Drabble Uno

Titulo: Parálisis del sueño

Pareja: SasuNaruSasu

Resumen: Duerme con los angelitos es lo que le repetían sus padres siempre. Cuenta las ovejas si no puedes dormir le aconsejaba su hermano.. No te puedes mover susurró una voz en su oído.

Palabras del drabble: 907.

Categoría: Paranormal. 

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Duerme con los angelitos es lo que le repetían sus padres. Cuenta las ovejas si no puedes dormir le aconsejaba su hermano. En su opinión eran estupideces, irse a dormir sólo era algo que el humano necesitaba para reponer energía porque si no fuera necesario, créenme que nadie lo haría. ¿Para qué pasar ocho horas con los ojos cerrados cuando podrías estar haciendo algo más importante como estudiar? Sasuke bufó mientras se acomodaba en su cama, Mikoto le exigió que se fuera a descansar o de lo contrario la conocería molesta y eso es lo que él menos deseaba porque quería seguir vivo para los exámenes finales que se acercaban. Bostezó y apagó la lámpara que estaba en la mesa de noche a un lado de la cama.

—Dulce sueños—murmuró, cerrando los ojos.

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A Satanás le encanta jugar con lo humanos, verlos sufrir y oírlos sollozar por las pesadillas era lo que lo alimentaba cada día. Por eso, a veces dejaba que sus demonios hicieran el trabajo sucio, los mandaba al mundo terrenal para que atormenten el sueño de las personas. Amaba cuando esos seres dormían, se veían tan ingenuos pensando que tendrían lindas noches.

Naruto era un demonio que acababa de venderle su alma al diablo, no pasaba de los diecisiete y esos ojos azules que alguna vez tuvo poco a poco habían tomado un color carmesí. Nunca olvidaría que no se debía jugar con fuego sino quieres quedar marcado para toda la vida Querer revivir a su madre le salió muy caro porque nunca funcionó y mientras ella estaba en el Cielo él estaba pudriéndose en el Infierno.

El rubio fue mandando por su amo supremo a atormentar a un muchacho, cuando llegó a la casa vio al azabache durmiendo, sonrió y se acercó hasta sentarse sobre su pecho. Puso sus manos sobre el cabello de este esperando que las pesadillas surgieran.

Sasuke estaba en su primer sueño cuando todo se volvió oscuro y tenebroso, vio los cadáveres de su familia y unos ojos rojos que lo miraban con odio junto con una sonrisa sádica. Tragó saliva y se despertó de golpe, sólo que no podía moverse, intentaba entreabrir la boca, pero era inútil. Sus sentidos notaban algo más en el cuarto, no estaba solo.

—No te puedes mover—susurró una voz en su oído.

¿Acaso estaba alucinando? No, eso era una tontería porque lo que estaba a su lado era real. Intentó mover los dedos uno por uno hasta que su mano izquierda volvió a tener su control, lo mismo hizo con la otra y sentía que ya estaba pasando ese temor aunque su corazón aun latía de manera apresurada.

Se irguió de manera apresurada y prendiendo la luz para ver que ocurría en su cuarto pero no encontró nada ¡Ja! ¿En serio lo creían tan estúpido?

—Sé que estas aquí, puedo sentir tu presencia, dobe—le gustaba jugar.

Las ventanas se abrieron de improviso y un fuerte aire empezó a inundar toda la habitación, sin embargo, no era un aire normal; no, era un aire tenebroso y sombrío.

— ¡¿A quién llamas dobe, teme?!—y frente a su mirada apareció aquel ser.

—Al único que veo.

— ¡Si serás bastardo, dattebayo!—qué curiosa muletilla para alguien que no vivía en el mundo humano. Naruto suspiró con desgano, un mortal lo vio y ahora no se le ocurriría nada para hacerlo pensar que era todo producto de la imaginación.

— ¿Eres un demonio?—preguntó alzando una ceja, lo que él creía que eran esas criaturas por los libros, se imaginaba alguien con aspecto rojo, cara magullada, cuernos, alas gigantes y una pelicular cola.

— ¡Claro que sí! Hasta hace tiempo yo también creía que los demonios eran seres que daban miedo y tenían colmillos muy grandes—abrió la boca mostrando sólo unos dientes pequeños e intentó dar un rugido.

—Hmp.

Se quedaron unos momentos en silencio.

— ¿Qué haces aquí? ¿No me digas que ya me llegó la hora de partir?

—Ya quisieras—voló alrededor de él, cerca del techo— Satanás nos manda para atormentarlos un poco, lo que tuviste hace unos momentos fue lo que se conoce como La parálisis del sueño.

Cuando era más pequeño, su hermano Itachi le platicó de eso sólo que creyó que era un cuento tonto para hacerlo dormir rápido.

— ¿Eso no le da solo a las personas que tiene estrés?

—Sí, ¡y tú tienes un aura de estrés total!—se burló ocasionando una mueca furiosa en el otro— ¿Cómo te llamas?

— ¿Para qué le daría mi nombre a alguien que ni está vivo?—cuestionó cruzando de brazos.

—Bastardo—susurró y aun así fue escuchado— Soy Naruto Uzumaki.

—Sasuke, Uchiha Sasuke.

¡Woow! Tenía un amigo —no tan amigo— humano.

El blondo se dio cuenta que entre tanto parloteo tenía que irse o el diablo se molestaría y lo que menos deseaba es causar un terremoto. Con una sonrisa, se despidió del azabache.

— ¡Espera, usuratonkachi!

Se detuvo y lo observó.

— ¿Nos volveremos a ver? Es divertido sacar de quicio a un demonio que no sabe hacer bien su trabajo.

— ¡Bastardo!—si estuviera vivo, lo habría golpeado—Sólo si me vuelven a mandar aquí, aunque tú también me puedes ir a visitar al infierno

Con eso se retiró dejando a Sasuke pensativo, pero al instante negó la cabeza apartando esos pensamientos extraños. Sólo caminó para cerrar su ventana y dormir aunque fuera un poco más, olvidando al intruso de esa noche. 

FIN

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