• C A P I T U L O N U E V E •

"Vergüenza"

Aparqué dónde habitualmente lo hacía y todos bajamos emocionados, mientras seguíamos hablando de un montón de cosas más.

Al abrir la puerta los cuatro nos detuvimos en seco y guardamos silencio. Papá estaba al pie de las escaleras con sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón, parecía que hace un rato había llegado de la oficina.

Llegaron, por fin.

-Hola papá -saludó Jayden.

-Ven aquí, princesa. ¡Feliz Cumpleaños! -la abrazó y dejó un beso sobre su cabeza- ¿Cómo les fue? ¿La pasaste bien?

-Sí, era todo lo que quería. Gracias y a ustedes también, chicos -los tres sonreímos.

-¿Era todo? Yo creo que no -papá bromeó mientras la tomaba de la mano y la llevaba a la cocina- Creo recordar que alguien pidió un pastel de chocolate.

Los ojos de Jayden brillaron y sonrió emocionada. Nosotros tres le seguimos los pasos y cuando papá abrió la puerta, pudimos ver el pastel de dos pisos de sólo chocolate en el asiento de Jayden.

-¡Oh, por Dios! Es... ¿Es todo de chocolate? -papá asintió con una sonrisa- ¡Gracias, papá! Te amo.

-Yo a ti, princesa.

Sí me había sorprendido que papá lo hubiera dicho tan abierta y naturalmente. Pero me alegraba que eso le llenará el corazón a mi hermana.

-¡Zailey! -llamó a mamá y esta apareció por la sala con varias bolsas de regalos en sus manos.

-Regreso la cumpleañera, yeii -dijo mamá agitando ambas manos con los obsequios.

-¿Son para mí?

-Claro que son para ti, cariño. Esperamos que te gusten.

Mamá le hizo entrega de los regalos -que venían de parte de ella y de papá - y Jayden comenzaba a abrirlos uno por uno. Para resumir, en uno había un vestido lila, en otro accesorios para el cabello, bolsos, cinturones, zapatos y demás cosas de moda. Jayden agradeció todos y cada uno de los regalos, mientras abrazaba a nuestros padres.

-Ahora podemos cantar cumpleaños -propuso mamá.

-Eh, primero iré al baño, disculpen.

Jossy salió de la cocina, Jamie tomó asiento en la mesa y mamá me miró a mí en busca de una explicación.

-¿Qué tiene?

-Sólo tiene el estómago un poco revuelto -mamá negó con la cabeza- Mejor iré a ver cómo está.

Salí de la cocina, subí las escaleras y me dirigí al pasillo donde se encontraban nuestras habitaciones, para buscar a Jossy en el baño de su habitación, pero me di cuenta que la puerta de su habitación seguía cerrada, era obvio que no estaba ahí. Eché una ojeada a la habitación de mamá y papá al otro lado del pasillo, pero estaban igual.

Piensa Jordan, piensa.

El bombillo pareció encenderse después de repetirme ésas palabras. Corrí escaleras abajo y me dirigí al pasillo donde estaban las habitaciones de invitados y también el baño de invitados, el cuál tenía su luz encendida.

Bingo.

-Oye... ¿Estás bien?

-¿Eh? Sí, sí. Ya sabes, el dolor de panza -suspiró.

-Esperaré a que salgas.

-Quizás tarde un poquito.

-No importa, -reí- me sentaré aquí a esperarte.

Deslice mi espalda sobre la pared hasta quedar sentado en el suelo, mientras esperaba por Jossy.

-Ya casi termino, puedes regresar.

-Te dije que esperaré, testaruda.

Escuché el agua del grifo caer, supuse que se lavaba las manos. Luego silencio y después quitó el pestillo, para luego salir con el rostro mojado como si se hubiera lavado la cara y con los ojos rojos.

-¿Estabas llorando?

-¿Qué? No, sólo me lavé la cara y me cayó agua en los ojos. Me duelen -asentí.

-Bueno, vamos.

Le ofrecí mi mano y la tomó regalandome una pequeña sonrisa. Volvimos a la cocina dando saltitos logrando que Jossy se carcajeara y que todos nos vieran.

-Volvimos.

-Perdonen la demora.

-¿Te sientes mejor, Joss? -papá preguntó y Jossy se limitó a asentir.

-Bueno, encendemos las velitas y a la cuenta de un, dos...

-¡Cumpleaños feliz...!

Comenzó Jamie antes de la cuenta y todos le seguimos, con aplausos, cantos y alguna que otra risa. Jayden sólo sonreía viéndonos a todos.

-¡Pide un deseo! -gritó Jossy.

Jayden cerró los ojos y después de un rato sopló apagando las velas. Todos aplaudimos y después de ello papá propuso tomarnos fotos.

Jayden con cada uno, Jayden con papá y mamá, Jayden y nosotros tres y por último, la especial y tradicional foto familiar.

Jossy sentada en las piernas de Jayden, mamá y papá a sus costados, Jamie del lado de mamá y yo ocupé mi lugar al lado de papá después de colocar el temporizador de la cámara. Todos sonreímos y quedó perfecta.

Mientras mamá repartía las rebanadas de pastel en la mesa. Yo estaba sentado en la isla de la cocina enviando todas las fotos por el grupo familiar que teníamos. Jossy estaba sentada a mi lado, mientras jugaba distraídamente con la hoja de una pequeña planta que mamá tenía en medio de la isla como decoración.

-Tengan niños -mamá trajo dos platos de pastel.

-Gracias -dijimos ambos y mamá volvió a la mesa.

Jossy alejó el plato de ella y siguió jugando con la planta. La note algo decaída.

-¿No te sientes bien? -negó- ¿No tienes apetito? -negó otra vez- ¿Y también te comió la lengua el ratón?

Me miró mal.

-No... sólo quiero irme a la cama, pero no quiero ser una aguafiestas para el cumpleaños de Jayden.

La choque con mi brazo.

-Hey, no eres ninguna aguafiestas, pequeña. De hecho, eres todo lo contrario, sólo que hoy no es un buen día para ti.

-Gracias, Jordan. -me miró con una sonrisa sincera- Gracias por siempre cuidar de mí, en todos los sentidos.

-Soy tu hermano mayor, Jossy. Tengo que hacerlo y también me gusta hacerlo, me gusta cuidar de quiénes amo -recargó su cabeza en mi brazo.

-Eres el mejor.

Sonreí y así permanecimos mientras yo comía de mi pastel y ella seguía jugando con la hoja de la planta, sólo que esta vez un poco más animada.

A veces me preguntaba que pasaba por esa pequeña cabecita. A pesar de Jossy tener la edad que tenía, era un poco más realista que los niños de su edad y supongo que se debía a todo lo que pasaba.

Sin embargo, había muchos temas que mamá no le permitía indagar, después de todo seguía siendo una niña. Y en su momento, sabría que era cada cosa.

La mayoría de los adultos creían que por ser jóvenes ellos no se complicaban, no se estresaban o incluso ni siquiera sabían de lo que hablaban. A mí me gustaba creer que los niños y adolescentes era una forma más fresca de ver la vida, igual siempre estábamos en constante cambio y cada generación tiene algo distinto.

Pero a pesar de la idea general que tenía de los niños, al ver a Jossy podía notar algo distinto en ella. Y desde que ella había nacido, siempre aposté por ella.

Y no, no era preferencia por mis hermanos, cada uno tenía algo especial. Pero Jossy se veía como alguien que sería importante y creo que se debía a qué nunca la tomaban en cuenta, sólo por ser niña.

Yo sabía que ella siempre brillaría, al menos para mí, así siempre sería.

-Oigan chicos -Jamie pasó su brazo por los hombros de Jossy- Con Jayden estábamos pensando en hacer una pijamada los cuatro. ¿Qué piensan?

-Sí, pero mamá y papá no pueden enterarse -susurró Jayden recargada de la isla a mi lado- Cuestiones de mis horarios.

-¿Qué opinas, pequeña? Si tú te animas, yo también -Jossy asintió.

-Bien, entonces nos vemos a las 2100 en el cuarto de la cumpleañera -dijo Jamie- Black Shadow, fuera.

Hizo un saludo militar y se fue. Arrugue mi rostro y Jayden negó repetidas veces mientras cerraba los ojos.

-Dios, dame paciencia.

Jossy se quedó a ayudar a mamá con los platos sucios, mientras el resto subió a sus habitaciones después de desearle las buenas noches a todos. Cuando estuve en mi habitación, busqué mi pijama y me di una ducha rápida.

Mientras secaba mi cabello mojado con una toalla, el tono de mensaje en mi teléfono me alertó, por lo que fui en busca de el. Revisé y no era nada más que un nuevo grupo, el cuál iba titulado como "Los cuatro fantasticos" y adivinen quién era el administrador.

Sí, Jamie. Eso explicaba el nombre.

Yo:
-¿Que sigue colocarnos los nombres de los superhéroes? -envié una nota de voz.

Mimi:
-No es mala idea, la verdad. Pero no, cree éste grupo para saber si Jossy ya está en su habitación. ¿Jossy..?

Pequeña Jossy:
-¿Qué? -texteó la antes mencionada.

Mimi:
-Ay, que tonta. Te pregunté si ya estás en tu habitación.

Pequeña Jossy:
-Claro, tarado. ¿Te respondería con los pies mientras lavo los platos?😑

Mimi:
-Vale, vale. ¿Jayden?

Jay-Jay:
-Yo espero por ustedes.

Yo:
-Me asomaré y veré que mamá y papá ya se hayan ido a su habitación.

Ni siquiera esperé sus respuestas, sólo me asomé y todas las luces estaban apagadas, lo que significaba que sí, ya todos estaban dispuestos a dormir. Bueno, excepto por nosotros cuatro.

Yo:
-Todo está despejado, pueden salir.

Mimi:
-Gracias por su sacrificio, soldado Snake.

Yo:
-¿Viste que salió el nuevo videojuego?

Mimi:
-Sí, sí. Estoy esperando para ir a la tienda y comprarlo.

Pequeña Jossy:
-¿Pueden mover sus traseros a la habitación de Jayden? Les estamos esperando.

Yo:
-Yo ya estoy aquí.

Mimi:
-¡Voy para allá!

Giré la perilla de la puerta y así es, en la cama estaban ambas sentadas esperándonos. Jayden llevaba su pijama y un cinto de orejitas apartando todo el cabello que iba suelto, y Jossy tenía una pijama de Sullivan el de Monster Inc con pantuflas a juego y sus cabello atado en dos trenzas.

-Adivinen que traje -apareció Jamie detrás de mí.

-Sorprendenos.

Jamie jugó con un mazo de cartas de póker. Y lo miré mal. Haber, que quisiera jugar póker estaba bien, yo siempre lo hacía online, pero estábamos con las...

-¡Sí! ¡Póker! -celebró Jossy.

-¡Juguemos, juguemos! -le siguió Jayden.

Me volví boquiabierto a las niñas, quiénes sonrieron inocentes. Y nuevamente miré mal a Jamie.

-¿En serio les enseñaste a jugar póquer cuando no estaba?

-Ellas solitas aprendieron, viéndome jugar en línea. No es mi culpa.

-Son niñas -dije entre dientes- ¿Y te vas a poner a jugar póquer contra ellas?

-Ay, vamos -rodó los ojos- No fue mi culpa.

Pasó de mí y tomó asiento en la cama al lado de Jayden.

-Eras el mayor, por supuesto que no fue tu culpa -lo miré mal.

-Ven, sólo jugaremos una vez y no más.

-Por fis, Jordan -suplicó Jossy.

Dejé salir todo el aire que tenía en mis pulmones.

-Bien, pero sólo una vez nada más.

Sí, bueno, lo gracioso de éso es que después de la primera, hubieron quince rondas más. Revanchas, competencia, apuestas y éstas niñas sí sabían lo que hacían. Finalmente decidimos que esta ronda sería la última y quién ganará se llevaría los noventa dólares que habíamos apostado entre todos, la idea había sido apostar veinte dólares cada uno pero alguien, que estaba demasiado seguro que ganaría decidió apostar treinta.

Al revisar mis cartas supe que estaba frito, apenas tenía un par, era casi imposible ganar. Todos compartimos miradas neutras, nadie demostraba nada.

-A la cuenta de tres, todos muestran sus cartas.

Conté con mis dedos y al llegar al tres todos dejaron ver sus cartas. Jayden no tenía nada, Jamie sólo tenía una carta alta, pero Jossy... pestañeé al ver sus cartas.

-¿Qué carajos? -dijo Jamie.

-Ganaste... -susurró Jayden sorprendida.

-¿De verdad?

-Espera, ¿No sabes jugar? -pregunté y ella negó.

-Joder... -miré a Jamie con una sonrisa de suficiencia.

-¿Qué se siente que te haya ganado una niña de seis años en póker, sin siquiera saber, señor Don Juan Póker? -me miró mal.

Jossy tenía una escalera real y por tanto, nos ganaba a todos. En segundo lugar iba yo, en tercer lugar Jamie y por último, Jayden.

-¿Y bien? ¿Ahora qué hacemos? -preguntó Jayden.

-Sí, apenas son las diez de la noche -se quejó Jamie.

-Bien, yo propongo que...

Me acerqué a la cómoda de Jayden, en la que tenía un pequeño reproductor de música y ahí conecté mi teléfono, coloqué las música en aleatorio y la voz de Pharrell Williams inundó la habitación mientras se reproducía Happy.

»Bailemos un poco.

Moví mis caderas a los lados mientras chasqueaba los dedos de mis manos, invitándolos a acompañarme. El primero en seguirme fue Jamie moviendo su trasero y hombros. Jossy tomó un par de lentes, una bufanda y un cepillo mientras me señalaba y cantaba. Jayden no paraba de saltar en el colchón de su cama, mientras movía su cuerpo al ritmo de la canción.

-"Bring me down, can't nothing
Bring me down" -canté mientras señalaba a Jayden quién improviso unos buenos movimientos de cadera con giros.

»-"My level's too high to bring me down" -Jossy improvisó una pasarela mientras aplaudía.

»-"Can't nothing, bring me down, I said" -Jamie se deslizó por el suelo de rodillas.

»-"Clap along if you feel like a room without a roof"

Y así seguí cantando mientras ellos hacían los coros, hicimos una fila mientras bailamos, aplaudimos, cantamos y reímos. Cada uno cantaba un verso mientras hacía un paso gracioso, hasta que fue el turno de Jossy y debido a su voz y gran talento para cantar llegó a un tono más alto en la parte que se detiene un poco el ritmo.

-¿Qué? -nos miró.

-"Because i'm happy" -dijimos en respuesta y continuamos con la canción.

Subí a Jossy sobre mis hombros y Jamie hizo lo mismo con Jayden, mientras levantabamos nuestros brazos al aire agitandolos hacia los lados. Éramos muy parecidos al coro de una iglesia.

Ambas niñas volvieron al suelo y continuamos con nuestra seción de saltos, aplausos y bailes graciosos. Hasta que la canción llegó a su fin y nos echamos en la cama los cuatro agotados.

-Amo esa canción -rompí el silencio.

-Definitivamente, si estoy teniendo un mal día y escucho esa canción todo deja de molestarme -agregó Jossy y todos reímos.

-Deberiamos probarla con papá -propuso Jamie.

-¡Y esa es una muy buena idea, hermano mío! -lo felicitó Jayden.

Nos quedamos así, escuchando música al fondo, viendo el techo de la habitación de Jayden, mientras que cada uno estaba echado por un espacio distinto de la cama, dejando así la mitad de nuestros cuerpos fuera de la cama.

Y no sé cómo o porque, pero en esa misma posición nuestras voces dejaron de sonar, nuestras respiraciones se normalizaron y nuestros ojos comenzaban a pesar.

-

Y así fue como nos quedamos dormidos, hasta el día siguiente que lo primero que escucharon mis oídos fue el estruendo de unos metales chocando.

-¡Pero..! -me sostuve sobre mis hombros, mientras mi Windows se iniciaba.

Cosa que tardaría unos minutos.

-¡Jesucristo! -dijo Jamie en el suelo.

-¡Ay no! ¿Por qué? Cinco minutitos más -Jossy hundió la cara en la almohada.

-¿Eh? ¿Qué? ¿Henry Canvill? ¿Dónde? Sí... te amo -balbuceó Jayden y siguió durmiendo.

-Dios santo, son un desastre los cuatro juntos.

Era capaz de seguir las acciones de mamá, pero era sólo eso. Podía verla moverse y estaba seguro de que nos estaba pegando un buen sermón, sólo que mi Windows no había iniciado por completo, o quizás no quería escuchar un sermón a tan tempranas horas y sólo me sumergía en mi mente.

-Como sea. -volví a escuchar- Ustedes tres a las duchas ahora y se colocan sus uniformes, en cinco minutos los quiero listos.

-Sí, mamá -los tres se movieron somnolientos.

-Y Jordan, llevo horas escuchando tu teléfono sonar.

-Sí, dejamos la música puesta anoche y... -bostecé.

-Me refiero a llamadas -dijo cruzada de brazos.

-¿Qué? ¿Llamadas? -asintió- ¡Mierda! La reunión.

Tomé mi teléfono y salí corriendo en busca de mi habitación. Revisé el buzón de llamadas mientras elegía mi ropa de hoy y efectivamente, estaba lleno de llamadas del mismo número de ayer. El de la señorita Richardson.

A la cuál, no había agendado.

Corrí al baño e hice mi rutina lo más rápido posible. Y en serio, lo hice muy rápido, es que cuando se es un maniático del control y los horarios sí, es fácil hacer que tú cuerpo y mente se muevan más rápido de lo normal, sólo para no salirte de lo que tenías pautado.

Je, je. Sí, ése era yo.

Cuando estuve arreglado, vestido, peinado y bien perfumado, marqué el número de la señorita Richardson mientras salía de mi habitación. Al segundo tono contestó.

¿Al menos que se hiciera rogar un poquito, no?

-Buen día, señor Royal.

-Buen día, señorita Richardson. He visto un par de llamadas perdidas suyas, me temo que estaba ocupado. Pero dígame, ¿Qué se le ofrece? -bajé las escaleras con una sonrisa.

-Un par de llamadas, sí -su risa salió forzada- Quería saber si se había perdido en el camino, debido a qué debíamos vernos hace media hora y tal como usted tiene compromisos, yo también los tengo.

-Lo sé, por ello ya me encuentro en camino.

-Entonces aquí estaré esperandolo y para la próxima espero que se apegue al horario pautado. No estoy para juegos.

-Ni yo.

-Sí, lo que sea.

Colgó y yo casi suelto una carcajada en ése momento. Dios, me encantaba hacerla cabrear, además esto era venganza.

Salí de casa, sin siquiera preocuparme por desayunar o algo, ya iba tarde y lo mejor era apresurarme, pero con precaución.

Después de salir de la fortaleza y tomar W 34th St, me dirigí a la 11th Ave. Donde conduje por al menos cinco minutos, mientras escuchaba en el estéreo al fondo las noticias importantes sobre la ciudad, política y economía, incluso algunas de deporte.

Y todo iba bien, hasta que llegó la sección de farándula, que apenas iba a quitar me detuve porque alcancé a escuchar el dichoso apellido. A ver qué tenían de nuevo hoy.

-¿Y bien, Gayle? Cuéntanos, ¿Qué hay de nuevo con nuestra polémica y favorita familia ricachona de Nueva York?

-¿Polémica? Polémica por los chismes de mierda que sólo saben inventar ustedes -dije al estéreo.

-Bueno, aunque aún no han revuelto el panal de abejas, ayer estuvo cumpliendo diez años la hija mayor, Jayden Royal.

-Claro, la futura súper modelo de la familia.

-Así es, Lucas. Y aunque ninguno ha dado declaraciones, la prensa se ha sorprendido tanto de que no hayan anunciado una de las grandes fiestas de Jake Royal, por las que tanto se le conoce.

-¡Joder! Pero es que cuando no es algo, es otra cosa. Metanse en sus vidas, ¿O tan aburridas son?

-Por lo que ví en sus cuentas de Instagram, tuvieron un "compartir" familiar...

-¡¿Y por qué demonios tienes que decir "compartir" en ése tono?! -giré a la izquierda en dirección a W 43rd St.

-Sí, por lo menos compartieron un par de imágenes e historias, que nos dan a entender que esta vez se trató de algo más íntimo y familiar.

-Lindo, pero demasiado extraño como para una familia de esas.

-¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡Joder! ¿Sólo por tener dinero no podemos ser normales?

Apagué el estéreo algo cabreado. A veces creía que era culpa de papá que esa fuera la imágen publica que dábamos, pero analizandolo mejor, también era culpa de éste tipo de personas, con su forma de expresarse, su capacidad para inventar mentiras y sembrar duda y discordia.

Es decir, ¿Para qué? Ni siquiera los conocíamos. ¿Qué les habíamos hecho nosotros? ¡Eso! ¡Nada..!

Espera, lo pensé mejor. Volví a encender la estéreo y justo estaban despidiéndose.

-...Los dejaremos en sintonía, se despiden Lucas y Gayle Brown...

Volví a apagarlo.

"Brown" pensé. Brown, Brown, Brown. ¿Hay alguien que conozca que se apellide así? No que yo sepa. Lo mejor sería empezar por ahí, por Gayle Brown.

Apenas lo noté y ya estaba en el barrio Midtown Manhattan, lugar donde vivía la familia Richardson. Seguí la ubicación que marcaba una casa no tan exageradamente grande, pero lo suficiente y eso sí, muy lujosa.

De paredes blancas y detalles en madera oscura, una gran piscina en uno de los costados delanteros y un camino de plantas con flores hasta la puerta. Aparqué en la calle, frente a la casa y me bajé colocándome mis lentes oscuros.

Aproveché para anotar el nombre en las notas de mi teléfono mientras caminaba a la puerta, cuando estuve frente a esta golpeé un par de veces la aldaba, que también tenía una mirilla, muy clásico.

Me gusta.

Eché una ojeada al resto del patio delantero y no estaba nada mal, de hecho era muy bonito. La casa era muy contemporáneo y minimalista, a excepción de los pequeños detalles como la aldaba.

La puerta se abrió, sacándome de mis pensamientos y logrando que me girará para encontrarme con nada y nada menos que una chica de mi edad frente a mí.

Era alta pero un poco más baja que yo, esbelta y delgada, de piel blanca como la leche y con pecas en las mejillas y nariz, ojos grandes y almendrados de color café y su cabello negro iba en una trenza de lado. También noté que llevaba una especie de uniforme, y no cualquier uniforme no, era el uniforme de una dama doméstica.

-Buen día. ¿En qué puedo ayudarle?

Su voz era muy clara, limpia y cálida. De ése tipo de voces que te relajan, como las que utilizan para las meditaciones.

-Buenos días, eh... Bueno, estoy buscando a la señorita Penny Richardson, ¿Se encuentra aquí?

-Sí, perdone, ¿Quién la busca?

Espera, ¿Qué? Eso no me lo esperaba. Arrugue mis cejas confundido.

-Bueno -reí nervioso- Usualmente nunca me presento pero, -extendí mi mano- soy Jor...

-¡Hasta que se digna a aparecer el señor Jordan Royal! -apareció Penny detrás de la otra chica.

-Soy ése mismo -le murmuré a la chica, que me regaló una sonrisa de labios cerrados- ¡Buen día también para usted, señorita Richardson!

-Por favor, entre y acompañeme, tenemos mucho que hacer.

La otra chica se hizo a un lado mientras abría la puerta. En el interior de la casa se mantenía el mismo estilo que en el exterior.

Al frente en línea recta estaba el comedor, al lado derecho una amplia sala y al lado de ella había otra especie de habitación.

-Gracias.

Dije a la chica que cerró la puerta principal detrás de mí y se perdió por un pasillo en medio de la sala y la otra habitación desconocida.

-Royal, sígueme -Penny habló a mi izquierda y le seguí.

Pasamos por lo que parecía ser una sala de biblioteca en la que había sillones, una mesa de té y las repisas llenas de libros. Seguimos de largo por otro umbral y ésta era parecida a una sala de estudio, una mesa grande y redonda en el centro, un escritorio en la esquina derecha, un par de sillas y papeles sobre la mesa separados por carpetas de colores.

¿Otra maniática del orden?

-Puedes tomar asiento -señaló una silla a su lado.

-¿Y bien? ¿Con cuál departamento te gustaría trabajar?

-Bueno, como sabrás nuestra empresa se encarga de servicios tecnológicos, -asentí- mi papá es la cabeza de los negocios, mi hermana la imágen y publicista, y yo el cerebrito de las ideas.

»Como también sabrás, la idea de mi proyecto es básicamente una página web; Y digo mi proyecto ya que es algo mío, yo estoy invirtiendo, estoy organizandolo todo y es mi nombre el que está en cualquier contrato. -asentí una vez más- Mi idea básicamente trata de una página web en las cuales se vendan productos exclusivos y por ello, quiero trabajar con ustedes, sobretodo en el área de belleza facial.

Seguí escuchando atentamente sus ideas, planes y la forma en la que tenía todo organizado, mientras me mostraba cifras, gráficos, porcentajes y explicaba un montón de cosas más, que no era necesario explicar, ya que sí las entendía perfectamente.

-Eh, Penny -la interrumpí y ella me miró- No es necesario que me expliques cada tema de marketing, sin importar que sea digital. Entiendo de lo que estás hablando.

-Es para que notes que no eres el único que sabe de ello.

-Y aquí vamos...

-¿Qué?

-Que no entiendo cuál es tu problema conmigo. Nunca te he tratado mal ni te he faltado al respeto, de hecho, siempre he intentado llevar la fiesta en paz contigo -me exasperé- Y tú siempre intentas mostrarte superior a mí y demostrar que eres mejor que yo, como si estuviéramos compitiendo y no es algo que me interese.

-Mi problema es que ustedes creen que por tener un apellido "importante", tener dinero, una empresa reconocida, una cara bonita y a media ciudad comprada, pueden ser los reyes del resto del mundo y no es así -soltó con rabia- Sólo son un grupo de machistas de mierda, en el que sólo existe lugar para los hombres en sus empresas y no de mujeres, sólo porque tienen miedo a ser superado en inteligencia por alguien del género femenino. ¡Por favor, que les den!

-Yo no soy así.

-Por supuesto -escupió con ironía.

-Bien, si quieres tener esa idea de mí es tu puto problema, sólo espero que aprendas a ser profesional y saques tus rabietas de niña malcriada del trabajo. Si tienes algún con problema con mi papá, con su empresa o con el resto del jodido mundo, es con ellos no conmigo y agradezco que no me metas en ellos -me levanté de la silla- Un pequeño consejo, no generalices y avísame cuando se te haya pasado el berrinche.

Me giré dándole la espalda dispuesto a salir de ése lugar, pero ella me detuvo tomándome por la muñeca. Miré su agarre y luego a ella, que tenía una expresión completamente distinta a la rabiosa de hace unos instantes.

-Jordan... No te vayas -me giré- Mira, quiero conocerte.

¿Qué? ¿Y eso que se supone que tenía que ver con el proyecto? Levanté una de mis cejas y ella continúo hablando.

»Mira, sé que estuvo mal de mi parte creer que eras igual a tu papá, pero ¿Qué podía esperarme? De todas formas fue él quién te crió.

-Sí, pero no puedes asumir que soy igual que él cuando no me conoces y aunque mi papá me crió con buenos valores junto a mi mamá, ninguno de los dos decidió que debía ser igual a uno de ellos. Sólo soy yo y ya está.

-Lo sé, tienes razón. Por eso te ofrezco una disculpa, en serio necesito tener buena racha con éste proyecto y te necesito. Por favor, no te vayas.

Sus ojos verdes escaneaban los míos en busca de una respuesta. "No le debo nada" pensé, pero luego hizo ruido en mí, la idea de que si estuviera en su lugar me gustaría recibir una mano amiga.

Penny era muy orgullosa de sí misma y orgullosa en general, sabía que el habermelo pedido de esa forma había sido una gran fuerza de voluntad para no mandarlo todo a la mierda.

Sonreí un poco.

-¿Quién dice que me iba? Sólo quería algo de agua -ella sonrió.

-Gracias.

Me abrazó y me tensé, pues no me esperaba la acción. Sin embargo, no tardé en asimilarlo y le correspondí. Me jaló de la muñeca y volvimos a nuestros lugares de antes.

-Bien, pero antes de seguir, hagamos las cosas bien -ahora era más amable-Penny Richardson, ¿Amigos?

Extendió su mano con una sonrisa, mostrando sus perfectos dientes blancos. Y yo la imité.

-Jordan Royal, y sí, amigos.

-Perfecto, presiento que nos llevaremos muy bien.

-También presiento lo mismo.

Ambos reímos y ella me observó un rato con una sonrisa, mientras pasaba un mechón de cabello tras su oreja y luego dirigió su vista a los papeles, manteniendo la misma sonrisa.

-Pero en serio, sí quiero el vaso de agua -reímos una vez más.

-Claro, llamaré a una de las chicas que...

-No, no. Prefiero ir yo mismo, por favor. ¿Puedes indicarme dónde es?

-Claro, al lado de la sala está la cocina.

-¿La habitación esa?

-Exactamente.

-Bueno, si me disculpas.. -dije poniéndome de pie.

-Adelante, yo iré organizando el resto -asentí y salí de ahí.

Hice el mismo recorrido de regreso, apenas divisé la sala, seguí mi rumbo hacia la cocina. Que era muy bonita, amplia y muy... llena de madera, tenía una puerta trasera que daba a un patio con el césped demasiado verde, parecido a un verde lima.

Me acerqué a la nevera y tomé una botella de agua. Si me mantenía hidratado, fácilmente podría sobrevivir sin nada en el estómago hasta que fuera a almorzar.

Mientras tragaba escuché un pequeño tarareó y luego una dulce voz, que apenas se escuchaba. Pero que reconocí la melodía y letra al instante.

Me asomé con cuidado por detrás de la puerta de la nevera y de espaldas junto a la tostadora, estaba la misma chica de la entrada, picando unos embutidos. Al parecer se haría un sándwich.

Que se me antojo, pero me avergonzaba.

-Wee heeheeheehee weeoh aweem away -cantó súper bajito.

-Hey, yo conozco esa canción.

Cerré la nevera de golpe, logrando espantar a la chica, aunque no había sido mi intención. El cuchillo que sostenía cayó de sus manos y causó un estruendo al caer en el suelo, la chica dió un salto esquivandolo y me acerqué para ayudarle.

-Lo siento, no fue mi intención asustarte -recogí el cuchillo y se lo tendí.

-No se preocupe, no me había dado cuenta que estaba aquí.

-Por cierto, cantas bien, eh. -una pequeña sonrisa brotó de sus labios- Conozco esa canción, apareció en un episodio de Friends, una de mis series favoritas.

-Sí, también la conozco de allí.

-Oye, ¿Puedo robarte un pedazo de queso? Es que no desayuné y bueno..

-Adelante, ¿Quiere que le prepare algo? -me tendió la bandeja de quesos.

-No, no. No te preocupes, estaré bien -sonreí.

-¿Seguro? Al menos, algo de jugo de naranja.

-No te preocupes, estoy bien así... -intenté averiguar su nombre.

—¿Qué pasa? ¿Está bien?—se alarmó y yo reí.

—Sí, sí. Intentaba obtener tu nombre—pareció entender—Es que anteriormente nos presentamos, y tú sabes mi nombre, lo justo es que yo sepa el tuyo.

—Ramsés—sonrió apenada—Ramsés Sidney.

—Bueno Ramsés, una vez más yo soy Jordan Royal—le tendí mi mano y la aceptó—Por cierto, es un lindo nombre.

—La mayoría cree que es de hombre.

—Para nada, muy único y original. Me gusta—sonreí y ella agachó la cara— Bueno, seguiré trabajando. Hasta luego, Ramsés.

Agité mi mano en forma de despedida y ella correspondió mi gesto, acompañado de una sonrisa.

Volví a mi lugar de trabajo y continúe discutiendo demás temas y variantes del proyecto con Penny, ésta vez con el ambiente mucho más ligero. Hasta que entró una chica un par de años menor que Jamie y con facciones parecidas a Ramsés, con una bandeja en mano.

Frente a mí dejó un sándwich de embutidos y un vaso de jugo de naranja. A Penny le entregó una taza de café.

—Mi hermana me pidió traer su café y éste pequeño desayuno para el señor Royal, debido a qué le comentó que no había desayunado—sonrió.

—¿No desayunaste?—Penny me miró y negué—Haberlo dicho antes, te hubiera ofrecido algo.

—Estoy bien con el sándwich, no te preocupes. Muchas gracias, linda—me dirigí a la chica.

—Gracias Kylie, también dale las gracias a tu hermana por la atención y el detalle, puedes retirarte.

—Con permiso.

Y se marchó.

Que bonito detalle, eh. Miré el sándwich con una sonrisa y luego negué. Penny no me notó, pues seguía revisando unos papeles.

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Este capítulo es muy bonito para mí (debido a todo lo que tengo planeado). Y me emocionaba mucho llegar a ésta parte de la historia, pues aquí empezamos a observar otros aspectos en la vida de Jordan.

Sé que se preguntan muchas cosas. ¿La reacción de Jossy? ¿Por qué Jake anda tan de buenas? ¿Quién es la tal Gayle Brown? ¿Por qué Penny detesta tanto a Jake? Y lo mejor de todo el capítulo... ¿¿¿Coqueteos???

Bueno, ya veremos qué pasa. No sé olviden de votar, comentar y darle mucho amor a esta historia. Síganme en mis redes.

Los amo mucho, besitos mojados en el rabo, se me cuidan chiquitos.<33

~Jai.

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