Me acabo de mudar a Texas con mi familia y estaba a punto de empezar un nuevo curso, en un nuevo instituto. La cosa es que yo no soy la persona más sociable del mundo pero siempre intentaba hacer amigos. Mi coeficiente intelectual era bastante alto por lo cual siempre aprobaba todo sin ningún problema incluso podría decir que casi no abría los libros, solo hacía los ejercicios para tener el cuaderno limpio y que me contará más para la nota.
Al entrar al instituto vi a una chica que estaba al lado de mi taquilla, decidida a dejar los libros en mi taquilla y saludé a la chica se llama Maddie y era rubia con los ojos azules, llevaba gafas y tenía el pelo recogido en un moño, por casualidad, teníamos la misma edad e íbamos a la misma clase al entrar en el aula de matemáticas me dijo que había un niño de 9 años se llamaba Sheldon Cooper. Al entrar la profesora me presento y el único sitio que había era al lado de un chico con una melena el jugador de fútbol por lo que pude identificar en su chaqueta.
-Hola me llamo Georgie Cooper y tú?
- Yo soy ____ Davenport y vengo de Nueva York.
- Bonito nombre para una bonita chica.
-Muchas gracias Georgie.
- Te gusta el fútbol?
-No mucho, prefiero ver un partido que jugar.
- Perfecto, tú, yo y un asiento en el palco para verme jugar el sábado. Qué dices?
- Dime la hora y allí estaré.
- A las once en el campo del insti.
-Guay.
- Espero verte, no me falles.
Al irse de clase besó mi mejilla y salió hacia el pasillo, yo me quedé tocándome la mejilla que había rozado sus labios mientras me sonrojaba poco a poco. Maddie se acercó a mí riendo mientras su cara era como si hubiera visto un cachorro superadorable.
-Si sigues así voy a rayarte para hacer salsa.
-Que graciosa.
-Gracias 😄
...El sábado...
Me levanté pronto ya que quería arreglarme para llegar pronto al partido. Se que solo ha pasado una semana pero creo que estoy un poco pillada por él.
Al salir de casa me subí a mi coche y fui al instituto y me dirigí al campo, a lo lejos vi a Maddie ligando con uno de la banda y en el centro del campo, junto a su padre estaba Georgie. Me miró y sonrió mientras me guiñaba un ojo, yo me puse roja. Durante el partido Georgie lo petó, anotó diez puntos y evitó todos los golpes. Yo no hacía más que gritar como una fan loca, y por supuesto que lo era.
Tras la celebración, Georgie me invitó a comer con su familia, acepté y me fui con ellos en su coche. Durante la comida, su madre me preguntó sobre mi vida, si era católica, en que trabajaban mis padres...
Después subí a la habitación de Georgie para despedirme, ya que tenía que ir a casa, pero él no quería.
- Por qué tienes que irte? Quédate.
- Tengo que ir a casa, si no mi abuela se preocupará.
- Sólo cinco minutos.
- Vaaale.
- Guay.
- Sabes? He conocido a una chica muy guay, es guapa, inteligente en historia, maestra dibujando, y lo mejor que haya dado este mundo cantando.
- A mí me gusta alguien. Juega al fútbol y está frente a mí.
Se acercó a mí, agarrándome del cuello y me besó. Fue lento, cariñoso, pero empezó a aumentar porque me animé y me subí a su regazo, agarré su pelo y metí mi lengua en su boca creando una pelea de lenguas en su paladar. Dejó de besarme para dejar un pequeño chupetón en mi clavícula, yo le dejé uno en su cuello.
De repente su madre entró y acabé en el suelo porque Georgie se asustó. Cuando me fui a casa me reí por ello.
El lunes, ya en el instituto hablé con Maddie de lo que pasó con Georgie y ella estaba superemocionada por si surgía algo entre él y yo. Cuando fui a dejar mis libros, un violinista de la banda y una nota de Georgie pegada en mi taquilla hicieron ese día inolvidable. Cuando la terminé de leer le vi a mi lado sonriendo y le di un beso a lo que respondí con:
- Me encantaría salir contigo Georgie Cooper.