El aire frío del supermercado es bastante refrescante, un pequeño beneficio de ir de compras, lo cual Takemichi aprecia mientras llevaba su carrito, cada vez más lleno...en parte por la acompañante del hombre de revoltoso cabello negro y ojos azules, la cual es descarada en sus acciones.

Mikey ni siquiera espera que su novio se de la vuelta o desvíe la mirada, ella simplemente agarra un refresco o algún dulce, y lo mete en el carrito de las compras.

-Mikey-chan, ya tenemos bastante de esto.- Takemichi comentó con simpleza, agarrando un momento una de las botellas de regresco que había agarrado la mujer de cabello rubio (arreglado de la misma forma desde la secundaria), y ojos negros.

-¿Y?- Mikey respondió de regreso con un rostro inocentemente felino, incapaz de entender el más mínimo auto-control, proveniente del hombre solo unos centímetros más alto que ella.

Takemichi no pudo evitar soltar un pequeño suspiro, tratando de dejar la botella en uno de los estantes, pero Mikey simplemente volvió a agarrar la botella, y volvió a depositarla en el carrito de las compras -¿Sabes? Estuve pensando que además de dejar de comer tanta comida chatarra, quizás deberías aprender a cocinar por ti misma- Takemichi comentó mientras simplemente se rendía, decidiendo que era mejor seguir empujando el carrito.

-Que aburrido~- La mujer de ojos negros insistió a modo de respuesta, sin ver eso como una necesidad. A sus 27 años de edad, Mikey sigue siendo una persona muy vaga en lo que respecta a cubrir sus necesidades más básicas...Takemichi heredó la "responsabilidad" (o maldición) de despertar a Mikey por las mañanas y preparla lo mejor posible para el día.

-Imagina que un día no estoy. ¿Quién va a cocinar en casa?- Takemichi comentó, principalmente de forma retórica, porque él se imagina que en caso de su ausencia, probablemente Mikey llame a alguien más u ordene comida rápida...

-¿Planeas irte?- La mujer de ojos negros preguntó de regreso, una especie de aura sombría cubriéndola un momento mientras sostenía momentáneamente la camiseta de Takemichi.

-¿No?- El hombre respondió de regreso, una gota de sudor bajando por el costado de su cabeza.

-¿Ves? Entonces no es necesario~- Mikey exclamó contenta, como si un interruptor hubiera sido apretado dentro de su mente, porque Mikey puede ser aterradora un instante, y al siguiente ser 'adorable'.

En la casa de Takemichi & Mikey.

Mikey duerme profundamente en la habitación que comparte con Takemichi, mientras todavía faltan unas horas para que el mencionado Takemichi empiece a cocinar la cena. Así que el hombre de revoltoso cabello negro y ojos azules planeaba sentarse en su sofá...

Justamente cuando alguien toca su timbre -¡Ya voy!- Takemichi respondió prontamente, yendo a abrir la puerta, para encontrar frente a él una figura de cabello y ojos marrones.

-¡Takemichi-kun!- Hinata saludó con entusiasmo, extendiendo levemente una mano en dirección a Takemichi, que pronto correspondía un abrazo, límitado únicamente porque Hinata llevaba una bolsa en su otra mano.

-¡Hina! ¿Qué tal?- Takemichi correspondió, dando un par de palmaditas a la mujer que llegó en una inesperada visita el día de hoy...

-Muy bien, traje incluso un pequeño regalo.- Hinata comentó sonriente, mientras levantaba nuevamente la bolsa que traía entre manos, desde la cual asoma una botella de vino barato, que la mujer vestida en una gabardina pretende compartir con su viejo 'amigo' (más que amigos realmente).

***

Unas copas de vino ligeramente usadas descansan en la mesa frente al sofá, mientras que Hinata inclina su cuerpo ligeramente contra el costado de Takemichi.

Entonces ella empieza a jugar un momento con uno de los mechones del cabello negro de Takemichi -En otras circunstancias, tú y yo estaríamos juntos...- Hinata suspiró sonriendo ligeramente, su rostro tomando una tonalidad ligeramente más rosada.

-No te gustaría. Ya sabes como soy...- Takemichi respondió, ligeramente avergonzado mientras pasa una mano por su nuca. Su rostro también adquiere una coloración ligeramente rojiza, pero tanto Hinata como él son muy conscientes...

-Quizás, pero ya que estamos recordando viejos tiempos.- Hinata exclamó con entusiasmo, una pequeña risita saliendo de sus labios, mientras abre su gabardina, revelando que ella encontró su vieja uniforme de Mizo Middle, que ahora queda un poco ajustado en su figura más madura (Takemichi y Hinata habiendo llegado a los 26 años).

-Oh mi, y luego yo soy el pervertido~- Takemichi comentó, aunque definitivamente no discutió en absoluto con Hinata.

Takemichi es un mujeriego, aunque bueno, ninguna de las hermanas y amigas de Mikey se opone precisamente...

***

-¡Ah!-Mmm~- Hinata no pudo evitar gemir, tapando su boca con sus manos temblorosas mientras trata de juntar un poco sus piernas, "atrapando" ligeramente más la cabeza de Takemichi debajo de la ahora-corta falda grisacea que ella viste.

Takemichi realmente no se inmuta, sus manos solo se aferran más a las caderas de Hinata, mientras continúa utilizando su lengua en la ahora húmeda entrepierna de la mujer de corto cabello marrón, haciéndola retorcerse del placer contra el sofá de la casa.

Hinata no puede evitar jadear un poco, arqueando ligeramente su espalda mientras saca sus manos de su boca, colocándolas un momento encima de la cabeza de Takemichi, cubierta ligeramente por la delgada fabrica de la falda que está usando la mujer.

Pronto Hinata movió sus caderas desesperadamente, mientras que Takemichi aumentó el ritmo como pudo, acercando aun más el cuerpo de Hinata contra su rostro.

Un chispazo de electricidad recorre un momento la espina de Hinata, que ahoga un gemido en su garganta como le es humanamente posible, mientras mantiene a Takemichi firme en su sitio, bañando el rostro del hombre de ojos azules con sus fluídos, mientras ella se queda sin aliento un momento...

-Ah...ah- Hinata jadea mientras trata de recuperar el aire de sus pulmones, sus piernas todavía moviéndose un poco espasmódicamente mientras que Takemichi finalmente saca su rostro de la entrepierna de Hinata. Sus dedos acariciando cuidadosamente las curvas de la cadera de la mujer, antes de bajar a su entrepierna nuevamente, humedeciéndolos un poco.

-¿Satisfecha HIna-chan?- Takemichi preguntó con satisfacción propia, mientras que Hinata movió sus manos hacía el cinturón de Takemichi,

-Por favor, Takemichi, lo quiero dentro...- Hinata repitió entusiasmada, implorando con un ritmico jadeo por un momento, expectante de ver nuevamente la virilidad del hombre de revoltoso cabello negro y ojos azules. Por supuesto Takemichi no podía negarse...

***

-Oi, Hinata.- Mikey exclamó molesta (como de costumbre, parecida a un gato...), recién levantada, al ver a la mejor amiga de su novio/futuro esposo en su casa...

-Manjiro.- Hinata regresó el saludo con indiferencia, su rostro tornándose pálidamente serio de la mera presencia de la mujer de ojos negros y cabello rubio.

Una gota de sudor baja por el costado de la cabeza de Takemichi entre tanto...