343. Los padres de Muma

En los rostros de sus padres se asomaba una expresión triste que contrastaba con la luminosidad de aquel día azul, sin nubes. ¿Qué era aquel momento? Muma no recordaba, las memorias congeladas y olvidadas, ocultas tras las nuevas creadas en aquel fantástico nuevo mundo y quizás robadas por el malvado dios Zaltor.

—¿Qué? —preguntó la hosca Muma, la niña de aquel pasado que sentada en el columpio apenas se columpiaba.

Sus padres se miraron, tristeza en su mirada, en sus ojos y en su actitud. La Muma adulta estaba interesada por escuchar lo que ellos dos le iban a decir, la desaparición de sus padres había sido algo que le dejó una marca que duraba hasta ese mismo instante. Quizás era cierto que ellos estaban en aquel mundo de fantasía, quizás podría encontrarlos después de haberse reunido con Nuna.

—Lo sentimos mucho, pero tu padre y yo nos vamos a ir... y no puedes venir con nosotros —dijo su madre, en ese momento sendas lágrimas resbalaron de sus ojos. Le dolía, eso bien lo podía ver la Muma cabeza, aunque la niña era incapaz de comprender por qué sus padres querían irse lejos de ella... Para la adulta, también era doloroso.

—¿Por qué? —preguntó la Muma pequeña.

De esta vez, fue el padre quien habló:

—Tenemos que ir a un lugar peligros, Muma. No podemos llevarte con nosotros, luego todo estará bien. Recuerda, cuando seas mayor...

Los dos padres de Muma fueron devorados por una luz dorada poderosa. Una que había surgido de las alturas, los ojos Muma se giraron hacía allí ver a Zaltor, envuelto en una túnica que dejaba a la vista unos poderosos pectorales y unos brazos como barriles. Sobre su cabeza, había un triángulo dorado con un ojo que se cerraba poco a poco, no tuvo ninguna duda de que aquel rayo mortífero había salido de allí.

—¿Tú tienes algo que ver con la desaparición de mis padres? —preguntó Muma.

Una mueca de falsa inocencia surgió en el rostro de Zaltor.

—¿Yo? ¡Nunca me mezclaría con unos humanos tan insignificantes como tus padres! Aunque puede que sí, puede que fuera el responsable de su desaparición, ¿pero cómo iba a acordarme? ¿Acaso tú te acuerdas de todas las hormigas que has pistado durante toda tu vida?

—Si no vas a responder, ¡sal de mi cabeza! ¡Sal de una vez, maldito cabrón! —chilló Muma y no le faltaban las ganas de darle una buena ronda de bofetadas e incluso puñetazos a ese malnacido de Zaltor, no obstante solo era una cabeza en el suelo llena de desprecio y odio.

El dios se relamió los labios.

—Me aburres, Muma. Creo que ya te he dado demasiadas oportunidades, así que lo mejor que puedes hacer es morirte —le soltó Zaltor y el ojo del triángulo que flotaba en su cabeza se abrió. Un poderoso chorro de energía dorada salió disparado en su dirección. 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top