Siempre conmigo
El día de hoy vamos a jugar con el continuar contando la siguiente historia:
"Carlos Víctor Urquiza Segura Desaparecido decía el encabezado del periódico con fecha en 12 de octubre de 1982. Se mostraba la foto de un niño con una gran sonrisa chimuela de un diente.
Debajo de la nota se extendía contando lo que cualquier nota de un niño desaparecido diría: cabello castaño… 151 centímetros… 11 años… última vez visto 10 de octubre de 1982."
Remo Urquiza dejo de lado el periódico al escuchar unos pequeños pasitos irse acercando hacia el.
—¡Papá!—exclamó el pequeño.
—Carlitos, ven con tu padre—pidio el señor sonriéndole a su hijo.
—¿Me oculte bien, papá?—dijo el pequeño sentándose en sus piernas.
—Si, mijo. Nadie podra encontrarte aquí—respondió sacudiéndole el cabello con cariño.
—¡Genial! Yo quiero estar contigo ¿No te van a alejar de mi, verdad?
—Por supuesto que no, no lo permitiré—le aseguro mirándolo con fijeza—Te lo prometo.
Cerro su mano en un puño, el niño lo chocó sonriendo. Se levantó de un brinco.
—Voy a ir a jugar al jardín—anunció y miró a su padre como esperando su permiso.
—Adelante, solo no te vayas hacia el bosque, podría ser peligroso.
—¡Claro!—exclamo.con emoción pero no sé movió—Papá, soy feliz de estar contigo pero...
El señor lo miró por encima del periódico que recién extendía frente a sus ojos.
—Creo que también extrañaré a mamá ¿Ella podrá visitarnos?
Su padre lo miró con atención sin parpadear, luego ladeó la cabeza y sonrió.
—Por su puesto Carlitos, por su puesto. Ahora, ve a jugar.
El niño feliz por la respuesta salió de la biblioteca riendo y brincando.
Por su parte, Remo dejo de nuevo el periódico y poso su mandíbula sobre su mano con los ojos perdidos, pensativo.
No podría alargar por mucho tiempo las evasivas a su hijo del porque su madre no iba a verlo, además Sabrina era tan terca que no dejaría de buscar a Carlos, eso le suponía un problema.
Debía impedir que le quitarán a su hijo de nuevo, por lo que estaba comenzando a considerar medidas más drásticas. Cómo decía su abuelo, el problema se corta de raíz.
Solo podría deshacerse de Sabrina poniéndola tres metros bajo tierra, haciéndolo pasar por un accidente.
Eventualmente, al no haber nadie exigiendo la búsqueda del niño se perdería en un archivero de la policía.
Y así Carlos, su hijo seria completamente suyo.
Sonrió ante la perspectiva de su plan, haría lo necesario por mantener a su hijo consigo.
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