Berlín (Andrés de Fonollosa)

Llevábamos más de dos días dentro de la Fábrica de Moneda y Timbre, esto estaba siendo duro para todos. Por lo menos Tokio tenía a Río y Denver a Mónica, pero mi única esperanza era darme placer a mi misma pensando en él. Porque si, aunque el Profesor prohibiera las relaciones yo estaba enamorada de Berlín. Era todo lo que yo buscaba en un hombre, sabía de arte, era culto, dibujaba y cantaba maravillosamente. Además de un amplio conocimiento en atracos.
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- Glasgow, llévate a Arturito a por un mono nuevo, que menudo trazas es.
- Arturo vamos.
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- Cámbiate y no pierdas tiempo.
- ¿Y no quieres disfrutar?
- Tú eres gilipollas. ¡Qué te cambies ya!
Arturo se acercaba a mi hasta que me empotró contra la pared, empezó a rozarse y a manosearme. Por mucho que hiciera fuerza no se movía. Hasta que me cansé y saqué mi arma.
- TE HE DICHO QUE PARES IMBÉCIL, ASÍ QUE TE VAS A CAMBIAR Y TE PIRAS.
Helsinki entró en cuanto me oyó y preguntó que pasaba, me giré y al encontrarme con el espejo vi que tenía moratones por mi cuello y costillas, las manazas de Arturo me habían hecho esto.
Al verlos mis ojos se llevaron de lágrimas y salí corriendo de ahí. Por ello Helsi entendió que Arturo se había pasado conmigo y que tenía que recibir su merecido así que se quedó con él.
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Llevaba más de una hora llorando en el despacho de Berlín y no parecía tener fin. Acababa de ser víctima de abuso y todo por un gilipollas con un calentón y además resentido porque Mónica le había dejado por Denver.
- Glasgow, eh. Mírame. Dime que te ha pasado con Arturo.
- No digas su nombre. No quiero hablar, quiero limpiarme todo su ADN de mi cuerpo y salir de aquí con mi dinero y él muerto.
- El Profesor dijo que nada de muertos.
- También dijo que nada de relaciones y aquí estamos y no lo digo por los demás, lo digo por mi.
- ¿Tienes algo con alguien?
- No, pero me gusta alguien de la banda.
- Como supongo no me lo dirás. Pero te comprendo a mí también me gusta alguien.
- Supongo que Ariadna, he visto como la miras.
- Aunque está muy buena, no es ella. Tiene nombre escocés.
-No me jodas Berlín, no estoy de humor.
-No te jodo, ya me gustaría.
-¿Osea que te molo?
-No me molas Glasgow, me vuelves loco.
Me quiso besar pero no estaba seguro por lo q acababa de pasarme pero llevaba queriendo esto mucho tiempo, no podía desaprovechar estoy ahora. Le agarré la mejilla y le besé. Estuvimos un buen rato sin movernos hasta que alguien llamó a la puerta.
-Denver decir q tú estar aquí, Arturo ya tiene su merecido, no te preocupes.
-Gracias Helsinki, no sé q hubiera pasado sin ti.
-No darlas, sabías defenderte pero él ya se había pasado bastante.

-Así que peleona, joder que ganas de verlo.
-Podemos probar aunque no sé si a tu hermano le molará.
-Mientras no nos oiga cuando llame.
-Os he oído y ya sé q nadie me va a hacer caso en las normas. Glasgow siento lo sucedido con Arturo y Andrés ya era hora de que te declararas.
-¿Te llamas Andrés?
-¿Algún problema, ____?
-Ninguno, solo que el único Andrés que recuerdo era mi profesor de primaria.
-Que graciosa la niña. Pues este Andrés te va a hacer gritar y vivir la vida.
-Eso espero y que me lleves a Berlín.
-Te llevaré a la ciudad y a mi corazón.
-Perfecto, Fonollosa.

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