CAPITULO 67
-¡Buenos días!
Escuche abajo. Era la voz de mi hermana. Hoy era día que nos visitaba el fin de semana con su bebé. Me levante rápido y salí tomando con Carmen en las escaleras.
-Buenos días-dijo con una sonrisa-.
-Buenos días.
Dije y baje las escaleras y abrace a mí hermana quitándole al bebe de sus brazos.
-¡Oye!
-Eres lenta.
Me senté con él en el sofá y empecé a jugar con sus manos.
-Vanessa.
-¿Qué haces tú aquí?
-Ay Vanessa, viene a verme-dijo mi madre-.
-¿Qué?
-¿Pasa algo?-dije acercándome-.
-Nada querido.
Iba a poner su mano en mi hombro y Vanessa se interpuso.
-No toques a mí hermano.
-¿Alguien querría decirme que pasa?
-Quizá luego, Alonso-dijo mi mamá-. ¿Por qué no te llevas al bebé a dar una vuelta? Necesito hablar con tu hermana.
-Está bien.
Tome la carriola del bebé junto con la pañalera. Me la cruce a través del cuello y salí de la casa.
-Mujeres-dije cerrando la puerta-... nunca nadie las entiende-vi a mí sobrino y sonreí-... ¿Qué?-dije al ver que el reía-... soy gracioso ¿Acaso? Deja de reírte-empecé a caminar hacia el parque-. Okey, no dejaras de hacerlo... eres igual a mí-su sonrisa se borro-. Ah, ¿no te gusta ser igual a tu tío? Vamos, soy guapo ¿no?-volvió a reír-. Lo sabía... amm... ¿te cuento un secreto?-me senté en una banca sacándolo de la carriola-. Bueno no es un secreto... un secreto a voces, estoy enamorado, sí, no puedo esperar a que la conozcas.
Bese su frente y le sonreí. Estuve en el parque hasta las 11 de la mañana. Cuando el bebe se quedo dormido. Lo puse en la carriola y guarde los juguetes que saque para entretenerlo.
-Villalpando.
Eleve mi vista y vi a Alan de pie frente a mí.
-Que lindo niño.
-me levante y me puse entre él y mi sobrino-. ¿Qué quieres?
-Nada, solo pasaba por aquí, tranquilo, baja la guardia.
-Contigo, jamás.
-Entiendo, aun me odias.
-No, no te odio, pero no eres de fiar.
-La que no es de fiar es Zoe, está loca. ¿Sabes algo de ella?
-Gracias a Dios tengo 4 meses que no la veo-cobije bien al bebé ya que se sentía fresco-. Pero si en verdad quieres saber algo de ella pregúntale a Scott.
-Ya no vive aquí.
-¿Qué?
-Al parecer su papá murió en España o algo así me dijo la mamá de Zoe.
-Pues que mal.
-¿Cómo vas con Ximena?
-De maravilla, volví con ella hace unas semanas.
-Me alegro.
-Tengo que irme.
-Te veo luego.
-Tal vez.
Empecé a caminar con el niño.
-¡Y Alonso-voltee a verlo-, no te tardes en tener hijos se ve que serás un gran papá!
-Idiota-dije entre risas-.
-Piénsalo.
Se despidió de mí con sumano y se fue en dirección contraria.
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