorando recientemente—. Según nos informan, el grupo conocido como Los Vigilantes, realizo un asalto al centro de torturas de Cíclope conocido como Darkside. El gobierno nos pidió que informemos que estos supuestos terroristas habían entrado en la prisión para matar a los guardias y liberar a los prisioneros más sádicos de todos, pero todo eso es mentira... La verdad es que, en un acto de valentía, estos muchachos rescataron a miles de prisioneros políticos e inocentes y los llevaron hacía la libertad, esto hace que nos preguntemos ¿es realmente Cíclope tan fuerte como nos hizo creer? ¿O en realidad es igual a todos los villanos que ha conocido este mundo: un simple cobarde? Hay algo que es seguro, los jóvenes que integran el grupo de Los Vigilantes no son peligrosos, no son asesinos, ni terroristas... hay una sola palabra que describe a la gente como ellos... héroes.
De un momento a otro, la transmisión se cortó y supimos que todos los que participaban de ese canal estaban muertos, acababan de entrar y acribillarlos justo donde estaban, y seguramente irían tras las personas que estaban mirando esa noticia en poco tiempo.
Solo en ese momento nos dimos cuenta de la magnitud de nuestros actos. Un canal entero acaba de volverse en contra de Cíclope, y no iba a pasar mucho tiempo antes de que otras personas empezaran a rebelarse contra el dictador, y cuando eso pasara, cuando ese antiguo dique se rompiera y las voces de los ciudadanos inundaran las calles, Cíclope iba a quedar enterrado en el pasado, y finalmente íbamos a ser libres de nuevo. La victoria estaba tan cerca que ya casi podíamos saborearla.
Durante todo el día estuvimos escuchando las noticias, y para el anochecer las noticias solo hablaban de las constantes revueltas terroristas alrededor de todo el planeta. Algo había cambiado. El mundo había visto que su dios podía sangrar, y por este motivo muchos comenzaron a perder el miedo a ese gigante que se escondía en su palacio.
El mundo estaba en llamas, pero eran llamas de libertad, de revolución y de esperanza, de cuyas cenizas iba a surgir un mundo nuevo, tal vez un mundo de paz, donde las personas pudieran finalmente vivir sin miedo.
Las horas iban pasando, y a lo largo del día más de 270 canales de noticias alrededor de todo el mundo fueron "cancelados". Para cuando llego la noche todos los canales habían sido cerrados para evitar posibles insurgencias televisivas. Sin embargo un canal seguía funcionando, y ése era el canal oficial de Cíclope
De nada servía cambiar de canal. El reportero de cara aburrida y ojos cansados seguía anunciando el inminente discurso de Cíclope.
—Según se nos informa, el ser máximo sobre la tierra se está preparando para hablar desde su humilde palacio, así que vamos allí.
La imagen cambió, y el símbolo del partido de Cíclope apareció en una bandera colgada detrás de una mesa en donde unos micrófonos esperaban la presencia del gran líder. Todos nos acercamos a la pantalla, ansioso por escuchar el terror en la voz de Cíclope, sin embargo su discurso nos dejó un nudo en la garganta, y nos llenó de desesperación.
Como lo hacía cada tanto, el dictador llegó caminando con su traje militar y se sentó en su enorme trono. Tras dar una larga mirada llena de odio a la cámara comenzó a hablar.
—Habitantes de este planeta... mi planeta... vengo a ustedes esta noche para informarles de que ya tuve suficiente de sus críticas y dudas —comenzó Cíclope, con ira apenas contenida en su voz—. Regresemos veinte años en el tiempo: la tierra era un caos, habían perdido la fe, la esperanza, y a su mayor campeón; los criminales gobernaban las calles, la humanidad estaba dividida en países, religiones, y demás, y millones de personas morían cada hora por los enfrentamientos, y entonces les llego una noticia... yo estaba viniendo. Ustedes pedían por mí... No, rogaban por mí... sin embargo lloran hoy que me tiene aquí. En estos momentos ustedes piden paz y le rezan a su inexistente dios para que no los aplaste, pero ¿adivinen qué? Ustedes perdieron su fe nuevamente, su fe en mi infinito poder... y por este motivo me veo obligado a demostrárselos.
La pantalla se dividió en dos, e imágenes satelitales de las ciudades de Tokio y Londres aparecieron de repente, con un pequeño recuadro que indicaba que se estaba grabando en vivo. Por algunos segundos todos estuvimos expectantes, hasta que finalmente pudimos apreciar como una enorme explosión en el centro de las ciudades las borraba del mapa definitivamente. Todos nos encontrábamos aún boquiabiertos cuando Cíclope volvió a aparecer en el monitor.
—Según me informan, un total de 21.815.502 de personas acaban de morir porque yo lo decidí, y solo por si acaso, planeo detonar Kane-B y DC-52 mañana, dos de los barrios más poblados de El Núcleo. Ustedes decidieron plantearme una batalla, y ahora van a tener que contar las bajas... ¿Qué puedo decir? La guerra es así, mejor lo piensa la próxima vez.
La imagen se cortó, y de repente la televisión quedó en silencio. Sin embargo, podíamos imaginarnos que era lo que estaba ocurriendo en las calles de Kane-B y DC-52. La gente intentaría huir desesperadamente y serían acribillados por los merodeadores en cuestión de minutos, esto se repetiría hasta que finalmente los ciudadanos se resignaran a morir dinamitados por el maniaco que dominaba el mundo.
Tardamos algunos segundos en reaccionar. Ni siquiera nosotros podíamos creer que semejante cantidad de personas hubieran muerto en cuestión de segundos.
—Esperar a que las cosas se calmen ya no es una opción —dijo por lo bajo Jax.
—Totalmente de acuerdo —le respondió su padre.
El nudo en la garganta se convirtió rápidamente en enojo, y ese enojo necesitaba salir hacía algún lado. En ese momento solo deseaba salir a golpear a Cíclope en la cara.
—Bien, necesitamos un plan —comenzó Felicity.
—¿Plan? Vamos a ir a patearle el trasero a ese hijo de puta —le espetó Kevin.
—Si... creo que me gusta ese "plan" —agregó Malcom.
—Chicos, necesitamos mantener la cabeza fría. —Mi padre trataba de contenerse, y por su rostro sabía que le estaba costando horrores—. Tenemos 24 horas para idear alguna manera de detener a Cíclope... es momento de ponernos a pensar.
—¿Pensar en qué? Tenemos que salir en este instante, si aún queremos detener a Cíclope. —Malcom estaba totalmente desesperado por salir a repartir puñetazos.
—Muy bien, chico listo, supongamos que por milagro logran llegar al palacio sin que los maten, y tras hacer eso, logran entrar en el lugar, deteniendo a todas las personas con poderes que se encuentren en el camino, ¿cómo planean detener a Cíclope? Porque te aseguro que no va a dudar en matarlos. —Mi padre clavó la mirada en Torch, quien, sin respuesta, bajo la cabeza.
—Necesitamos más Marcum... —dijo Joel por lo bajo.
—Excelente idea —le contestó sarcásticamente Edward—, solamente voy a ir a buscar un poco a la tienda de la esquina y regreso.
—No entiendes... en mis momentos libres en la base anterior descargaba archivos oficiales para obtener información, uno de ellos hablaba de un almacén donde guardaban un trozo de Marcum. Si podemos robarlo, lo podríamos utilizar como un arma para detener a Cíclope.
Todos nos quedamos en silencio. Era el momento de comenzar el contraataque, y sinceramente sentía que estábamos más que listos, como para confirmármelo Jax estallo en carcajadas.
—¿Qué es tan gracioso, hombre de hojalata? —preguntó Emma, un tanto confundida.
—El pequeñín dijo: "Si podemos robarlo...", tal vez no se enteró, pero acabamos de robarle miles y miles de prisioneros a Cíclope. Así que digo que sí, estamos preparados.
—Está decidido entonces, tenemos 24 horas para robar el Marcum y detener los planes de Cíclope —concluyó Edward.
En ese momento podía sentirlo. Todo se estaba poniendo en posición, y el momento de la pelea final se estaba aproximando. Una gran cantidad de sentimientos encontrados batallaban en mi interior, por un lado me encontraba ansioso por salir a pelear, por otro lado temía de las consecuencias que podía tener si perdíamos, también me sentía feliz porque finalmente podíamos ver los frutos de estos últimos meses.
Cuando decidimos robar el Marcum para ir a detener a Cíclope acabamos de forjar nuestro destino. Ninguno de nosotros dijo las palabras, pero creo que todos sabíamos lo que estaba por ocurrir.
El final acababa de empezar.
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