318. La pulsera y la corona
Energía negra cubre el cuerpo de Muma y cuando desaparece, ella está vestida con una túnica de color blanca. Xoan está sorprendido, aquel tipo de magia no era uno demasiado habitual y, de hecho, él nunca había visto a nadie usar alguna parecida.
—¿Te parece así mejor, chico? —le pregunta Muma, con un toque burlón en la voz. Xoan asiente con la cabeza, preguntándose qué demonios es aquello mujer que cayó del cielo. Desde luego, no cree que fuera una humana, pero tampoco podía ser una balura, no era verde, ni una moura, su tamaño no era el adecuado porque todo el mundo sabía que estas eran gigantescas.
Y aunque se muere de lanzarle pregunta tras pregunta, su mente se ha quedado en blanco. La cabeza de su hermana gemela aparece por el borde del cráter: tiene el rojo cabello cargado de tierra y en su rostro chispea el comienzo de un cabreo.
—¡Qué fastidio! ¡Ya creía que no iba a poder salir de ahí! ¡Menudo agobio!
Muma se quedó mirando a Xoana y al final preguntó:
—¿Se puede saber dónde estoy?
—En las praderas Agarimo, cerca de la ciudad de Cassiria —informa Xoan, aliviado de tener algo que decir al fin.
—Vale, muy bien... —dice Muma, menea la cabeza arriba y abajo —. ¿Y hablando así más en general?
Xoana frunce el ceño y le pregunta:
—¿De verdad no lo sabes? Este es el Páramo Verde, que está en la isla Caracola. ¿No te suena de nada?
Muma niega con la cabeza.
—Ni idea, ¿la isla está en el Archipiélago de las Mil Islas? —pregunta la mujer y los dos hermanos se lanzan una mirada extrañada.
—¿Dónde iba a estar sino? —murmura Xoan.
—¡Ese sitio sí que lo conozco! —exclama Muma con una gran sonrisa en el rostro.
—Vale, vale... Y ahora es tu turno, señorita. ¿De dónde vienes? —le pregunta Xoana.
—Vengo de Zaltoria, ¿os suena de algo? —pregunta la mujer, pero solo con ver el rostro de los dos hermanos descubre que ignoran completamente cualquier cosa sobre la isla del fenecido dios.
—¿Y cómo caíste del cielo? Eso fue raro... y también que estés ilesa —pregunta Xoana y la mujer pone una mano en sus cabellos rubios decorados por una corona formada por margaritas.
—¡Por culpa de esto! —exclama la mujer levantando el brazo en donde tenía la pulsera —. Se supone que me tiene que transportarme de un lugar al otro con seguridad, ¡pero aparecí en medio del aire! Supongo que puede que sea parte mía, era el primer viaje que hacía, pero por fortuna mi Corona de Margaritas fue capaz de salvarme.
—Ah... —comenta Xoana, tanto la pulsera como la corona le parecen de lo más común, pero uno nunca puede saber qué aspecto le apetece coger a una Reliquia —. Yo me llamo Xoana y este es mi hermano gemelo Xoan.
—Mi nombre es Muma.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top